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Mes: diciembre 2012

¿Opus Dei u Opus Diaboli?

Enumeración de los principales temas tratados en el libro «Opus Judei»

M.I.G. Vives

1. Todas las ganancias de los integrantes de la secta son para la organización, luego esta les proveerá de dinero según sus necesidades. La mayoría de las ganancias del integrante de la secta son para la organización.

2. “Todas las cosas que tienes a tu nombre hay que ponerlas a nombre de la Obra, porque hay que vivir la pobreza y Dios nos ha pedido todo”. Este es el argumento más comúnmente empleado.

3. Entre los líderes y los adeptos se da la relación dios / esclavos y así no solo se apoderan del control de la mente sino de su cuenta corriente y bienes personales.

4. Es absolutamente imprescindible que los adeptos donen todas sus propiedades a la secta para demostrar así que están imbuidos en el espíritu de la Obra.

5. La secta busca siempre los mejores elementos: directores de bancos, ministros, dueños de empresas o industrias, para manejar en exclusiva las palancas del poder terrenal.

6. Se aleja a los miembros de sus familias, incluso las Navidades las pasan los numerarios con quien les hacen creer que son sus familias: el Opus.

7. Hacen trabajar permanentemente a los adeptos, aunque sea en cosas inútiles para tenerlos ocupados, en un ritmo frenético y sin parar, donde no haya tiempo para pensar.

8. Encadenarse al Opus es perder todas las facultades intelectuales, volitivas y espirituales para convertirse en un autómata, en una marioneta al servicio de la Obra y del Padre. El Opus es la comedia de la hipocresía.

9. Los ideales del Opus no son compatibles con los Evangelios.

10. Al neófito del Opus Dei se le dice textualmente: “renuncias a ser tú, para ser Opus Dei”.

11. Antonio Senillosa, ex Diputado dijo que “Camino me parece un libro delirante y de una aterradora pobreza intelectual».

12. El Padre quiere a sus hijos muy libres, pero haciendo exactamente, prontamente, únicamente lo que él quiere. Ese es el secreto de la libertad.

13. Cuando los “enganchados” se quieren dar cuenta, ya no son dueños de su respiración y muy pronto empiezan a comprender cuál es el alcance exacto del voto de obediencia.

14. El voto de obediencia significa aceptar sin condicionamientos la voluntad de Dios, expresada a través de los superiores de la Obra.

15. En el Opus todos quieren ser delatores, acusadores y soplones porque ello, en el Opus, es práctica y “virtud”.

16. Para los del Opus, toda deserción es una traición. Quien abandona el Opus se va al abismo. Cuando una persona deja el Opus, se convierte en una no-persona, y se encuentra en la calle, financiera, espiritual y psicológicamente.

17. Los pseudohistoriadores del Opus han tergiversado la biografía y actividades del fundador del Opus Dei: Josemaría Escrivá de Balaguer. Por un lado propagaron hechos inciertos, cuentos y paparruchas, pero hay otros, los auténticos y verdaderos que se han mantenido en el más estricto secreto. Nada han dicho de su origen judío, ni de las raíces criptojudías de su doctrina, de su corto desarrollo intelectual ni de su condición de homosexual.

18. El fundador poseía la conocida costumbre de modificar sus nombres y apellidos. Nació como José María Escriba. Luego lo cambió por Jose María Escrivá. Luego le agregó “de Balaguer”, apellido que no provenía de sus antepasados. Luego modificó sus nombres, convirtiéndolos en “Josemaría”. Para completarlo compró un Marquesado quedando como Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás, Marqués de Peralta (lo de Peralta lo inventó él).

19. Escrivá guardaba un secreto a voces. Aquello que todos pensaban, que muchos han insinuado sin atreverse a decir en público. Escrivá tenía una obsesión, un “defectillo”, una tara relacionada con sus comportamientos sexuales. Era homosexual, delicado y pusilánime.

20. Esa inquietud interior, ese desasosiego sexual, lo exterioriza irremediablemente en su obra escrita y guía espiritual del Opus, “Camino”, del cual vamos a seleccionar algunas de las máximas y consignas que se refieren, entre las muchas que se encuentran, a los sentimientos pederastas de Escrivá.

21. Escrivá de Balaguer era un soberbio nato y sin escrúpulos. La soberbia la llevaba inoculada en su sangre y en sus vísceras.

22. A pesar de que su formación teológica era, según sus compañeros de estudios, la de un mediocre alumno de seminario conciliar, le gustaba decir “soy tan docto de la iglesia como el Papa”, en el contexto de su ambición desmedida y loca.

23. Escrivá estaba poseído también por la avaricia. Era un gran materialista, avariento e insaciable.

24. Escrivá había encumbrado al altar al becerro de oro, lo adoraba como Aarón, el hermano de Moisés, quería ser el sumo sacerdote donde la opulencia y la riqueza fueran los valores supremos.

25. “Camino”, que pretende estar en una línea religiosa de lo más tradicional, tiende a formar burgueses que buscan influir en el mundo a través de éxito material.

26. La antología del disparate fue pronunciada por el avaro Escrivá cuando dijo sin sonrojo: “la riqueza del Opus es su pobreza”.

27. Escrivá era lujurioso por ese deseo irrefrenable y no reprimido de los deleites carnales prohibidos. Su afición por los “jóvenes guapos”, por el refinamiento afeminado y por la concupiscencia, no son secreto para nadie aunque sobre el particular se guarda con celoso sigilo.

28. La envidia era una consecuencia de su avaricia y de su rapiña. Lo deseaba todo y las cosas de los demás, del prójimo, las codiciaba.

29. Lo primero que llama la atención a cualquier persona que se detenga a meditar sobre la figura de Escrivá, por extraño que parezca, es el problema de su nombre de pila y de las mutaciones sufridas a lo largo de la vida de este personaje, de sus apellidos de origen.

30. Cuando se escribe y se publica la primera edición de Camino, aún va firmada como José María Escrivá a secas. En posteriores ediciones ya se adulteraría la forma del nombre que de dos palabras la fusionaría en una: “Josemaría” y desdoblaría el apellido “Escrivá de Balaguer”.

31. Pagó doscientas cincuenta mil pesetas por el título de Marqués. He aquí el Asno de Dios convertido, bajo las rechiflas, en Marqués de Peralta.

32. En los comienzos de su aventura Escrivá estuvo fascinado por dos organizaciones famosas: La Compañía de Jesús y la Masonería. Cuando se estudia de cerca la masonería es curioso descubrir paso a paso el paralelismo flagrante con el Opus Dei. Es como una copia. Todo se parece: el reclutamiento por proselitismo, la iniciación, los diversos grados de afiliación, el avance progresivo y lento en la posesión del “secreto”, el comportamiento entre los miembros y con los profanos, la técnica de penetración en todos los círculos, pero principalmente entre los intelectuales y entre los burgueses, el papel inferior concedido a las mujeres, etc., etc.

33. El oratorio anexo a la residencia de la calle Jenner de Madrid estaba adornado con signos cabalísticos y masónicos. Además, la sociedad SOCOIN, una iniciativa vinculada a la Obra, fue señalada como una derivación masónica de una organización judía internacional (vean en el libro el verdadero significado de la sigla SOCOIN según un diccionario hebreo).

34. Cuando terminó la guerra civil española, Escrivá fue uno de los pocos sacerdotes citados a comparecer ante el tribunal especial para la represión de la Masonería y el Comunismo, ante denuncias de hereje y antipatriota, y que bajo el nombre de Opus Dei se escondía una rama judaica de la masonería. Sus múltiples influencias exteriores hicieron que se paralizaran las investigaciones emprendidas.

35. La masonería, vía Opus, se ha incrustado en la médula de la Iglesia. Es una quinta columna que opera, masónicamente, al servicio de otros intereses que nada tienen que ver con la fe cristiana.

36. Se conoce al Opus Dei como “sinarquía tecnocrática”, “francmasonería de sotana”, “la santa mafia”, “la masonería blanca”, etc.

37. Muchas muertes misteriosas y repentinas han acaecido oportunamente en el Opus Dei (pueden ver en el libro cuál es la organización internacional que se encarga de adelantar fallecimientos a pedido del Opus Dei).

38. Pocos meses antes de morir, en 1975, hablando con algunos miembros de la Obra, Escrivá dijo que había hecho un balance de su vida y que podría resumirlo en una carcajada.

39. El Opus ha gastado cientos de millones de dólares para hacer santo a su fundador. El mayor problema lo tuvieron en la invención del milagro necesario. Pero el dinero todo lo pudo. Algunos han calificado a esta canonización de escándalo.

40. El supuesto milagro atribuido a Escrivá se ha producido en una persona de la familia Navarro Rubio, ligada desde siempre al Opus Dei. Uno de sus miembros fue ministro en los tiempos de Franco, involucrado en el escándalo financiero de Matesa, y otros son miembros importantes de la Obra. El equipo médico encargado de certificar el milagro fue reclutado entre los doctores de la Universidad de Navarra, que como todo el mundo sabe, pertenece al Opus Dei.

41. El Opus Dei es una secreta rama masónica y judaica, con una enorme organización económico-financiera y poderosa influencia política en el mundo, y que en absoluto secreto ha edificado un reino de inmensa riqueza que controla empresas, bancos, universidades, prensa, emisoras, editoriales, y un sinfín de actividades humanas, como sociedades culturales y partidos políticos de varias tendencias y dispone de un eficaz y barato servicio de información a través de las periódicas confidencias de sus miembros. El Opus Dei no es una masonería, es La Masonería.

42. El 17 de mayo de 1992, se consumó la beatificación de la farsa viviente.

43. En el libro Camino, Escrivá hizo algunos plagios de otros libros religiosos que están detallados en este libro que estamos comentando.

44. Los crucifijos del Opus Dei no tienen el cuerpo de Cristo. No reverencian ni adoran a la figura de Cristo, sino que alaban al cadalso, a su último patíbulo, veneran al instrumento del suplicio y del tormento. Otro elemento que aparece por doquier en el Opus Dei es la rosa. Si a la cruz pelada le juntamos la rosa tenemos la rosa-cruz. La alquimia kabalística no puede ser más explícita y perfecta.

45. Siguiendo en la búsqueda y en el hallazgo de elementos kabalísticos, notamos que el libro de Escrivá, Camino, tiene exactamente 999 máximas o puntos, cifra que invertida nos da el 666 apocalíptico. Su misión histórica parece señalada en clave clara.

(He pasado revista a las dos terceras partes del libro, me detengo aquí para motivar a los lectores de este sitio a que encaren la lectura completa del mismo: pueden encontrarlo gratis en internet)

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