José M. Herrou Aragón
Los poderes internacionales prohíben investigar la deuda externa. ¿Por qué? ¿Para que no se descubra su origen ilícito? Cuando se prohíbe investigar un hecho histórico, seguro que es porque en ese hecho histórico se esconde una gran mentira, una gran patraña.
El economista y experto en deuda pública, Hector Giuliano, sostiene que hay que dejar de pagar la deuda y los intereses, urgentemente, pues igual se llegará al punto tal que no se podrán pagar ni siquiera los intereses anuales. Entonces es mejor suspender todos los pagos, y cuanto antes mejor.
¿De qué ideologías son los gobiernos que aceptan someterse a la usurería internacional, para obedecer ciegamente y desembolsar las cantidades que los usureros exijan? Esos gobiernos “pagadores seriales”, siempre son, o liberales, o marxistas. El liberal-marxismo, o capital-marxismo: las dos caras de la misma moneda, las dos partes de la misma pinza con que los enemigos de la humanidad chupan la sangre de los pueblos, para luego devorarlos.
La confusión mundial es tan grande, que la mayoría cree que el capitalismo y el marxismo son sistemas diferentes y opuestos. Pero un pueblo que salga de un régimen capitalista para pasar a uno marxista, o a la inversa, lo único que habrá logrado es saltar del aceite hirviendo para caer en las brasas.
Es fácil observar que Marx nunca atacó al poder usurero internacional. Marx solo la emprendió contra los pequeños comerciantes o propietarios de medios de producción. Su propósito fue claramente el de dejar intactos a quienes lo financiaban, sus hermanos de lucha por el poder mundial: la usura financiera parasitaria internacional con sede en Inglaterra. Y su objetivo inmediato era la destrucción de Alemania (“la revolución proletaria tendrá lugar primero en Alemania”). Pero en el siglo siguiente, su engendro ideológico destruyó al otro enemigo del poder mundial: Rusia. Y Alemania le siguió después. Fueron necesarias dos guerras mundiales para doblegar, saquear y endeudar a Alemania.
Inventar guerras y genocidios les es muy útil a los banqueros internacionales ¿ Como logró la usura internacional con sede en Inglaterra apoderarse de todo el oro de América que robaron los españoles en su saqueo genocida? Es muy simple: inventando guerras contra España, para endeudarla después y así vampirizarle todo el oro.
También es apropiado recordar que Marx no inventó el comunismo marxista. Este fue ideado por Moisés Hess y su equipo talmúdico-cabalista. A Marx lo eligieron después porque era un doctor en filosofía bastante capaz que podía hacer una buena elaboración y presentación de ese proyecto.
Obnubilados por permanentes lavados de cerebro, los humanos creen erróneamente que se trata de dos ideologías opuestas y no de una y la misma cosa. Hay otra posición, por supuesto, opuesta a la capital-marxista, la única que destruiría a la mafia financiera internacional de los parásitos, pero está prohibido hablar de ella.
Dialogando con Adrian Salbuchi sobre la conveniencia de no pagar la deuda externa, Salbuchi nos preguntó: “¿No pagar la deuda? ¿Y con qué?”Le preguntamos: ¿Qué es “con qué”? Salbuchi lo dijo claramente: “¡Quiero decir con qué armas!” Claro, hay que tener Fuerzas Armadas bien pertrechadas para oponerse a los vampiros internacionales. Y Argentina no tiene nada de eso.
Venezuela es un país marxista que paga religiosamente los intereses de su deuda, y si quisiera podría oponerse a esos pagos, pues sus Fuerzas Armadas son las primeras de Sudamérica, pero eligió seguir pagando. En el tema de las Fuerzas Armadas sudamericanas, a Venezuela le siguen dos países capitalistas, Brasil en segundo lugar y Chile tercero. Sin embargo, ninguno de estos tres países osaría poner en peligro al poder usurero mundial, pues tanto los capitalistas como los marxistas son sus cómplices.
Si estas tres potencias militares sudamericanas se dejan chupar la sangre por los usureros, es simplemente porque están a su servicio, porque son, o liberal-masónicas, o marxistas, que es lo mismo. No hay otra explicación.
Peor está la situación para Argentina, que en tema armamento y Fuerzas Armadas está al nivel de Costa Rica. Y pensar que con un endeudamiento de 30.000 millones de dólares, como hizo Venezuela, estaríamos armados hasta los dientes con armamento ruso, aunque mas no sea para defender con dignidad nuestra soberanía en la Patagonia y la Antártida.
Pero, esas armas ¿serían suficientes? No. Son necesarias armas superiores a las del poder mundial para poder aniquilarlo reduciéndolo a lejía. Parece una locura, una quimera imposible, pero tal vez esto pueda materializarse si se hacen ciertas cosas ¿Por qué no?
No estamos hablando de bombas nucleares, que son caras, difíciles de fabricar, fáciles de ser descubiertas y difíciles de transportar a los objetivos para su explosión. Miren lo que ocurre con Iran. Y en el caso de Argentina, si no le permitieron a este país armar el misil Condor 2 (casi les bombardean Falda del Carmen), menos va a poder construir un artefacto nuclear. Además, ¿de qué serviría? Descartado, no estamos hablando de tales armas.
Nos estamos refiriendo a otro tipo de armas, a armas no convencionales, de bajo precio, y que no puedan ser descubiertas por el enemigo. Armas no declaradas. Y que sean de destrucción masiva.
Por ejemplo, las armas biológicas. Hay armas biológicas que pueden fabricarse en un garaje, y con el mayor anonimato y bajo precio. No ocupan lugar y son fáciles de transportar a territorio enemigo. La Toxina Botulímica H podría matar a 2.000 millones de personas. Esto y algo más está en mi libro “La Cosmovisión Prohibida”, gratis en Internet.
También están las armas electromagnéticas, los lasers de Rayos X, etc.
En este punto podemos citar las investigaciones y descubrimientos del argentino Luis Felipe Moyano, muerto misteriosamente (¿asesinado?) en 1996. Moyano dedicó su vida a la formación espiritual del guerrero y a la investigación de armamento no convencional y de gran eficiencia letal. Sus resultados fueron tan prohibidos que hoy es difícil recuperarlos y ordenarlos, pero no es tarea imposible.
Después están las armas parapsicológicas, a las que he dedicado cuarenta años de mi vida. Con este tipo de armas es posible, entre otras cosas, matar a distancia, impunemente y en poco tiempo. Ideal para la guerra. Sobre ellas hablo en mi libro “La Gnosis Prohibida”,gratis también en Internet.
En una oportunidad vino un hombre (¿Luis Felipe?) a mi oficina en Buenos Aires y me dejó los planos de un “transmisor telépatico”. Era un diagrama complejo, pero sin las medidas. Le pregunté por esas cifras y me respondió: “todo estará en un libro que estoy terminando y que te traeré aquí”.Ese libro tenía un título extraño, “Metafísica de la …” (no recuerdo el título completo). Ese libro, del que seguramente había un solo ejemplar, nunca llegó a dármelo, hoy está desaparecido. Era su aporte a la guerra parapsicológica, pero su especialidad eran las armas no convencionales basadas en la antigravedad, propulsión no convencional de naves, energías telúricas, y muchas cosas más.
La otra preocupación de Luis Felipe Moyano era la formación espiritual de los soldados. A ellos les recomendaba estudiar su Novela y los Fundamentos (están gratis en Internet). Para Moyano, toda ideología, todo sistema de creencias, toda actitud guerrera, debe estar fuertemente asentada en cimientos teológicos firmemente establecidos. Sin ellos, el hombre está desnudo, inerme, confundido, ciego y dormido. Solo por una motivación muy profunda, espiritual y teológica, los hombres deciden ir a la guerra a matar o morir. Es urgente y necesario estudiar el Conocimiento completo que Luis Felipe Moyano trajo a este mundo. Esa es la llave que abrirá todas las puertas.
Difícil es la formación perfecta de un soldado ahora que, además de confusión ideológica, y en la imposibilidad de que un superior pueda sancionar a un subalterno, ausentes también los calabozos y estaqueamientos, todo en ese ámbito de formación y aprendizaje parece estar perdido irremediablemente. En vez de guerreros con Espíritu, se están formando afeminados con alma. Pero no todo está totalmente perdido. Hay una gran posibilidad de triunfar que, aunque muy difícil, no es imposible de lograr.
A esos hombres de armas quiero recordarles que los guerreros no hemos venido a este mundo a procurarnos placer o felicidad. Este mundo es para nosotros el Valplads, el campo de batalla. Y hemos venido a este mundo a destruir toda la obra de nuestro Enemigo desde adentro.
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