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Etiqueta: herejes

Judas: Fragmentos de Bart Ehrman

Fragmentos tomados de “La cristiandad alerta: la visión alternativa del Evangelio de Judas”.
Por Bart D. Ehrman, profesor de la cátedra James A. Gray y de Estudios Religiosos en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, y experto en cristianismo primitivo.

1. El evangelio recién descubierto presenta a un Judas bastante diferente del que habíamos conocido. Aquí no se trata del discípulo de Jesús malvado, corrupto y diabólico que traicionó a su maestro entregándolo a sus enemigos. En lugar de eso encontramos al amigo más íntimo de Jesús, el que le entendió mejor que ningún otro y entregó a Jesús a las autoridades porque Jesús quiso que así lo hiciera.
Entregándolo, Judas prestó el servicio más grande inimaginable. Según este evangelio, Jesús quería escapar de este mundo material y contrario a Dios y volver a su morada celestial. Este evangelio contiene concepciones completamente diferentes de Dios, del mundo, Cristo, la salvación y la existencia humanas -por no hablar del propio Judas- del cuerpo de creencias cristianas que quedó establecido como canon.

2. Ireneo es uno de los primeros y mejor conocidos refutadores de herejes de la antigüedad cristiana. Ireneo escribió un trabajo en cinco volúmenes que atacaban a los herejes (los que sostienen falsas doctrinas) y expuso un punto de vista que a él le parecía «ortodoxo» (correcto). En esa obra menciona diversos grupos heréticos. Uno de los textos erróneos que cita es el Evangelio de Judas. Los herejes a los que Ireneo vio como más peligrosos para la ortodoxia cristiana fueron los gnósticos.

3. Aquí debo explicar en términos generales lo que tenían en común las diversas y extendidas sectas gnósticas y por qué escritores ortodoxos como Ireneo los veían como una amenaza. El término gnosticismo deriva de la palabra griega gnosis, que quiere decir «conocimiento». Gnósticos son los que «tienen el conocimiento». ¿Y qué es eso que saben? Conocen secretos que pueden conducir a la salvación. Para los gnósticos, una persona se salva no por la fe en Cristo o por sus buenas obras, sino por el conocimiento de la verdad, la verdad acerca del mundo en el que vivimos, acerca de quién es el verdadero Dios y, especialmente, acerca de quiénes somos nosotros mismos. En otras palabras, se trata en gran medida de autoconocimiento: conocimiento de nuestro origen, de cómo hemos llegado aquí y de cómo podemos volver a nuestra morada celestial. Según la mayoría de los gnósticos, este mundo material no es nuestra casa. Estamos atrapados aquí en estos cuerpos de carne, y necesitamos aprender el modo de escapar.

4. Divinidades menores crearon nuestro mundo material, hicieron el mundo como lugar donde retener las chispas de divinidad que habían capturado, a las que colocaron en cuerpos humanos. Algunos humanos, en otras palabras, tienen un elemento de la divinidad en su interior, en su núcleo esencial. Esas personas no tienen almas mortales, sino inmortales, encerradas temporalmente en este miserable y caprichoso reino material. Y esas almas necesitan escapar, volver al reino divino de donde vinieron. Los mitos narrados por los diversos grupos gnósticos diferían bastante entre sí en muchos detalles. A los lectores modernos eso mitos pueden resultarles enormemente confusos y extraños. Pero su punto más importante está claro: este mundo no es la creación del único dios verdadero. El dios que hizo este mundo -el Dios del Antiguo Testamento- es una deidad de segundo orden, inferior. No es el Dios supremo que debe ser adorado. Más bien debe ser evitado aprendiendo la verdad sobre el reino divino definitivo, sobre este perverso mundo material y sobre cómo podemos escapar de él.

5. No todo el mundo cuenta con los medios para escapar. La causa es que no todo el mundo tiene la chispa de divinidad en su interior; solo algunos de nosotros. Los demás son las creaciones del dios inferior de este mundo. Ellos, como las demás criaturas que hay aquí (perros, tortugas, mosquitos y otros), morirán y ése será el final de su historia. Pero algunos de nosotros somos divinidades atrapadas. Y necesitamos aprender la manera de volver a nuestra morada celestial. ¿Cómo podemos hacernos del conocimiento secreto necesario para nuestra salvación? Obviamente, no podemos conseguirlo observando el mundo que nos rodea y deduciéndolo por nosotros mismos. El estudio de este mundo sólo proporciona información sobre la creación material de una deidad inferior que no es el Dios verdadero. Lo que necesitamos no es eso, sino que se nos haga una revelación desde las alturas. Es necesario que haya un emisario del reino espiritual que venga a nosotros para decirnos la verdad sobre nuestro origen, nuestro destino y cómo podemos escapar.

6. Los perseguidores de herejías, como Ireneo, encontraban a los gnósticos particularmente peligrosos y difíciles de atacar. El problema era que no se podía razonar con un gnóstico para mostrarle que seguía un camino equivocado: ¡Él tenía un conocimiento secreto del que los otros carecían! Si se le decía que erraba, él podía simplemente encogerse de hombros y tacharnos de ignorantes. Y así Ireneo y otros como él tuvieron que echar el resto de sus ataques intentando convencer a otros cristianos, al menos, de que en realidad los gnósticos no estaban en posesión de la verdad, sino que la habían pervertido rechazando al Dios del Antiguo Testamento y su creación.

7. Uno de los muchos grupos gnósticos que Ireneo atacó fue el de los cainitas. No sabemos si este grupo realmente existió o si Ireneo simplemente se inventó el nombre; no hay ningún registro independiente que mencione su existencia. De todos modos, una de las cosas que Ireneo dijo sobre los cainitas es que el Evangelio de Judas era el punto de referencias de sus creencias aberrantes.
El grupo tomó su nombre de Caín, el primer hijo de Adán y Eva. Caín es conocido en los anales de la historia bíblica por ser el primer fratricida. Estaba celoso de su hermano menor Abel, a quien Dios amaba de manera especial, y por eso Caín lo mató (Génesis 4). ¿Por qué entonces los cainitas lo escogieron entre todos los humanos como figura fundamental de su fe? Porque creían que el Dios del Antiguo Testamento no era el dios verdadero al que había que adorar, sino el ignorante creador de este mundo del cual había que escapar. Y así todos los personajes de la historia judía y cristiana que se enfrentan a Dios -Caín, los habitantes de Sodoma y Gomorra y finalmente Judas Iscariote- eran los únicos que habían visto la verdad y habían entendido los secretos necesarios para la salvación.

8. Según Ireneo los cainitas llevaron su oposición al Antiguo Testamento a una posición ética extrema. Se oponían a cualquier cosa ordenada por Dios, y apoyaban todo aquello a lo que Dios se oponía. Si Dios decía que hay que respetar el descanso del sábado, no comer cerdo y no cometer adulterio, ¡entonces la manera de demostrar la libertad respecto de Dios era ignorar el sábado, comer cerdo y cometer adulterio!
No sorprende comprobar que un grupo gnóstico con tal inversión de valores veía en el supuesto enemigo de Jesús a su mayor aliado. Según Ireneo, los cainitas tomaban como autoridad el Evangelio de Judas. Y según este evangelio, nos dice Ireneo, sólo Judas entre todos los discípulos entendió el mensaje de Jesús e hizo lo que el propio Jesús quería, entregándolo a las autoridades para que lo crucificaran. De ese modo veían a Judas como el perfecto seguidor de Jesús, aquel cuyos actos había que imitar en lugar de despreciarlos. Porque fue a él a quien Jesús hizo depositario del conocimiento secreto necesario para la salvación.

9. En este evangelio Judas en el único discípulo que entiende la verdadera naturaleza de Jesús, y el único a quien Jesús da a conocer su revelación secreta que puede conducir a la salvación. Los otros discípulos adoran al Dios del Antiguo Testamento, y por ello son «ministros del error». Puesto que conoce la verdad, Judas presta el mayor servicio a Jesús: lo entrega para que lo ejecuten y para que así el ser divino que hay dentro de Jesús pueda escapar de la trampa de su cuerpo material. O, como Jesús declara de manera palmaria en este evangelio, «Tú (Judas) los superas a todos ellos (es decir, a los demás discípulos), porque tú sacrificarás el cuerpo en el que vivo».

10. La salvación no llegará por la adoración del dios de este mundo o la aceptación de su creación, llegará por la negación de este mundo y por el rechazo del cuerpo que nos liga a él.

11. El creador de este mundo no es el único Dios verdadero; este mundo es un lugar perverso del que hay que escapar; Cristo no es el hijo del creador; la salvación no llega por la muerte y la resurrección de Jesús, sino por la revelación del conocimiento secreto que él nos hace.

12. Está claro que Jesús no pertenece al dios de este mundo; uno de sus propósitos, de hecho, es revelar la inferioridad y la bajeza moral de ese dios antes de volver al reino divino, el mundo perfecto del Espíritu, tras abandonar su cuerpo mortal.

13. No hay necesidad de reconciliación con el creador de este mundo, que no es más que un rebelde sanguinario. Por el contrario, lo necesario es escapar de este mundo y de su creador.

14. Adoran al Dios de los judíos, pero ese dios es un tonto atolondrado. Él creó este mundo, pero el mundo no es bueno: es un pozo negro de miseria y sufrimiento. El verdadero Dios nunca tuvo nada que ver con este mundo. Es preciso escapar de este mundo, no integrarse en él. Los cristianos protoortodoxos difunden una falsa religión. Sólo la religión enseñada secretamente por Jesús a su más íntimo seguidor, Judas, es definitivamente verdadera.

Fragmentos del Evangelio de Judas

1. Sabiendo que Judas reflexionaba sobre algo elevado, Jesús le dijo: «Manténte alejado de los otros y te explicaré los misterios del reino. Puedes alcanzarlo, pero a costa de gran sufrimiento».

2. Jesús dijo: «Ven, que puedo enseñarte secretos que nadie ha visto. Porque existe un reino grandioso e ilimitado, cuya extensión no ha sido vista por generación alguna de ángeles, en el cual hay un grandioso e invisible Espíritu, nunca visto por los ojos de ángel alguno, nunca abarcado por la percepción del corazón, y nunca llamado con nombre alguno».

3. Dios ordenó a Miguel entregar a los hombres sus espíritus en préstamo, de manera que pudieran rendir culto, pero el gran Uno ordenó a Gabriel dar a la gran estirpe espíritus que no estuvieran sujetos a señor alguno, es decir: el espíritu y el alma.

4. En verdad yo te digo, Judas, que aquellos que ofrecen sacrificios a Saclas… Dios… todo lo que es malo. Pero tú los superarás a todos ellos, porque tú sacrificarás el cuerpo en el que vivo. Tu trompeta ya se ha alzado, tu cólera se ha encendido, tu estrella ha mostrado su fulgor, y tu corazón se ha vuelto fuerte.

5. La gran estirpe de Adán será enaltecida, porque antes que el cielo, la Tierra y los ángeles, esa estirpe, que viene del reino eterno, ya existía. Mira, ya se te ha dicho todo. Levanta tus ojos y mira la nube y la luz que hay en ella, y las estrellas que la rodean. La estrella que marca el camino es tu estrella. Judas alzó sus ojos y vio la nube luminosa, y entró en ella. Los que estaban en tierra oyeron una voz que venía de la nube y decía: gran estirpe…

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