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Etiqueta: jesuitas

5. José María Herrou Aragón habla sobre Religión y Marxismo

José María Herrou Aragón continúa respondiendo consultas enviadas, abordadnto algunos de estos temas: los gnósticos, la Gnosis Verdadera, el Mundo de Ilusión, Shiva, Kali, el Maya, Satanás creador, la biblia, el antiguo testamento, Lucifer Salvador, Dios Incognoscible, el dios verdadero, el despertar del espíritu, San Agustín, el maniqueísmo, Mani, los Viryas perdidos, la sociedad teosófica al servicio del imperio inglés, grandes plagios de Blavatsky, Darwin, Einstein, Marx,  el Marxismo, demiurgo, los jesuitas, los ascetas, el papa.

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Los jesuitas promueven las dictaduras marxistas

La historia confirma que Fidel Castro es un jesuita encubierto. La historia oculta sobre él es conocida por unos pocos historiadores competentes en el mundo. La fidelidad de este hombre es servir a la voluntad del General de los Jesuitas (Compañía de Jesús), con sede en EL VATICANO.

Permitamos que la historia del mundo exponga su verdadera identidad y que la historia de Cuba hable por sí misma:
Este es el sitio web siguiente de Cuba: http://www.cubaheritage.com
La página web es la biografía oficial cubana de Fidel Castro:

1) Fidel Castro asistió a tres instituciones jesuitas. Colegio Lasalle y Colegio Dolores.

2) Luego asistió a una universidad jesuita de «estudios preparatorios» – obviamente, lo que podríamos llamar un programa de «Estudios Generales» – en el Colegio Belén. «Estudios generales», ya que, después de haberse matriculado allí, fue a la escuela de leyes.

3) Después de graduarse de la escuela de derecho se unió a los ortodoxos o Partido Demócrata Cristiano. Mis lectores europeos reconocerán inmediatamente que éste es el partido católico romano. El primer partido de la Democracia Cristiana comenzó en Italia bajo Pío XI en 1920. Pío XI disolvió después ese partido y dedicó todo su apoyo a Benito Mussolini y sus fascistas. El líder de la Democracia Cristiana se vio obligado al exilio, aunque él y El Papa Pío XI se mantuvieron en buenos términos. Fue en Londres, que este líder conoció a un compañero de exilio – Avro Manhattan.

Volviendo a Fidel Castro: Castro estaba, obviamente, trabajando de pleno para los jesuitas cuando se unió al Partido Demócrata Cristiano como un joven abogado. Para el tiempo de la revolución cubana en 1958-59, los jesuitas en América Latina eran de ideología marxista-leninista, como Avro Manhattan y el ex sacerdote jesuita, Malachi Martin, bien documentaron.

Malachi Martin explica cómo, en 1963, los jesuitas se convirtieron en fanáticos comunistas de extrema izquierda, al mando de Pedro Arrupe, marxista y un gran defensor de Fidel Castro. Martin documenta en su libro «The Jesuits and the Betrayal of the Roman Catholic Church» (Los jesuitas y la traición de la Iglesia Católica Romana) cómo los jesuitas procedieron a fomentar revoluciones comunistas en toda América Latina y África, con la ayuda de Castro.

El fallecido ex sacerdote jesuita Alberto Rivera, honestamente reveló que el General Jesuita Pedro Arrupe fue el jefe del Partido Comunista de España.

Malachi Martin dejó a los jesuitas en 1964, pero mientras trabajaba en el Vaticano, se dio cuenta del hecho de que éstos y muchos cardenales de alto rango, habían celebrado una Misa Negra en el Vaticano. (en la Catedral de San Pablo.). Durante esta Misa Negra, estos cardenales y jesuitas “instalaron” a Lucifer como jefe de la Iglesia de Roma. Malachi Martin creía que gran parte del clero romano, en ese momento, comenzó a practicar el abuso de menores como parte de sus ritos satánicos de culto.

En cualquier caso conviene tener en cuenta que Malachi Martin pasó a trabajar como asesor para dos Papas más, ya no como jesuita. Él realizó el trabajo textual en los Rollos del Mar Muerto (era una autoridad en lenguas semíticas). Se sacó una foto de Malachi Martin sentado entre el Papa Juan Pablo I (el Papa asesinado) y el Asistente del Papa, Diego Lorenzi en 1978, mucho después de que Martin había dejado a los jesuitas. La imagen aparece en la excelente exposición que David Yallop hace en su libro «In God’s Name» (En el nombre de Dios) acerca de la muerte de Juan Pablo I y el escándalo del Banco del Vaticano.

Volviendo a Castro y la Cuba comunista: Calvary Contender, un periódico independiente Bautista online, reporta que Henry Morris, el autor de “The Genesis Flood» (El diluvio del Génesis) informó que el Papa visitó recientemente Cuba. Castro y él compartieron el mismo podio. El Papa Juan Pablo II sonaba tan comunista como Castro.

«EL PAPA Y CASTRO suenan igual en el socialismo – Fidel Castro y el Papa Juan Pablo II se reunió el pasado mes de noviembre. Cuba es abrumadoramente católica. A los católicos se les permite unirse a su «oficialmente ateo” Partido Comunista. El Papa suena muy al estilo de Castro en sus frecuentes condenas del capitalismo, el consumismo y el sufrimiento de los pobres. Él dijo, en la Cumbre Mundial de Alimentos de la ONU en noviembre, que el desequilibrio entre ricos y pobres (“los que tienen y los que no tienen «) no puede ser tolerado».

…………

Vamos a consultar la historia del mundo en cuanto a lo que dice acerca del jesuitismo y el comunismo:

Desde principios del año 1600 hasta mediados del 1700, la Compañía de Jesús (Jesuitas) experimentó y construyó una «Utopia» comunista en América del Sur. Una forma de sistema social comunal esclavizando nativos inocentes, los «indios guaraníes». Estos fueron llamados «Reducciones», siendo la más famosa la REDUCCIÓN JESUITA DE PARAGUAY. Paraguay es una de las numerosas regiones de América del Sur que fueron colonias de España y Portugal. El ministro portugués de El Rey, Marquis de Pombal, protestó ante el Vaticano diciendo que los jesuitas habían establecido su propio dominio dentro de los territorios reclamados por Portugal y España. Portugal y España descubrieron actividades mineras de los jesuitas en América del Sur, con la mano de obra de los indios guaraníes. La Reducción Jesuita en el Paraguay es la primera imagen del comunismo.

Karl Marx, (el padre del comunismo tradicional) fue entrenado en los principios del comunismo por los jesuitas en el Museo Británico en 1800, por cerca de 30 años.

Vladimir Lenin, fue entrenado por los Jesuitas en Ginebra (Suiza) acerca de los principios del comunismo. El embajador alemán en el Vaticano durante la República de Weimar y la Alemania nazi de Hitler, Diego Bergen, fue quien organizó la llegada de Stalin a Rusia desde Suiza, proporcionándole un tren sellado y completamente equipado (con la bandera del Vaticano en él). Fue cuando llegó a Rusia, que Lenin condujo la Revolución Bolchevique (Revolución Comunista Rusa).

León Trotsky, se le proporcionó un pasaje, de manera segura, desde Nueva York a Rusia para ayudar a la revolución bolchevique. Fue financiado por el recién establecido y jesuita, Federal Reserved Bank (Banco de Reserva Federal) el cual fue aprobado por un jesuita coadjutor temporal del presidente Woodrow Wilson, en connivencia con otro jesuita encubierto, el coronel Edward Mandel House.

El Banco de Reserva Federal financió la revolución bolchevique y esto quedó expuesto, a mediados de 1930, por El congresista Louis T. McFadden de Pennsylvania durante su discurso de privilegio en la Casa del Congreso de EE.UU.

Joseph Stalin, fue educado y entrenado por los Jesuitas en el seminario ortodoxo de Tiflis, Georgia, Rusia. Los jesuitas enseñaron los principios del comunismo a Stalin y al Cardenal Agagianian (Gregorio Pedro XV Agagianian fue Patriarca emérito de Cilicia de los Armenios y cardenal de la Iglesia Romana.)

Daniel Ortega , fue el jefe de los rebeldes sandinistas en Nicaragua y responsable del asesinato del presidente Anastasio Somoza. Fue el padre jesuita Fernando Cardenal quien formuló la Teología de la Liberación y la inyectó en los rebeldes sandinistas. Tanto Daniel Ortega como Fernando Cardenal fueron ayudados por el jesuita encubierto Fidel Castro. Esta nueva ideología se esparció por América del Sur y llegó a Sri Lanka, India y Filipinas. La Teología de la Liberación es catolicismo mezclado con marxismo y fue adoptada por los Padres Conrado Balweg y Luis Jalandoni.

Mao Tse Tung, fue entrenado por los Jesuitas alrededor de los principios del comunismo. En China, Mao Tse Tung fue ayudado y puesto en el poder por un conocido antropólogo jesuita, el padre Tielhard de Chardin.

Hasta este momento, sólo Colegios y Universidades de propiedad jesuitas de están enseñando teología de la liberación bajo el plan de estudios del programa de inmersión 141. Esta es una clara manifestación de que los jesuitas están enseñando comunismo o ideología marxista.

El ex maestro de Fidel Castro fue el padre jesuita Armando Llorente. El Padre Armando Llorente tiene 87 años y vive actualmente en una residencia jesuita en Miami, Florida. Exiliados nicaragüenses que ahora viven en Florida, EE.UU. culpan al padre jesuita Fernando Cardenal por ser el instigador de la guerra civil en Nicaragua llevada a cabo por los rebeldes sandinistas.

Cualquier persona que esté a punto de estudiar Historia del Mundo, ya la está estudiando o tiene un conocimiento adecuado acerca de la historia del mundo, no rebatirá estos temas y no estará de acuerdo en que son “teoría de la conspiración”.

Hay aproximadamente 6.000 libros escritos acerca de los jesuitas y muchos de estos libros fueron prohibidos, ya no hay manera de encontrarlos en ninguna librería famosa y se han perdido en las bibliotecas públicas de todo el mundo. La única biblioteca pública que continúa manteniendo estos libros raros y prohibidos acerca de los jesuitas es el Museo Británico de Londres. Pronto, los jesuitas los eliminarán también.

Fuente: Anónimo

Un comentario

El papa defiende a los criminales, no a sus víctimas

El papa Francisco, impactado: “Sentí las patadas en el alma”

En una carta, expresó un enérgico rechazo a la violencia y a la justicia por mano propia. Quedó conmovido por la muerte de un joven en Rosario que había robado una cartera. Ayer hubo más casos.

David Moreira, de Rosario. Tenía 18 años. Lo señalaron como el ladrón de una cartera, lo atropellaron y lo mataron a golpes. De este caso opinó el Papa.

09/04/14

Es el amor de una mujer el que anima al labrador a enfrentarse con el tirano. Nunca había sucedido algo así en Fuente Ovejuna, pueblo malacostumbrado a perder la dignidad frente a los caprichos del comendador, imparable en su deseo de ejercer el derecho de pernada sobre las doncellas del lugar. Pero ella es todo para el campesino, que logra protegerla de un primer ataque del poderoso, erecto en su virilidad, pero fruncido en su intentona, porque el enamorado lo tiene apuntado con la ballesta. Es la escena que dispara una tragedia social. Llegará el castigo para los insumisos. Para él, la cárcel y la sombra de una soga. Para ella, la violación brutal. El pueblo de los humillados estalla de furia. Los pobres arman la venganza y deciden hacer justicia por mano propia.

Seis siglos después de ese instante, luego recogido por Félix Lope de Vega en la obra teatral “Comedia famosa de Fuente Ovejuna” , el papa Francisco recordó ese relato de rebelión y barbarie cuando se enteró de los linchamientos en la Argentina, que mataron a algunos ladrones pero multiplicaron la cantidad de asesinos.

Le habían contado el caso de Rosario, donde un joven de 18 años fue molido a golpes por 50 vecinos que lo acusaron de haberle robado el bolso a una mujer. David Moreira fue reconocido por un tatuaje en el tobillo que se había hecho en enero, con las iniciales de los nombres de sus tres hermanos.

“Me dolió la escena. Fuenteovejuna, me dije. Sentía las patadas en el alma”, escribió el Papa en un carta a los hermanos Rodolfo y Carlos Luna, dos humanistas que viven en Suecia pero están atentos a lo que sacude a la Argentina.

El mensaje de Francisco contiene una profunda reflexión contra la violencia y advierte que toda la sociedad está involucrada en el drama de la justicia por mano propia, que desde la Navidad registra 24 episodios y nueve muertes de los presuntos delincuentes.

Ayer, en Callao y Posadas, Recoleta, un ladrón fue encerrado y golpeado hasta que intervino la policía. Otro motochorro fue liberado en Córdoba y un joven apareció con la cara deformada por los golpes en Posadas, Misiones. Los atacantes justifican su accionar en lo que consideran una “ausencia del Estado” ante la inseguridad.

David Moreira fue golpeado el 22 de marzo y murió a los tres días. No tenía antecedentes policiales. Trabajaba entre ladrillos y suelas, como peón de albañil y en una fábrica de calzado. No le alcanzaba la plata. Estudió hasta donde pudo, segundo año de la secundaria, que es obligatoria hasta quinto.

“No era un marciano, era un muchacho de nuestro pueblo”, escribió Francisco en su carta, inspirada en un David derrotado por Goliat.

“Me acordé de Jesús; ¿qué diría si estuviera de árbitro allí?: el que esté sin pecado que dé la primera patada”.

Francisco se puso en la piel del chico que aparece en una foto desarticulado como un muñeco, sangrante como la víctima de una guerra, al lado de una moto que lo mira como un toro arrollador. Lo expresó así: “Me dolía todo, me dolía el cuerpo del pibe, me dolía el corazón de los que pateaban”.

“Pensé que a ese chico lo hicimos nosotros, creció entre nosotros, se educó entre nosotros. ¿Qué cosa falló?

”, preguntó el Papa, sin las respuestas, o quizás con todas, porque desde que conduce la Iglesia ha planteado que el delito no se combate con revanchas ni barrotes, sino con inclusión social, con una casa por familia, con comida, y sin sumisión a la “tiranía del dinero”.

Jorge Bergoglio fue profesor de literatura española en Santa Fe, en 1964 y 1965. Tuvo los clásicos a mano y Lope de Vega fue uno de ellos, no por la perfección de su métrica ni la riqueza de sus sonetos, sino por el relato social que abarcaba.

– ”¿Qué es lo que quieres tú que el pueblo intente?

-Morir, o dar muerte a los tiranos, pues somos muchos, y ellos poca gente” , dice la página de Fuente Ovejuna donde el pueblo se subleva y dictamina: “¡A la venganza vamos!” .

A la incitación se suma Laurencia, la joven amada por Frondoso y vejada por Fernán Gómez, el comendador mayor de la Orden de Calatrava: “¿Qué dagas no ví en mi pecho?

qué palabras, qué amenazas, y qué delitos atroces por rendir mi castidad a sus apetitos torpes” .

Hoy no hay versos, pero sí carteles, anónimos, que por ejemplo advierten: “A toda persona que se le sorprenda cometiendo algún delito, será enjuiciado por el pueblo, por no contar con seguridad municipal” ó “Ratero, si te agarramos, no vas a ir a la comisaría ¡¡Te vamos a linchar!!”. El cardenal Mario Polli se preocupó: “Hay muchos signos de muerte en Argentina. Los cristianos no debemos agregar ni una gota de violencia a esta situación”.

Hay un párrafo final en la carta de Francisco, donde señala, por el linchamiento de David, que “lo peor que nos puede pasar es olvidarnos de la escena. Y que el Señor nos dé la gracia de poder llorar …, llorar por el muchacho delincuente, llorar también por nosotros ”. Anoche, Clarín le leyó la carta a Lorena Torres, la mamá de David: “Siento el mismo dolor que Francisco, un hombre de buen corazón. Porque nadie puede ser asesinado así, sea inocente o culpable”.

Fuente: Pablo Calvo (Clarín)

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Nimrod de Rosario y los Jesuitas

por Soy Virgen Esterna

Dedicado a mi maestro hiperbóreo Mario I. García Vives

En Belicena Villca

«… leía el artículo “Jesuita” donde hay un cuadro titulado “La Compañía de Jesús vista por la Masonería” en el cual se ve, entre innumerables símbolos de todo tipo, al Superior General de la Orden Jesuíta sentado sobre una montaña de cráneos, de donde asoma también la cruz de Cristo».

«… la Compañía de Jesús creó, en el siglo XIX, el “Rito Masón del Real Arco”, el cual fue finalmente adherido al “Gran Oriente Inglés” del “Rito Escocés Antiguo y Aceptado”, con lo que ambas organizaciones establecieron puntos de contactos permanentes. Desgraciadamente la prueba está a la vista hoy día, al considerar el marxismo aristocrático que sustentan los pensadores jesuitas.»

«… en plena “conquista de América” por España, una legión de jesuitas, herederos naturales de los benedictinos y Templarios, se asentaría en la región para intentar localizar y robar…».

En Eva Perón y la Orden de Constructores Justicialistas

«… los Jesuitas aplicaron un verdadero marxismo colectivista en sus organizaciones sociales; formaban una casta muy cerrada, elitista y profundamente esotérica, pues manejaban ciertas cábalas – como la musical – con las cuales operaban sobre los indígenas. Además tenían un amplio conocimiento en el comercio a punto tal que parecían fenicios, ya que era fabuloso el caudal de riquezas que acumularon; llegaron a tener mayor poder económico que el papado mismo…»

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La sinarquía jesuita contra la Iglesia de Cristo

Fragmentos del libro «La Compañía de Jesús contra la Iglesia y el Estado», de Carlos A. Disandro y Jorge L. Street.1. Pretendemos además señalar en los inequívocos antecedentes de los conflictos institucionales de la Compañía con la corona española, en América, el verdadero rumbo de un enfrentamiento que culminará con Carlos III, y que no tiene ninguna relación de fondo con las maquinaciones anticatólicas, descriptas por la bibliografía jesuita y pro-jesuita, para velar el sentido de una organización superestatal, antinacional e imperialista (en el sentido peyorativo del término); y subrayar también en los graves conflictos canónicos con los obispos no una mera cuestión de temperamentos humanos, sino el despuntar de una grave distorsión teológica, que habrá de consolidarse precisamente en el siglo XVII, y que pretende reconducir la Iglesia a la esfera del judaísmo, anular las tendencias del teandrismo crístico, establecer un judeocristianismo monoteísta, contrario a la tradición de los más decisivos concilios doctrinales. En los cuatro siglos de la Compañía de Jesús ese rumbo ha culminado al fin con el ecumenismo del Vaticano II, cuyos antecedentes pueden rastrearse en muchas cuestiones, doctrinas, polémicas, personajes, libros de fin del siglo XVI y del siglo XVII.2. Un estudio exhaustivo del obispo del Tucumán Fray Francisco de Vitoria, O. P., indudable cabeza de la judaización en la temprana colonia virreynal. Sería menester compulsar la documentación de los archivos españoles y vaticanos, o publicaciones conexas.

3. Un estudio exhaustivo de la intervención de la Compañía de Jesús en el mercado de esclavos negros, con la publicación de todos los documentos pertinentes, lo mismo que de su intervención en el trasiego de contrabando.

4. La expulsión decretada por Carlos III (1767) y la extinción a perpetuidad sancionada por Clemente XIV (1773) se comprenden pues como coronación de dos largos siglos de conflictos institucionales, que tienen en América hispana un ámbito de increíble y forzosa dramaticidad. El Instituto de Cultura Clásica -que ya afrontó la publicación del Breve de Clemente XIV Dominus ac Redemptor- cuenta entre sus proyectos de estudio, investigación y publicación, reexaminar también la impresionante serie de documentos romanos, que por otras perspectivas develan los trasfondos de la sorprendente organización revolucionaria y mercantilista de esta Societas judaizante.

5. La intervanción de la Compañía de Jesús en el comercio y contrabando de negros es un detalle grueso que muestra a las claras el carácter mundano, político, financiero del instituto ignaciano, que hizo decir a muchos europeos y americanos de los s. XVII y XVIII que eran «los nuevos templarios». Sería interesante una publicación íntegra de toda la documentación correspondiente, obrante en el Archivo General de la Nación (AGN), y tal vez en otros archivos del país, para quitarle definitivamente a la Compañía el falso lustre que la acompaña.

6. Pero la intervención de la Compañía de Jesús en el contrabando americano nos podría dar el hilo de la cuestión. Los dos libros mencionados son importantes en cuanto a datos y personajes, totalmente desconocidos por la histiriografía común. Schoeps es autor también de la Theologie und Geschichte des Judenchristentums, Mohr, Tübingen 1949, donde pueden rastrearse los antecedentes judaicos y judaizantes que se reflejarían en las doctrinas heréticas de los jesuitas en América.

7. Las antiguas pretenciones del judaísmo rabínico de la diáspora helenístico-romana, a saber, insumir el cristianismo en una gnosis judeo cristiana , interrumpidas desde el siglo V, se reanudan hacia el fin de la Edad Media, y terminan por definirse y concentrarse, en el seno mismo de la Iglesia, por obra del Instituto ignaciano de la Compañía de Jesús.

8. La tenaz resistencia de los jesuitas a las visitas pastorales hace pensar que estaba en juego no sólo el problema jurisdiccional del obispo, o del patronazgo real (o cuestiones económicas conexas), sino también la sospecha (o la certeza) de que la Compañía seguía su propio rumbo en materia catequética indígena. Pues de lo que puede inducirse de la documentación examinada, ya corría la presunción de que los jesuitas se habían apartado del catecismo Bolaños y de las disposiciones de los concilios y sínodos americanos. Sabemos además que la Compañía había hecho imprimir el catecismo de Antonio Ruiz de Montoya, S. J. (1640) en clara contraposición al sínodo de 1631.

9. ¿Como podría aceptarse el embuste de la historiografía jesuita que Peralta era «amigo de Cárdenas»? Además la fisonomía del deán Gabriel de Peralta se recorta siniestramente en su actuación como provisor eclesiástico de Buenos Aires, fisonomía de negrero, empeñado en servir a la Compañía en el comercio o contrabando de esclavos. Cf. AGN. División Colonia.Sec.. Gobierno. 9-6-9-3., fs. 172-174. Sería de alto interés reestudiar toda la documentación sobre el comercio de esclavos y la Compañía de Jesús, para determinar con precisión sus tres grandes etapas americanas: esclavista (s. XVII), libertaria (s. XVIII y XIX), marxista-leninista (s. XX).

10. Sobre todo era menester sustentar definitivamente en un respaldo indiscutido e indiscutible la modulación doctrinal que los jesuitas practicaban en lengua guaraní: ella era en suma una corrupción judaizante de la Fe trinitario-teándrica; esa victoria debía darles al mismo tiempo inmunidad jurisdiccional, religioso-política, en sus misiones, para seguir el rumbo de enfrentamiento contra la Iglesia y la Corona.

11. Es probable que los jesuitas, ya en 1631, hubieran introducido variaciones en este catecismo, pues el segundo sínodo (1631) encargó a los padres Diego de Boroa y Marcial Lorenzana que cuidasen de que el catecismo se imprimiese con las licencias necesarias, lo cual hubiera evitado desde luego equivocidades, sospechas, etc. Pero los jesuitas no cumplieron su cometido.
Hacia 1643-1644, el obispo Cárdenas, que podía consultar aún el original en los archivos catedralicios habría advertido esos cambios y sospechado de las maniobras jesuitas. Se inicia así la polémica que ha de durar unos veinte años. Cárdenas, sin embargo, en el escrito ya mencionado del 23 de octubre de 1646 (es decir, diez años antes de la instrucción del sumario Mexía y de la congragación de Ocon), afirma enfáticamente que «hay herejías gravísimas contra la generación eterna y temporal del Verbo Divino, y contra la Virginidad de Nuestra Señora, que rezan los indios en su lengua, y en el cathecismo están introducidas e impresas por autor de la Compañía».

12. Nos queda la perspectiva teológica y el nivel del rumbo ulterior de la Compañía en su «república guaranítica». En efecto, de este análisis semántico y de la reconstrucción probable de las implicancias más significativas en la polémica, surge con nitidez la imagen de una herejía judaizante en lengua guaraní. Esa herejía fue propugnada, precisamente, por judaizantes y por judeoconversos o criptojudíos en los primeros siglos del cristianismo, y ásperamente combatida por los Apóstoles, por los escritores apostólicos y por los Santos Padres, entre otros por San Jerónimo. La herejía consiste en propugnar la filiación humano-judaica de Jesús para reintegrarlo a la línea de los profetas hebraicos, e insumir de ese modo la Iglesia en el judaísmo. Se trata de una herejía cristológica, que refluye como es evidente en una herejía eclesiológica.
Tal sería pues el caso de esta renovación del judeocristianismo en América, desde fines del s. XVI, expresado en un contexto guaraní. Tal sería además la meta religiosa de la Compañía y de sus numerosos profesos judeoconversos: ensayar con el indio americano un retorno a la ancestral religion de los «padres hebraicos» e impregnar la mentalidad guaranítica de las tendencias del judaísmo barroco, profundamente incrustado en la Iglesia de la Contra-Reforma y profundamente inviscerado en las instancias políticas de la Corona española.

13. Nos interesa en cambio el signo de la mentalidad jesuítica, en una sociedad religioso-lingüística endógena, que suponía sin duda alguna la degradación del contenido religioso objetivo de la Revelación y del Culto.

14 ¿No habría acaso que ahondar con mayor esfuerzo esta problemática americana, para extraer, como concecuencia ilustrativa, que desde sus orígenes algo es en la Compañía antiromano, y algo es antiimperial; que desde sus orígenes, el sesgo jesuítico consiste en derivar una milenaria piedad hacia las formas involutivas del judeo-cristianismo; en erosionar y romper la forma política romano-germánica, que se expresa en el marco de las naciones, hacia un internacionalismo, y luego mundialismo teocrático; en fin, en desalojar el contenido doctrinal heleno-crístico en procura de un monoteísmo, incompatible con la fe de Nicea y Calcedonia, pero compatible con un nominalismo teológico, que permite igualaciones hereticales, como las que ocurren al nivel guaranítico de América? Así entendemos que el mismo nombre diabólico, con que los relegados indios designaban incluso a sus hechiceros, fuese tenido por apto para expresar el misterio de la Fe trinitaria.

15. Los indios sólo podían ingresar al Pentecostés de la Iglesia (es decir, a la unidad lingüístico-cultural-doctrinal), a través del español, que representaba el término forzoso entre la «fragmentación» indígena y la universalidad neo-latina. Sustraerlos a la comunidad de lengua española era de alguna manera mantenerlos en una diáspora endógena. Esto es para nosotros un signo del «judaísmo» jesuítico, tan importante como el hecho del aporte incesante de judeo-conversos al instituto de San Ignacio, a tal punto que M. Bataillon sostiene «que la reforma católica en España fue, en gran parte obra de conversos judíos».

16. Los guaraníes, lingüísticamente endógenos, quedaban ipso facto separados de la comunidad española; y faltando esta mediación quedaban escindidos de la romanidad católica, del latín sacro, del principio descendente de sus virtudes político-doctrinales. ¿No vemos en esto un ensayo de una «iglesia indígena», conectada con una geopolítica indigenista, al servicio de otros planes que los acontecimientos derivaron o interrumpieron? ¿No vemos acaso en la supuesta sociedad guaranítica el primer ensayo de un «hombre natural», desarticulado de la fuente «romana» (en su lado religioso y en sus implicancias temporales), afincado como comunidad, con caracteres de comunismo levirático? ¿No es ese hombre o esa sociedad el principio de una vasta revolución doctrinal, institucional, psicológica? ¿Y toda esta compleja trama no se inscribe en definitiva en la verdadera naturaleza revolucionaria de la Compañía, que ha buscado en la perención de la sacralidad heleno-romana el retorno de «cristianismo» a «judaísmo»? Si así fuera -como lo es para nosotros- la empresa de la «república guaranítica» desde comienzos del siglo XVII en América, sería el testimonio de la primera «revolución cultural» en occidente cristiano, más honda que el luteranismo, en cuanto pretendió un inicio absolutamente autónomo; más vasta que los intentos infiltratorios en el lejano oriente, cuyo cuerpo político cultural tenía de todos modos una venerable antigüedad. En América guaranítica, el judaísmo de la Compañía pretendió instaurar un nuevo ciclo histórico, cuyo proceso efectivo hubiera significado otros rumbos y otras concecuencias.

17. Es curioso señalar como en estas alternativas, más o menos dramáticas, eran españoles ilustrados los que advertían el peligro de la fe, en la difusión de las herejías judaizantes (a las que desde el comienzo fue afecta la Compañía).

18. Manuel Bautista Pérez, que había de ser quemado en la hoguera, en auto público, por hereje, judaizante y ficto simulado impenitente, estaba considerado entre los Padres Jesuitas de Los Reyes (Lima) por un cristiano ejemplar, como parecen demostrarlo sus declaraciones en el Santo Oficio, cuando el citado M. B. Pérez les citó para testigos de su defensa.

19. Los judaizantes del instituto ignaciano se diferenciaban en esto de sus hermanos de raza y religión, que operaban en el vasto mundo comercial de América: ellos, los jesuitas, pretendían algo más que el mero lucro o la inteligente explotación de los recursos indianos (según lo describe con máxima claridad el obispo Palafox). Sobre la base de ese dominio económico-financiero-comercial, compartido con los judaizantes y cripto-judíos, la «Compañía de Jesús» procuraba un imperio espiritual, de bases doctrinales y teológicas, que nos dan una imagen sorprendente de las orientaciones jesuíticas.

20. Surge con irrefutable evidencia que judaísmo barroco y «Compañía de Jesús» intentaron sobre la base de la conquista española (magnífica y heroica) otra conquista, que tendiera a establecer una impronta semítica, que significara simplemente la muerte de España. En este proyecto fracasaron; quedaron empero las consecuencias espirituales y políticas de tal empresa.

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