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Física Hiperbórea: Fragmentos de Nimrod de Rosario

El Misterio de Belicena Villca

1. Para el gnóstico “el mundo” que nos rodea no es más que la ordenación de la materia efectuada por el Dios Creador, El Uno, en un principio, y a la cual percibimos en su actualidad temporal. La Sabiduría Hiperbórea, madre del pensamiento gnóstico va más lejos al afirmar que el espacio, y todo cuanto él contenga, se halla constituido por asociaciones múltiples de un único elemento denominado “quantum arquetípico de energía”, el cual constituye un término físico de la mónada arquetípica, es decir, de la unidad formativa absoluta del plano arquetípico.

2. Estos quantum, que son verdaderos átomos arquetípicos, no conformadores o estructuradores de formas, poseen, cada uno, un punto indiscernible mediante el cual se realiza la difusión panteísta del Creador. Es decir que, merced a un sistema puntual de contacto polidimensional, se hace efectiva la presencia del Demiurgo en toda porción ponderable de materia, cualquiera que sea su calidad. Esta penetración universal, al ser comprobada por personas en distinto grado de confusión, ha llevado a la errónea creencia de que “la materia” es la propia substancia de El Uno. Tal las concepciones vulgares de los sistemas panteístas o de aquellos que aluden a un “Espíritu del Mundo” o “Anima Mundi”, etc. En realidad la materia ha sido “ordenada” por el Creador e “impulsada” hacia un desenvolvimiento legal en el tiempo de cuya fuerza evolutiva no escapa ni la más mínima partícula (y de la cual participa, por supuesto, el “cuerpo humano”).

3. He hecho esta exposición sintética de la “Física Hiperbórea” porque es necesario distinguir dos grados de determinismo. El mundo, tal cual lo describí recién, se desenvuelve, mecánicamente, orientado hacia una finalidad; éste es el primer grado del determinismo. Con otras palabras: existe un Plan a cuyas pautas se ajusta, y a cuyos designios tiende, el “orden” del mundo; la materia librada a la mecánica de dicho “orden” se halla determinada en primer grado. Pero, como dicho plan, se halla sostenido por la Voluntad del Creador, y Su Presencia es efectiva en cada porción de materia, según vimos, podría ocurrir que El, anormalmente, influyese de otra manera sobre alguna porción de realidad, ya sea para modificar teleológicamente su Plan o para expresar semióticamente su intención, o por motivos estratégicos; en ese caso estamos ante el segundo grado del determinismo.

4. Por “motivos estratégicos” se entiende lo siguiente: cuando el hombre despierto emprende el Regreso al Origen en el marco de una Estrategia Hiperbórea emplea técnicas secretas que permiten oponerse efectivamente al Plan. En estas circunstancias el Creador, anormalmente, interviene con todo Su Poder para castigar al intrépido.

Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea

5. ¿Qué es un punto indiscernible? Respuesta: una región del ente NO ESPACIAL, es decir, NO COORDENABLE. Y ¿Cuál es la esencia de semejante región, si la misma no es extensa, vale decir, no es espacial? Respuesta: la esencia del punto indiscernible es el tiempo trascendente, la Conciencia del Demiurgo que fluye a través de todos los entes.

6. Ante todo, hay que aclarar que el contenido de este sub-artículo es un extracto de la “Teoría Gravis” de la Sabiduría Hiperbórea que se ha desarrollado con detalle en el libro “Física Hiperbórea”. Aquí solo presentaremos los principales aspectos de la teoría explicados en forma conceptual, es decir, despojados de toda la compleja fundamentación matemática que allí se exhibe.

7. Se ha supuesto que la “masa”, responsable del campo gravitatorio, ”deforma” o “distorsiona” el espacio siendo necesario también, aparte del cálculo tensional, diferencial y estadístico, apelar a “geometrías no euclideanas”. Se agrega así complejidad a la complejidad y se consigue tomar una distancia cada vez mayor del fenómeno en sí, de su facticidad. Pues bien: la Sabiduría Hiperbórea aporta una explicación de todo punto diferente, pero que comprende perfectamente al fenómeno gravitatorio y permite dominarlo en beneficio de los objetivos estratégicos de los Siddhas.

8. La formulación de la tesis es la siguiente: EL CAMPO GRAVITATORIO ES LA POTENCIA DE UN ARQUETIPO PSICOIDEO.

9. La Física supone, y supone bien, que una relación liga a la masa con el campo gravitatorio. Adonde se equivoca es, desde Newton, en la afirmación de que tal relación es de causa y efecto, es decir, que el campo gravitatorio ocurre por efecto de la masa; con tan erróneo concepto no es extraño observar los enormes armatostes que deben fabricarse para aprovechar el espacio aéreo. Y, naturalmente, ellos, los fabricantes de cacharros voladores con motores de metal y a “combustión interna”, dudarían de nuestra cordura si aseguramos que los Siddhas Leales EN BASE AL CONCEPTO ARQUETIPICO DE LA GRAVEDAD, disponen de vehículos de PIEDRA, por ejemplo, para trasladarse al sitio que deseen; y más aún si agregamos que tales vehículos no poseen motor. Pero no se trata de un delirio sino de “ciencia”; ciencia antiquísima, extraterrestre.

10. El gravis es el más “pesado”, valga la redundancia, de los Arquetipos psicoideos y su acción tiene relación directa con la forma espacial, es decir, extensa, de la materia y la energía. Por eso el gravis, que es el último de la escala, es también el primero que el Demiurgo precipita cuando se apresta a “organizar” un plano material, Sin gravis ningún otro Arquetipo podría evolucionar en la materia.

11. El gravis, en efecto, ES EL ARQUETIPO CUYO PROCESO ES MAS VELOZ QUE CUALQUIER OTRO EN EL PLANO MATERIAL. Ello surge como consecuencia de ser “el último de la escala” arquetípica y por lo tanto, el que más cerca se encuentra de la materia concreta, a la que, justamente, él mismo determina. El efecto del Arquetipo gravis, de su entelequia potencial, que algunos llaman “campo gravitatorio”, es casi instantáneo: y ese “efecto” no es más que la fuerza procesual conque la potencia del Arquetipo dirige a la materia, a la “masa”, a evolucionar hacia la entelequia o “centro de gravedad”.

12. LA ENTELEQUIA POTENCIAL DEL ARQUETIPO GRAVIS CONCIDE ESPACIALMENTE, EN LOS CUERPOS SIMPLES, CON AQUEL PUNTO IDEAL QUE LA FÍSICA HA DENOMINADO “CENTRO DE GRAVEDAD”.

13. En verdad el “centro de gravedad” es solo un concepto tajada, un objeto cultural interno carente de entidad concreta en el Mundo: en el ente material lo que efectivamente existe y se manifiesta es una DIRECCION DE LA FUERZA GRAVITATORIA QUE APUNTA HACIA UN “CENTRO HIPOTETICO” RADICADO EN SU INTERIORIDAD; esto es, una tendencia real que induce a la razón a suponer la existencia real de semejante “centro”: pero el “centro de gravedad” en sí, como los puntos indiscernibles definidos en E4, jamás puede ser realmente alcanzado DESDE LA EXTERIORIDAD DEL ENTE.

14. El concepto del gravis que es capaz de tender a su entelequia desplegándose en la partícula más pequeña de materia da lugar a una teoría atómica no ortodoxa que ha sido expuesta en el libro Física Hiperbórea y que se funda en la definición de un “átomo arquetípico” o “quanto arquetípico”.

15. Conviene pasar revista, ahora, a los dos errores históricos que mencionamos anteriormente. El de Newton fue hacer a la masa “causa” de la “fuerza gravitatoria”, fuerza que, por otra parte, existe y es efectivamente proporcional a las masas e inversamente proporcional al cuadrado de las distancias que las separan, tal como Coulomb lo demostró en las cargas eléctricas y Cavendish le midió con su balanza de masas; la realidad es que, si bien la “fuerza gravitatoria” está relacionada matemáticamente con la masa, no es ella su “causa” sino que, a su vez, la masa es el efecto concreto, el acto, de un Arquetipo gravis. La “fuerza gravitatoria” es, así, la acción de una potencia arquetípica que procede desde su entelequia y “atrae” hacia su entelequia, que algunos denominan “centro de gravedad”.

16. Vamos a considerar el segundo error histórico. Leibniz, evidentemente pensando en un Dios hiperbóreo, que nada tiene que ver con el Demiurgo ordenador de la materia, el verdadero “Dios” de este mundo, atribuye al mismo una perfección absoluta, “perfectio Dei”, que “le impediría crear dos cosas iguales”. Se impone así, en la filosofía moderna y en el pensamiento científico posterior, el “principium identitatis indiscernibilium”, el principio de identidad de las cosas indiscernibles, que afirma que si dos cosas son absolutamente iguales “deben ser la misma cosa”. Más, como ello es manifiestamente imposible según Leibniz, “no pueden existir dos cosas iguales”: el Creador no se habría repetido. Todo este razonamiento es erróneo pues se fundamenta en el supuesto de que el Universo ha sido creado por un Dios de bondad y no por Demiurgo imitador, como realmente ocurre. Pero, pese a Leibniz, la obra del Demiurgo se apoya en la imitación y la estructura material ha de reflejar naturalmente este principio contradiciendo el principium identitatis indiscernibilium: es fácil comprenderlo si partimos de una composición arquetípica de lo real. Sin embargo el principium de Leibniz ha sido incorporado dogmáticamente a la epistemología y predomina inconscientemente en toda actitud “científica” referida a la observación empírica o experimental de los fenómenos físicos; ello no es casual: obedece a una tendencia sinárquica que no viene al caso desarrollar aquí. Lo importante es que la Teoría gravis contradice el principium; y lo hace porque tal principium es completamente falso. La Sabiduría Hiperbórea afirma que “pueden haber dos cosas iguales” y señala como ejemplo a las entelequias potenciales de los entes externos, a sus núcleos indiscernibles, o a los “centros de gravedad” determinados por el Arquetipo gravis.

17. El tiempo trascendente, como proceso fluente, apunta también a una entelequia, una súper entelequia llamada “Futuro”. En efecto, el “Futuro” solo puede ser concebido como entelequia, como perfección final de un proceso cósmico de Conciencia: el tiempo trascendente, cuyo initium es El Uno, Brahma, o como quiera que se quiera nombrar al Demiurgo, y cuyo final, la entelequia del Tiempo, El Futuro, es El Uno, Brahma, o como quiera que se quiera nombrar al Demiurgo.

18. El “tiempo trascendente”, según convenimos en la Primera Parte, es “trascendente” para el microcosmos, pero, en verdad, es una fluencia inmanente de la Conciencia Cósmica, del Alma del Demiurgo. Y esa Conciencia ha producido los Arquetipos cuyos procesos nos preocupan. Desde allí, pues, desde el Tiempo, el tiempo trascendente, parte todo lo real; y desde allí también han de partir todas las interpretaciones sobre lo real; mas no se trata, ya, de una mera “dimensión”, como pretende la Física, sino del soporte esencial de todo lo existente. Solo después del Tiempo, a posteriori del tiempo trascendente, “aparece el espacio” como efecto de los procesos arquetípicos que se desarrollan en los planos de la materia y la energía.

19. Simplificando mucho la teoría de la Física Hiperbórea puede concluirse aquí que el espacio es un “segundo grado” del tiempo trascendente o bien un estado grosero del Tiempo, una categoría temporal inferior, una especie de “tiempo caído”, etc. El fundamento y la justificación de tal calificación proviene de que el espacio SOLO APARECE EN RELACION CON LA MATERIA, es producido por ella; pero la materia siempre sigue el proceso de los gravis: no puede escapar a su potencia plasmadora pues los gravis CAEN, como entes específicos del último Arquetipo de la escala, desde la Conciencia Cósmica, es decir, desde el tiempo trascendente; observando los extremos del proceso, es evidente que el espacio es CAUSADO por el tiempo trascendente mediante la materia organizada por los gravis.

20. Hemos dado un gran paso. Regresemos ahora a aquellas preguntas sobre la entelequia potencial y su coincidencia con el “centro de gravedad”. Si aplicamos los conceptos anteriores, al problema del campo gravitatorio, habremos de extraer conclusiones del todo diferentes a las que aporta la Física. Consideremos un campo de gran masa, la Tierra por ejemplo.
a – Para la Física, alrededor de la Tierra existe un campo gravitatorio.
Para la Sabiduría Hiperbórea, alrededor de la Tierra actúa la potencia del Arquetipo gravis.

b – Para la Física, la masa de la Tierra deforma el espacio “curvándolo” en sus inmediaciones.
Para la Sabiduría Hiperbórea, la masa de la Tierra genera un espacio curvo que es reflejo de la distorsión que el gravis representa con respecto al Tiempo trascendente.

c – Para la Física, en el centro de la Tierra está situado el “centro de gravedad”, adonde convergen todas las líneas de fuerza, imaginarias que describe el campo gravitatorio.

Para la Sabiduría Hiperbórea, en el centro de la Tierra HAY UN PUNTO QUE COINCIDE CON EL CENTRO DE GRAVEDAD: ES LA ENTELEQUIA GRAVIS.

21. Y, como el “tiempo trascendente” es en realidad la corriente de Conciencia del Demiurgo, se comprende que en cada ente, desde el punto Indiscernible, está EL: está El IMPULSANDO el proceso del ente con su Aspecto Sabiduría, desde la entelequia potencial, y VIENDO el proceso del ente con su Aspecto Conciencia-Tiempo, desde el punto indiscernible.

22. Ante todo es necesario superar la barrera de incomprensión que opondrá la razón al plantear paradojas aparente irreductibles. No se debe olvidar que estarnos frente a un temible secreto, del cual no será fácil apoderarse; al menos no impunemente. El primer obstáculo es el problema, ya examinado en E4, de que el Arquetipo mantiene su singularidad absoluta mientras se manifiesta en la pluralidad de los entes. Esto es: si los puntos indiscernibles son todos una y la misma cosa ¿cómo pueden estar en distintos entes a la vez?; si el punto indiscernible de la Tierra es exactamente el mismo que el de Venus, por ejemplo ¿cómo es que millones de kilómetros separan a ambos planetas? Respuesta: desde luego, ello ocurre porque los puntos indiscernibles son “entelequias potenciales” del Arquetipo gravis: tomando esto en cuenta se entiende que la distancia que separa a los planetas no tiene nada que ver con los puntos indiscernibles pues los mismos coinciden finalmente en el futuro actual y ninguna distancia los separa en el presente potencial. Y lo mismo vale para cualquier otro ente que se desee considerar.

23. EN EL NUCLEO INDISCERNIBLE DE TODO ENTE SE ENCUENTRA LA ENTELEQUIA POTENCIAL DE SU ARQUETIPO UNIVERSAL, LA CUAL ES INDISCERNIBLE DE LA ENTELEQUIA DE CUALQUIER OTRO ARQUETIPO UNIVERSAL. Esta extraña propiedad, que asemeja el núcleo indiscernible a una pura nada, tiene su causa en el modo imitativo con que el Demiurgo ha producido los Arquetipos universales COMO REPLICA DE SI MISMO, DE SUS “ASPECTOS” ESENCIALES: por eso solo existe UNA MONADA Y DIEZ ARQUETIPOS CONFORMADOS CON TAL MONADA. Esto es importante; “ni nueve, ni once: diez Aspectos del Uno que determinan la esencia de todos los entes del Universo”. “Y una mónada, imagen perfecta del Uno, cuyo revestimiento formal es el Arquetipo gravis y cuya manifestación óntica es el quanto arquetípico; una única mónada repetida en todo punto del espacio cósmico, en todo ente, en todo ser en sí, en todo núcleo indiscernible que, por eso, es indiscernible e idéntico a cualquier otro Arquetipo o al inefable Uno”. Los Arquetipos son solo diez, como los Aspectos del Uno, pero combinados de muchos todos hacen posible la enorme multiplicidad de los entes.

24. Pero cuando las cosas cambian es al efectuar un examen semejante de los gravis, o de cualquier otra entelequia potencial, pues entonces el observador deberá admitir la realidad de los puntos indiscernibles: no podrá distinguir un gravis de otro y, ante su vista, DESAPARECERA LA PLURALIDAD DE LOS ENTES PARA DEJAR PASO A LA SINGULARIDAD DEL ARQUETIPO Y, TRAS DE EL, A LATERRIBLE FAZ DEL DEMIURGO. Naturalmente, muchos reirán frente a esta posibilidad a la que calificarán de absurda: Y HARAN BIEN EN REIR. Si no están preparados para afrontar el Misterio mejor es que rían y permanezcan en la ignorancia pues son incontables QUIENES HAN ENLOQUECIDO FRENTE A LA REALIDAD DE LOS PUNTOS INDISCERNIBLES: hubo “místicos”, por ejemplo, que de pronto vieron OJOS EN TODAS LAS COSAS; o experimentadores que contemplaron el mundo con la percepción visual expandida por medio de algunas drogas y se horrorizaron al comprobar un COSMOS VIVIENTE, provisto de “millones de ojos” con los cuales “Dios los observaba desde todas las cosas” (EX OMNI PARTE OCULATA). Es necesario advertir, pues, sobre el demencial peligro que acecha en el ser en sí de todo ente, en su término universal o finalidad

25. Al pasú, en efecto, solo le es dado el conocimiento de los entes desde su exterioridad: Solo puede DIALOGAR con la naturaleza o el mundo, tomar el designio y poner el sentido en el ente, pero el ser en sí, el punto indiscernible, la entelequia potencial, ha de permanecer desconocido para él. Jamás sabrá que ha sido constantemente observado “desde todas las cosas” por el Ojo, uno y múltiple, de Abraxas.

26. Por el contrario, al virya no solo le es posible la percepción del ser en sí sino que tal experiencia forma parte de las técnicas de liberación espiritual. “Fuera del peligro real que representa un enfrentamiento tal con el Demiurgo, en la vía de la oposición estratégica ello constituye un riesgo calculado, al extremo que se cuenta de antemano con el mismo y se lo ha incluido como parte de la técnica. El enfrentamiento directo con el Demiurgo permite, en efectos el dominio del tiempo, es decir, independizar el área estratégica del arquémona, del tiempo trascendente del macrocosmos: la creación de un Tiempo propio”.

27. Y EN ESE ENFRENTAMIENTO INEVITABLE, EN EL QUE EL GUERRERO HIPERBOREO Y EL DEMIURGO LUCHARAN CARA A CARA, LA PRUEBA MAS DIFICIL QUE DEBERA AFRONTAR EL GUERRERO SERÁ LA CONTEMPLACION DE LA TERRIBLE FAZ DEL DEMIURGO. Por supuesto, el Demiurgo es un Actor con muchas Máscaras, pero aquí nos referimos a UNO DE SUS ASPECTOS: aquél que puede ser percibido en el ser en sí de los entes, es decir, en la entraña de TODOS los entes del mundo, a los que sostiene y vitaliza desde la entelequia gravis; ese Aspecto que la Sabiduría Hiperbórea denomina DRAGON DEL MUNDO (DRACONIS MUNDI) y la Kábala hebrea METATRON.

28. En la entelequia de los gravis, desde los puntos indiscernibles que están en todos los cuerpos, es decir, desde el tiempo trascendente que es Su Conciencia, está El sosteniendo el orden material. PERO EL NO ACTUA A TRAVES DE LOS GRAVIS. SOLAMENTE LOS SOSTIENE. NO ES EL ASPECTO LOGOS EL QUE SE MANIFIESTA EN LOS PUNTOS INDISCERNIBLES SINO EL ASPECTO CONCIENCIA-TIEMPO. NO ES EL VERBO SINO EL OJO DEL DEMIURGO. UN OJO MULTIPLICADO INCANSABLEMENTE EN TODA LA CREACION PERO QUE ES SIENPRE EL MISMO OJO.

29. Veamos algunas de tales posibilidades maravillosas. El que ha comprendido la Teoría Gravis, por ejemplo, puede BUSCAR EN SI MISMO, en su microcosmos el punto indiscernible y, POR MEDIO DE LA VOLUNTAD GRACIOSA, DESPLAZAR EL CENTRO DE GRAVEDAD FUERA DE SU CUERPO, EVITANDO EL PESO, ES DECIR, LA TRACCION QUE LA TIERRA EJERCE SOBRE SU MASA: ES LA “LEVITACION”. Pero, como su propio punto indiscernible es el mismo que el de esa piedra que está allí, podrá moverla también con un acto de su voluntad: es la “psicokinesia”. Mas, cuando a un cuerpo material hábilmente diseñado se lo lleva a coincidir en su entelequia con la de un cuerpo humano, entonces se dispone de un vehículo “que viaja sin motor”, como los que siempre han tripulado los Hiperbóreos. Y como en el punto indiscernible hay distorsión espacial, tales vehículos pueden tornarse invisibles por “aceleración temporal” y no por “altas vibraciones” como sostienen ciertos ufólogos materialistas y sinarcas.

Carta de Nimrod de Rosario a Miguel Serrano

30. Yo quería darle una clave, una «gran clave», y para eso voy a demostrar la primera afirmación (la segunda, sobre el Premio Nobel de Watson, no merece mayor comentario): Ud. debe saber que Einstein no consiguió desarrollar una teoría matemática aceptable para unificar los fenómenos «campo» –gravitatorio y electromagnético‐; fenómenos que, de cualquier manera, ya están unificados en la realidad pues las que resultan incompatibles son las teorías. Con respecto al campo gravitatorio, fuera de las ecuaciones de Newton, todo lo que se ha avanzado en los últimos dos siglos ha sido en el sentido apuntado, tratar de «unificarlo» con el campo electromagnético, para el cual existen las ecuaciones de Maxwell; de este modo al tratar con el campo gravitatorio en sentido einsteniano ‐relativista, se hace necesario que dispongamos de un instrumento matemático bastante complejo llamado TENSOR, pero si, por caso, se decide interpretar los fenómenos físicos en base a la mecánica cuántica, entonces hay que recurrir a aún más complejas fórmulas estadísticas‐probabilísticas que requieren el uso de ordenadores electrónicos.

31. Por otra parte, se ha supuesto que la «masa» –responsable del campo gravitatorio‐ «deforma» o «distorsiona» el espacio siendo necesario también, aparte de cálculo tensorial, apelar a geometrías no‐euclideanas. Se agrega así complejidad a la complejidad y se consigue tomar una distancia cada vez mayor del fenómeno en sí, de su facticidad.

32. Pues bien: la Sabiduría Hiperbórea aporta una explicación de todo punto diferente, pero que comprende perfectamente al fenómeno gravitatorio y permite dominarlo en beneficio de los objetivos estratégicos de los Siddhas. Y tal explicación no requiere del empleo de matemáticas formales salvo cuando se desea desarrollar una tecnología, en cuyo caso se recurre a una geometría esotérica que está del todo fuera de los ambientes académicos de occidente. Lo importante de esto –y aquí es donde uno comienza a sorprenderse‐ es la intervención de conceptos que han sido claramente expuestos por Jung y Pauli (1) y la afirmación de que la desviación de la Física teórica es mucho más profunda de lo que suele pensarse. En efecto, las críticas más audaces se han centralizado generalmente sobre Einstein, Planck, Bohr, etc , pero jamás habían cuestionado a Newton. Y desde él partía el error.

33. La explicación es la siguiente –y atención porque una interrelación como ésta puede ser aplicada casi a cualquier fenómeno aparte del gravitatorio‐ EL CAMPO GRAVITATORIO ES LA POTENCIA DE UN ARQUETIPO PSICOIDEO.

34. Recordemos que tanto para los neoplatónicos, como para Leibniz, como así también, para la ciencia hindú del Gran Aliento, etc., existen VARIOS GRADOS en la manifestación arquetípica. Los Arquetipos o mónadas más sutiles se encuentran en planos también más sutiles recorriendo todo una escala de densidades hasta descender a la materia, que es la sustancia más grosera. Sin duda Ud. ya conoce todo esto así que no vale la pena repetirlo para que me entienda. La cuestión es que hay un Arquetipo que necesariamente es el último de la escala: tal es el ARQUETIPO GRAVIS (2). El gravis es el más «pesado», valga la redundancia, de los Arquetipos, pero no «todos» ellos, sino de un género especial que tiene relación con el ORDEN ESPACIAL DE LA MATERIA. Por eso los gravis, ‐que son los últimos de la escala‐, son también los primeros que el Demiurgo precipita cuando se apresta «organizar» un plano físico. Sin gravis ningún otro Arquetipo podría evolucionar en la materia.

35. Pero conviene ser claros en esto: el Arquetipo de este vaso que tengo aquí, en mi mano, está en Psicoesfera –o en el Globo de Akasa, según la Ciencia del Aliento‐; un Arquetipo tal es ESTRUCTURADOR DE FORMAS, es decir, sostiene a la forma y la forma es su actualidad concreta. El gravis, en cambio está allí, en el vaso, como sustrato material, y es quien determina su peso en relación con otros gravis que ocupan el espacio; la Tierra por ejemplo. El gravis NO ES ESTRUCTURADOR DE FORMA, o es indiferente a la forma misma, pero, en tanto que Arquetipo psicoideo, posee una potencia que lo lleva a desplegarse en un proceso evolutivo.

36. La culminación de todo proceso evolutivo, en cualquier Arquetipo psicoideo, es una perfección llamada entelequia, que, curiosamente, coincide con el Arquetipo mismo. Y aquí viene otra definición de la Sabiduría Hiperbórea, a la que volveremos a referirnos más adelante: LA ENTELEQUIA DE UN ARQUETIPO GRAVIS COINCIDE ESPACIALMENTE EN LOS CUERPOS SIMPLES CON AQUEL PUNTO IDEAL QUE LA FÍSICA HA DENOMINADO «CENTRO DE GRAVEDAD».

37. Recordemos lo que decía el Dr. Jung sobre la irrepresentatibilidad de los Arquetipos y comprenderemos por qué el «campo gravitatorio» se resiste al análisis fisicomatemático: tomemos un cuerpo material y depositémoslo en el espacio; lejos de la Tierra o de cualquier otro planeta; decimos que el cuerpo tiene un «campo gravitatorio» a su alrededor y lo comprobamos observando cómo «atrae» hacia su centro de gravedad –o entelequia‐ otros objetos de menor masa. Si el cuerpo está en reposo no podemos describir su campo; solo sabemos de él por sus efectos sobre otros cuerpo; EL CAMPO, EN SI ES INVISIBLE, propiedad equivalente a la irrepresentatibilidad de los Arquetipos junguianos. Pero el campo NO ES el Arquetipo sino SU POTENCIA, que intenta actualizarse en la entelequia. La materia es siempre un acto concreto del gravis en su despliegue evolutivo, independientemente de la forma que tal materia exhiba. Pero eso, la percepción de la materia es todo cuanto podemos conocer sobre el gravis pues él es pura potencia, es un «llegar a ser» (su entelequia) y por eso decimos alegóricamente que «está oculto» detrás de la materia. Si violamos la intimidad del proceso, si invadimos el campo y hurgamos en la materia para buscar el «centro de gravedad», la entelequia, jamás hallaremos nada. Sin materia no hay gravis, pero si la partimos y multiplicamos tendremos muchos gravis POTENCIALES.

38. Este tema que hemos tocado, es un punto de capital importancia y, antes de responder a las cuestiones planteadas, vamos a aclarar aquel otro error que mencionamos al principio: Leibniz, evidentemente pensando en un Dios hiperbóreo, que nada tiene que ver con el Demiurgo ordenador de la materia, atribuye a éste una perfección absoluta, perfectio Dei, que «le impediría crear dos cosas iguales».

39. Todo Arquetipo tiende hacia su entelequia. Pero en el origen del movimiento, el primer impulso fue producido por una potencia que contenía en sí a la perfección que se pretende alcanzar; el movimiento es así un desarrollo evolutivo que apunta a una finalidad que también ha sido principio. Como finalidad la entelequia es algo que «aún no está», que debe ser alcanzado, es decir algo «futuro». Llegamos ahora a la parte más compleja del problema: la entelequia es algo «futuro» que obra en el presente COMO POSIBILIDAD DE SER. Dado que la única conexión entre la entelequia de una cosa y la cosa concreta es el PROCESO del Arquetipo, es este proceso la verdadera posibilidad de que una entelequia sea. Pero TODO proceso ocurre en el Tiempo.

40. El Tiempo como proceso fluente apunta, entonces, también a una entelequia, una superentelequia llamada FUTURO. En efecto, el «Futuro» solo puede ser concebido como entelequia, como perfección final de una proceso cósmico de conciencia –el Tiempo‐ cuyo initium es El Uno, Brahma, o como quiera llamar al Demiurgo, y cuyo final, la entelequia del Tiempo, el Futuro, es El Uno, Brahma o como quiera que se quiera llamar al Demiurgo.

41. El Tiempo es una afluencia inmanente de la Conciencia Cósmica. Y esa conciencia ha producido los Arquetipos cuyos procesos nos desvelan. Desde allí, pues, desde el Tiempo, parte todo y no estamos en presencia de una «dimensión» física sino del soporte esencial del todo lo existente. Después, en segundo término «aparece» el «espacio», por mediación de los procesos arquetípicos en los distintos estados de la materia y la energía. No es del todo correcto hacerlo, o por lo menos requeriría de aclaraciones previas, pero puede considerarse al espacio como un «segundo grado» del Tiempo o bien como un estado grosero del Tiempo, una categoría inferior o un «Tiempo caído». El fundamento y la justificación de tal calificación proviene de que el espacio SOLO APARECE en relación con la materia, es producido por ella; pero a la materia SIEMPRE SIGUE EL PROCESO DE LOS GRAVIS, no puede escapar a su potencia plasmadora pues los gravis «caen» – son los últimos Arquetipos de la escala‐ desde la Conciencia Cósmica, es decir, desde el Tiempo.

42. Volvemos al principio. Pero ahora podemos entenderlo: hay coincidencia espacial pero NO TEMPORAL; no puede haberla pues la entelequia es EL ASPECTO FUTURO DEL ARQUETIPO GRAVIS. ¿Qué cabe esperar, entonces, del «centro de gravedad», según la Psicofísica?: UN PUNTO INDISCERNIBLE, es decir, un punto que contradice el principium identitatis indiscernibilium de Leibniz ocurre así porque la entelequia, en tanto que perfección final del Arquetipo, ES EL ARQUETIPO MISMO: DESDE LA ENTELEQUIA EL GRAVIS PROMUEVE UN PROCESO QUE NO PUEDE INTERRUMPIRSE Y QUE VA DESDE LA POTENCIA (campo gravitatorio) HASTA LA ENTELEQUIA (centro de gravedad) QUE ESTA EN EL FUTURO; TAL CAMINO PROCESUAL ABRE UNA BRECHA EN EL ESPACIO, LO «DISTORSIONA», PRODUCIENDO UN CONTACTO TOPOLOGICO ENTRE PLANOS DIFERENTES. En rigor de la verdad lo que ocurre en el «punto indiscernible» es que la entelequia «regenera» un punto del espacio transformándolo en tiempo; lo «eleva» si se quiere.

43. ¿Por qué indiscernible? Para que algo sea indiscernible debe poder ser comparado con otra cosa exactamente igual con igualdad absoluta, o sea: que ocupe el mismo sitio y ocurra en el mismo tiempo: debe haber coincidencia simultánea de momento; solo así estaríamos en condiciones de declarar que algo es indiscernible. Pues bien, y aquí creo estoy tocando uno de los Mayores Misterios que existen: LAS ENTELEQUIAS DE TODOS LOS GRAVIS SON INDISCERNIBLES. En otras palabras: EN TODOS LOS CUERPOS, NO IMPORTA SU TAMAÑO, HAY UN PUNTO INDISCERNIBLE.

44. Lamentablemente –para el Demiurgo‐ nosotros no somos «Místicos» y no nos impresiona Su espantosa multiplicidad y, aunque nos mire fija y permanentemente desde todas partes, no logrará otro efecto que afirmarnos en el camino inverso del retorno al origen. Luego de esta bravuconada luciférica, prosigo.

45. La teoría gravis, y su consecuencia: los puntos indiscernibles, basada en los conceptos de Jung y Pauli, permite, aparte de construir platos voladores o levantar piedras de mil toneladas, explicar la casi totalidad de los fenómenos parapsicológicos y la taumaturgia o magia de cualquier tipo, con exclusión solamente de todos aquellos fenómenos que no sean de «campos de fuerza», es decir, lo que llamamos carismático, para los cuales hay otra teoría.

46. En varias partes de mi libro, escribí que siempre que se siga una vía secreta de liberación, de las siete que propone la Sabiduría Hiperbórea, habrá algún momento en que se producirá un enfrentamiento con el Demiurgo y que contemplar su terrible Faz puede ser peligroso sino se posee un valor sin límites. Ahora queda claro a qué me refería. En la entelequia de los gravis, desde los puntos indiscernibles que están en todos los cuerpos, es decir, desde el Tiempo que es Su Conciencia, está El sosteniendo el orden material.

47. PERO ÉL NO ACTÚA A TRAVES DE LOS GRAVIS. SOLAMENTE LO SOSTIENE. NO ES EL ASPECTO LOGO EL QUE SE MANIFIESTA EN LOS PUNTOS INDISCERNIBLES SINO EL ASPECTO CONCIENCIA (TIEMPO). NO ES EL VERBO SINO EL OJO DEL DEMIURGO. UN OJO MULTIPLICADO INFINITAMENTE EN TODA LA CREACIÓN PERO QUE ES SIEMPRE EL MISMO OJO. HE ALLÍ A MAYA. UN OJO QUE SE CONTEMPLA A SI MISMO, QUE SE ADMIRA PERPETUAMENTE DE SI MISMO.

48. También se puede, a través de los puntos indiscernibles efectuar una bilocación, trilocación o polilocación… siempre y cuando se proceda previamente a «cerrar el párpado», extender una membrana que cubra el ojo de Abraxas, es decir, plasmar un signo que impida a Su Mirada, amante y homicida, posarse en aquel que se ha atrevido a asomarse al abismo.


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