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Circuncisión: la marca del esclavo

 

La circuncisión entre los judíos era la marca de la esclavitud o, lo que es lo mismo, de la sujeción a Jehová. Él hizo escuchar su palabra a Abraham (Génesis, 17):

Tú circuncidarás la piel de tu prepucio y éste será una señal del pacto entre tú y yo.

Pero también debían circuncidarse sus hijos y los hijos de sus hijos. Era un pacto eterno:

Y mi pacto estará en tu piel por una eternidad.

Jehová, por lo demás, se indignaba cuando descubría judíos que no llevaban en su pija el estigma humillante. Explotó de cólera contra Moisés por no haber circuncidado a su hijo (Éxodo, IV, 24-26). Quiso matarlo y sólo la rápida y diligente acción de su esposa lo salvó:

Aconteció que como estuviese Moisés en una posada salióle al encuentro el Señor y trató de hacerle morir, y Séfora tomó una piedra tajante, y cortó el prepucio de su hijo y lo arrojó a sus pies.

Los propios judíos nunca ignoraron que el prepucio era un trofeo. Tan es así que, fieles al aforismo que afirma que uno trata a los demás como se trata a sí mismo… ¡siempre impusieron la circuncisión a los pueblos que vencían!

El rey Saúl desafió a David a que trajese de la batalla cien prepucios de filisteos y David, excediéndose… ¡trajo doscientos!; Matatías, el sacerdote judío, padre de los Macabeos, que se rebeló contra la política de helenización del rey seléucida Antíoco IV Epífanes, recorrió el país junto con sus amigos, destruyendo los altares paganos y circuncidando a todo niño que encontraban (I Mac, 2, 45-47):

Matatías y sus compañeros llevaron a cabo una expedición en derredor destruyendo los altares idolátricos y circuncidando a la fuerza a todos los niños incircuncisos que encontraron en el territorio de Israel.

Hircán, sumo sacerdote de Judea, después de subyugar a los idumeos les impuso la obligación de someterse a la circuncisión o abandonar el país, y Aristóbulo, rey de Judea, impuso la señal de la Alianza al derrotado pueblo de la Iturea.

Los judíos mutilaban la pija de los pueblos sometidos de la misma manera que ellos mutilaban la propia. Y que se siguen cercenando, como una obsesión, desde hace siglos. Es un ritual espeluznante. Tanto, que Freud veía en él una de las fuentes más profundas del antisemitismo: «Si estos tipos tratan así a la pija de sus tiernos hijos, ¿cómo me tratarán a mí?» (algunos grupos ultra ortodoxos durante el ritual de circuncisión, el brit milah, hacen que un rabino le chupe la diminuta pija a la aterrorizada criatura de apenas ocho días de vida, para beber la sangre que mana de la herida, la metzitzah b’peh, sumandole, de ese modo, a la mutilación el abuso homosexual).

En el Metzitzah b’peh, ritual ultra ortodoxo judío de circuncisión,
un rabino sojuzga a un bebé de sólo ocho días de vida,recién circuncidado, y que llora espantado, mientras otro le
chupa su diminuta pija para beber su sangre.

Freud veía en la «siniestra circuncisión judía«, el origen
más profundo del antisemitismo.

Por Ariel Arango (Don Juan: Psicoanálisis del matrimonio, Capítulo VI, La marca del esclavo, apartado IX, páginas 91 a 93, año 2014): www.arielarango.com 

4 comentarios

Un libro contra el matrimonio

El matrimonio, una enfermedad masculina

Fragmentos del libro «Don Juan. Psicoanálisis del matrimonio» por Ariel C. Arango (www.arielarango.com)

1. El varón sometido al ritual del matrimonio (y es de él de quien se habla en esta historia) debe llevar, para siempre, un anillo en el dedo. Es la señal de la renuncia, con la aceptación de la monogamia, a su libertad instintiva. El anillo es un emblema de la castración y, por eso, funesto. Don Juan no se lo puso jamás.

2. La severidad con que Cristo trata el deseo amoroso es, por supuesto, herencia judía. Jehová, el Dios de Israel (y Dios Padre de los cristianos), instituyó con su séptimo mandamiento, en medio de un cielo poblado de atemorizadores truenos, relámpagos y humo, el matrimonio como base de la familia. Y lo protegió con implacable rigor.

3. Mahoma acepta todas las narraciones de la Biblia y alega que el acuerdo de ésta con el Corán es una prueba de su misión divina. De hecho, los mandamientos y prohibiciones impuestos por el ritual del matrimonio a judíos, cristianos y mahometanos muestran tan inconfundible aire de familia que parecen dictados por un solo Dios.

4. El Corán, por lo demás, prohíbe estrictamente toda intimidad física antes del casamiento y sugiere el ayuno, que debilita las exigencias de la carne, para soportar mejor tan excéntrica continencia. El celibato, como entre los judíos, es considerado pecaminoso, y el matrimonio, también como entre los judíos, es obligatorio, aunque para hacer seductor el yugo se le concede al varón tener cuatro esposas (si bien no se le tolera cogerlas mientras estén menstruando). La mujer, por supuesto, sólo puede tener un marido a la vez.

5. Tanto judíos como cristianos y mahometanos consideran al adulterio una grave violación de la Ley (si bien el Viejo Testamento y el Corán tratan al varón pecador con más benevolencia que el Nuevo Testamento o el Talmud). Y la pena, en estos Libros Sagrados, es la muerte o la castración, que para el macho significan lo mismo ya que en ambos casos, igualmente, pierde la vida.

6. La Iglesia, sin embargo, sostiene que más allá de cualquier falacia lógica, únicamente la teoría del pecado original puede explicar el sufrimiento inmerecido que el hombre padece; sólo ella puede dar razón de ese obscuro sentimiento de impureza que anida en lo hondo de todo pecho humano. ¿Cómo justificar sino, por ejemplo, las catástrofes naturales que, inesperada y ciegamente, cortan tantas vidas en flor y arrasan años de duro trabajo? Sólo pueden ser un castigo divino y si hay castigo es porque hubo pecado. Pero como es una culpa que el hombre ignora, concluye el razonamiento, tiene que ser una culpa que él trae consigo al nacer. ¡Su culpa es ser miembro de una raza pecadora! La Biblia (Génesis, 3) la describe como una herencia del primer pecado humano: el pecado de Adán.

7. Y, de ese modo, la Madre, confirmando el profético error de Mahoma, se convirtió, de hecho, en la tercera persona de la Santísima Trinidad…

8. La fecundación de la Virgen por la oreja es una venerable tradición de la Iglesia Católica. Conforme a ella, la concepción de Jesús fue llevada a cabo por la introducción en su oído del aliento del Espíritu Santo. San Agustín, en su Sermo de Tempore, lo afirma rotundamente.

9. El extraordinario relato que nos muestra a Eva naciendo de la costilla de Adán no es sino una inversión absurda, típica de los sueños (y el mito no es otra cosa que un sueño soñado por muchos), cuyo propósito inconsciente es negar el deseo incestuoso: Eva era la madre de Adán y también su amante, y ambos, unidos en una sola carne, erant duo in carne una, dieron origen a la familia humana.

10. Nosotros tenemos Diez Mandamientos… ¡y los salvajes también!

11. Los Diez Mandamientos, también llamados El Decálogo (del griego dekalogoi, diez palabras), constituyen una lista de preceptos religiosos que, de acuerdo a varios pasajes del Éxodo (20; 2-17) y del Deuteronomio (5; 6-21), fueron revelados por Dios a Moisés en el Monte Sinaí y grabados en dos tablas de piedra. Los Mandamientos no son originales y reflejan, más bien, una moralidad común al antiguo Medio Oriente. Existen muchas similitudes entre El Decálogo y el código del rey Hamurabi (1728-1686 a C), el constructor del imperio babilónico; con el famoso capítulo 125 del egipcio Libro de los Muertos; y con ciertas leyes asirias e hititas mucho más antiguas.

12. El Ritual es muerte, resurrección, amnesia y, además… ¡mutilación! En los casos más suaves consiste en la rotura de un diente, o en arrancar los cabellos, o en perforar los labios o las orejas; en los más severos, en la cruel circuncisión o en la terrible subincisión. Y, además, en muchas tribus los preparativos de la mutilación se hacen con perversa morbosidad… ¡frente a los mismos iniciados!

13. Entre los semitas pareciera que al principio la circuncisión se practicaba en el momento de contraer matrimonio: tanto el vocablo arábigo hatuma como el hebreo chosan sitúan la circuncisión en íntima relación con el noviazgo y el casamiento. Algunos árabes mutilan al joven cuando éste llega a la edad de tomar esposa y la operación es practicada en presencia de la novia. Y también, a veces, ha sucedido así entre los judíos. Séfora, la esposa de Moisés, lo protegió de la ira de Yahweh diciendo, mientras tenía en la mano todavía el silex ensangrentado con que había circuncidado a su hijo (Éxodo, IV, 26): «Tú eres esposo de sangre para mí».

14. Entre el ritual de iniciación y el ritual del matrimonio fluyen armoniosas concordancias (lo que no debiera extrañarnos ya que los dos son intentos de domesticar a los jóvenes).

15. Pues bien, si todo matrimonio, ya sea religioso civil, consiste en un ritual de iniciación, y la esencia del ritual es castrar los más deleitosos deseos masculinos, ¿por qué el matrimonio debiera prodigarle al macho felicidad?

16. La circuncisión, el pars pro toto, la parte por el todo, es la culminación del ritual de iniciación. Es su sello espantoso.

17. Las orejas y las narices, como se desprenden de la cabeza con facilidad, también constituyen un medio fácil de contar los enemigos muertos. Gengis Khan (1167-1227), el fundador del imperio Mogol, al conquistar Polonia, hizo llenar nueve sacos con las orejas derechas de los muertos y el emperador bizantino Constantino V (718-775), que liberó Constantinopla de los ataques de árabes y búlgaros y que, además, se distinguió por impulsar un concilio de obispos orientales que condenó el culto de las imágenes y persiguió a los monjes rebeldes recibió, como deliciosa ofrenda por su celo religioso una bandeja llena de narices.

18. Es el espíritu del trofeo, su genuina esencia. Se trae un pedazo del cuerpo del vencido en lugar de traerlo a él. Es más cómodo y vale lo mismo. La mutilación aparece cuando en vez de cortar partes del cuerpo muerto se cortan partes del cuerpo vivo y esto sucede cuando el vencedor halla ventajas en conservar a sus enemigos en lugar de matarlos o comerlos. Los cautivos, entonces, se transforman en esclavos a los que, no obstante, se les sigue cortando partes del cuerpo como trofeos. Y, de ese modo, las huellas de la mutilación se convierten en señales de esclavitud: en vez de cortarles la cabeza o sacarles la mandíbula, se les extrae la nariz, la oreja o los dientes; en lugar de escalparles el cuero cabelludo sólo se les rapa el pelo; y en vez de castrarlos… ¡se los circuncida!

19. La circuncisión es una señal de sumisión. Está difundida entre los pueblos primitivos pero también en los civilizados. La practicaban los fenicios y los egipcios y, todavía, los árabes y los judíos. Y en cada pueblo significa lo mismo. Ad uno disce omnes, conociendo a uno los conoces a todos.

20. Ellos, pues, a través del pars pro toto de la circuncisión se infligen, voluntariamente… ¡la misma castración que temen padecer! (un eco de esta cáustica ironía pantagruélica se repite todavía en nuestros días en el burlón comentario que afirma que «los judíos tienen la pija terminada a mano»).

21. La circuncisión entre los judíos era la marca de la esclavitud o, lo que es lo mismo, de la sujeción a Jehová. Él hizo escuchar su palabra a Abraham (Génesis, 17): Tú circuncidarás la piel de tu prepucio y éste será una señal del pacto entre tú y yo. Pero también debían circuncidarse sus hijos y los hijos de sus hijos. Era un pacto eterno: Y mi pacto estará en tu piel por una eternidad. Jehová, por lo demás, se indignaba cuando descubría judíos que no llevaban en su pija el estigma humillante. Explotó de cólera contra Moisés por no haber circuncidado a su hijo (Éxodo, IV, 24-26). Quiso matarlo y sólo la rápida y diligente acción de su esposa lo salvó.

22. Aconteció que como estuviese Moisés en una posada salióle al encuentro el Señor y trató de hacerle morir, y Séfora tomó una piedra tajante, y cortó el prepucio de su hijo y lo arrojó a sus pies. Los propios judíos nunca ignoraron que el prepucio era un trofeo. Tan es así que, fieles al aforismo que afirma que uno trata a los demás como se trata a sí mismo… ¡siempre impusieron la circuncisión a los pueblos que vencían! El rey Saúl desafió a David a que trajese de la batalla cien prepucios de filisteos y David, excediéndose… ¡trajo doscientos!; Matatías, el sacerdote judío, padre de los Macabeos, que se rebeló contra la política de helenización del rey seléucida Antíoco IV Epífanes, recorrió el país junto con sus amigos, destruyendo los altares paganos y circuncidando a todo niño que encontraban (I Mac, 2, 45-47).

23. Hircán, sumo sacerdote de Judea, después de subyugar a los idumeos les impuso la obligación de someterse a la circuncisión o abandonar el país, y Aristóbulo, rey de Judea, impuso la señal de la Alianza al derrotado pueblo de la Iturea. Los judíos mutilaban la pija de los pueblos sometidos de la misma manera que ellos mutilaban la propia. Y que se siguen cercenando, como una obsesión, desde hace siglos. Es un ritual aterrador.

24. La amenaza de castración es un medio de inspirar terror y en ella se inspira todo ritual de iniciación para garantizar la prohibición del incesto ya que recurre a la circuncisión que es su forma mitigada.

25. Y esto sucede en toda época y en todo lugar ya que los pueblos que no circuncidan también imponen a sus hijos una señal de sumisión: al varón recién casado no le cortan el prepucio… ¡pero le obligan a llevar un anillo en el dedo! Una es una marca y el otro sólo un ornamento pero ambos son el sello de la esclavitud.

26. El anillo de matrimonio es un emblema de la castración y, por eso, funesto. Don Juan no se lo puso jamás.

27. El trofeo es una señal de poderío y la mutilación la marca de la esclavitud. El que mutila es el vencedor; el mutilado, el vencido. Las mutilaciones son variadas y abarcan todo el cuerpo: la cabeza, la nariz, los pies, las orejas, los dientes y las muelas, el pelo, la piel, la lengua… Y siempre consisten en quitar, arrancando o cortando, algo del cuerpo. Aparentemente son muchas pero, en realidad, una sola, porque todas son substituciones inconscientes del miembro que, turgente, se eleva en la encrucijada de las piernas ya que toda mutilación no es sino una castración enmascarada.

28. Los judíos circuncidan su pija como muestra de obediencia a Jehová y los aborígenes se tatúan la lengua como prueba de la suya. Ambas son mutilaciones; ambas son señal de sumisión.

29. No obstante, y a decir verdad, el judío no sólo en la época de los macabeos buscó abolir la circuncisión padecida en la infancia, sino que más bien, siempre lo intentó (si bien en este caso sólo simbólicamente) mediante el uso de la kipá un pequeño trozo circular de tela que se pone en la cabeza durante las ceremonias religiosas, y que es la manifestación de su deseo inconsciente de restituir a su pija el trozo de carne que le extirparon de la «cabeza» al poco tiempo de nacer. Y la esencia de toda esta enigmática afinidad entre circuncidados y tatuados consiste, cabalmente, en que ambos comparten el deseo de injuriar su cuerpo: el judío al cortar el prepucio de su inerme bebé de sólo ocho días de vida, y que es sangre de su sangre y carne de su carne, no hace otra cosa, inconscientemente, que mutilarse a sí mismo, que es lo mismo que hace también, quien se tatúa. Esta insólita simpatía por el bisturí, sin duda, nos resulta extravagante, ya que no ignoramos que el instinto natural de todo varón nacido de mujeres, por el contrario, ¡preservar su piel!, tal como tiene lugar cuando alejamos la mano ante la proximidad del fuego. Pero sucede aquí que el espontáneo impulso de custodiar amorosamente el propio cuerpo se ha transmutado en el humillante anhelo de grabar en él la marca de la sumisión…

30. De allí que lo siniestro, en sí, no sea tanto la castración como… ¡desearla!, y esto, como simple y límpidamente nos enseña Freud, constituye la definición misma de la perversión la cual consiste, precisamente, en buscar placer en lo que naturalmente angustia, es decir, en la sumisión o en el dolor. Y si no, pensemos, ¿quién que no estuviese dominado por un inconsciente deseo de hacerse daño mutilaría su propia carne? Lo siniestro es ver a un varón que real o simbólicamente… ¡se ha castrado a sí mismo!

31. Pero sucedió que el judío en vez de reconocer y enfrentar, honestamente, su perverso deseo de sumisión, para lograr controlarlo y afirmar así su voluntad viril, abruptamente, ¡lo negó!, proclamando, por el contrario, su ficticio y amanerado… ¡orgullo por estar circuncidado! Y de ese modo establecieron las condiciones para que la historia, pari passo, se repitiese de nuevo: siglos después los nazis los esclavizaron otra vez, como antes los egipcios, y les impusieron también una mutilación, en este caso, un tatuaje: ¡los números que le grababan en los brazos en los campos de concentración!. Y de tal modo, le sumaban, a la feroz agresión, una burla siniestra: «¿Así que les gusta mutilarse? Pues bien, ¡les será concedido!».

32. El anillo que el varón se pone en el dedo como signo de sumisión a su Padre se llama alianza y así se llama, también, la circuncisión del judío, signo de la sumisión a Jehová (la palabra b’rith, alianza, es a menudo usada en el sentido de circuncisión y b’rith malah significa la alianza de la circuncisión).

33. El yugo es un instrumento de madera al cual, formando una yunta, se sujetan las mulas o los bueyes y así tiran del arado o del carro. Por esta razón se ha convertido en el emblema de toda carga pesada, prisión o atadura. ¡Qué mejor símbolo para el matrimonio! Al macho y a la hembra unidos por el casamiento se los llama cónyuges, palabra que deriva precisamente… ¡de yugo!

34. El matrimonio es un yugo. ¿Quién podría, entonces, desearlo? ¿Qué hombre buscaría, lúcidamente, adherir a tal proyecto? El varón (ya que es él y no la mujer la víctima del ritual) le huye. Siempre le ha huido…

35. El macho siempre supo, con mayor o menor claridad, que al casarse se castraba.

36. El anillo, para la mujer, es un motivo de orgullo y lo exhibe en su dedo anular cual si fuese un trofeo; el hombre, se avergüenza de él, lo oculta, se lo saca, o… ¡lo pierde! Y ello es así porque para la hembra el matrimonio es una consumación anhelada y para el macho sólo un compromiso que ya no puede postergarse más. A ella, exhultante, la felicitan y a él, sometido, lo consuelan (todo varón casado ¡engorda!).

37. El matrimonio es un compromiso y, como todo compromiso, supone exigencias y, con ello, fastidio. Y el lenguaje, en todos los idiomas, así lo registra. En inglés, la palabra plight, que significa comprometerse en matrimonio, significa, además, apuro o aprieto, y casarse, coloquialmente, se dice to get hitched, o sea, quedar atrapado. Y no es por supuesto casualidad que, entre nosotros, la palabra esposa que deriva del latín sponsa y que designa a la novia o joven prometida solemnemente en matrimonio, designe también, las argollas o anillos con que se encadenan las muñecas de un delincuente.

38. ¿Qué goce se puede aguardar, razonablemente, de un deseo encadenado? Todo el día, todos los días de la semana y el mes, todo el año, siempre… ¡con la misma mujer! Quisque suos patimur Manis, cada uno sufre su propia sombra. La sombra del varón es su esposa.

39. La masturbación y la homosexualidad es el destino de los machos incapaces de conquistar hembras. Y esto sucede entre los animales también. En las manadas de caballos salvajes se puede observar in situ: los potros que viven apartados del grupo, y que se masturban a discreción, tienen un jefe que los dirige, controla y molesta como si fueran hembras.

40. El varón castrado no sólo se somete a la Ley sino que, a menudo… ¡hasta llega a amarla! (los maridos contumaces o los empedernidos reincidentes). Muchos, incluso, gozan humillándose ante ella.

41. ¿Por qué arraigan tanto en el macho los mandatos y las prohibiciones? O lo que es lo mismo, ¿por qué éste, reverente, acepta la Ley? La respuesta no es difícil sino, más bien, fácil, tanto que es casi obvia: ¡por miedo! Por un miedo que está enraizado en su naturaleza y que se renueva entre padres e hijos. Un miedo del que se alimentan todos los temores y que constituye su fuente. Un miedo a una agresión tan espeluznante que más que temor suscita espanto… ¡la amputación de la pija y de los huevos!

42. La amenaza de castración es una amedrentación tan poderosa que todos sucumben a ella. Y que, además, deja una huella indeleble. Tan honda que el macho quedará, desde entonces, domesticado y listo para recibir nuevas órdenes. Ella es la que ha creado en el varón el hábito de la obediencia. El miedo es la razón final de la Ley y la castración su nombre más antiguo. Séneca (4-65), el filósofo romano, que lo sabía, lo expuso con severa concisión: Qui potest mori, non potest cogi; quien puede morir, no puede pensar.

43. El varón no necesita ya, desde entonces, intimidación alguna. Sería superflua: él solo es quien, voluntariamente… ¡se somete a sí mismo! Se rinde a la voluntad del Padre, acepta el ritual de circuncisión y renuncia a su libertad. Aunque, sin embargo, como toda sumisión es difícil admitir, inconscientemente… ¡la niega! El hombre casado no dice: «Me casé porque tenía miedo de coger sin permiso», sino, en cambio, dice: «Me casé para formar una familia». Es una propensión muy humana hacer, de necesidad, virtud.

44. Don Juan, fiel a sí mismo, siempre encontraba su bienestar realizando su propia voluntad y no la ajena, y jamás ofreció su culo para apaciguar a un enemigo.

45. Don Juan, sin duda… ¡no era un varón castrado!

46. ¡Qué mejor definición del matrimonio! ¿Qué es el matrimonio?: los restos, las sobras, el descarte de los placeres del Señor…

47. El desarrollo de la civilización, con sus crecientes restricciones al instinto viril, incrementa la impotencia del hombre, tanto, que de hecho pensaba, que «la vida sexual del hombre civilizado se hallaba en pleno proceso involutivo»: ¡el «Viagra»! Cada nuevo «derecho humano» que se inventa es un nuevo pedazo que se le rebana a la pija

48. El matrimonio es la confirmación adulta de la sumisión infantil y equivale, psicológicamente, al rito del mismo nombre establecido por la Iglesia Cristiana por el cual se reafirma la relación de obediencia, establecida previamente en el bautismo, del hombre hacia Dios.

49. El matrimonio es la confirmación adulta de la castración infantil.

50. El Duce, el hombre más poderoso de Italia y uno de los más importantes del mundo, vigoroso y de extrema vitalidad, era muy amante de las mujeres, y aunque no tenía un harén de trescientas concubinas como Solimán el Magnífico, el sultán turco, o como el emperador mogol Hublai Kan, su número, para ser europeo, tampoco era nada despreciable, ¡llegó a tener 14!

51. Un matrimonio no puede considerarse sólidamente establecido hasta que la esposa no haya conseguido hacer de su marido su hijo, o lo que es lo mismo, hasta que la hembra no se convierta, ¡en una Madre Virgen! Pero si la mujer se transforma en madre es porque el hombre, transformado en hijo… ¡ha vuelto a la infancia otra vez! El matrimonio es un voto de infantilismo perpetuo.

52. La coerción más seria consistía en exigirle comportarse, por medio de la sumisión al matrimonio, del mismo modo que la hembra: ¡la glorificación de la monogamia! El macho es promiscuo. Y lo es porque la Naturaleza así lo quiso. Ella, a quien sólo le preocupa la specie, quiere que la siembra se produzca siempre, que nunca falte la simiente en el anhelante y feraz surco de la hembra. Y por eso hizo al macho un sembrador.

53. Pero sucede que el varón sometido al ritual de circuncisión es infiel al destino que la Naturaleza le impuso en su pija y vive encerrado entre quatre murailles, las cuatro paredes de su hogar, en donde, transformado en un «ama de casa», cocina, limpia, hace las compras en el supermercado, cambia los pañales al bebé, lo saca a pasear en cochecito por la calle… ¡y al perro también! Los italianos han acuñado un nombre feliz (y cruel) para llamar a este difundido tipo de hombre: le dicen «un mamo», es decir, «un hombre mamá». ¡Don Juan en el supermercado! El matrimonio no sólo infantiliza al varón. Lo feminiza también…

54. ¿Para qué la fiesta de bodas?: para ahogar el dolor. Es un narcótico. Y es que sólo embriagado puede el macho aceptar la mutilación que supone el anillo funesto. El matrimonio es un ritual de circuncisión, y la fiesta, un cruel engaño: ¡se festeja la castración!

55. Las raíces de la Pascua judía descansan en una antigua costumbre semítica de sacrificar al hijo primogénito (y dado el humor del hombre de aquellos tiempos lejanos muy, seguramente, de comérselos después); y, por supuesto, igualmente recordar, que estos salvajes ritos canibalísticos se realizan diariamente en la misa de todas las iglesias cristianas, ya que la Eucaristía no es otra cosa que una repetición inconsciente de aquel banquete primordial. En el sacramento de la comunión a través de la hostia y el vino, la carne y la sangre, el creyente… ¡se lo come a Cristo!

56. Los antiguos aztecas también se comían a su Dios en el sacramento del pan: dos veces al año, en mayo y diciembre, hacían con masa de harina una imagen del gran Dios mejicano Vitzilipuztli, y la rompían después en trozos que comían, solemnemente, sus adoradores.

57. En ningún caso, sin embargo, ya sean uno o dos, nunca hay sacrificio si no hay antes obnubilación, ya que ése es, precisamente, el propósito de la celebración: aturdir a la víctima. Donde hay mutilación siempre tiene que haber una fiesta.

58. Existe, además, una interesante correspondencia entre castración y fiesta: cuanto más grande es el rechazo inconsciente al matrimonio tanto más grande es la celebración. Tanto es así que hasta es posible pronosticar la duración de un casamiento por la ampulosidad del festejo. Las revistas mundanas que cubren con profusión de notas y fotografías las nupcias de una pareja famosa dedican el mismo espacio, no mucho tiempo después… ¡para mostrar su divorcio! Más grande la fiesta, más corta la unión.

59. ¡Y qué dolor cuando, pasada la fiesta, el varón toma conciencia de la mutilación! ¡Qué sufrimiento cuando se disipan los vapores de la embriaguez! Y no es para menos: la castración es la fuente de una angustia inextinguible

60. Los circuncidados se sienten, siniestramente, orgullosos de serlo… ¡celebró su castración! (tal como igualmente la celebran los putos en la fiesta del «día del orgullo gay», un vestigio del «día de la sangre» en la fiesta de la Gran Madre Cibeles).

61. Todo se repite. Como se repite, también, el arrepentimiento de Atis: es raro el caso del marido que, en algún momento, no sienta que su matrimonio fue una trampa, una falsa promesa, un sueño incumplido.

62. La fiesta de bodas, como toda fiesta, es engañosa ya que su propósito no es, en sí, el placer, sino ocultar un sacrificio. Y esto lo demuestra su carácter obligatorio.

63. Es él quien repite experiencias penosas por la sola razón de padecerlas de nuevo. Es él quien busca, a través de la eterna repetición de las mismas, multiplicar su dolor. Y le aseguraría, además, que esa fuerza que arruina su vida, no viene de afuera de sí, sino de adentro de sí; que es una compulsión a repetir que nace de su propia voluntad de hacerse daño, y humillarse a sí mismo.

64. El matrimonio es una manifestación de la forza del destino, del ciego y demoníaco impulso a repetir, gratuitamente, una experiencia angustiosa.

65. Pero, ¿cómo puede el varón liberarse de cumplir con el fatídico ritual del matrimonio si desde niño ha visto que, mansamente, se sometieron a él, ¡su propio Padre!, su abuelo, su tío y, tal vez, su hermano también? ¿Cómo enfrentar la castración si todos los hombres que le sirven de guía se resignaron a ella? Es un sacrificio ritual que se repite, mecánicamente, a través de las generaciones. Y todos lo hacen porque antes… ¡todos lo hicieron también! Una típica repetición colegial que evoca las ovejas del célebre parangón dantesco (Purg., III, 82): e cio che fa la prima, e le altre fanno «y eso que hace la primera las otras lo hacen también» ¡Hace falta un modelo heroico para rebelarse al ritual! ¿Será éste, acaso, Don Juan?

66. El matrimonio es una dañina y gratuita regresión a la infancia: el hijo, dominado por el miedo, confirma su castración infantil y renuncia otra vez, inconscientemente, a su adorada madre, y toda la agresión que no pone en juego para enfrentar y vencer a su temido Padre, cruel y burlonamente, la descarga contra sí mismo a través de su manso sometimiento al ritual de circuncisión, transformando, de ese modo, la humillante sumisión del pasado… ¡en un eterno presente! El matrimonio es el varón castrado.

67. Lo que Don Juan no quiere es… ¡casarse! No quiere someterse al ritual de castración. Promete ponerse en el dedo el anillo funesto… ¡y no cumple!

68. ¡Todo varón quisiera poder coger a la mujer deseada sin tener que casarse, sin tener que pagar el tributo del humillante ritual! Es el deseo más hondo que anida en todo pecho viril. ¡Quién no fuera Don Juan!

69. El varón, abrumado por la majestuosidad de la música, ya sea por la «triunfal» Marcha Nupcial de Mendelsson, cuyo toque de fanfarria es un emblema a la entrada o salida de las iglesias, o ya sea por las repetidas notas agudas que introducen el Coro Nupcial de Wagner, que acompaña el lento andar de la novia hacia el altar (y que no son sino un eco de la música salvaje que en el «día de la sangre», drogaba a los novicios que ofrendaban sus huevos a la Gran Madre Cibeles durante el célebre festival) y preso de la euforia que en él suscitan las fiestas y banquetes que celebran (y ocultan) la castración, se somete al ritual del matrimonio. Y lo hace para advertir, no mucho tiempo después, que como el frigio Atis, ha caído en una trampa donde la angustia, la tristeza y el aburrimiento ocupan el lugar del prometido paraíso.

70. El varón castrado se atormenta asustándose a sí mismo: ve peligros que lo acechan por doquier; imagina para sí el más desgraciado y obscuro futuro; alimenta su mente con inquietantes supersticiones y obscuros presagios y vive preso de la desoladora amenaza de enfermedades incurables (que en ocasiones, inconscientemente, se las provoca también). Y, además, se siente viejo, a veces irritable y a veces abatido, y casi siempre inquieto. Y a menudo teme y piensa en la muerte…

71. El matrimonio no es un problema para la mujer. ¡En absoluto! Para ella, por el contrario, es un destino manifiesto. Es la meta de su vida: formar una familia y gozar, como esposa, en el calor del nido, plácidamente de su maternidad. Por eso, instintivamente, es constante en el amor: ¡quiere conservar al macho que le hizo los hijos para que la ayude a criarlos! Pero el matrimonio sí es un problema para el varón. Como su instinto es promiscuo él está más orientado hacia la diversidad y el cambio, pero resulta que el Ritual al «transferir las reglas de la sexualidad femenina a la masculina prohibiendo todo comercio sexual fuera de la monogamia»… ¡quiere castrarlo! Menudo problema. ¡Quién no fuera Don Juan!

72. Don Juan se hubiera demorado, amorosamente, mucho más tiempo con cada una de sus mujeres si ellas, casi obsesivas, no se hubieran empeñado en cazarlo para uncirlo después al yugo del matrimonio.

73. Es el hombre quien posee porque es él quien conquista; el macho es más agresivo que la hembra. ¡La anatomía es el Destino!

74. Don Juan, lejos de frenar su agresividad no permitía que ella se acumulara dentro suyo. Él sabía que la violencia reprimida se transforma en rabia, y la rabia, como con aguda psicología lo dice Dante en su divino canto, consume a quien la padece (Inferno, Canto Settimo, 9-10).

75. El varón (como la nación) que renuncia a la conquista no es ni bueno ni malo: es un jubilado

76. Los que se someten al tabú del incesto tienen dificultad para comer carne. La prohibición judía de comer carne y leche al mismo tiempo es un soberbio ejemplo: «No cocinarás cordero con la leche de tu madre» (Éxodo, XXIII, 19). Y es lógico: ¡carne y leche es lo que comíamos cuando chupábamos las tetas de mamá! El judío no come carne porque se somete al tabú del incesto. Y los vegetarianos también…

77. Balzac (1799-1850), el escritor francés, en su Physiologie du Marriage (1829) decía que la migraine, la reine des maladies, la jaqueca, la reina de las enfermedades, es el arma más astuta y terrible empleada por las mujeres contra sus maridos…

78. En el serrallo del Viejo Celoso no había igualdad de derechos: todas las hembras eran sus esclavas a quienes él… ¡trataba como reinas! Él era dueño de ellas pero no ellas de él. Su temple era el de un genuino Señor: habere non haberi; poseer, no ser poseído.

79. Y esto ha sido siempre así porque, ya sea aquí y ahora, cómo en épocas lejanas o distantes lugares, todas las esposas dicen lo mismo y actúan igual. Y esto se debe a que las innúmeras esposas que nos muestran nuestros ojos constituyen una mera ilusión porque ellas son sólo imágenes de la Esposa eterna. Ella, más allá del tiempo y el espacio, nunca cambia y siempre es igual a sí misma.

80. Lo más frecuente, sin embargo, es que las enfermedades se manifiesten, periódicamente, durante toda la vida del hombre casado. Y, en verdad, son muy variadas, ¡Tantas como todas las que pueda padecer el macho! Pero, en cualquier caso, el significado del síntoma es siempre el mismo: ¡una protesta de la pija!

81. Don Juan nunca se sometió al primitivo ritual de iniciación en que consiste todo matrimonio y nunca renunció a su madre a la que buscó en cada mujer que hizo suya, y por eso, la obstinación, orgullo y coraje con que, cual redivivo Prometeo, desafió a su Padre, nos despierta una admiración que sólo es comparable a la nobleza con que satisfizo su instinto: sin dar excusas ni pedir perdón. Fue el héroe trágico sin parangón.

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El «humanismo marxista» del futuro Gobierno Mundial

LA ESCUELA DE FRANKFURT

Se conoce como la Escuela de Frankfurt a un grupo de investigadores que adherían a Hegel, Marx y Freud y cuyo centro estaba en el Instituto de Investigación Social, inaugurado en 1924, en Frankfurt. Fundada gracias al mecenazgo del multimillonario argentino, de origen alemán, Félix Weil, se hicieron representantes de la “teoría crítica”, la cual debe entenderse como un aspecto de la práctica, denominado también marxismo cultural. La obra esencial de este Instituto fue el ensayo “Dialéctica de la ilustración”, editada entre los años 1944 y 1947 por ADORNO y HORKHEIMER. Estos ideólogos y filósofos decidieron transcender las fronteras del positivismo, del materialismo vulgar y la teoría fenomenológica, a través de un retorno a Kant y sus sucesores en el idealismo Alemán, fundamentalmente Hegel. Los doctrinarios más famosos de este grupo fueron Adorno, Marcuse, Fromn, Habermas, Schmidt.Por supuesto, todos teóricos inmanentistas, quienes por ser ateos han roto toda vinculación con el “allende”,con lo absoluto en cuanto trascendente, es decir con Dios.

El marxismo cultural, modernamente, ya no va dirigido al proletariado, sino a los hijos de la alta burguesía y las clases medias. Se reformula así la lucha de clases. La clase pasa a definirse en función del grupo cultural al que se pertenece y deja de determinarse en función de la propiedad de los bienes de producción. Fidel Castro lo dijo en Córdoba, en su última visita, antes de enfermar: la revolución ya no necesita de la violencia. Por supuesto que debe entenderse esto de la siguiente manera: “salvo que peligre la revolución”.

La Escuela de Frankfurt, para afianzar el marxismo cultural diseñado por Antonio Gramsci, es decir la Revolución Cultural, dio “recomendaciones para la transformación y disolución de la Europa cristiana”, entre otras cosas, propuso las siguientes pautas:

l) Fomentar la desintegración familiar; 2) Hacer depender a los ciudadanos del Estado o de los beneficios del Estado; 3)Mantener un sistema legal desacreditado, con prejuicios contra las víctimas del delito; 4) promocionar el vaciamiento de las Iglesias; 5) promover el consumo excesivo de bebidas alcoholicas;6) promover migraciones para destruir la identidad;7) fomentar la destrucción de la autoridad en los Colegios y Universidades;8) suscitar la invención de delitos sociales;9) El cambio continuo para crear confusión y 10) Fomentar la homosexualidad en los niños.

Este Decálogo, tiene mucha relación con aquél escrito por LENIN, en 1913: 1) Corrompa a la juventud y exacerbe la libertad sexual, 2) infiltre y después controle todos los medios de comunicación masivos, 3)divida a la población en grupos antagónicos, incitando a la discusión sobre asuntos sociales,4) destruya la confianza del Pueblo en sus líderes, 5) hable siempre sobre la Democracia, pero si llega la oportunidad, asuma el Poder sin escrúpulos. 6) Colabore con el vaciamiento de los dineros públicos, y provoque la inflación; 7) Promueva huelgas, aunque sean innecesarias e ilegales; 8) Promueva disturbios y contribuya para que no sean reprimidos; 9) Ayude a destruir los valores morales y la creencia en las promesas de los políticos y gobernantes; 10) Registre a quienes tiene armas de fuego, para su posterior confiscación a fin de impedir cualquier resistencia.

Como se podrá apreciar, la línea de comportamiento del revolucionario debe ser necesariamente proteico ( cambiar de forma constantemente) y protervo (obstinada en la perversión). Esto corrobora que la pretendida Filosofía marxista, es sobre todo, una metodología para la acción revolucionaria. Nada dicen los marxistas, sobre cómo deberá ser el comportamiento del revolucionario cuando esté en el Poder. Esta hipótesis está contemplada en lo que se denomina “dictadura del proletariado” en donde se habilitan todo tipo de arbitrariedades, perversiones e injusticias; es decir, nadie que no sea de la secta y presente resistencia quedará con vida. Luego se continuará con la propia tropa, si hay disidencias, aunque sean estas de aspectos formales o si no hubiera la adhesión inequívoca al personalismo de turno.

Cuando se ideó “el mundo uno”, el politólogo polaco Zbigniew Brzezinsky”, tenía diseñado que el nuevo orden mundial se edifique sobre una sociedad tecnotrónica, con humanismo marxista. Cabe aquí consignar que la Escuela de Frankfurt, durante la segunda guerra mundial funcionó hasta el año 1950 en los E.E.U.U, financiada por la Fundación Rockefeller.

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La escuela de Frankfurt: conspiración para corromper

Por Timothy Matthews *

La ACW Review examinó el trabajo corrosivo de la ‘Escuela de Frankfurt’ – un grupo de estudiosos alemanes-americanos que desarrollaron perspectivas muy provocativas y originales sobre la sociedad contemporánea y la cultura, diseñando sobre Hegel, Marx, Nietzsche, Freud, y Weber.

La civilización occidental al día presente está atravesando una crisis que es esencialmente diferente de algo que haya sido previamente experimentado. Otras sociedades en el pasado han cambiado sus instituciones sociales o sus creencias religiosas bajo la influencia de fuerzas externas o desarrollo lento de crecimiento interior. Pero ninguna como la nuestra ha enfrentado jamás conscientemente la perspectiva de una alteración fundamental de las creencias e instituciones en que descansa todo el tejido de la vida social…

La civilización está siendo desarraigada de sus cimientos en naturaleza y tradición y está reconstituyéndose en una nueva organización que es tan artificial y mecánica como una fábrica moderna. Christopher Dawson. – «Enquiries into Religion and Culture», p. 259.

La mayoría del trabajo de Satanás en el mundo tiene cuidado para mantenerse oculto. Pero dos pequeños rayos de luz me han sido arrojados recientemente. El primero, un artículo corto en la Association of Catholic Women’s ACW Review; el segundo, un comentario (que al principio me sorprendió) de un sacerdote en Rusia que dijo que nosotros ahora, en el Oeste, vivimos en una sociedad comunista.

Estos rayos de luz ayudan, sobre todo, para explicar el asalto de la burocracia que en muchos países del mundo con tanto éxito han estado quitando los derechos de los padres para ser los educadores primarios y protectores de sus niños.

La ACW Review examinó el trabajo corrosivo de la ‘Escuela de Frankfurt’ – un grupo de estudiosos alemanes-americanos que desarrollaron perspectivas muy provocativas y originales sobre la sociedad contemporánea y la cultura, diseñando sobre Hegel, Marx, Nietzsche, Freud, y Weber.

Su idea de una ‘revolución’ cultural era particularmente nueva.

‘Hasta ahora’, escribió a Joseph, Comte de Maistre (1753-1821) quién durante quince años fue Freemason, ‘las naciones fueron asesinadas por la conquista, es decir por la invasión. Pero aquí surge una pregunta importante: ¿puede una nación no morir en su propia tierra, sin el reasentamiento o la invasión, al permitir que las moscas de la descomposición corrompan a la misma base de los principios originales y constituyente que la hacen ser lo que es?

¿Que fue la Escuela de Frankfurt?

Bien, en los días que siguen a la Revolución bolchevique en Rusia, creyeron que la revolución de los obreros barrería en Europa y, en el futuro, en los Estados Unidos. Pero no fue así. A fin de 1922 la Internacional comunista (Comintern) empezó a considerar cuales eran las razones.

Por iniciativa de Lenin fue organizada una reunión en el Instituto Marx-Engels en Moscú.

El objetivo de la reunión era clarificar el concepto, y dar efecto concreto a, una revolución cultural Marxista. Entre los presentes estaba Georg Lukacs (un aristócrata húngaro, hijo de un banquero que se había vuelto comunista durante la Primera Guerra Mundial; un buen teórico Marxista, desarrolló la idea de ‘Revolución y Eros’ – el instinto sexual usado como instrumento de destrucción) y Willi Munzenberg (quien propuso que la solución era organizar a los intelectuales y usarlos para hacer heder la civilización Occidental. Sólo entonces, después que ellos hayan corrompido todos sus valores y hayan hecho la vida imposible, podemos nosotros imponer la dictadura del proletariado’)

‘Esto fue’, dijo Ralph de Toledano (1916-2007) el autor conservador y co-fundador de ‘National Review’, una reunión ‘quizás más dañosa a la civilización Occidental que la propia Revolución bolchevique.’

Lenin murió en 1924. Sin embargo Stalin estaba empezando a ver a Munzenberg, Lukacs y pensadores así, ‘revisionistas’. En junio de 1940, Munzenberg huyó al sur de Francia donde, por órdenes de Stalin, una escuadra de asesinato NKVD lo alcanzó y colgó de un árbol.

En el verano de 1924, después de ser atacado por sus escritos por el 5 Congreso de Comintern, Lukacs se mudó a Alemania, donde presidió la primera reunión de un grupo de sociólogos de orientación comunista, que fue terminaría en la fundación de la Escuela de Frankfurt.

Esta ‘Escuela’ (diseñada para poner carne en su programa revolucionario) se inició en la Universidad de Frankfurt en el Institut für Sozialforschung. Para empezar la escuela y el instituto eran indistinguibles. En 1923 el Instituto se estableció oficialmente, y financiado por Felix Weil (1898-1975). Weil nació en Argentina y a los nueve años se lo envió para asistir a la escuela en Alemania. Asistió a las universidades en Tübingen y Frankfurt, donde se graduó con un grado doctoral en ciencia política. Mientras estaba en estas universidades se volvió cada vez más interesado en el socialismo y el marxismo. Según el historiador intelectual Martin Jay, el tema de su disertación era ‘los problemas prácticos de llevar a cabo el socialismo.’

Carl Grünberg, director del Instituto desde 1923-1929, era un marxista confeso, aunque el Instituto no tenía ninguna afiliación partidaria. Pero en 1930 Max Horkheimer asumió el control y él creyó que la teoría de Marx debía ser la base de la investigación del Instituto.

Cuando Hitler vino al poder, el Instituto fue cerrado y sus miembros, por varias rutas, huyeron a los Estados Unidos y emigraron a las mayores universidades americanas – Columbia, Princeton, Brandeis, y California en Berkeley.

La Escuela incluyó entre sus miembros al gurú de 1960 de la Nueva Izquierda Herbert Marcuse (denunciado por el Papa Pablo VI por su teoría de liberación que ‘abre el camino para la licencia encubierta como libertad’), Max Horkheimer, Theodor Adorno, el popular escritor Erich Fromm, Leo Lowenthal, y Jurgen Habermas – posiblemente el representante más influyente de la Escuela.

Básicamente, la Escuela de Frankfurt creyó que en tanto un individuo tuviera la creencia -o incluso la esperanza de creencia- que su don divino de razón pudiera resolver los problemas que enfrenta la sociedad, entonces esa sociedad nunca alcanzaría el estado de desesperación y alienación que ellos consideraron que era necesario para provocar la revolución socialista. Por consiguiente, su tarea era minar tan rápidamente como sea posible el legado Judeo-Cristiano.

Para hacer esto ellos requirieron la crítica destructiva más negativa posible de cada esfera de la vida que se diseñaría para desestabilizar la sociedad y derrumbar lo que ellos vieron como ‘el orden opresivo’.

Sus políticas, esperaron ellos, se extenderían como un virus ‘continuando el trabajo de los marxistas Occidentales a través de otros medios’ como notó uno de sus miembros. Para llevar más allá el avance de su revolución cultural ‘silenciosa’ – pero no dándonos ideas sobre sus planes para el futuro – la Escuela recomendó (entre otras cosas):

1. La creación de ofensas de racismo.

2. Cambio incesante para crear confusión.

3. La enseñanza de sexo y homosexualidad a los niños.

4. El minado de la autoridad de escuelas y maestros.

5. Gran inmigración para destruir la identidad.

6. La promoción de beber en exceso.

7. Vaciado de Iglesias.

8. Un sistema legal inestable con prejuicio contra las víctimas del crimen.

9. Dependencia de los beneficios estatales.

10. Control y tontería de los medios de comunicación.

11. Animar la quiebra de la familia.

Una de las ideas principales de la Escuela de Frankfurt era aprovechar la idea de Freud de ‘pansexualismo’ – la búsqueda por placer, la explotación de diferencias entre los sexos, derrocando las relaciones tradicionales entre hombres y mujeres.

Para llevar más allá sus objetivos ellos tendrían que:

* atacar la autoridad del padre, negar los roles específicos del padre y la madre, y arrebatar a las familias de su derecho como educador primario de sus niños.

* abolir las diferencias en la educación de varones y mujeres.

* abolir todas las formas de dominación masculina – de ahí la presencia de mujeres en las fuerzas armadas

* declarar a las mujeres ser una ‘clase oprimida’ y a los hombres como ‘opresores’

Munzenberg resumió así la operación a largo plazo de la Escuela de Frankfurt: ‘Nosotros haremos al Oeste tan corrupto que apeste.’

La Escuela creía que había dos tipos de revolución: (a) política y (b) cultural.

La revolución cultural demuele desde dentro. ‘Las formas modernas de sometimiento están marcadas por la bondad’. Ellos lo vieron como un proyecto a largo plazo y mantuvieron claramente sus visiones enfocadas en la familia, educación, medios de comunicación, sexo y cultura popular.

La Familia

La ‘Teoría’ Crítica de la Escuela predicó que la ‘personalidad’ autoritaria es un producto de la familia patriarcal – una idea que se unió directamente a los Orígenes de la Familia, Propiedad Privada y el Estado de Engels que promovió el matriarcado.

Ya Karl Marx había escrito, en el “Manifiesto Comunista”, sobre la noción radical de una ‘comunidad de mujeres’ y en La Ideología alemana de 1845 [1], escribió despectivamente sobre la idea de la familia como la unidad básica de sociedad.

Éste era uno de los principios básicos de la ‘Teoría’ Crítica: la necesidad de ruptura de la familia contemporánea. Los estudiosos del Instituto predicaron que:

‘Incluso una quiebra parcial de la autoridad paternal en lo familiar podría tender a aumentar la prontitud de una próxima generación para aceptar el cambio social.’

Siguiendo a Karl Marx, la Escuela enfatizó cómo la ‘personalidad’ autoritaria es un producto de la familia patriarcal, fue Marx que escribió tan despectivamente sobre la idea de la familia siendo la unidad básica de la sociedad. Todo esto preparó el camino para la guerra contra el género masculino promovida por Marcuse bajo la guisa de ‘liberación’ de las mujeres y por el movimiento Nueva Izquierda en los años sesenta.

Ellos propusieron transformar nuestra cultura en una dominada por mujeres. En 1933, Wilhelm Reich, uno de sus miembros, escribió en La Psicología de Masas del Fascismo que el matriarcado era el único tipo de la familia genuino de ‘la sociedad natural.’ Eric Fromm también era un abogado activo de la teoría matriarcal.

Masculinidad y feminidad, dijo él, no eran reflejos de las diferencias sexuales ‘esenciales’, como los Románticos habían pensado, pero habían derivado en cambio de las diferencias en las funciones de la vida que eran en parte socialmente determinadas.’ Su dogma era el precedente para las declaraciones feministas radicales que, hoy, aparecen en casi cada gran periódico y programa de la televisión.

Los revolucionarios supieron exactamente lo que ellos quisieron hacer y cómo hacerlo. Ellos han tenido éxito.

Educación

Lord Bertrand Russell se unió a la Escuela de Frankfurt en su esfuerzo por la ingeniería social masiva y levantó la perdiz en su libro de 1951: El Impacto de la Ciencia en la Sociedad. Él escribió:

‘La fisiología y psicología se permiten el lujo de campos para técnica científica que todavía esperan el desarrollo.’ La importancia de psicología de masas ‘ha sido aumentada enormemente por el crecimiento de métodos modernos de propaganda. De estos la más influyente es lo que se llama ‘la educación.’

Los psicólogos sociales del futuro tendrán varias clases de niños escolares sobre quienes ellos probarán métodos diferentes de producir una convicción inquebrantable de que la nieve es negra.

Varios resultados pronto llegarán:

Primero: que la influencia del hogar es obstructiva.

Segundo: que no mucho puede hacerse a menos que el adoctrinamiento empiece antes de la edad de diez.

Tercero: que a los versos con música y entonados repetidamente son muy eficaces.

Cuarto: que la opinión de que la nieve es blanca, debe considerarse un gusto mórbido por la excentricidad. Pero yo me anticipo. Es para los científicos futuros hacer estas máximas precisas y descubrir cuánto exactamente cuesta por cabeza hacer creer a los niños que la nieve es negra, y cuánto menos costaría hacerles creer que es gris oscuro. Cuando la técnica se haya perfeccionado, cada gobierno que ha estado a cargo de la educación por una generación podrá controlar firmemente sus súbditos sin la necesidad de ejércitos o policías.”

Escribiendo en 1992 en Fidelio Magazine, [The Frankfurt School and Political Correctness] Michael Minnicino observó cómo ahora los herederos de Marcuse y Adorno dominan completamente las universidades, ‘enseñándoles a sus propios estudiantes a reemplazar razón con ejercicios rituales ‘Políticamente Correctos’.

Hay muy pocos libros teóricos sobre artes, cartas, o idioma publicados hoy en los Estados Unidos o Europa que no reconocen abiertamente su deuda a la Escuela de Frankfurt. La caza de brujas en los campus de hoy es meramente la aplicación del concepto de Marcuse de ‘tolerancia represiva’ – ‘la tolerancia para los movimientos de izquierda, pero intolerancia para los movimientos de derecha’ – puestos en vigencia por los estudiantes de la Escuela de Frankfurt’.

Drogas

El Dr. Timothy Leary nos dio otro vislumbre sobre la mente de la Escuela de Frankfurt en su relato del trabajo de la Universidad de Harvard del Proyecto de Droga Psicodélico, ‘ Flashback.’ Él citó una conversación que él tuvo con Aldous Huxley:

“Estas drogas de cerebro, producidas masivamente en los laboratorios, provocarán inmensos cambios en la sociedad. Esto pasará con o sin usted o yo. Todo lo que nosotros podemos que hacer es correr la voz. El obstáculo a esta evolución, Timothy, es la Biblia’. Leary siguió entonces:

“Habíamos tropezado con el compromiso judeo-cristiano de un Dios, una religión, una sola realidad, que ha maldecido a Europa durante siglos y América desde nuestros días de la fundación. Las drogas que abren la mente a múltiples realidades conducen inevitablemente a una visión politeísta del universo. Nosotros detectamos que el tiempo de una nueva religión humanista basada en la inteligencia, el pluralismo de buen carácter y el paganismo científico había llegado.»

Uno de los directores del proyecto Personalidad Autoritaria, R. Nevitt Sanford, jugó un papel pivote en el uso de drogas psicodélicas. En 1965, él escribió en un libro emitido por el brazo editor del Instituto Tavistock del Reino Unido:

«La nación, parece estar fascinada por los 40.000 más o menos adictos a las drogas que son vistos como gente rebelde, alarmante que debe ser contenida a toda costa por la cara actividad policial. Sólo un Puritanismo intranquilo podría apoyar la práctica de enfocarse en los drogadictos (en lugar de en nuestros 5 millones de alcohólicos) tratándolos como un problema policial en lugar de médico, mientras suprime drogas inocuas como marihuana y peyote junto con las peligrosas.”

El propagandista principal del lobby de la droga de hoy deletreó su argumento para la legalización sobre el mismo charlatanismo científico del Dr. Sanford.

Tales propagandistas incluyen al multimillonario ateo George Soros que eligió, como uno de sus programas nacionales en primer lugar, financiar los esfuerzos para impugnar la eficacia de la guerra de $ 37 mil millones al año de Estados Unidos contra las drogas

El Lindesmith Center respaldado por Soros sirve como voz principal para los americanos que quieren descriminalizar el uso de narcóticos. ‘Soros es el Papá Warbucks de legalización de la droga,’ dijo Joseph Califano Jr. del National Center on Addiction and Substance Abuse de la Universidad de Columbia’ (The Nation, Sep 2, 1999).

Música, Televisión y Cultura Popular

Adorno se convirtió en jefe de la unidad de «estudios de música”, donde en su Teoría de la Música Moderna promovió la posibilidad de desatar la música atonal y otras músicas populares como un arma para destruir la sociedad, degenerar las formas de la música para promover enfermedad mental. Él dijo que los EE.UU. podrían ser puestos de rodillas por el uso de la radio y la televisión para promover una cultura del pesimismo y la desesperanza –para la década del 1930 (junto con Horkheimer) habían emigrado a Hollywood-. La expansión de la violencia de los vídeo-juegos también fue apoyada entre los objetivos de la Escuela.

Sexo

En su libro El Cierre de la Mente americana, Alan Bloom observó cómo Marcuse atrajo a los estudiantes universitarios en los sesentas con una combinación de Marx y Freud. En «Eros y Civilización» y «Un Hombre Dimensional» Marcuse prometió que la superación del capitalismo y su falsa conciencia producirán una sociedad donde las más grandes satisfacciones son sexuales.

La Música Rock toca el mismo acorde en los jóvenes. La libertad de expresión sexual, el anarquismo, la minería de lo irracional inconsciente y darle rienda suelta son lo que tienen en común.

Los Medios de comunicación

Los medios de comunicación modernos -Arthur ‘Punch’ Sulzberger Jnr., quién se encargó del New York Times en 1992- utilizó mayormente el estudio de la Escuela de Frankfurt «La Personalidad Autoritaria». (New York: Harper, 1950).

En su libro «Arrogancia», (Warner Books, 1993) el ex reportero de CBS News Bernard Goldberg notó de Sulzberger que él todavía sigue creyendo en todas esas nociones de los años sesenta acerca de la «liberación» y «cambiar el mundo hombre». . . De hecho, los años Punch han sido una marcha constante hacia abajo PC Boulevard, con una sala de redacción ferozmente dedicada a todas las marcas de la diversidad, excepto la clase intelectual. »

En 1953 el Instituto se movió de vuelta a la Universidad de Frankfurt. Adorno murió en 1955 y Horkheimer en 1973. El Instituto de Investigación Social continuó, pero lo que era conocido como la Escuela de Frankfurt, no.

El Marxismo Cultural que desde entonces ha tomado nuestras escuelas y universidades -esa «corrección política», que ha sido la destrucción de nuestros lazos familiares, nuestra tradición religiosa y nuestra cultura toda-, surgió en la Escuela de Frankfurt.

Fueron estos intelectuales Marxistas que, después, durante las demostraciones anti-Vietnam, acuñaron la frase, ‘haga amor, no la guerra’; eran estos intelectuales que promovieron la dialéctica de la ‘crítica negativa’; eran estos teóricos que soñaron con una utopía donde sus reglas gobernasen.

Estos fueron sus conceptos, que dieron lugar a la moda actual de la reescritura de la historia, y la moda de «deconstrucción». Sus mantras:

«las diferencias sexuales son un contrato, si se siente bien, hazlo; haga su propia cosa.»

En un discurso en la Academia Naval americana en agosto de 1999, Dr Gerald L. Atkinson, CDR USN (Ret), dio un antecedente informando sobre la Escuela de Frankfurt y recordando a su audiencia que fueron los ‘soldados de a pie «de la Escuela de Frankfurt, quienes introdujeron técnicas de “entrenamiento sensitivo” utilizados en las escuelas públicas en los últimos 30 años (y ahora empleado por los militares para educar a las tropas sobre el «acoso sexual» de EE.UU.).

Durante el entrenamiento sensitivo a los maestros se les dijo que no enseñen, sino «faciliten». Las aulas de clase se convirtieron en centros de auto-examen, donde los niños hablaron de sus propios sentimientos subjetivos. Esta técnica fue diseñada para convencer a los niños que eran la única autoridad en sus propias vidas.

Atkinson continuó:

‘La personalidad Autoritaria’ estudiada por la Escuela de Frankfurt en los años cuarenta en América, preparó el camino para la guerra subsecuente contra el género masculino promovida por Herbert Marcuse y su banda de revolucionarios sociales bajo la guisa de ‘liberación’ de las mujeres y el movimiento Nueva Izquierda en los años sesenta.

La evidencia de que las técnicas psicológicas de la personalidad cambiante son deseadas para castrar a los machos de América es proporcionada por Abraham Maslow, fundador de la Tercera Fuerza de la Psicología Humanista y un promotor de la clase psicoterapéutica, quien escribió que: “… el próximo paso en la evolución personal es una transcendencia desde la masculinidad y la feminidad a la humanidad general.’

El 17 de abril de 1962, Maslow dio una conferencia a un grupo de monjas en el Sagrado Corazón, la universidad de mujeres católicas en Massachusetts. Él notó en una entrada del diario cómo la charla había sido muy ‘exitosa,’ pero él encontró ese mismo hecho preocupante.

‘Ellas no deben aplaudirme’ -escribió él- ‘ellas deben atacarme. Si ellas fueran totalmente conscientes de lo que yo estaba haciendo, ellas me habrían atacado’ (Periódicos, pág. 157).

La Red

En su folleto Sexo & Ingeniería Social (Educación Familiar Trust 1994) Valerie Riches observó cómo en los finales 1960 y tempranos años setenta, hubo intensas campañas parlamentarias que emanan de una serie de organizaciones acerca del control de la natalidad (es decir, anticoncepcionismo, aborto, esterilización).

De un análisis de sus informes anuales, se hizo claro que un número comparativamente pequeño de personas estaba involucrado en un grado sorprendente en una serie de grupos de presión. Esta red no sólo fue unida por lo personal, sino por fondos, ideología y a veces discursos. También fue respaldada a través de intereses investidos y fue apoyada por concesiones en algunos casos por departamentos gubernamentales.

En el corazón de la red estaba la Asociación de Planificación Familiar (FPA) con su propia colección de vástagos. Lo que nosotros desenterramos era una estructura de poder con enorme influencia.

‘La investigación más profunda reveló que la red, de hecho se extendió más allá de casa, en la eugenesia, control de población, control de nacimientos, reformas legales leyes sexuales y familiares, sexo y educación de salud.

Sus tentáculos se extendieron a casas editoras, establishment médico, educativo y de investigación, organizaciones de mujeres y orientación de matrimonios donde pudieran ejercer influencia. Parecían tener gran influencia sobre los medios de comunicación, y sobre los funcionarios permanentes en los departamentos gubernamentales pertinentes, fuera de toda proporción con los números involucrados.

Durante nuestras investigaciones, un portavoz en un Simposio de Educación Sexual en Liverpool perfiló tácticas de educación sexual diciendo: ‘si nosotros no entramos en educación del sexo, los niños simplemente seguirán las costumbres de sus padres’. El hecho de que la educación sexual iba a ser el vehículo para vendedores ambulantes del humanismo secular pronto se hizo evidente.

Sin embargo, en ese momento no se entendió totalmente el poder de la red y las implicancias plenas de sus actividades. Se pensó que la situación estaba confinada a Gran Bretaña. Las implicancias internacionales no habían sido tomadas.

‘Poco después, se publicó un pequeño libro con el título intrigante «Los Hombres detrás de Hitler – Una advertencia alemana al Mundo». Su tesis era que el movimiento de eugenesias que había ganado popularidad temprana en el siglo vigésimo había sido subterráneo, siguiendo el holocausto en Alemania nazi, pero todavía estaba activo y funcionando a través de organizaciones que promueven el aborto, eutanasia, esterilización, salud mental, el etc. El autor instó al lector a que mirara su país y países vecinos, porque encontraría que los miembros y comités de estas organizaciones se cruzan en una magnitud notable.

Otros libros y papeles de las fuentes independientes después confirmaron esta situación…

Un libro notable también se publicó en América que documentaba las actividades del Sex Information and Education Council of the United States (SIECUS). Se tituló «El Círculo SIECUS – Una Revolución Humanista». SIECUS fue establecido en 1964 y no perdió tiempo en comprometerse en un programa de ingeniería social por medio de la educación sexual en las escuelas. Su primera directora ejecutiva fue Mary Calderone que también se unió estrechamente a la Paternidad Planeada el equivalente americano del FPA británico.

Según El Círculo SIECUS, Calderone apoyó los sentimientos y teorías puestas en adelante por Rudolph Dreikus, un humanista, como:

* uniendo o invirtiendo los sexos o roles de sexo.

* liberando a los niños de sus familias.

* aboliendo a la familia como nosotros la conocemos.

En su libro «Mente Sitio», (Thomas Nelson, 2000) Tim La Haye y David A. Noebel confirmaron los hallazgos de Riches de una red internacional.

‘Pueden pintarse las autoridades principales del Humanismo Secular como la fila de arranque de un equipo del béisbol: tirando está John Dewey; tomando es Isaac Asimov; primera base es Paul Kurtz; segunda base es Corliss Lamont; tercera base es Bertrand Russell; el campocorto es Julian Huxley; el centrocampista izquierdo es Richard Dawkins; centrocampista centro es Margaret Sanger; el centrocampista derecho es Carl Rogers; el gerente es ‘Cristiandad para perdedores’ de Ted Turner; el golpeador designado es Mary Calderone; jugadores de utilidad incluyen los centenares listados al dorso de Manifiesto Humanista I y II, incluso Eugenia C. Scott, Alfred Kinsey, Abraham Maslow, Erich Fromm, May Rollo, y Betty Friedan.

“En las gradas se sientan las organizaciones patrocinadoras o sostenedoras, como… la Escuela de Frankfurt, el ala izquierda del Partido Demócrata, los Socialistas Democráticos de América, la Universidad de Harvard, la Universidad de Yale, la Universidad de Minnesota, la Universidad de California (Berkeley), y dos mil colegios y universidades.

Un ejemplo práctico de cómo la marea del pensamiento Maslow está envolviendo las escuelas inglesas fue revelado en un artículo en la Asociación Nacional Británica de Familias Católicas (NACF) el periódico Familiar Católico (agosto 2000), donde James Caffrey advirtió sobre el programa de Ciudadanía (PSHE) que brevemente sería bosquejado en el Curriculum Nacional.

“Tenemos que mirar con cuidado el vocabulario utilizado en este nuevo proyecto», escribió, » y sobre todo, encontrar la base filosófica sobre la que se funda.”

Las pistas a esto pueden encontrarse en la palabra ‘opción’ que frecuentemente ocurre en la documentación de la Ciudadanía y el gran énfasis puesto sobre el alumno para ‘discutir y clarificar’ sus propias vistas, valores y opciones sobre cualquier problema dado. Esto no es ninguna otra cosa que el concepto conocido como ‘Clarificación de Valores’ – un concepto anatema al Catolicismo, o de hecho, al Judaísmo e Islam.

‘Este concepto se abrió camino en California en los 1960 por los psicólogos William Coulson, Carl Rogers y Abraham Maslow. Estaba basado sobre la ‘psicología humanística’, en la que se consideraron a los pacientes como el único juez de sus acciones y conducta moral.

Habiendo abierto camino a la técnica de Clarificación de Valores, los psicólogos lo introdujeron en las escuelas y otras instituciones como conventos y seminarios – con resultados desastrosos. Los conventos se vaciaron, los religiosos perdieron sus vocaciones y hubo pérdida de la creencia en Dios.

¿Por qué? Porque las instituciones católicas se fundan en creencias absolutas, por ejemplo, el Credo y los Diez Mandamientos. La Clarificación de Valores supone un relativismo moral en que no hay ningún derecho absoluto o malo y ninguna dependencia sobre Dios.

‘Este mismo sistema será presentado a las mentes vulnerables de infantes, juniors y adolescentes en los años 2000’.

La filosofía subyacente de Clarificación de Valores sostiene que para los maestros promover virtudes como honestidad, justicia o castidad constituye adoctrinamiento de niños y ‘viola’ su libertad moral. Se insta que los niños deban ser libres de escoger sus propios valores; el maestro debe meramente ‘facilitar’ y debe evitar toda moralización o criticismo.

Un abogado recientemente hizo un comentario sobre tendencias preocupantes en la educación australiana,

‘El tema central de clarificación de valores es que no hay valores correctos o malos. La educación de valores no busca identificar y transmitir valores ‘correctos’, enseñanzas de la Iglesia, sobre todo la encíclica papal Evangelium Vitae. ‘En la ausencia de una guía moral clara, los niños naturalmente hacen opciones basadas en sentimientos. La poderosa presión del par, liberada de los valores que provienen de una fuente divina, asegura que ‘valores compartidos’ se hunden al común denominador más bajo.

Referencias a la sustentabilidad medioambiental llevan a una estructura mental donde los argumentos anti-vida para el control de población son presentados como siendo responsables y deseable. Semejante, las ‘opciones informadas’ sobre salud y estilos de vida son eufemismos son actitudes antitéticas a las vistas cristianas sobre la maternidad, paternidad, el sacramento del matrimonio y la vida familiar.

La Clarificación de valores es encubierta y peligrosa. Apuntala toda la razón de Ciudadanía (PSHE) y será introducida pronto por estatuto en el Reino Unido. Esto dará valores seculares a las personas jóvenes y los imbuirá con la actitud que ellos solo sean la última autoridad y juicio sobre sus vidas. Ninguna Escuela católica puede incluir este nuevo asunto como formulado en el documento Plan de Estudios 2000 dentro de su provisión del plan de estudios actual. El Dr. William Coulson reconoció el daño psicológico que la técnica de Rogers infligió en jovenzuelos y lo rechazó, consagrando su vida a exponer sus peligros.

¿Deben aquéllos en autoridad en educación católica no hacerlo igual, como ‘Ciudadanía’ hace su enfoque mortal?

Si nosotros permitimos continuar la subversión de valores e intereses, en las generaciones futuras perderemos todo por lo que nuestros antepasados sufrieron y murieron.

Nosotros estamos prevenidos, dice Atkinson. Una lectura de la historia nos dice que nosotros estamos a punto de perder la cosa más preciosa que nosotros tenemos: nuestras libertades individuales.

‘Lo que nosotros estamos experimentando en la actualidad,’ escribe a Philip Trower en una carta al autor, ‘es una mezcla de dos escuelas de pensamiento; la Frankfurt School y la tradición liberal que se remonta al Iluminismo del siglo 18’.

La Escuela de Frankfurt tiene sus orígenes remotos, por supuesto, en el Iluminismo del siglo 18. Pero como el Marxismo de Lenin, es un movimiento de ruptura.

Los objetivos inmediatos del liberalismo clásico y la Escuela de Frankfurt han sido en lo principal los mismos (ver sus once puntos arriba) pero el extremo final es diferente. Para los liberales ellos llevan a ‘mejorar’ y ‘perfeccionar’ la cultura occidental, para la Escuela de Frankfurt ellos provocan su destrucción.

Diferente a los marxistas de línea dura, la Escuela de Frankfurt no hace ningún plan para el futuro. Pero la Escuela de Frankfurt parece tener más visión a lo lejos que nuestros liberales clásicos y secularistas. Por lo menos, ellos ven las desviaciones morales que promueven, harán el fin de la vida social imposible o intolerable. Esto deja un gran signo de interrogación sobre lo que sería un futuro dirigido por gente como ellos.’

Entretanto, la Revolución Callada sigue adelante.

* Timothy Matthews is the editor of the British, Catholic Family News. A news service of the National Association of Catholic Families, United Kingdom. The article appeared in the American Catholic weekly, The Wanderer, December 11, 2008. It is reprinted here with permission of the author.

diario7.com.ar Publicado por MILES en miércoles, marzo 30, 2011

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La falsedad del Psicoanálisis.

Por M. I. García Vives

El psicoanálisis, al igual que el marxismo y demás religiones, forma parte de la sinarquía mundial y de la ancestral conspiración contra el Espíritu.

El psicoanálisis proclama que es necesario «hacer conciente lo inconciente», a fin de que el individuo pueda realizarse y ser feliz (similar postulado tiene la cientología). Una vez le preguntaron a Freud que es lo que debería hacer un hombre para realizarse y ser feliz, a lo que él respondió «amar y trabajar». Eso sí que estuvo bueno, justamente el tipo de hombre que más le agradaría al demiurgo y a un gobierno mundial sinárquico. El animal-hombre esclavo y feliz. El mejor esclavo es aquel que no sabe que es esclavo. El idiota que cree que el trabajo y el sexo son todo lo importante de la vida. El explotado servil que se cree libre. El cornudo apaleado y contento. Eso es lo que desea la sinarquía para el hombre falso y decadente de nuestro tiempo. El esclavo debe ser engañado de mil maneras siempre, para que nunca sepa quién es realmente o quiénes son sus amos. Los zombis idiotas que se creen libres, los golems que caminan por la calle. Lo que no puedan lograr el alcohol, las drogas y las religiones deberán lograrlo el marxismo y el psicoanálisis.

«Amar y trabajar», vaya consejo. Tener esposa, hijos, familia, tener buen sexo y buenos orgasmos y ser exitoso en el trabajo. Todo esto parece ser lo único que pretende el psicoanálisis para el hombre. Para hacer lo que un perro o un gato hacen naturalmente, el hombre debería pasar años de oneroso y aburrido tratamiento psicoanalítico.

Tanto el trabajo como el sexo y la familia, son propios del alma y del cuerpo (las hormonas, los instintos, los afectos). Pero el hombre es más que un alma y un cuerpo. El hombre es más que un gato o un perro. El hombre posee también un Espíritu, al que no es bueno traicionar. Pretenden satisfacer las necesidades del animal, y nada saben de las necesidades del Espíritu.

Por supuesto que Freud y su pandilla, inventores de este fraude (fraude, fraudismo, freudismo), o nacieron sin espíritu, o lo tenían casi muerto, o lo que sería peor, elucubraron a sabiendas esta trampa llamada psicoanálisis.

El psicoanálisis, como la cientología, divide a los hombres en psicoanalizados y no psicoanalizados, en normales y perversos. Nunca se pusieron de acuerdo los psicoanalistas sobre qué es una perversión sexual. Para Freud es una cosa, para Reich otra, etc. Cada uno lo interpreta a su manera, es decir, todo perverso llama perversos a los que no son como él. El es sano, él es normal.

Cuando a un animal-hombre le llega la muerte, su cuerpo es destruido y su alma es tomada por el demiurgo, solo su Espíritu intocable y eterno permanece a salvo. Cuando sobreviene la muerte, tanto el cuerpo como el alma son tomados y vaciados por el demiurgo, no importa si están «psicoanalizados» o no. Bien lo dice el refrán: «a aquel que no bebe ni fuma tabaco, el diablo se lo lleva por otro buraco». Sabemos que ese diablo es el demiurgo.

Igualmente, cuando un Espíritu logra liberarse y tomar control de su microcosmos arrebatándoselo al demiurgo, poco importa el grado de «realización» o «felicidad» alcanzados por el alma y el cuerpo. El Espíritu los tomará para sí usándolos como herramientas, estén «psicoanalizados» o no. Ya se trate de un hombre «normal» o de un «perverso», los falsos contenidos del cuerpo y del alma serán borrados, reducidos a polvo, siendo luego llenados y transformadas sus materias por el Espíritu.

Si bien los psicoanalistas no saben bien qué es lo perverso, nosotros sí lo sabemos. El demiurgo, sus creaciones y sus leyes son lo perverso. Negar la existencia del Espíritu Eterno es lo perverso. Evitar que los hombres se despierten y liberen es lo perverso. Las pérdidas de las energías seminales durante el «buen sexo» son lo perverso. Las mutilaciones sexuales de los niños, la pedofilia ritual, los millones de abortos por año ofrendados al demiurgo jehová, eso, todo eso es lo perverso.

No se dejen engañar con la trampa del psicoanálisis ni con otras similares. No busquen la felicidad de los perros y los gatos. Busquen la felicidad de los guerreros luego del deber cumplido. No pierdan tiempo tratando de «perfeccionar» el alma y el cuerpo. El alma y el cuerpo no les pertenecen a ustedes, son mortales, no son eternas. Esas son cosas del demiurgo. No le hagan favores al demiurgo. El cuerpo se destruye en cada encarnación y el alma se destruye cuando se fusiona con el demiurgo o en el pralaya. Dedíquense a lo único que les pertenece a ustedes: el Espíritu. Lo único que poseen es el Espíritu. Sólo el Espíritu es eterno. Dediquen el tiempo a liberarlo del demiurgo. No dejen que el demiurgo ese siga encadenando y usando Espíritus para su provecho. La única tarea valiosa y digna para un hombre en su vida es procurar la liberación de su Espíritu enjaulado por el demiurgo. No pierdan tiempo, no desperdicien esta oportunidad que les brinda estar encarnados en el infierno del demiurgo.

Tampoco se dejen engañar por los demonios de la sinarquía. Dediquen su vida a lograr cosas imperecederas, cosas importantes, cosas que duren toda la eternidad. No se dediquen a lo efímero. No se dediquen a la mierda.

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