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Mes: julio 2011

El drama de tres clases de hombres

Por J.H.A.

EL HOMBRE DORMIDO

Está condicionado por sus traumas infantiles, por los lavados de cerebro propiciados en la escuela y a través de diarios y televisión, donde se le indica lo que debe pensar y lo que no debe pensar, y por las hormonas sexuales de su cuerpo. Todo en él es automático, está profundamente esclavizado. Está totalmente dormido. Tal vez se case, tenga hijos, como lo manda su religión sinárquica. Trabajará para su familia, como un buey, «con el sudor de su frente», y tratará de ser «un buen padre» y después «un buen abuelo», y un día se morirá sin dejar un miserable recuerdo en el rebaño humano, «volviendo al polvo de donde fuiste tomado». De vez en cuando los políticos y los medios de comunicación de turno le indicarán por quien votar. También profesará la religión o el ateismo que le hayan indicado. Así, él será siempre una tuerca más en la maquinaria biológica infernal de la Tierra, obra del buen demiurgo. Nada importante puede esperarse de él, como no sea cumplir mansamente, como una hormiga obrera, su destino prefijado por el demiurgo y sus secuaces. No busca ninguna salida, pues no sabe que es un esclavo miserable. Si intuyera que hay una Verdad no querría conocerla, es más, sería capaz de matar o de suicidarse con tal de no conocer la Verdad. Un hombre así no sirve para nada, su vida no tiene valor. Para el demiurgo, un idiota así le es útil. Para nosotros, vivo o muerto es lo mismo. Su vida vale menos que la de un gusano.

EL HOMBRE SEMI-DESPIERTO

Este tipo de hombre se ha despertado un poco, y siente que podría hacer algo para dejar de ser una tuerca o un gusano. No está del todo conforme con su vida y su destino, e intuye que podría haber algo que lo ayude a liberarse o mejorar su situación. Entonces tratará de comenzar una búsqueda de lo que podría saber y hacer, una búsqueda de algo que intuye como muy importante. Y es allí donde se desviará y caerá en cualquiera de las trampas que ya están preparadas para casos como el de él, pues la auténtica Verdad existe, pero al ser esta Verdad algo increado le será muy difícil hallarla en el mundo infernal del demiurgo. El buscará ingresar a una secta o religión y llegar a fondo dentro de ella, con la ilusión de dejar de ser una máquina o un gusano, para lograr la ansiada «evolución» e «inmortalidad» de su alma. Se encontrará entonces con un sinnúmero de sectas y religiones que le parecerán todas diferentes y atractivas, pero que son todas la misma mierda con diferente olor. Y elegirá alguna de ellas de acuerdo a sus condicionamientos psicológicos de siempre y los de su ambiente actual. Con los partidos políticos o con los destinos posibles sucede lo mismo. De esta forma saltará alegremente del aceite para caer en las llamas. Está lejos aún de comprobar que todas las religiones a su alcance han sido puestas allí por los sirvientes del  «Dios Creador» o demiurgo, y que todos esos procesos terminan en las fauces del demiurgo. Porque todas las religiones que este mundo sinárquico ofrece son una sola religión, con el mismo Dios y con el mismo destino: la fusión final del alma con el demiurgo. Lo convencerán de que solo hay un Dios: el demiurgo a quien adorar, y ningún otro. Lo convencerán que solo hay una entidad fuera del cuerpo: el alma, a la cual hay que «purificar» y «perfeccionar», y nada más que el alma. Jamás le hablarán del Dios Incognoscible y del Espíritu Eterno, jamás le ayudarán a despertar y a liberarse, al contrario, lo encadenarán aún más al mundo ilusorio y demencial del demiurgo. Y si tiene suerte y se esfuerza mucho, en vez de ser engullido por el demiurgo, tras su muerte será un «inmortal» más de la satánica Logia Blanca. En este último caso será una tuerca más evolucionada, seguirá viviendo después de la muerte física, como una hormiga obrera del demiurgo, para ser engullido más adelante, en el pralaya, pero su Espíritu se habrá perdido para siempre. Su inmortalidad durará lo que dure el manvantara, pues una cosa es la inmortalidad y otra muy diferente la eternidad. Un hombre extraviado así, habiendo perdido su espíritu para siempre, tiene menos valor que un gusano en el intestino de un perro.

EL HOMBRE DESPIERTO

Lo primero que hay que hacer para despertar es hallar la Gnosis. Sin la Gnosis no hay despertar posible. Y es muy dificil hallar la Gnosis Increada y Eterna en el mundo del demiurgo, creado y efímero, pues el demiurgo se ha ocupado muy bien de evitar en todo lo posible de que este Conocimiento Supremo llegue a los hombres. Es muy difícil hallar la Gnosis en el mundo del demiurgo, pero no es imposible. Gurjieff decía que es tan difícil hallar el conocimiento que nos haga despertar que, si un hombre lo encuentra, bien podemos afirmar que fue debido al azar, a la casualidad. Pero según Nimrod de Rosario, todo hombre que persista desesperadamente en la búsqueda de la Gnosis la encontrará, y no será por casualidad sino por sincronicidad. Ese hombre, a través del esfuerzo por hallar la Gnosis que lo haga despertar, ha propiciado su acercamiento y su posesión. Pero también han sido sembradas varias trampas, por ejemplo, muchas falsas gnosis que nos hagan perder tiempo o extraviar.

Una vez hallada la Gnosis comenzará el proceso paulatino de despertar y transformarse, hasta llegar a la trasmutación final. Cuando el hombre comienza a despertar, es probable que se asuste y crea que se está volviendo loco. Pero no, no se está volviendo loco, loco estaba antes, ahora se está volviendo cuerdo. Ahora se irá dando cuenta que quienes le rodean son los locos, que todo el mundo que lo rodea está loco, y que el inventor y creador de ese mundo es el loco principal.

A través del estudio de la Gnosis, obtendrá el dominio absoluto sobre el sexo y sobre las armas parapsicológicas. Recuperará su Yo Verdadero, el Yo del Espíritu, y doblegará a su alma por completo, espiritualizando todo su ser en la trasmutación. Su Espíritu liberado lo guiará y le dirá qué hacer.

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La imagen del demiurgo y su defensa masónica

TAPA DE LA REVISTA «LEO PLAN» DEL 3 DE JUNIO DE 1964

RESPUESTA DE LA MASONERÍA EN LA REVISTA «SÍMBOLO» Nº 59 DEL MES DE JUNIO DE 1964

COMENTARIO DESDE LA GNOSIS PRIMORDIAL

Como es su costumbre, por medio de fábulas y ficciones descabelladas una vez mas la masonería ha querido defender lo indefendible. El demiurgo era el dios de los templarios, y ellos lo imaginaron y lo adoraron en esta imagen. Que el demiurgo es satanás no quedan dudas, eso no tiene defensa posible. Han armado unos argumentos que no convencerían ni a niños pequeños, aunque sí a los aprendices masones, con toda seguridad. Si han sido capaces de deformar la realidad y lo evidente con estas absurdas explicaciones, qué no serían capaces de inventar. Esto hacen también los medios de comunicación de la sinarquía. Sobre esto hay un refrán en boga en España en estos momentos: los gobernantes nos mean y los diarios dicen que llueve.

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El pueblo de Hungría es muy inteligente

¡VIVA HUNGRÍA!

«Los tiempos discurrirán en la dirección que decidamos imprimirles. Ninguna ley histórica condena a las sociedades a «progresar» indefinidamente hacia la anomia y la disolución de vínculos».

Por Francisco José Contreras, Catedrático de Filosofía del Derecho

El Parlamento de Budapest aprobó el pasado 18 de abril la nueva Constitución de Hungría. El texto presenta una serie de rasgos del máximo interés, aunque insólitos en la Europa actual. La nueva Constitución es tan políticamente incorrecta que parece un milagro (no es de extrañar que la prensa «progresista» ande rasgándose las vestiduras).

La Constitución reconoce explícitamente la importancia del pasado cristiano en la forja de la identidad húngara. Es decir, adopta una postura diametralmente opuesta a la que caracterizó a la abortada Constitución europea (que omitió cualquier mención del Cristianismo, aunque sí citaba a Grecia, Roma y la Ilustración). Hungría no participa, pues, de la patológica actitud de autonegación histórico-cultural que caracteriza a muchos países occidentales. Reconocer las raíces cristianas no es más que un acto de justicia histórica: una constatación fáctica (el país ha sido cristiano mucho tiempo, y eso ha dejado huellas en su identidad), no una profesión de fe (de hecho, Hungría es hoy día uno de los países más descristianizados).

La gran campanada, sin embargo, viene con los artículos que proclaman que el Estado protegerá «la institución del matrimonio como una comunidad de vida entre un hombre y una mujer» y que «la vida del feto deberá ser protegida desde el momento de la concepción». Hungría blinda el carácter heterosexual del matrimonio (adelantándose a posibles presiones de la UE en favor de su ampliación a las parejas del mismo sexo) y se incorpora al pequeño grupo de Estados europeos que reconocen el derecho a la vida de los seres humanos no nacidos. Lo primero es una muestra de sentido común (todas las culturas, en todos los tiempos, han sabido que las leyes debían promover la convivencia estable entre hombre y mujer… porque sólo de ahí surgen hijos; la protección especial dispensada a la asociación de hombre y mujer -la única fértil- no implica que otras formas de asociación sean prohibidas). Lo segundo, una inyección de esperanza para la causa pro-vida: la cultura de la muerte no es irreversible; en menos de 20 años, dos importantes países europeos (el primero fue Polonia en 1993) han pasado del aborto libre a una regulación restrictiva. Los «progresistas», a falta de mejores argumentos, terminan a menudo diciendo que el matrimonio gay y el aborto libre son inevitables porque «la sociedad ha cambiado» y «lo exigen los tiempos». No, los tiempos no exigen nada. Los tiempos discurrirán en la dirección que decidamos imprimirles. Ninguna ley histórica condena a las sociedades a «progresar» indefinidamente hacia la anomia y la disolución de vínculos.

La Hungría que dibuja la nueva Constitución no es un Estado neofascista. Las libertades democráticas y la separación Iglesia-Estado quedan claramente consagradas. Hungría es, simplemente, un país que quiere sobrevivir, y por tanto promueve la vida, penalizando su destrucción en la fase prenatal y promoviendo el «ecosistema» natural de la vida incipiente (la convivencia estable entre hombre y mujer).

Quien lea «Hungría quiere sobrevivir» pensará… ¡qué exageración! No lo es en absoluto. Casi toda Europa tiene unas perspectivas demográficas sombrías, pero en los países eslavos éstas son especialmente aterradoras. Con tasas de fertilidad que oscilan entre los 1.2 y los 1.5 hijos/mujer (el índice de reemplazo generacional es 2.1) y privados de la inmigración que, en Europa occidental, atenúa (aunque insuficiente y transitoriamente) los efectos de la huelga de vientres, los países de Europa del Este parecen abocados al desastre en pocas décadas: colapso socio-económico por insostenibilidad del sistema de bienestar (¿quién pagará las pensiones y la sanidad cuando haya casi tantos jubilados como activos?). Es el mismo futuro que le aguarda a España (1.3 hijos/mujer). La inmigración no lo solucionará (las tasas de natalidad están cayendo también en Hispanoamérica y el Magreb: pronto no tendrán ya excedentes de población que exportar; y ambos crecen económicamente más rápido que España: a medida que se acorte la diferencia de renta, disminuirá el incentivo para emigrar).

En ese contexto, resulta del máximo interés la posibilidad -necesitada de desarrollo legislativo- abierta por el art. XXI.2 de la Constitución húngara: un sistema de sufragio ponderado que atribuya a las madres tantos votos como hijos tengan a su cargo. La medida sería revolucionaria (rompe con el principio «un hombre, un voto»), pero la Europa post-familiar y post-natal necesita tratamientos de choque. Y, más allá de la aparente desigualdad que introduce, no deja de ser justa: atribuye mayor capacidad de incidencia en la determinación del futuro del país a aquellos que, teniendo hijos, hacen posible que ese futuro exista.

¿Por qué se ha hundido la natalidad en la Europa reciente (la sociedad más próspera de la Historia)? Creo que la causa principal es la generalización de una mentalidad hedonista que considera a los hijos una carga (si el sentido de la vida estriba en pasarlo bien, ¿para qué cargarse con niños?) y de una ética amorosa que excluye el compromiso definitivo y garantiza la perpetua renovabilidad de la pareja (casi nadie se decide a tener hijos con una pareja provisional). La sociedad debería reverenciar y proteger lo más posible a «los últimos padres»: la fracción menguante de población que todavía hace la «anticuada» apuesta de casarse y tener hijos. Un hombre y una mujer que se dejan ahorros y juventud en cuidar de sus hijos prestan al país un servicio insustituible (que no presta, en cambio, el soltero de oro que prefiere pasar las vacaciones en el Caribe). Ese servicio debe ser reconocido fiscal, simbólica y hasta políticamente. A Europa le va, literalmente, la vida en ello.

FUENTE: (ABC)

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Pero más inteligente es el pueblo de Singapur

Sucedió en Singapur:

Un Militar, con mano de hierro, asumió el comando del país.

En seis meses, de cerca de 500 mil presos sobraron solamente 50.

Todos los otros (criminales confesos) fuero fusilados.

Todos los hombres públicos (políticos, policías, jueces, magistrados, etc) corruptos fueron fusilados. (Existian miles de pruebas contra ellos).

Todos los empresarios ladrones fueron fusilados o rajaron rápido del país.

La multitud de drogadictos que quedaban dormidos en las calles, huyeron desesperados a Malásia, para zafar del fusilamiento o los trabajos forzados

Un mensaje por radio y televisión avisa que el país estaba con cancer y que debería ser extirpado. Si algun pariente suyo fué extirpado, comprenda, el era un cancer para la nación.

Despues de haber limpiado el país, reorganizado el sistema político, judicial y penal, éste militar convocó a elecciones directas y se candidateó a presidente.

Venció con el 100% de los votos.

Hoy, Singapur es uno de los países más seguros para vivir. Es uno de los mas desarrollados y es más seguro que los arrogantes Estados Unidos, Inglaterra, o Israel.

Ya en el avión, la ficha de desembarque tiene un «DEAD» (muerte) bien grande en rojo y la explicación es la pena por posesión de drogas. Cualquier droga, cualquier cantidad.

Con cero coma nada de cocaína encontrada, el sujeto es sumariamente fusilado o es condenado a prisión perpétua con trabajos forzados.

Un surfista brasilero, intentó entrar a Singapur con una plancha de surf rellenada de cocaína. Es óbvio que él diseñó su própia muerte. La madre del joven traficante apareció en la TV pidiendo a Lula que interceda por el hijo; no sirvió para nada. Ni la madre, ni Lula, ni las protestas evitaron que la Ley se cumpla.

En los hoteles, los «Guias de la Ciudad» tienen una página explicando que la polícia de Singapur garantiza la integridad física de cualquier mujer las 24 horas del día (esto porque en la antigua Singapur, sin ley y sin órden, las mujeres que salian solas eran violadas y/o muertas).

El chiclets esta prohibido em Singapur, por el simple hecho que, tirado al piso ensucia las veredas.

Distribuir panfletos: sin chance. Solo en tiendas y no deben ser entregados a las personas, deberan estar colocados en gondolas o soportes y que los tomen a voluntad. Tirarlos al piso… motivo de multa muy cara.

El año pasado, la secretaria local de un amigo, que hacía un trabajo hasta fuera de hora, al retornar a su casa fué seguida por un policía. Cuando llegó y puso el señalero para entrar al edificio, el policía le indicó que parase.

Uno de los policías se acercó a la ventanilla del auto y dijo: «Sra. como Ud. sabe, estamos haciendo una campaña de civilidad en el transito, multando a los infractores y premiando a los que manejan correctamente. Y Ud. Sra., en todo el trayecto hasta aqui, no cometió ninguna infracción. FELICIDADES!! Aqui está un cheque de 100 dólares Singapurianos (equivalente a cerca de US$ 80,00) y le pediría que firme el recibo, por favor..

¿Te parece mano muy dura? A mi no, los derechos humanos reales son para los ciudadanos honestos y trabajadores, que rigurosamente hacen sus aportes al estado, que viven en paz, respetuosa y solidariamente con sus pares.

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