El Padre Pío de Italia “falsificaba sus estigmas con ácido”
Por Malcolm Moore
El padre Pío, el santo más amado de Italia, falsificaba sus estigmas vertiendo ácido carbólico (fenol) en sus manos, según un nuevo libro.
El Otro Cristo: Padre Pío y la Italia del Siglo XIX (L’altro Cristo. Padre Pio e L’Italia del Novecento), por el historiador Sergio Luzzatto, se basa en un documento encontrado en el archivo del Vaticano.
El documento revela el testimonio de una farmacéutica quien dijo que el joven Padre Pío compró cuatro gramos de ácido carbólico en 1919.
“Yo era un admirador del Padre Pío y me reuní con él por primera vez el 31 de julio de 1919”, escribió María De Vito.
Ella afirmó que había pasado un mes con el sacerdote en el sur de la ciudad de San Giovanni Rotondo, viéndolo a menudo.
“El Padre Pío me llamó en secreto y me dijo que no le dijera a sus hermanos, me entregó personalmente una botella vacía, y preguntó si me gustaría actuar como chofer para transportar de Foggia a San Giovanni Rotondo cuatro gramos de ácido carbólico puro.
“Explicó que el ácido era para desinfectar las jeringas para inyección. También me pidió otras cosas, como pastillas Valda”.
El testimonio fue presentado a la Santa Sede por el Arzobispo de Manfredonia, Pasquale Gagliardi, como prueba de que el Padre Pío se producía sus propios estigmas con ácido.
Fue examinado por la Santa Sede durante el proceso de beatificación del Padre Pío y, al parecer, se desestimó el recurso.
El padre Pío, cuyo verdadero nombre era Francesco Forgione, murió en 1968. Se convirtió en santo en el año 2002. Un estudio reciente realizado en Italia puso de manifiesto que un mayor número de personas le rezan en lugar de a Jesús o la Virgen María. Él exhibió estigmas durante toda su vida, a partir de 1911.
Las nuevas denuncias fueron desechadas de inmediato por sus partidarios. La Liga Católica Antidifamación acusó de mentiroso, a Luzzatto, y dijo que “difunde libelos anti católicos”.
Pietro Siffi, el presidente de la Liga, dijo: “Nos gustaría recordarle al Sr Luzzatto que, según la doctrina católica, la canonización trae consigo la infalibilidad pontificia.
“Nos gustaría sugerir al Sr Luzzatto que dedique sus energías al estudio adecuado de la religión”.