Saltar al contenido →

El secreto del vampiro

Por Christian C.

El poder de la sangre del vampiro (descendiente legendario de Cain -hijo de la serpiente- y Lilith -la mujer serpiente) posee un poder transmutador, que se dice que quien haya sido mordido por un vampiro (el beso de la serpiente), y luego beba de la propia sangre del vampiro, se alquimiza tornándose al igual que el vampiro en un ser inmortal.
Esta condición del vampiro de «muerto-viviente» implica un dominio o poder de la vida y la muerte, cuyo referente mítico, simbólico y de culto, a lo largo del tiempo y en todas partes del mundo, siempre ha sido la serpiente!
Ese mismo poder de transmutación e inmortalidad se refleja en la mujer Kali , cuya capacidad mística la hace portadora de un elixir vivificante y restaurador en su propia sangre menstrual!
Esto tiene también su correspondencia en antiguos cultos ofídicos de corte tántrico y alquimico, en que la sacerdotisa era portadora de un Kalas transmutador, y por tanto la sangre que manaba de su cueva grialiana, un elixir capaz de transformar al iniciado o adepto.
De allí la asociación simbòlica entre la «rosa» o símbolo del órgano femenino, con la serpiente, portando tanto «espinas como flores» o el veneno y sangre de la serpiente.
Esta clase de mujer es portadora de un veneno, que puede tanto ser mortífero para algunos, como tornarse en antídoto y elixir para los más afortunados. Y el «veneno» se halla precisamente en la sangre menstrual.
Su sangre menstrual , llamada también rocio de luna en la alquimia, en ocasiones era ingerida en una copa ritual, con la capacidad energética de transformar al adepto.
En la misma conformación del vello púbico, entorno de la vagina como puerta de entrada al mundo de los Dioses, se aprecian, en forma a veces un tanto velada, las formas de las runas del origen.
Dicha sangre de la mujer serpiente posee la capacidad de suscitar el despertar de la propia serpiente ignea, así como también, dado que es una sangre que en ese lapso confiere a la mujer una condición de infecunda, es sangre portadora de un signo de muerte, que de ser asimilado por el adepto, es capaz de producir un Caput niger, o un hijo de la muerte, lo que equivale a un hombre de piedra.
De allí también el efecto petrificador que ocasiona la mujer serpiente cual Medusa, petrificando y congelando la vida cálida, y suscitando en la memoria de sangre los argumentos matriciales reptilianos del origen.
Su mirada petrifica, vislumbrándose en sus ojos el abismo oscuro insondable de la muerte., Y su kalas menstrual es un tónico que simultáneamente enfría la «sangre caliente», y mata la vida cálida, a la vez que despierta y vivifica el espíritu.
Así, puede apreciarse un secreto enlace que víncula a Lilith, la serpiente, el vampirismo y el tantra alquímico , en una vía conducente a la transmutación y liberación del espíritu

Publicado en Artículos

Comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *