Por Christian C.
Cuando se habla de vampirismo, existen diversas acepciones asociadas con distintos niveles de significado, como ser a nivel popular el «vampiro energético», «el vampiro sexual», casos documentados de afición a la sangre, el vampiro desde la literatura (donde Dracula ocupa el mayor sitial hoy día ), el vampiro en el cine, etc.
Aquí estamos procurando abordar este antiguo misterio desde lo iniciático. Y el hecho es que más allá de lo que popularmente se tiene asumido del vampiro como un ser que drena la vitalidad, o succiona sangre, el vampiro encarna una senda prohibida hacia los abismos oscuros, en aras del poder, el conocimiento oculto, y esencialmente la inmortalidad.
Desde ya que este antiguo misterio del vampirismo, que no es otro que el de la sangre, ha plasmado algunos rastros iniciáticos en determinadas expresiones artísticas, como la literatura y el cine.
Así por ej. en la película «Dracula Untold», apreciamos que Dracula intenta rescatar a su amada de la muerte, en una escena donde ella cae precipitada desde lo alto de una torre, descendiendo a velocidad vertiginosa tratando de asirla, aunque finalmente ella cae moribunda. Y aquí tenemos figurado el descenso gnóstico a profundidades abismales para reencontrarse con Ella, la Dama del Origen.
Y en el proceso en que, en el mencionado film, Dracula todavía no se había vuelto inmortal, es recibiendo y bebiendo la sangre de ella, como accede a la inmortalidad.
En otra parte de «Dracula untold», cuando Dracula aún no ha sido transmutado en vampiro, el vampiro que lo tornará en tal le dice «Dracula hijo del diablo», a lo que Dracula responde que su nombre significa » Hijo del dragón».
Pero en la parte final de la película, cuando Dracula enfrenta al sultán turco Mehmet ll, ya Dracula se reconoce y proclama a si mismo como «hijo del diablo».
Ciertamente que bajo términos etimológicos y de la tradición , ambas acepciones son válidas. Pero lo que se trasunta aquí, es que comenzando desde lo draconiano, es decir «la senda ofídica» , se ha tornado luego en un hijo de la muerte, «Hijo del Señor oscuro», lo que viene a significar en términos hiperbóreos, y en el caso concreto de Vlad Dracula, un seguidor de Lucifer!
De igual modo en la versión «Dracula» de Francis Ford Coppola, cuando Dracula se presenta a Minna en Londres, le dice «He cruzado océanos de tiempo para encontrarte», lo cual sugiere asimismo aquel reencuentro del A-mort perdido, donde es preciso atravesar el tiempo, ir más allá del mismo, para acceder a su reencuentro.
Casi inmediatamente luego de pronunciar estas palabras, los ojos de Dracula refulgen en un rojo sangre. Y es que lo que ha atravesado océanos de tiempo, es la propia sangre, para encontrar a Minna (Minne) en el Origen.
No es como pudiera parecer desde una primera interpretación, un reencuentro en el «eterno retorno», sino que el argumento va más allá del tiempo, al propio Origen, en el reencuentro de la pareja original.
Bajo esta misma visión gnóstica, reviste igual significado la descripción que Dracula brinda a Minna de su patria de origen, siendo el mundo increado.
Cuando Minna le pregunta a Dracula acerca de su «princesa», el le responde que la ha perdido por «traición», lo que remite al argumento de la traición primordial.
Si bien en esta versión cinematográfica parece habérsele dado a la trama un mayor realce romántico, distinto al enfoque de la obra literaria de Bram Stoker, lo cierto es que en este caso concreto, el film, con esa «dosis de romanticismo», presenta importantes claves iniciáticas del misterio de A-mort.
Cuando Dracula clama por Elizabetha perdida, surge un río de sangre, que no es sino la activación de la Minne, recorriendo el río de sangre en sentido inverso.
Posteriormente Dracula describe el rostro de su princesa perdida a Minna, como un río, y además torna las lágrimas de Minna en cristal, lo cual alude al misterio de la piedra (el cristal) vinculado a la sangre.
Además Elizabetha se ha suicidado lanzándose desde lo alto del castillo (misterio de la piedra) a un río, lo que trasunta la verdad gnóstica del sacrificio de Ella que acude al rescate de El, quien a su vez recorre el río de la sangre en sentido inverso, a contracorriente, para acudir a su reencuentro.
Puede incluso el director de cine (en esta u otras películas similares) no ser incluso consciente de esta suerte de «canalización» o captación del argumento iniciático. Pero evidentemente, al entrar y sumergirse en la trama de Dracula, desde la sangre se captan algunos elementos iniciáticos luciferinos, que bien complementan la obra literaria de Bram Stoker.
La simbología alquímica es sugerida en la alternancia de los colores rojo y oscuro en distintas secuencias, así como la combinación del blanco resaltante que presenta Dracula, su capa roja, y el negro sombrío del castillo.
Más por otra parte, la influencia sinárquica está también presente, pretendiendo humanizar a Dracula por momentos, como cuando el siente pena o remordimiento de «condenar por toda la eternidad» a Minna, lo cual es un enfoque desacertado y demiúrgico, que no se corresponde con la realidad del vampiro.
Y es muy común esta clase de escenas o tramas, donde bajo una perspectiva de confusión de la sangre, se pretende en muchos films y novelas humanizar al vampiro, como si fuera una clase de ser exótico ,pero dentro del ámbito humano. Cuando en realidad es un ser que ha trascendido la naturaleza humana, siendo de condición suprahumana.
Se destaca asimismo la escena en que se presentan las tres «novias de Dracula» (como se les conoce comunmente ) a Jonathan Harker, intentando seducirlo y beber de su sangre ( y posteriormente quizá darle a beber de la propia sangre de ellas).
Cuando aparecen inicialmente, se aprecia que antes de presentarse en forma humana, se deslizan bajo una cubierta donde yace Jonathan Harker, unas formas serpenteantes, reconocibles como viboras!
Y de hecho, una de ellas, situada frente a Jonathan Harker, resalta su imagen con el cabello serpentino de Gorgona!
Es decir, una clara y directa alusión a la mujer serpiente, a punto de iniciar a Jonathan Harker mediante su mordida iniciática, de no ser por la repentina entrada e intervención de Dracula, que al momento tenía otros planes para su invitado.
Esta condición de iniciadoras, les vale la apreciación (aunque en un sentido esotérico muy profundo, y no despectivamente como el que pretende adjudicarles Van Helsing) de «putas del infierno».
También en este rol iniciático, y partiendo desde una seducción femenina oscura, tenemos el referente mítico de la araña. Encarnando gnósticamente a la araña, la iniciadora, desde su seducción «Minneica» , constela Viryas.
(No olvidemos el significado gnóstico-esotérico del ocho, que se presenta tanto en los ocho tentáculos del pulpo, como en las ocho patas de la araña).
En otra parte de la mencionada película, Van Helsing pretende hacer una «purificación ritual» quemando los sarcófagos de Dracula y su tierra, vertiendo agua bendita, esparciendo hostias consagradas ,y fórmulas de exorcismo. En esta escena aparece momentáneamente una cruz, junto a la que se desliza una serpiente. Osea , tenemos aquí el emblema del encadenamiento espiritual (la cruz), y el emblema de la liberación (la serpiente).
En otra escena Dracula visita a su aprendiz Renfield, presentándose bajo la apariencia de una niebla verde, lo que remite al aspecto reptil.
Ocurre una escena similar cuando Dracula se desplaza hacia donde está Minna también bajo el aspecto de niebla verde.
El significado gnóstico de esto, es justamente el encuentro con la Minne desde el aspecto reptil.
Además sumamente impresionante y notorio resulta cuando Dracula enfrenta a quienes se oponen a el ( Jonathan Harker, Morris, Seward, Holmwood, y Van Helsing), en un aspecto claramente reconocible como reptiloide, y ojos rojos.
Además del aspecto de tipo reptil, la manifestación asumiendo forma de lobo es un claro referente hiperbóreo.
No deja de ser una sugerencia claramente reptiliana la escena en que luego de conversar con Jonathan Harker, Dracula sale muy velozmente de la habitación de su invitado, apreciándose como su capa roja parece deslizarse como una serpiente.
Y todavía más explícito cuando Harker observa asombrado a través de una ventana, como el conde se desliza verticalmente a través del muro exterior, como si estuviera reptando!
En la película «El último viaje del Demeter», estrenada en 2023, Dracula ha sido retratado claramente con aspecto reptiloide, ya fuera completamente de la apariencia humana.
El caso de Renfield resulta también emblemático, ya que es un aprendiz de Dracula, de algún modo iniciado en el misterio de la sangre, pero desviado y desorientado, lo que se pone de manifiesto en que no ha aprehendido gnósticamente la esencia de la sangre, y en vez de procurarla, se entretiene con arañas e insectos. Asimismo la abrumadora influencia del vampiro, sin llegar Renfield a transmutarse, lo enloquece, quedando internado en un psiquiátrico.
A diferencia del comportamiento por ej. de las mujeres que acompañan a Dracula en su castillo, o posteriormente enfrentando a Van Helsing, exhibiendo una actitud graciosa luciférica, el caso de Renfield expresa una actitud sacralizante, casi de culto, hacia Dracula.
Resulta completamente desaconsejable la película «Renfield» también estrenada en 2023, donde Dracula es protagonizado por Nicolas Cage, ya que carece completamente de argumento iniciático, e incluso diríamos resulta su trama contrainiciática, exaltando el personaje de Renfield (quien justamente en la obra «Dracula» fracasa en la mutación alquímica y enloquece), representándose además fuera del contexto vampírico que uno pudiera esperar, cuadrando más bien para la actuación de un «James Bond».
En un contexto distinto, también el Dr. Seward (discípulo de Van Helsing),como psiquiatra mantiene una aproximación completamente externa y superficial al misterio de la sangre , desde el concepto/tajada que se maneja en la ciencia oficial, siendo un Virya perdido, y habiendo sucumbido bajo la actitud sacralizante frente al «símbolo sagrado» de la ciencia.
En el caso de Arthur Holmwood y Quincey Morris , entran no en la categoría sacralizante sino lúdica de la «ética psicológica».
Como sea , más allá del grado de confusión sanguínea que mantuvieran, todos fueron completamente desorientados bajo la influencia de Van Helsing.
De igual modo, existe una aproximación esotérica al misterio de la sangre, sustentada por ocultistas sinárquicos, que aunque buscan y obtienen beneficios de vitalidad, rejuvenecimiento e incluso siddhis, bebiendo sangre y aprovechando las propiedades del adrenocromo, no llegan a la esencia última del misterio de la sangre, y por lo tanto nunca logran la transmutación.
Es así que el vampirismo puede ser abordado desde el satanismo, más es distinto del vampirismo iniciático luciferino, aunque externamente alguien no iniciado en estos oscuros temas pueda no advertir las diferencias, que las hay, y muy substanciales en cuanto al resultado que se opera en el iniciado.
En el final de esta película, cuando Dracula es decapitado por Minna, previamente le ha sido clavada una espada en el corazón.Y aquí está esbozado el proceso iniciático, referente a que es preciso morir a lo anímico (la espada en el corazón), para luego mediante la decapitación liberar el poder reptil que se halla en el paleoencéfalo.
Es bajo esta perspectiva luciferina como debe interpretarse gnósticamente la escena final en que Dracula le dice a Minna «dame paz», animándola a lo que debe hacer.
Ya que la «paz» del guerrero luciferino, descansa únicamente en la Dama del Origen, la «paz de Venus», fuera de la cual todo es batalla.
Ésa es la visión gnóstica luciferina, desde la sangre, respecto a la «paz», en contraposición a la visión cristiana de la paz como «salvación del alma».
También en esta escena agonizante, Dracula expresa con su mano el bala mudra.
Como corolario, se muestra en un techo abovedado una pintura de Dracula y Minna., A diferencia de la pintura de Miguel Angel en la capilla sixtina, donde se representa la unión de Dios y Adán, con las manos extendidas casí tocándose el dedo, aquí el reencuentro no es con aquel Dios sino con la Dama del Origen.
Dada la conducta externa de Minna Murray , expresando virtuosidad y pureza, y que protagoniza la culminación del proceso iniciático de Dracula (Al menos en el film de Coppola, no así en la novela de Bram Stoker), no puede menos que considerársele una Dama Kalibur.
Más, otra dama digna de mención en toda esta trama, es Lucy Westenra, con una conducta que externamente desde la mentalidad puritana sería criticada como indecente e impúdica. Y es que Lucy, encarna aquí a Lilith, o la mujer Kali.
Además de su conducta, los signos del cabello y vestido rojos están allí señalándonos el vínculo con Lilith.
Al igual que en el caso de Minna, la propia etimología de Lucy señala el nexo luciferino, derivando su nombre del latin Lux, raíz de Lucifer.
Podemos también destacar que cuando Minna se encuentra con Dracula en Londres (continuando con la mencionada versión de Coppola), se advierte lleva un vestido de tonalidad verdosa. Es decir, el contacto de Minna (Minne) con Dracula, su proximidad o vinculación carismática, se da en la sangre desde lo reptílico, representado aquí por ese coloramiento verdoso.
En este encuentro con Minna, Dracula aparece rejuvenecido y revitalizado ( regeneración mediante el misterio de la sangre), lo que análogo , y más considerando su condición reptílica ,a la muda de piel de la serpiente.
Por supuesto, el encuentro íntimo con la Minne es en la sangre, y así en otra escena, Minna se halla en proximidad de Dracula vestida de rojo.
También se destaca una escena donde Minna luce en su vestido verde , en tanto Lucy de rojo.
Tal vez, atento a la naturaleza dual que caracteriza a todo Virya, pudiera ser que Lucy fuese el aspecto oscuro de Minna., Una licencia literaria (y llevada al cine) que expresa un desdoblamiento en dos personajes, teniendo como substrato a una misma persona.
En distintas versiones cinematográficas se han dado diversas razones y argumentos de cómo Dracula se vuelve un vampiro.
En la versión de Coppola, es renunciando al Dios judeocristiano, y bebiendo la sangre, como accede a esta mutación.
Más, en «Dracula Untold», recibe este legado de otro vampiro, en una gruta que se halla en la llamada «montaña del colmillo roto». Allí transita un proceso de muerte y renacimiento ,asumiendo esta nueva calidad de vida como vampiro.
En «Dracula 2000», se ha querido asociar a Dracula con el estigmatizado Judas bíblico, y asoma aquí un atisbo gnóstico, ya que antiguos personajes denigrados y estigmatizados bíblicamente, como Caín y Lilith, también han sido vinculados al vampirismo.
En «Dracula blade», el origen se remonta a Sumeria, lo que nos da una idea de su antiguedad y permanencia milenaria en este mundo, sin ser afectado por la muerte como los humanos.
Interesantemente encontramos también rastros del vampirismo en la antigua Sumeria, donde aparece el súcubo vampírico Aluqah.
En el anime «Castlevania» , Dracula ha obtenido su condición como alquimista, mediante la piedra carmesí, quedando así sugerido el poder oculto de las piedras y su capacidad de transmutación.
Además en este anime el castillo de Dracula presenta explícitamente las características de una arquémona, inexpugnable y sin limitaciones espaciales , pudiendo desplazarse dimensionalmente a través del espacio.
Podemos apreciar de este modo distintos personajes estigmatizados , siendo todos argumentos iniciáticos que cuadran a como puede surgir un vampiro.
Más remitámonos a lo que el propio Bram Stoker nos dice en su obra Dracula:
«Los Dracula, nos dice Arminius, eran una raza grande y noble, aunque algunos de sus descendientes (según los contemporáneos) tuvieran un pacto con el diablo. Aprendieron el secreto de Satán en la Scholomance, entre montañas, en el lago Hermanstadt, donde el demonio reclama para sí, por derecho, al décimo erudito.
“El manuscrito contiene palabras como estrgoica (hechicera), Ordog (Satán), polok (infierno) e incluso dice que Drácula era un wampir”.
Se aprecia así como Dracula era un seguidor de Lucifer ( más allá de la confusión aquí entre Satan y Lucifer. Más tengamos en cuenta que el citado comentario lo refiere Van Helsing, quien representa al sacerdote Golen, y por lo tanto exponente de tal confusión intencionada de conceptos), el «Señor oscuro», quien le confiere tal condición, adoptándolo como aprendiz, siendo el «décimo pupilo» en la Escolomancia (muy similar a la Salamanca), escuela antigua de artes ocultas y oscuras.
Según Dacre Stoker, sobrino nieto de Bram Stoker, existen ciertas notas o manuscritos, donde Bram Stoker ubicó geográficamente en Transilvania unas coordenadas muy precisas, en cuanto al sitio donde existía una montaña en que podía acudirse para el aprendizaje oculto y tratos con el Señor oscuro.
De ser simplemente una ficción, ¿porqué tomarse la molestia de señalar en unos apuntes el sitio exacto de tal montaña, cuando en una ficción no haría falta tanta exactitud geográfica?
También es notorio que se mencione «los Draculas», y que en la familia de Dracula hubo otros personajes, de quienes se decía tenían trato con el diablo, y fama de brujos.
En el caso de Erzebeth Bathory, iniciada en el ocultismo, se dice que se había «casado con el Señor oscuro», lo cual alude a cierta iniciación oscura mediante la que tenía un íntimo contacto con el reino luciferino.
Y aquí el punto a destacar, es que Erzebeth Bathory pertenecía a la «Orden del pájaro negro», orden que mantenía vínculos cercanos con la Orden del Dragón, a la que en otro tiempo perteneciera Vladislav Draculea.
Su antepasado, Esteban Bathory combatió junto a Vlad Draculea!
Algunas personas hoy día intentan desligar a Vlad Tepes de toda traza de vampirismo, y el vínculo con el personaje Dracula de Bram Stoker, exceptuando claro, el mismo nombre «Vlad Draculea» (Dracula) significando Vlad hijo del Dragón, que remite directamente a Vlad Tepes.
Más, el propio Bram Stoker señaló en su obra, que Dracula había sido efectivamente Vlad el empalador, como podemos apreciar en los siguientes dos extractos:
“Le pedí a mi amigo que pusiera en orden el dosier. Todas las fuentes de información sugieren que Dracula era un Vaivoda que se ganó su apodo luchando contra los turcos en el gran río, en la frontera de la tierra turca. De esta forma, no se trataba de un hombre ordinario, porque en su época y en los siglos posteriores, fue considerado el más inteligente, el más astuto y el más valiente de todos los que existían más allá de los bosques (Transilvania). Se llevó a la tumba este poderoso cerebro y un carácter de hierro que ‘ahora utiliza contra nosotros’.
«¿Quién fue sino uno de mi propia raza que bajo el nombre de Vaivoda cruzó el Danubio y batió a los turcos en su propia tierra? ¡Este era indudablemente un Dracula!»
Sabemos que el Dracula histórico que combatió a los turcos, y además era príncipe (Vaivoda), se refiere indudablemente a Vlad el empalador!
Y así ha sido retratado también en numerosos films .La tentativa de separar o desvincular a Vlad Tepes de toda traza de vampirismo, obedece a una estrategia sinárquica para ocultar o relegar al campo de la «fantasía literaria» todo el simbolismo luciferino presente en Dracula.
No puede dejar de mencionarse al respecto las investigaciones de Harry Ludlam, quien tuvo acceso a cartas, notas y material de la familia Stoker, y aseguró en un libro de 1962, que Bram Stoker había consultado un antiguo manuscrito del siglo XV, donde se refería que Vlad Tepes era un vampiro.
Este manuscrito parece haberse perdido, e incluso se lo desconoce, como si nunca hubiera existido.
A pesar de esto, encontramos históricamente claros rastros en la vida de Vlad Tepes, como que «untaba su pan en la sangre de los empalados», y bebía su sangre.
También se cuenta que, experimentando con murciélagos muertos, descubrió que agregándoles sangre de sus prisioneros empalados, a los pocos días ciertas células parecían regenerarse, y mantener cierto movimiento.
Posteriormente, en un sótano de su castillo, se dice que estudió el vuelo de los murciélagos intentando imitarlos.
Y, aunque no se menciona explícitamente que fuera Dracula, la leyenda continua refiriendo que un murciélago de grandes alas se lanzaba en vuelo desde la entrada del castillo…
Curiosamente, en ese lapso, Dracula no se encontraba presente en el castillo, que parecía tan silencioso como una tumba, y si algún inoportuno se adentraba en esos sitios, no se le volvía a ver!
No es de extrañar esto , considerando su dominio de las formas y los gravis, manteniendo poder por sobre el tiempo y espacio.
Era común que luego de estos incidentes, al día siguiente en lugares cercanos fuese encontrado alguien muerto y desangrado, con la marca de dos puntos en el cuello….
También, la supuesta tumba de Vlad Tepes, en el monasterio del lago Snagov, próximo a Bucarest, suma misterio a toda esta cuestión, ya que cuando se pretendieron inhumar los restos mortuorios en 1931, se encontraron un esqueleto, y un cráneo, pertenecientes a dos personas distintas, y diferentes de Vlad Tepes.
Por si esto fuera poco, en época más reciente, se llevó a cabo un estudio químico de tres cartas de Vlad Tepes que contenían restos de sangre, aplicando la técnica de espectrometría de masas. Se determinó que la sangre procedía de los ojos, por lo que se conjetura si Vlad Tepes vertía lágrimas de sangre.
Desde ya ,partiendo del análisis racionalista , se han dado varias explicaciones, como que el Vaivoda de Valaquia podía quizá tener algún problema ocular, conjuntivitis, etc. O que quizá las cartas pudieron estar en manos de otras personas, a quienes podría deberse la sangre, etc. Explicaciones, que aunque objetivamente no pueden rechazarse de plano, considerando que este fenómeno atañe nada menos que a Vladislav Tepes Draculea, sería como mínimo mucha casualidad….
Por otro lado, la adherencia de Dracula a la orden del Dragón es de por si más que significativa. Ya que, más allá de su propósito exotérico de proteger Valaquia de los ataques provenientes de los turcos, la orden mantenía una estructura esotérica oculta de lo más sombría.
Y es que, Segismundo de Luxemburgo, su fundador, había obtenido su conocimiento de la magia oscura y los misterios de la muerte (ancestrales secretos del vampirismo) , de Egipto, tradición oculta enraizada en los antiguos misterios de Osiris ( Dios que en la cosmogonía egipcia es desmembrado, y desciende al inframundo ,para luego por la magia de su consorte Isis retornar a la vida).
Es así como luego de acceder a este conocimiento oculto, Segismundo crea la orden del Dragón, donde nobles de diversas familias también fueron iniciados en estos misterios.
El origen egipcio de la mencionada tradición vampírica resulta de lo más interesante, y evidentemente la escritora Anne Rice debió captar desde la sangre esta cuestión, para situar en sus novelas el origen del linaje vampírico en Egipto.
De igual modo un guiño a esta cuestión se da en la película de culto de 1983, «El ansia», protagonizada por David Bowie, donde una vampira utiliza una daga oculta en una cruz Ankh egipcia.
Un caso notorio en la Orden del Dragón, es el de Hermann de Cille y su hermana Bárbara Cille, quienes mantenían prácticas extrañas y oscuras en una sexualidad incestuosa. Luego de morir envenenada, Bárbara Cille es devuelta a la vida por el emperador Segismundo, acorde su conocimiento oculto iniciático.
Durante varios siglos, y hasta época contemporánea tanto como 1936, hubo testigos que dicen haber presenciado su aparición en la zona de castillo de Varazdin (actual Yugoslavia), donde se hallaba su tumba.
Tan profunda marca dejó esta dama (conocida también como la Messalina alemana), que el escritor Sheridan Le Fanu, se basó precisamente en ella para su célebre personaje vampírico Carmilla, publicadó en 1872 , anterior a la publicación de Dracula por Bram Stoker en 1897.
Acotemos también que el personaje de Carmilla fue basado en parte asimismo en la condesa Erzebeth Bathory.
Considerando lo más visible o apreciable de la orden del Dragón, es decir su mismo emblema, observamos que la fachada de la cruz cristiana se halla resignada por el luciferino fuego de ocho llamas en cada punta, y el mismo Dragón (ancestral enemigo del cristianismo), casi en forma de Uroboros.
Incluso recordemos que en un segundo grado de la orden su emblema era únicamente el Dragón, sin la cruz.
El propio territorio de Transilvania (hallándose hoy día en el centro de Rumania) es de por si misterioso , albergando ancestrales y oscuros secretos. Justamente, antes de su romanización y ser denominada «Rumania», esta área territorial era conocida como Dacia.
Más lo novedoso aquí, es que historiadores clásicos como Homero, hablaban de la «Dacia Hiperbórea».
Homero ubicaba Boreas en Tracia, siendo así Hiper-borea la antigua Dacia. Otros escritores clásicos como Sófocles, Esquilo, y Calímaco también mantenían la misma opinión.
Más allá de la «ubicación geográfica» de Hiperbórea (que a fin de cuentas , más allá de su manifestación en este mundo remite a la Hiperbórea del mundo increado), lo cierto es que si los antiguos griegos le daban a Dacia tal denominación, se debió a que evidentemente allí hubo presencia de Hiperbóreos.
Y el Dragón ya aparece aquí, mucho tiempo antes de Dracula, ya que historiadores griegos dan cuenta de guerreros Dacios, con sus espadas y armas con el estandarte del Dragón!.
Dacia era también mencionada como «el valle de los inmortales» ( sitio al que se dirigieron los Argonautas), y tenemos extrañas historias acerca de este sitio, contadas por el ocultista y filósofo Giacomo Casanova del siglo XVlll.
En su L’ lcosameron Casanova cuenta acerca de unos seres llamados «Megámicres», quienes tenían su morada subterránea en Transilvania, siendo inmortales que bebían sangre, y aquí también lo más interesante, con aspecto reptiloide!., Se distinguen en la descripción dada, dos categorías, una la de los Megámicres que se hallaban en un proceso de transmutación, y los Dioses de los Megámicres (Siddhas), estableciéndose así un secreto nexo oculto entre el misterio de la sangre, lo vampírico, y lo reptiloide.
Leamos textualmente como son descritos por Casanova:
“¡Qué noble alimento era la leche de los mégramicres! Pensábamos que la mitología no nos había enseñado nada extraordinario, que estábamos en el verdadero hogar de los inmortales y que la leche que estábamos succionando representaba el néctar, la ambrosía, que sin duda nos daría la inmortalidad de la que todos deberían disfrutar… Esta comida duró una hora y creo que habríamos continuado de no ser por unas gotas que cayeron de sus pezones sobre nuestros pechos. Por el color notamos que era sangre”.
“(…) Los dioses de los mégramicres son reptiles. Tienen la cabeza muy parecida a la nuestra, pero sin pelo. Nada resulta tan dulce y seductor como su mirada fija. Sus dientes son blancos y puntiagudos, pero nunca se ven porque siempre tienen los labios cerrados. Su voz es un silbido horrible que hace rechinar los dientes y hiela el corazón.
Destáquese esta última mención que su voz producía el efecto de «helar el corazón», desde su condición reptiloide de sangre fría.
Aún más, Casanova refiere que había corredores subterráneos que comunicaban el mundo intraterreno de los Megámicres con el lago Zirchnitz, siendo textualmente descrito como un «reino de cuevas y tinieblas «.
Esto reviste importantes connotaciones, considerando el mundo oculto subterráneo conectado por túneles y cavernas, morada de seres de aspecto reptiloide, en la Transilvania Draculeana.
Y lo más interesante a destacar aquí ,es el nexo que ya se habrá observado, entre «hiperbóreos y seres reptiloides»!
Sin detenernos aquí en la interesante vida oculta de Casanova, y su persecución por la Inquisición, debe no obstante mencionarse, que al igual que en el caso de Vlad Tepes, la tumba de Casanova fue encontrada vacía…
Interesantemente los Dacios tenían un Dios, con el que mantenían contacto en altísimas alturas de los Cárpatos, llamado Zalmonix (o Zalmoxis) , que se consideraba como un Dios regente de la «no muerte», o en otras palabras, de aquellos que habían trascendido la muerte. Es decir un Siddha luciferino , cuando no una manifestación del mismo Lucifer.
Y el caso es que lo que llevó a la fama a Vlad lll fueron los empalamientos con que castigaba a sus enemigos, tema que mantiene una relación oculta con Zalmonix.
Lo que tenemos aquí ,en buena parte de los empalados, es una mutación colectiva de guerreros, a los que Vlad Draculea hacía mirar iniciáticamente de cara a la muerte, empalándolos, para luego hacerlos retornar de la muerte ya transmutados, o con la condición de «no muerto», (como se denomina a los vampiros), generando y expandiendo así en su estrategia un auténtico ejército luciferino.
Se trataba tanto de guerreros iniciados , elegidos a tal fin, como en otros casos de guerreros que inicialmente eran enemigos, más luego fueron incorporados a la estrategia de Dracula.
A fin de cuentas, eran bravos guerreros que morían desde lo físico y anímico a la ilusión del mundo, para renacer como seguidores inmortales de Dracula.
Los antiguos Dacios mantenían esta clase de prácticas, siendo muchos de ellos místicos de gran poder , con la capacidad del cambio de forma (bajo la apariencia por ej . de los temidos lobos y murciélagos , tan conocidos en esas regiones), y de mantener comunicación directa con los Dioses (Sidddhas) a miles de metros de altura en los Cárpatos.
Más para adquirir tal condición, habiendo sido previamente seres mortales, habían pasado por una terrible iniciación oscura, en la que de hecho morían, regresando a este mundo completamente transmutados, pudiendo desde entonces ser mediadores luciferinos entre Zalmonix y los Dacios.
Por supuesto, no eran elegidos al azar, sino quienes hubieran adquirido cierto grado iniciático y maestría en la alta magia oscura.
Y la forma como estos iniciados eran entregados a la muerte, era siendo atravesados por lanzas, o eventualmente por estacas ancladas a la tierra, teniendo así un significado esotérico mucho más profundo aquel título u apodo que recibiera Dracula como «Vlad Tepes» o «Vlad el empalador».
Debe mencionarse también el caso de un hijo de Dracula, Minhea, quien era temido al igual que su padre por los extremos de tormentos en que incurría con sus enemigos, y también iniciado en los ocultos misterios de la muerte.
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