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Mes: marzo 2017

Reventó la hiena David Rockefeller

FALLECE EL BANQUERO Y ELITISTA DAVID ROCKEFELLER A LOS 101 AÑOS

David Rockefeller, banquero de la legendaria familia que controló el banco Chase Manhattan durante más de una década y ejerció una enorme influencia en todo el mundo, falleció en su casa de Pocantico Hills (Nueva York), a los 101 años.

Rockefeller murió por causas naturales, mientras dormía en su residencia.

En 1946, David se convirtió en el primer y único banquero de la familia al incorporarse al Chase National Bank (el “Banco Rockefeller”), asociado con la familia por mucho tiempo.

Chase National cambió su nombre posteriormente a Chase Manhattan Bank en 1955, y en la actualidad es conocido como JP Morgan Chase & Co.

También se suele asociar al banco con la industria petrolífera, a la que ha financiado, debido a las conexiones de los directivos con las compañías surgidas de Standard Oil, y especialmente con Exxon Mobil.

Rockefeller era uno de los más famosos globalistas del planeta, convirtiéndose en uno de los miembros del comité de dirección del secretista y elitista Grupo Bilderberg,
En 1973 David Rockefeller creó la Comisión Trilateral, bajo la influencia de, entre otros, Zbigniew Brzezinski.

También estuvo íntimamente relacionado con el Consejo de Relaciones Exteriores o CFR, otra entidad promotora del globalismo.

Así pues, Rockefeller estuvo en el centro de la expansión del globalismo desde sus inicios y formó parte de las principales entidades elitistas y globalistas del mundo, controlando gobiernos, servicios secretos como la CIA y moldeando el mundo del futuro.

Rockefeller, junto a personajes como Henry Kissinger o Jacob de Rothschild, es considerado una de las figuras más oscuras del globalismo, cuyo poder se extiende por encima de gobiernos e incluso corporaciones.

Cabe destacar que Rockefeller recibió nada más y nada menos que 6 trasplantes de corazón a lo largo de su vida, el último de los cuales recibió a los 99 años. El primer trasplante lo recibió en 1976.

Es decir, corazones de hasta 6 personas sirvieron para mantener en vida a uno de los elitistas más odiados del mundo en muchos círculos, aunque ahora los medios de comunicación de todo el mundo, se empeñen en venderlo como un filántropo que donaba grandes cantidades de dinero a beneficiencia.

Se va pues, una de las figuras más oscuras de las élites, aunque deja tras de sí gran cantidad de sombras, muerte y maldad como obra en la tierra.

Esperemos que otras basuras humanas como Henry Kissinger, Jacob de Rothschild, Zbigniew Brzezinski o George Soros se vayan con él y si puede ser, se lleven con ellos a toda la gentuza que les obedece y que colabora o ha colaborado en sus planes siniestros.

Dos reptiles repugnantes: el mismo pacto, el mismo proyecto: la dictadura mundial satánica.

 

La misma raza, la misma religión, la misma ideología: esclavizar a toda la humanidad.

Fuente: https://mundo.sputniknews.com/america_del_norte/201703201067730204-david-rockfeller-muerte/

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El Papa Francisco, misericordioso con curas que violan niños

La «misericordia» del Papa Francisco con los curas pedófilos

La agencia norteamericana AP afirma que el Sumo Pontífice redujo las sanciones a sacerdotes condenados por abuso sexual. El tremendo caso de monseñor Inzoli. Y la palabra del Vaticano: “La misericordia de Francisco se aplica incluso a los culpables de crímenes atroces”

Tocaba a los niños incluso durante las confesiones. En el pequeño habitáculo, mientras los niños rezaban el Padrenuestro, metía su mano debajo de la ropa. Ante el rechazo y el miedo, para convencerlos de las bondades de esas caricias, les citaba pasajes del Antiguo Testamento en donde se describía la relación filial entre Abraham e Isaac.

A monseñor Mauro Inzoli (hoy de 67 años) lo llamaban «don Mercedes», por su pasión por los coches de lujo, con los que paseaba por la ciudad de Crema, al norte de Italia.

Pero esa no era su única «pasión»: el religioso fue encontrado culpable de abusar de niños de entre 12 y 16 años, en todas las instituciones donde ejerció su ministerio.

Hombre poderoso en Comunión y Liberación -el movimiento eclesial que nació con la Juventud estudiantil y que basa su finalidad en la «plegaria, la caridad y el canto»-, fundador del Banco de Alimentos, párroco durante 17 años de la iglesia de la Santísima Trinidad de la provincia de Cremona, fue condenado en 2016 a cuatro años y nueve meses de prisión por haber abusado de los chicos que tenía bajo su tutela en las estancias de verano e invierno, en la comunidad, en el hospital y en el confesionario.

Hoy su nombre vuelve a resonar en los pasillos vaticanos, cuando la agencia de noticias AP lo cita como ejemplo de la «clemencia» que el papa Francisco habría tenido con un grupo de sacerdotes acusados de abuso sexual. Según el informe, el Sumo Pontífice habría reducido las sanciones de estos religiosos basándose en su pensamiento de una «Iglesia misericordiosa».

Los curas, cita en su artículo la periodista Nicole Winfield de AP, habían sido despojados del sacerdocio por la Congregación para la Doctrina de la Fe, pero los abogados y sus amigos influyentes apelaron a las palabras del Papa sobre la clemencia y pidieron reducir estas penas. Francisco habría escuchado estos reclamos y, en la mayor discreción, los sacerdotes habrían logrado sanciones más leves, que incluirían una vida de oración y penitencia y el retiro del ministerio público, pero no la reducción al estado laical.

El vocero del Vaticano, Greg Burke, dijo a AP que la misericordia de Francisco se aplica «incluso a los culpables de crímenes atroces». Y agregó que los religiosos abusadores son removidos del ministerio, pero no son desechados «necesariamente» del estado clerical. Los pedidos de clemencia rara vez fueron escuchados por Benedicto XVI, quien apartó del sacerdocio a unos 800 religiosos que abusaron sexualmente de menores.

El pasado 28 de diciembre, en un mensaje a los obispo, el papa Francisco pidió «tolerancia cero» ante los casos de abuso sexual a menores por parte de miembros del clero. En su carta, invitó a los religiosos a escuchar «el llanto y el gemir de estos niños», y dijo que la Iglesia «llora no sólo frente al dolor causado en sus hijos más pequeños, sino porque también conoce el pecado de algunos de sus miembros». Sin embargo, los pedidos de clemencia de los abusadores habrían sido escuchados. Un funcionario de la Iglesia, que solicitó el anonimato a AP, afirmó que «en todo este énfasis en la misericordia él está creando un ambiente propicio para estas iniciativas».

El caso de Mauro Inzoli pone en evidencia el manto de silencio, influencias y manejos que tienen en el Vaticano algunas de las causas de religiosos acusados de abuso infantil. Tanto es así que el cura italiano recibió la clemencia papal y luego fue condenado a cuatro años y nueve meses de prisión por un tribunal penal por abuso sexual.

Más de veinte páginas de la sentencia judicial muestran el perverso proceder de Inzoli. «Aprovechando el espíritu abierto que le daba su fuerte posición y prestigio, traicionó la confianza depositada en él por los jóvenes en los momentos en que ellos le confiaban sus problemas personales e incluso durante el sacramento de la Confesión», escribió el juez de la audiencia preliminar. La sentencia se basó en cinco casos probados de abuso sexual, de 2004 a 2008, en chicos de 12 a 16 años. Las víctimas sufrieron un «fuerte sometimiento psicológico» frente a un cura carismático que bromeaba con ellos y ganaba su confianza para luego someterlos. La Justicia afirmó, además, que «existen casos desde mediados de los años noventa, pero estos están prescritos».

Un niño dijo que, en 1996, Inzoli lo tocó «durante la confesión», y cuando le pidió explicación, el líder de CL justificó sus actos sexuales haciendo referencia a «una especie de ‘bautismo de testículos’, que presentaba como una rito judío mencionado en el Antiguo Testamento, como una señal del afecto del padre al hijo».

Dentro de la comunidad religiosa muchos sabían lo que «Don Mercedes» hacía en la intimidad. Otro niño, que asistió hasta el año 2004 a CL, dijo: «Bromeamos que don Mauro adoraba manejar ‘el cambio’ y luego él dio a entender irónicamente que eso tenía que ver con su pasión por las carreras de coches… Y cuando algunos jóvenes me preguntaron si yo también había hecho el ‘gran premio’, me dí cuenta a lo que aludían y cómo estos comportamientos eran frecuentes…».

Una joven víctima recordó: «En el verano de 2004, uno de mis amigos se enteró de que había sido designado para dormir en la habitación de hotel con don Inzoli. Me dijo que sentía miedo y decepción: ‘El padre Mauro no te deja dormir y te toca toda la noche'».

En 2012, el papa Benedicto despojó a Inzoli de sus facultades sacerdotales. En 2014 le fueron devueltas por el papa Francisco. «Dada la gravedad de la conducta y el escándalo resultante causado por el abuso de menores, se invita a don Inzoli a una vida de oración y humildad, como signo de conversión y penitencia. También es necesario que se someta a ciertas restricciones, y su incumplimiento dará lugar a la expulsión del estado clerical. Don Mauro no puede celebrar y concelebrar la Eucaristía y los demás Sacramentos en público, ni predicar, sólo podrá celebrar la misa en privado», alivianó la pena el documento vaticano, impidiéndole, además, el contacto con menores.

«El Santo Padre comprende que para muchos sobrevivientes y víctimas es difícil encontrar una señal de misericordia, pero él sabe que el mensaje de misericordia del Evangelio es, en última instancia, una poderosa fuente de sanación y de gracia», sostuvo el portavoz de la Santa Sede.

Mauro Inzoli, por orden judicial, pagó 25 mil euros a las familias de cada una de sus víctimas -ante la queja de letrado, Corrado Limentani, de que la pena era «excesiva»- y se sumergió en el silencio. Dejó Crema y viajó a Milán, donde tiene familia. Nada se sabe de su auto de lujo. Con la «clemencia papal», mantiene su estado clerical. «Don Mauro está sereno y espera con tranquilidad el juicio final de Dios», finalizó su abogado defensor.

Fuente: http://www.infobae.com/america/mundo/2017/02/27/la-misericordia-del-papa-francisco-con-los-curas-pedofilos/

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Como Papa, Bergoglio perdona pedófilos

Perdón del Papa a curas pedófilos
Francisco mantuvo en secreto la reducción de la sanción a un grupo de sacerdotes culpables

CIUDAD DEL VATICANO.- La vaticanista de la agencia Associated Press, Nicole Winfield, dio una primicia que impactó por el desconcierto que causa: el papa Francisco, que reiteradamente promete “tolerancia cero” con los curas que abusan sexualmente de menores, redujo “discretamente”, o sea sin hacerlo público, las sanciones a “un puñado” de clérigos pedófilos. Su decisión cayó mal entre las víctimas y los asesores pontificios.

El castigo apartaba al cura culpable del sacerdocio, pero la reducción de la pena establecida por el Papa en nombre de la misericordia, los condenó a “una vida de penitencia y oración y a la prohibición de ejercer públicamente su ministerio” sacerdotal.

La sanción más blanda es la misma que le fue aplicada al considerado más devastador abusador sexual en la Iglesia contemporánea, el líder carismático de los Legionarios de Cristo, padre Marcial Maciel, debido “a su edad y problemas de salud”. Maciel era candidato a los altares hasta que por iniciativa del entonces cardenal Joseph Ratzinger, principal colaborador de Juan Pablo II, fue descabezado por sus andanzas como pedófilo durante más de 30 años y padre de dos hijos. Pero también Maciel evitó volver al estado laical.

Dos abogados canónicos y un funcionario anónimo de la Iglesia informaron sobre la reducción misericordiosa de los castigos a los curas pederastas por el Papa.

El portavoz del Vaticano, Greg Burke, dijo a Nicole Winfield que el concepto de la misericordia de Francisco se aplica “incluso a los culpables de crímenes atroces”. Dijo que los sacerdotes abusadores son suspendidos del ejercicio público de los oficios, “pero no necesariamente regresados al estado laico”. Burke reconoció que para muchas víctimas es difícil encontrar una señal de misericordia en estos casos.

El Papa dijo hace poco que los curas abusadores sexuales de niños y menores padecen “una enfermedad”, argumento que “usan los abogados defensores para mitigar las sentencias canónicas”.

Francisco pasó por alto la recomendación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que tiene a su cargo los casos de abusos sexuales y pedofilia en la Iglesia, que había sentenciado la reducción al estado laical de los curas pederastas castigados.

Marie Collins, la irlandesa víctima de abusos sexuales por parte de un clérigo, expresó su consternación ante la decisión del Papa de reducir las sanciones. (Especial)

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/

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Como Cardenal, Bergoglio defendía pedófilos

Cuatro libros (uno por cada evangelio) encargados por el Papa aseguran que el padre Grassi es inocente

Bergoglio le encomendó escribirlos a un prestigioso jurista. Hoy, la querella del caso denuncia que esos libros llegaron a los jueces de la Corte Suprema como un factor de presión. A más de siete años de la condena del padre por abuso sexual, el telón no termina de caer

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En septiembre de 2010, poco después de que la Sala II del Tribunal de Casación bonaerense ratificara la condena original al padre Julio César Grassi por abuso sexual de un menor, la Conferencia Episcopal le encargó al abogado y jurista Marcelo Sancinetti un nuevo estudio de la causa y del juicio transcurrido en el Tribunal Número 1 de Morón.

La tarea, terminada cuatro años después, produjo cuatro libros de edición privada titulados «Estudios sobre el caso Grassi». Fueron más de 2600 páginas en total. El currículum de Sancinetti, por su parte, es considerable: con más de 35 años de carrera y autor de treinta libros, el abogado es profesor titular de la UBA y fue asesor de comisiones en las dos cámaras del Congreso.

En la primera página del último tomo, con fecha de julio de 2013, Sancinetti escribió: «Con ello concluyen estos ‘Estudios sobre el caso Grassi’ y la labor encomendada por la Conferencia Episcopal Argentina, en particular por parte del cardenal Bergoglio, entonces su presidente y hoy Su Santidad Francisco».

En ese mismo libro, Sancinetti pide disculpas a la Iglesia argentina y al Papa por tardar tanto tiempo en terminar el trabajo, y asegura que trató «cada cuestión del modo más exhaustivo posible» tomando «siempre en cuenta cualquier hipótesis para someterla a consideración crítica con el estricto cauce de la lógica, el derecho y la verdad jurídico-objetiva».

Luego de definirse como «un jurista independiente», en el final explica que sus libros tienen sus raíces «en los mandamientos más elevados de todas las religiones y culturas: la pureza, el honor y la verdad». Leídos los cuatro tomos, la conclusión del autor no deja dudas: los libros son la defensa más vehemente de Grassi jamás realizada. Y por supuesto, la más polémica, porque Sancinetti actuó como una suerte de juez.

Sin ser parte de la causa, evaluó cada evidencia disponible –incluidos los audios del juicio, que fue a puertas cerradas–, cada testimonio y cada fallo. Señaló, tal como lo haría un juez, decenas de supuestas incongruencias, actos fallidos y falsedades en los testimonios de los jóvenes que acusaron al cura. Y al final dictaminó. Según él, Grassi no sólo es inocente de abuso sexual contra esos pupilos, a quienes el abogado llama «falsos acusadores»: el cura también fue víctima de un complot urdido por un poderoso multimedios.

Los cuatro libros en cuestión son una edición privada, en teoría hecha únicamente para Francisco y la Conferencia Episcopal, según aseguran los tomos mismos. Son una especie de fantasma editorial: no hay, por ejemplo, un pie de imprenta ni datos de tirada.

Durante años fueron un secreto incómodo para los investigadores y magistrados del caso Grassi. Hoy, los libros vuelven a cobrar relevancia.

El expediente que condenó al cura está actualmente en manos de la Corte Suprema. Los jueces Lorenzetti, Highton de Nolasco, Maqueda, Rosatti y Rosenkrantz deben decidir el destino del acusado. Es la instancia final, más de catorce años después de la primera denuncia que estalló en Telenoche. Pero el camino no es fácil. Hay obstáculos.

En octubre último Infobae puso, en blanco sobre negro, la presión y el lobby de supuestos mensajeros del Vaticano sobre el máximo tribunal que invocan la presunta voluntad de Francisco a favor de la inocencia de Grassi.

Y los instrumentos más fuertes de esos lobbistas que confunden promiscuamente los roles de Justicia, Iglesia, Estado y la suerte de los jóvenes supuestamente abusados por uno de los curas más mediáticos del país, serían, precisamente, los tomos escritos por Sancinetti.

El abogado Juan Pablo Gallego es el histórico querellante en el caso, representante de «Luis» y «Ezequiel» -nombres de ficción de los jóvenes acusadores de Grassi-, cuyos testimonios fueron rechazados por la Justicia. Según Gallego, «los libros llegaron a los jueces de la Corte, presuntamente entregados por supuestos emisarios de Francisco». Consultada por Infobae, la secretaria de Comunicación y Gobierno Abierto de la Corte, María Bourdin, lo negó rotundamente. En la misma línea se expresó el vocero del ministro Horacio Rosatti.

Gallega apunta: «Se dice falsamente que los libros se publicaron solo para el conocimiento de la Conferencia Episcopal. Lo cierto es que detectamos que los recibió cada juez que debía decidir sobre el caso Grassi. No solo fueron entregados a la Corte Suprema, donde los tiene, por ejemplo, Ricardo Lorenzetti; también le fueron entregados a jueces de Casación provincial. Me consta que estos libros los tienen los jueces del máximo tribunal y que les llegaron por personas invocando a la Iglesia».

Sancinetti, además, tiene cercanía con la Corte. Su mujer, la abogada Patricia Ziffer, según el portal Chequeado, fue secretaria letrada del fallecido juez Enrique Petracchi. Sin embargo, fuentes cercanas al máximo tribunal niegan que los libros a favor de Grassi hayan sido recibidos por las vocalías de los distintos jueces.

Infobae obtuvo los polémicos libros: hay pasajes sorprendentes. Por ejemplo, en el epílogo –página 729, último párrafo, cuarto tomo– Sancinetti resume que lo que vivió Grassi, básicamente, fue un atropello. Y lamentó, siempre hablando de sí mismo en tercera persona, «que el haber llevado a cabo esta obra lo haya sumido aún más de lo que ya estaba, en su desesperanza, ante el escaso grado de justicia».

En el epílogo hay declaraciones incluso más dramáticas: «Las constataciones por él mismo realizadas lo dejan anonadado en un grado considerable, que no desaparecerá en el resto de sus días». El abogado incluso citó al bíblico Libro de Daniel, parte del Antiguo Testamento, al hablar de un juez «dictador de sentencias injustas, que condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables».

Sin embargo, la Conferencia Episcopal no fue unánime acerca de los libros. Revisar el Caso Grassi y editar posibles herramientas de lobby le creó una división interna. Una alta fuente de la Justicia bonaerense que conoce las entrañas de la Iglesia argentina le dijo a Infobae: «Los obispos que conocían a Grassi no estaban a favor de hacer los libros. Pero otros pensaban que el caso ponía en riesgo la imagen de la Iglesia». Por lo visto, triunfó el segundo grupo.

En la introducción, Sancinetti incluyó un capítulo especial, titulado «El interés de este estudio para la Iglesia Católica». En el texto, se pregunta: ¿debería Grassi seguir siendo cura si se agotan las instancias judiciales, si la Corte falla en su contra? Y sigue: «¿Correspondería privar a Julio César Grassi del ejercicio de su ministerio en forma total o parcial como, por ejemplo, administrar ciertos sacramentos? ¿Debería tomar la Iglesia una posición ante la opinión pública o sus feligreses?».

En 2011, Grassi, ya condenado, reconocía al diario Libre un buen vínculo con su obispo en Morón, Luis Guillermo Eichhorn, que no le había quitado ninguno de sus derechos sacerdotales. Grassi, hasta hoy, puede dar bautismo, misa, comunión, confesión y extremaunción.

Cada tomo está dedicado a refutar a una víctima. El primero, de 2010 apunta a «Ezequiel». El cuarto, de 2013, está dedicado a «Luis». Gallego, el abogado de ambos, pidió que sus testimonios fueran considerados nuevamente luego del rechazo inicial de la Justicia. Su planteo ya fue avalado por la Procuración Nacional a través de Irma García Netto, procuradora ante la Corte, y en el ámbito bonaerense por María Elena Falbo, que renunció a su cargo semanas atrás.

Los tomos segundo y tercero (que suman 1200 páginas en total) están dedicados a «Gabriel», el único pupilo de Felices Los Niños por el que Grassi fue condenado.

La obsesión por los medios es evidente en el segundo tomo. Contiene, por ejemplo, la declaración completa del cura ante el Tribunal de Morón en septiembre de 2008, con más de 230 páginas. Allí, remarcada sutilmente con subtítulos, aparece la teoría del complot de un multimedios contra Grassi.

El acusado relata su caída como una trampa urdida por Telenoche y la empresa Hard Communication de Jorge «Corcho» Rodríguez. Los subtítulos de Sancinetti remarcan el relato. «Gente de `Telenoche´ quería demoler la Fundación», «Sobre la ética de Canal 13», «Visita del padre Grassi a periodistas de Canal 13» y «Reclamo (infructuoso) a `Hard Communication´», son algunos casos.

Esto no sorprende: el cura mismo siempre acusó a los medios como los responsables de su ruina. Grassi declaró ante el Tribunal N°1 de Morón: «Lo que yo critico sobre todo de la manera de trabajar de Canal 13 sobre esta causa y el Grupo Clarín es inducir, inducir y buscar y apretar y empujar a ver si consiguen algo más, ¿no?».

El tercer tomo termina con dos «análisis de credibilidad». Uno está dedicado a Grassi. El otro, a «Gabriel», el joven que lo condenó.

Para Sancinetti, la balanza se inclina de un solo lado: «El estudio detenido de la declaración de uno y otro ya muestra claramente quién de ellos se ajusta a la verdad: el acusado».

El jurista continuó: «Mientras que Grassi hace una declaración coherente, cargada de matices, sin contradicciones», su supuesta víctima «incurre en déficits permanentes en el ‘indicio de constancia’, se contradice en su propia declaración del juicio entre ésta y las anteriores… más allá de hacer afirmaciones demostradas como falsas, con la característica peculiar de que su declaración estuviese cargada de actos fallidos». Hasta afirma que «el tribunal de juicio hizo ‘la vista gorda’ ante esta evidente diferencia de las declaraciones de acusador y acusado».

El interés del hoy Papa por la suerte de Grassi no sería algo reciente, sino histórico. El abogado Gallego recuerda: «Con el cardenal Bergoglio pasé por distintas situaciones. En 2003 arreciaban las amenazas y ataques de armas de fuego contra testigos. Le pedí una entrevista a Bergoglio con la intención de que alguien disuadiera a Grassi de los ataques a víctimas y testigos, pero no tuve respuesta. Les pedí lo mismo a monseñor Justo Laguna y a Néstor Kirchner, que acogieron el pedido favorablemente».

Y continúa: «A Bergoglio finalmente lo conocí en 2006, recién llegado de la anterior elección papal. Tenía interés en saber qué pasaba con Grassi. Me escuchó con gesto adusto y me dijo que el Arzobispado estaría a mi disposición. Pero en vez de ayuda, hubo emisarios curiosos, interesados en saber qué pasaba con la causa. Les expliqué que, si había un juicio, veíamos una condena de más de veinte años. Uno de esos voceros me dijo algo alarmante, pero lo dejé pasar».

El abogado defensor de Grassi, Carlos Irisarri, jura que no habla con él hace seis meses. También, dice que no recuerda demasiado el recurso extraordinario federal de cuarenta carillas que presentó ante la Corte para cambiar la suerte del cura.

Dice que su planteo se basa «en una cuestión de principio de congruencia que no se ha respetado» y que «hay una demasía en el cambio de la fijación fáctica más allá de la acusación», una cuestión de fechas en los abusos cometidos contra «Gabriel» frente a lo afirmado en las sentencias, el mismo argumento que se esgrimió en la Corte provincial.

«La Corte puede revocar la sentencia», adelanta Irisarri: «También puede nulificar, puede revocar en parte, son varias las posibilidades». Conclusión: todo está en manos de la Corte.

De vuelta a los libros de Sancinetti, ¿qué alcance tuvieron?

Hay calificadas fuentes en la Justicia bonaerense que indican que al menos un magistrado provincial los recibió luego de su fallo de manos de una alta figura eclesiástica: los libros de Sancinetti no habían sido terminados cuando este juez emitió su dictamen.

Esas mismas fuentes indican que los miembros de la Suprema Corte en La Plata recibieron los tomos antes de decidir. Si fue un intento de presión, no funcionó. En septiembre de 2013, el máximo tribunal provincial ratificó la condena de la Justicia de Morón. Sin embargo, su presidente, el juez Héctor Negri desmintió que habló del caso al encontrarse con Bergoglio en el Vaticano tiempo antes de emitir su propio fallo. Negri aseguró que se entrevistó con el Papa «por razones absolutamente espirituales, alejadas a miles de kilómetros de cualquier sentencia judicial».

En el último tomo, Sancinetti hace sus agradecimientos a varios colaboradores que revisaron sus libros: menciona a juristas de la Universidad de Düsseldorf. También, a sus dos asistentes de cátedra en la UBA y a una de sus entonces alumnas. Hoy, esa alumna es abogada y trabaja con él.

La joven abogada se negó a hacer declaraciones, lo mismo que Sancinetti: todos los mensajes de Infobae a su estudio y a su casa nunca fueron devueltos. Pero alguien cercano a él fue rotundo en su respuesta: «El doctor no quiere dar ninguna entrevista sobre el tema Grassi».

Fuente: http://www.infobae.com/sociedad/2016/12/01/cuatro-libros-encargados-por-el-papa-aseguran-que-el-padre-grassi-es-inocente/

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