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La Alquimia y el elixir serpentino

Por Christian C.

Debe comprenderse que la serpiente se halla en la misma esencia de la alquimia, y el propósito de los alquimistas era el elixir de la serpiente.

Esta es la razón de tantos textos y grabados alquímicos, donde aparece la serpiente.

Y desde la sabiduría hiperbórea esto se torna más que relevante, ya que la alquimia es justamente una de las 7 más 1 vías de liberación.

Además resulta notorio que el fundador atribuído al saber hermético de la alquimia sea precisamente Hermes, a quien en la Sabiduría Hiperbórea se menciona como análogo a Wotan. Y el punto en este contexto a destacar es que precisamente Hermes es portador del serpentino caduceo!

Más, la alquimia ha sido muy manipulada y distorsionada en sus significados ocultos a través del tiempo, contribuyendo además el carácter hermético que la caracteriza a ser conocida únicamente por ciertos círculos de iniciados.

Su anatemización por parte de la Iglesia, ha ido a la par precisamente de la ancestral proscripción de la serpiente y su saber iniciático.

Tenemos en la alquimia una praxis externa, focalizada en la manipulación química y mágica de los metales, tendiente a operaciones de transformación y manipulación, y una alquimia interna, donde los metales son aquí símbolos referentes de los estados de la psique a sublimar y transformar.

Bajo esta última perspectiva, el alquimista opera en su misma estructura psico-física como atanor alquímico. Y la consecución última del Magnum Opus o «piedra filosofal» es aquí el «Hombre de piedra», o el Yo aislado del contexto fenomenológico psico-anímico.
En este proceso de mutación alquímica, el iniciado purifica su sangre, principalmente de la matriz homínida (etapa de Nigredo), y sus aditamentos sutiles, permeando ahora su estructura psico-física esencialmente la sangre fría reptil hiperbórea (etapa de Albedo).

Cabe mencionar que aunque se atribuye al psicoanalista suizo Carl Jung todo un aporte respecto a la dilucidación de la alquimia, faltaría complementarlo con el aporte de la Sabiduría Hiperbórea.

Ya que el enfoque Junguiano se focaliza en el Self o el Si Mismo del sujeto anímico, en tanto que para la efectiva transmutación alquímica y liberación del Yo, es preciso arribar al Selbst ,o el Si mismo del Yo infinito, nucleado en la esfera de voluntad egóica o Ehre.

Concepto este último que desarrolla Nimrod de Rosario en su obra Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea.

El simbolismo ofídico en la alquimia es sumamente variado, y uno puede remitirse a los significados crípticos preservados del arte alquímico, que han llegado a nuestros días, así como antiguos textos de alquimistas, como por ejemplo Las doce llaves de Ripley, las obras de Basil Valentinus, el Musaeum Hermeticum, etc.

En este símbolismo alquímico pictórico se aprecian por ejemplo el caduceo, el uroboros, la serpiente alada, sin alas, crucificada (la fijación de lo volátil), enroscada alrededor de un huevo, etc. Y así también los emblemáticos colores, verde, blanco, negro y rojo, que tanto tienen un significado alquímico subyacente, como su representación en ofidios de los colores mencionados.

Así también, la serpiente de dos cabezas, representando la armonía o equilibrio del azufre y el mercurio. O la serpiente de tres cabezas, donde nuevamente, sal , azufre y mercurio son los elementos alquímicos esenciales.

El proceso en que el virya se sitúa en su sangre fría, y potencia el lado reptil, es en si una mutación alquímica. Ya que el aspecto reptil se torna ahora predominante, por sobre la matriz homínida, invirtiendo la condición del virya perdido.

El cuerpo de Vraja, incorruptible, es también una mutación alquímica, donde es como una muda de piel ( como la serpiente) , adquiriendo la condición albea (albedo) y escamosa del reptil.

Cabe destacar por otra parte, que en la India, la alquimia era conocida como la ciencia Nagayuna ( Naga/serpiente), y hay incluso representaciones similares al caduceo, denominadas Nagahals.

En esta antigua tradición el elixir era conocido como Amrita, o Rasa.

Bajo ese mismo significado se utiliza el término Rasayana respecto a la alquimia.

Resulta imperativo remarcar que en el sendero kaula, la transmutación alquímica se efectuaba mediante la vía húmeda del maithuna, y el kalas rojo de la suvasini.

En el sendero Kaula la presencia de la Suvasini resulta de vital importancia en la vía tántrica, del mismo modo que en la llamada vía seca de los Trovadores lo es la Dama Kalibur., Y análogamente en la occidental vía alquímica de liberación se cuenta con la necesaria participación de la denominada Soror mística.

Continuando con representaciones alquímicas, también se destaca la serpiente alada, que en la alquimia representa lo volátil , o el Mercurio. En tanto la serpiente sin alas, lo fijo o el azufre.

En la representación del símbolo Uroboros, la serpiente se muerde la cola, lo cual significa el azufre que fecunda el mercurio.

Hay una antigua representación del Uroboros de color verde y rojo ( como el simbolismo apuntado anteriormente). Aquí el verde significa el inicio de la Gran obra, y el rojo la consecución, o Rubedo.

Esta combinación de azufre y mercurio, en sucesivas etapas cada vez mas refinadas, o nupcias químicas, se dice devienen eventualmente en la piedra filosofal o elixir alquímico.

Esas sucesivas nupcias que se repiten sucesivamente forman el Magnum circularis, o la obra circular de los alquimistas.

En china, próxima a la India, es muy prominente el dragón. Y análogamente se encuentran representaciones del Uroboros en forma de dragón.

O también el Uroboros con los colores negro y blanco, alusivos al yin y yang, que en el contexto alquímico significan nuevamente, el mercurio y el azufre.

También en el simbolismo del caduceo, las dos serpientes enroscadas en la vara representan asimismo el azufre y el mercurio, en tanto la vara representa la sal, o elemento conciliador de opuestos.

El caduceo era conocido como agua abismal, agua abismal caótica, y Basilisco o rey de las serpientes.

Otro símbolo alquímico, es la serpiente enroscada alrededor del huevo. Lo cual significa la materia prima (el huevo) que recibe el calor o energía serpentina, para desplegar lo que lleva en germen. Aquí el huevo, representa el atanor alquímico, donde la serpiente del azufre fija el mercurio, y la serpiente del mercurio volatiliza el azufre. De la contienda de ambas, surge el elixir, el cual deviene del veneno de ambas serpientes.

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