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Categoría: Artículos

La Sabiduría Hiperbórea y los secretos olvidados de la antigua India

Por Christian C.

Cuando se habla de «hinduismo» debe tenerse en cuenta, que aunque es una denominación reconocida académicamente, el término como tal se halla ausente en las escrituras y tradición védica.

La fonética de los persas en la región del río Sindhu (el río Indo),hacia el siglo Vl A.C, los cuales no pronunciaban la s, llevó a denominar  a este río como «hindu,» (y los árabes, Al-hind), lo que llevó a catalogar como «hindúes» a los habitantes de la región, llamada en consecuencia «hindustán», extendiéndose con el tiempo este término, hindú, para designar no solamente a quienes habitaban esa región, sino también todos aquellos que seguían sus tradiciones y prácticas religiosas.

Mucho tiempo después, en el siglo XVl D.C, el imperio mogol asentado en la India, calificó como «hindúes», a todos aquellos que no eran musulmanes. Y finalmente, con el colonialismo británico, se popularizó en el siglo XlX el término hindú e hinduismo, comprendiendo tanto la religión como la cultura de la India.

En rigor de verdad, la antigua tradición de la India se denomina Bharatiya, en honor del antiguo rey Bharata,de quién la propia India recibe su nombre.

En términos filosóficos, la cultura de la India, con su alto contenido doctrinario y filosófico, es conocida como Satya Sanatana Dharma, refiriéndose a la condición eterna (sanatana) del ser viviente. En última instancia, es la cultura y tradición que tiene como fuente de su ancestral saber a los Vedas.

La palabra sánscrita Veda significa conocimiento, y así según la tradición védica todo el conocimiento tiene su fuente original en los Vedas.

Más allá de las diferentes porciones en que se halla dividido cada Veda (Samhita, Brahmana, Aranyaka y Upanishad), luego tenemos secciones complementarias (Vedangas) y suplementarias (Upavedas) de los Vedas.

Entre estas áreas de conocimiento complementario o Vedangas, hallamos textos de conocimiento referido a Jyotish o astrología, Vyakarana o gramática, y Chandas o prosodia.

Y entre los Upavedas,se destacan entre otros el Gandharva Veda (música), Ayur Veda (medicina) y Dhanur Veda (guerra).

Luego, sin entrar en detalles pormenorizados, lo cual demandaría una extensión enciclopédica, tenemos que en el Atharva Veda se hallan fórmulas mágicas y conjuros, siendo así que al igual que el arte de la alquimia (Nagayuna), la magia tiene también un origen védico.

El conocimiento de artes ocultas del Atharva Veda, así como su inclusión del Gopal Tapani Upanishad (Upanishad focalizado en Gopal Krishna, siendo la figura de Krishna puramente hiperbórea) ha sido suficiente motivo para que muchos brahmanes ortodoxos,solamente tengan en cuenta el Rig, Yajur y Sama Veda, y no el Atharva.

Debe comprenderse que el conocimiento védico tanto abarca un campo material, como un enfoque hacia la trascendencia, cuestión que es orientada a través de las porciones ya citadas de los Vedas, en función de las órdenes de vida (brahmachari, grihastha, vanaprastha y sannyasi), siendo que en cada estado de vida se aborda un nivel del conocimiento.

Y Krishna es muy explícito en cuanto a no perderse en las ramificaciones de los Vedas, cuando dice :

«Cuando tu mente ya no se perturbe con el florido lenguaje de los Vedas, y cuando permanezca fija en el trance de la autorrealización, habrás llegado entonces a la conciencia divina.»

BG. 2.53

O incluso que a través de los Vedas, debe arribarse al Incognoscible, y a la realidad del mundo verdadero increado, del cual Krishna representa y es su mediador:

«Es a Mí a quien hay que conocer a través de todos los Vedas. En verdad, Yo soy el compilador del Vedānta y el conocedor de los Vedas.»

BG. 15.15

Este mundo material,es comparado en el Bhagavad Gita con un árbol invertido, que tiene sus raíces hacia arriba, y las ramas hacia abajo. Es decir, se trata de un reflejo desvirtuado del mundo verdadero, donde aparecen similares apariencias, pero en forma reflejada inversa. Este es un concepto similar al de Platón referido al mundo perfecto de las ideas, y el mundo de la materia.

Así, Krishna declara en el Bhagavad Gita:

«Se dice que hay un árbol baniano imperecedero que tiene sus raíces hacia arriba y sus ramas hacia abajo, y cuyas hojas son los himnos védicos. Aquel que conoce ese árbol es el conocedor de los Vedas.

Las ramas de ese árbol se extienden hacia abajo y hacia arriba, alimentadas por las tres modalidades de la naturaleza material. Las ramitas son los objetos de los sentidos. Ese árbol también tiene raíces que van hacia abajo, y estas están vinculadas con las acciones fruitivas de la sociedad humana.»

BG. 15.1-2

Cuando uno estudia el vasto campo del hinduismo, debe considerar varios factores. En primer lugar, el estudio de indólogos y orientalistas como Max Muller y William Jones, no llega a la esencia misma del hinduismo, sea por desinformación intencionada por agentes de la sinarquía en su vertiente antropológica, o para el caso funcionales a intereses como los del imperio británico, que mantuvo por entonces la India como colonia, y era preciso justificar «el atraso cultural, religioso y filosófico» de la India en relación al «occidente civilizado y progresista».

Además de esto, fuera de la misma tradición hindú, se cae en una aproximación muy limitada, dado que las fuentes del hinduismo comprenden no solamente los textos ancestrales, sino también la tradición oral, y en ambos casos hubo desvirtuación intencionada. Siendo así, desde fuera de la propia tradición, se tendrá mayor opacidad de entendimiento de tan compleja cultura.

La lengua sánscrita en sí tiene un origen rúnico, más su grafía fue intencionadamente retocada, manteniendo no obstante su fonética y semántica.

Hay así simultáneamente tanto la posibilidad de orientarse a través de los textos védicos, como de perderse en el laberinto del lenguaje florido védico del que habla Krishna.

Un concepto muy profundo de alto conocimiento,que tanto se menciona en los textos védicos como en la Sabiduría Hiperbórea, es el de que el espíritu como tal, no se halla caído ni condicionado, ni encadenado. Desde ya, como bien se desarrolla ampliamente en «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea», el Yo perdido es una hipóstasis, que surge de una mirada refleja del Yo infinito, que a su vez es la exteriorización o reversión del Yo absoluto, alegorizado con la figura del espíritu esfera.

En «El misterio de Belicena Villca», la princesa Isa es muy clara al respecto en su tajante y precisa declaración al rey Nimrod, cuando dice:

«¡»Oh Nimrod,

en un instante todo se tornó claro, toda confusión se disipó! Ya no podría

perderme jamás porque ahora sabía que nunca nos habíamos extraviado, ni

confundido, ni pecado, ni caído. Ni siquiera nos habíamos movido nunca. ¡Oh,

Nimrod! Al disiparse la totalidad del Gran Engaño he tenido la certeza de que ya

no tendríamos que regresar porque estábamos allí sin saberlo. ¡Hemos

conquistado la Libertad del Espíritu, Valiente Nimrod! Y la posibilidad absoluta

de ser nosotros mismos nuestra propia creación, de ser nosotros la matriz

de nuestro propio parto. ¡Es la Voluntad del Incognoscible, Divino Nimrod,

que lo podamos todo»

En el Srimad Bhagavatam encontramos similarmente lo siguiente :

«Los términos «cautivo» y «liberado» son una explicación de las modalidades de la naturaleza (gunas), no de la sustancia real».

Krishna además es categórico en cuanto a dos estados o condiciones muy diferenciadas, de los seres creados de este mundo (creación demiúrgica), de los seres eternos del mundo del espíritu:

«Hay dos clases de seres: los falibles y los infalibles. En el mundo material todo ser viviente es falible, y en el mundo espiritual todo ser viviente se llama infalible.»

BG. 15.16

Esta concepción del Yo del Virya como hipóstasis del Yo infinito, tiene su paralelo en el concepto del Vedanta de chid-abhasa, o «conciencia reflejada», respecto a que lo que se manifiesta como principio de vida o conciencia pura en el sujeto anímico (ahankara o «ego falso»), es una proyección del Atman o espíritu, que permanece siempre en la trascendencia, fuera de todo lo fenoménico de este mundo.

Así en el Srimad Bhagavatam o Bhagavata Purana, se menciona que el Atma se halla en el cuerpo «como un reflejo del sol en el agua». Su esencia eterna e increada, inmutable, no está allí, sino tan sólo una proyección o reflejo (abhasa) suyo.

De modo que no es el Atman o espíritu cubierto, sino una porción de «luz del Atman», es decir, la proyección de una de las miradas del Yo infinito, la que es cubierta por Maya o la shakti de la ilusión, animando e infundiendo vitalidad a un Microcosmos, y sumida esa proyección del Yo infinito (chidabhasa) en el Ahankara, sujeto anímico o Yo falso, con el que el verdadero Yo se halla confundido.

En la escuela de Vedanta Visistadvaita de Ramanuja (monismo calificado, diferente del monismo indiferenciado de Shankara), donde se mantiene la concepción del saguna brahma, o brahman (sustancia espiritual) con atributos diferenciados, tenemos el concepto de «Dharma bhuta jñana», siendo que el Atma o Atman mantiene la conciencia de sí mismo (jñana svarupa), y la conciencia exteriorizada o atributiva (dharma bhuta jñana), que es la que resulta cubierta por Maya.

Resulta así que el Atma no es realmente en su esencia espiritual eterna e inmutable, afectada ni por el factor tiempo (kala), ni por las gunas o modalidades de la naturaleza material, ni por el karma.

El ejecutor de las actividades tampoco es el Atma sino el ahankara o «ego falso» (siendo animado por el principio eterno del Atman eterno, desde su proyección conocida como chidabhasa), por lo que quien recibe los resultados o reacciones kármicas, sean reacciones de actividades buenas (karma) o actividades prohibidas (vikarma) no es el Atma. Más, debido a la falsa identificación, suscitada por Maya o la energía ilusoria, y la estructura del Ahankara, la persona cree ilusoriamente que está realmente sufriendo o disfrutando en este mundo mayásico.

En el Srimad Bhagavatam se menciona claramente también como el Atma permanece fuera de toda influencia en el ámbito de Maya:

«La entidad viviente está acongojada en relación con la identidad de su ser. No tiene ninguna base real, como un hombre que en un sueño ve que le cortan la cabeza.

Así como a un observador le parece que la Luna tiembla cuando se refleja en el agua, pues está en contacto con la cualidad del agua, así mismo, cuando el ser entra en contacto con la materia, parece adquirir las cualidades de la materia.»

SB. 3.7.10/11

La experiencia en este mundo se compara a un sueño, donde uno puede estar «experimentando» o soñando que le cortan la cabeza, que le ataca un tigre, etc, siendo solamente un sueño o ilusión. Y así se consideran todas las cuestiones de este mundo material en relación al Atma.

Otro ejemplo del Srimad Bhagavatam es en relación a la conciencia del Atma y la contaminación o cubierta material, comparándolo con el viento y el polvo. Si bien en el viento puede haber polvo que sea llevado de aquí para allá, lo cierto es que el viento y el polvo sustancialmente no se mezclan. Así ocurre también respecto al Atma y las coberturas materiales, que aunque parecen ensambladas, mantienen su propia esencia separada, similarmente al agua y el aceite, que tampoco se mezclan.

Lo que hay en todo caso, es una superposición de planos, y la falsa identificación provocada por Maya, bajo la influencia de las gunas y el ego falso.

Son innumerables las referencias o citas que podrían darse sosteniendo este concepto de la inmutabilidad y trascendencia fuera de todo lo material del Atma o espíritu. Pero a modo de ilustración, se citarán aquí dos referencias tomadas del Srimad Bhagavatam:

«Incluso cuando se refleja en diversos objetos, el sol nunca se divide ni se funde en su reflejo. Sólo aquellos con cerebros embotados considerarían al sol de esta manera. De manera similar, aunque el atma se refleje a través de diferentes cuerpos materiales, el atma permanece indivisa y no material.»

SB. 11.7.51

«La lamentación, la euforia, el miedo, la ira, la codicia, la confusión y el anhelo, así como el nacimiento y la muerte, son experiencias del ego falso y no del alma pura.»

SB. 11.28.15 

No debe olvidarse la cuestión ya referida que «atma» puede aplicarse en diversos contextos. Más como en los ejemplos citados claramente se advierte, aquí se está aludiendo al espíritu!

Los principales senderos basados en las directivas de las escrituras védicas, y los cuales Krishna expone asimismo en el Bhagavad Gita son, el karma, el jñana, el yoga, y el bhakti.

En sí, el karma, conocido como el sendero karma khanda, (sistematizado por la escuela Mimamsa de Jaimini) procura o se enfoca en la obtención de beneficios materiales, tales como un buen nacimiento, opulencia, o la promoción al mundo celestial en Svargaloka.

Demás está decir que este sendero no conduce a la liberación, sino por el contrario perpetúa el condicionamiento en la rueda del Samsara, a través del karma.

A través de punya o actividades piadosas, la persona se hace acreedora de un mejor nacimiento, pudiendo a través de variedad de actividades del karma khanda, como ritos expiatorios, ofrendas a los antepasados, homas y yañas a los Devas, etc, acceder a un mundo celestial. Más cuando los méritos piadosos se agotan, la persona desciende nuevamente a Martyaloka (la Tierra), debiendo continuar su travesía.

Una amplia variedad de himnos védicos en la sección Brahmana de los Vedas está orientada a este tipo de rituales kármicos, y también se halla luego la sistematización del sendero karma khanda en la escuela de Jaimini.

Más, esta escuela considera el predominio del karma, basado en leyes mecánicas de acción y reacción, considerando que los mismos Devas deben acatar los designios kármicos. No hay forma de orientarse a través de este sistema, a menos que uno se eleve a un nivel de conciencia superior, procurando jñana o conocimiento.

En el caso de la persona que no puede acceder a este tipo de prácticas de karma khanda, monopolizadas por los brahmanes de casta, mediante actividades piadosas cotidianas también se considera que puede obtenerse un buen nacimiento, o incluso alcanzar la morada celestial de los ancestros, Pitriloka.

Más, nada de esto contribuye a la liberación, siendo que toda acción genera una reacción consecuente, sumándose al háber kármico de la persona.

Así, Krishna recomienda en el Bhagavad Gita el método de karma Yoga, para actuar cumpliendo el propio deber o dharma, desapegado del fruto de la acción.

Esta clase de acción, cuando es ejecutada desde una conciencia despierta y focalizado en el plano espiritual, sin renunciar a la actividad, más tampoco pendiente de sus frutos, posibilita la liberación del enredo kármico. Así Krishna dice «Aquel que ve la acción en la inacción, y la inacción en la acción, es inteligente entre los hombres».

De lo contrario, el mantenerse meramente en el sendero del karma khanda, mantiene el condicionamiento material. Según los Puranas, luego de cien vidas de perfección en el sistema Varnashram dharma, se puede acceder a la condición de Brahmadev.

En otras palabras, luego de cien vidas de guru sinarca, uno se vuelve Brahmadev, con una condición similar a la del Demiurgo, si no en este, en otro universo.

Luego, en el caso de quien busca jñana o conocimiento, yendo un escalón por sobre la senda del karma khanda, se mantiene la desviación monista, tan difundida en la India, de procurar la fusión con el Uno, o la liberación impersonal, Sayujya Mukti.

No se trata en este caso de la absorción de toda la manifestación cósmica y los seres vivientes que allí se hallan, en un repliegue cósmico cuando acontece el Maha Pralaya, sino la búsqueda de una fusión en que la propia individualidad queda eclipsada para siempre, o al menos éste es el objetivo, sumergiéndose en la refulgencia o brillo de la divinidad.

Se alienta el desapego de todo lo material, la renuncia, tanto del sentido de propiedad como de las pasiones, el estudio del Vedanta, y la trascendencia de las gunas, más el objetivo no es conducente a una liberación personal como la propuesta en la Sabiduría Hiperbórea.

Para otras escuelas, que consideran esencial mantener la propia individualidad tras la liberación, como el Vaishnavismo, esta clase de liberación es considerada «un suicidio espiritual».

Luego, en el caso del Yoga místico, el sistema óctuple de Yoga enseñado por Patanjali, se mantienen prácticas de control de los sentidos y la mente, ejercicios de respiración controlada o pranayama, y meditación en distintos niveles, como dharana, dhyana y samadhi.

A través de este sistema, el Yogi obtiene variedad de siddhis o poderes místicos. Se mencionan ocho siddhis principales (entre muchos otros), que son los siguientes:

Anima siddhi, o el poder místico de reducir el propio tamaño a una dimensión imperceptible como el átomo. Este poder místico es utilizado por Yogis y místicos para «desaparecer a voluntad». Luego, Laghima siddhi, que permite «ser tan liviano como una pluma», pudiendo levitar en el aire, o caminar sobre el agua sin hundirse. Este siddhi implica el dominio de los gravis.

Mahima siddhi, que faculta para aumentar el tamaño, y tornarse tan pesado como una montaña. Encontramos un ejemplo de este siddhi en el Ramayana, donde Hanuman aumenta gigantescamente de tamaño, llevando enormes rocas y hasta montañas. Cuestión que por supuesto, desde la mentalidad racionalista, fue considerada como una «invención mitológica».

Y nuevamente, este siddhi también requiere el dominio de los gravis. Sea para aumentar, disminuir o cambiar de forma, implica la manipulación espacial de los gravis.

En la historia de Krishna, tenemos el conocido pasatiempo o lila, de cuando siendo un niño, levantó con su dedo meñique la colina Govardhana. Historia que parecerá de lo más fantástica e inverosímil para quien no posee el conocimiento del alcance del poder que tiene un Siddha.

Prapti siddhi, que permite materializar o manifestar a voluntad cualquier objeto, bebida, joyas, etc, en el mismo sitio donde uno se halla, sin ir a buscarlo a ninguna parte. Se hace «aparecer» en las propias manos lo que sea se desee.

Este dominio de la Shakti,es sin duda magia de alto nivel.

Luego, Isita siddhhi, que faculta tanto para crear como destruir cualquier cosa. 

Vasitha siddhi, con el que se controlan los elementos materiales. Prakamya siddhi, con el que se puede por ejemplo hacer entrar agua en los ojos, y hacerla salir a voluntad.

Y finalmente, Kamavasayita siddhi, con el que se puede asumir cualquier forma. Algunos Yogis, e incluso místicos como Ravana (según consta en el Ramayana y los Puranas), se expandían hasta en ocho formas idénticas.

No obstante, estos siddhis se catalogan en perfecciones materiales sutiles, de índole mística. Más, en el caso de un Siddha, ya posee en forma natural e inherente todas estas perfecciones yógicas místicas, e incluso yendo más allá del límite de los mismos siddhis.

Ya que si un místico puede replicar su forma expandiéndose hasta en ocho formas idénticas, tenemos por otra parte el ejemplo de Krishna, que se expandió literalmente en miles de formas como réplicas suyas, para danzar con las Gopis, o para estar simultáneamente con cada una de sus reinas esposas en Dvaraka.

Además de los Ashta siddhis, u ocho siddhis principales,existen variedad de otros poderes místicos, como el siddhi de volar en el propio cuerpo, como los habitantes de Siddhaloka.

Ciertas brujas, se dice dominan el arte de Khechari, que les permite volar por el aire literalmente, utilizando ciertas ramas de árbol extraídas de raíz. Al día de hoy, existen en el noroeste de la India ciertas brujas oscuras que conocen este arte.

Existen Yogis con el siddhi de atravesar toda la India corriendo, en cuestión de minutos. E incluso Yogis, que se arrojan en un determinado sitio del Ganges, para emerger inmediatamente en otro sitio del Ganges a miles de km de distancia.

Grandes místicos pueden llegar hasta a crear un planeta o mundo propio, con funcionamiento independiente de este mundo demiúrgico. O, el conocido caso de Kardama Muni que se menciona en el Srimad Bhagavatam, que se trasladaba en un gigantesco Vimana, que por dentro era como una ciudad.

Hay místicos que han llegado, a través de prácticas avanzadas del Yoga, a prescindir de cualquier alimento o bebida, sustentando su cuerpo (mutado celular y biológicamente) únicamente mediante el prana, o energía vital, lo que puede facultar para prolongar la vida, siglos o milenios a voluntad.

Todos estos siddhis, significan no solamente el dominio de la materia, en sus esencias sutiles y burdas (tanmatras, y mahabhutas), sino también de la shakti inter-dimensional, manipulando tiempo y espacio, o kalashakti. 

Algunos fenómenos producidos mediante la energía psíquica, han sido estudiados por la parapsicología, casos como la telepatía, telekinesis, bilocación, proyección astral consciente, visión remota, etc, etc., Y una amplia gama de casos, como los fenómenos parapsicológicos estudiados durante muchos años por el profesor Herrou Aragón, como casos de influencia y ataque psíquico, y el telecomando sexual.

Y desde ya, son muy conocidos los casos de personas con capacidades de sanación, casos documentados de influencia consciente del clima, etc.

Pero otros casos resultan más estrambóticos e increíbles para la mentalidad occidental tan educada racionalmente bajo premisas culturales muy bien definidas.

Y así ocurre la filtración que efectúa la religión, donde la Iglesia considera como santo a un cristiano con capacidad de sanar o levitar, etc. y por otro lado, la misma facultad de levitar resulta condenable como demoníaca en Simón el mago.

Pero hay mucho campo todavía desconocido e ignorado de los siddhis místicos, principalmente en occidente. Se dice en el Bhagavata Purana, que en Atalaloka mora Bala (hijo del arquitecto místico Maya Danava), mago negro experto en 96 artes mágicas oscuras.

No es el objetivo en el presente texto extenderse en toda la variedad de poderes místicos. Baste mencionar que se puede tener completo dominio energético de la materia, tanto burda como sutil. Se puede llegar hasta a pasar por muerto, reduciendo el ritmo respiratorio a un grado imperceptible, el pulso sanguíneo, y hasta los propios latidos del corazón, desviando inclusive, conscientemente (como ha ocurrido) las señales de un electrocardiograma.

Fue también conocido el caso de un Swami místico que tomaba sobre sí el karma de sus discípulos, llegando por ej. hasta el límite de la muerte (que debía en cambio haberle ocurrido al discípulo), y retornando luego de la muerte, habiendo liberado a ese discípulo de las reacciones kármicas pendientes de esa muerte.

No resulta tan extraño, considerando que el gran sabio y místico Sukracharya, gurú de los Daityas, posee el siddhi para hacer retornar a la vida a quienes ya les ha llegado la muerte, como se dejó registrado en los Puranas.

Algunos de estos siddhis o poderes místicos pueden estratégicamente ser utilizados por un Virya o Siddha, en determinadas circunstancias.

En el caso del Yogi que meramente se atiene a la obtención de siddhis místicos, también se torna esto otra trampa de Maya, fascinando al incauto, y desviándolo del objetivo último de la vida, la trascendencia y liberación de este mundo.

Más, el Yogi, obteniendo la perfección de su práctica yogica, tanto puede buscar la fusión del Atma con el Paramatma, lo que devendría en una liberación impersonal similar a la del jñani, o bien la absorción contemplativa en el Paramatma o ser supremo, reteniendo la individualidad, lo cual le permitiría acceder a una condición de éxtasis contemplativo permanente.

No se trata en este caso tampoco de la obtención de la propia divinidad, como un Dios absoluto individualizado, sino de una supeditación del propio ser al Paramatma, o ser supremo, por lo que tampoco representa el objetivo buscado por los Hiperbóreos.

Además de los senderos de karma yoga, jñana yoga y raja yoga, tenemos luego el bhakti yoga, o yoga de la devoción, sistema seguido esencialmente por el Vaishnavismo (aunque también hay prácticas de bhakti yoga en las tradiciones Shaiva, Ganapatya y Shakta), que procura una relación personal con el ser supremo, en un cuerpo espiritual o Siddha deha.

No obstante, tampoco es la meta que propone la Sabiduría Hiperbórea, alcanzar la propia divinidad como un Dios o una Diosa en el Origen.

El sendero del bhakti, esencial en toda forma de culto, puede en algunos casos permitir que a través de trascender lo arquetípico, se obtenga la liberación absoluta. En el caso de la casa de Tharsis, su misión de familia asignada por los Siddhas, fue de hecho un culto, el culto de Pyrena, la Diosa del fuego frío.

Considerando el carácter hiperbóreo de Krishna, Vishnu y Shiva, así como Kali y Ganesha (es decir, estos Devas bajo la perspectiva hiperbórea), debe considerarse la posibilidad de que abordando una senda iniciática del conocimiento trascendental (como la que expone Krishna en el Bhagavad Gita, citado por Nimrod de Rosario en «El misterio de Belicena Villca»), e incluso a través de prácticas de bhakti yoga, se alcance u obtenga la liberación definitiva en el Origen, como propone la Sabiduría Hiperbórea.

Más también es cierto lo contrario, en cuanto que a través de estos diversos cultos, y con cierto componente devocional de bhakti, muchas veces el sadhaka o practicante queda capturado en lo arquetípico y símbolos sagrados, sin nunca alcanzar la liberación y trascendencia.

Resulta comprensible también que para las escuelas Vaishnavas, que promueven una relación trascendental personal con el ser supremo, en términos de amante y amado, nieguen o no reconozcan la validez de alcanzar uno el status de un Dios absoluto, ya que entonces el bhakti o devoción basado en esa relación personal con la divinidad desaparece.

Tenemos hasta ahora, en función de la Sabiduría Hiperbórea, que pueden ser abordados de cierto modo el karma yoga y el bhakti yoga.

En cuanto al raja yoga o ashtanga yoga, ciertas prácticas de pranayama y meditación pueden ser útiles, así como la obtención de siddhis o poderes místicos.

Y respecto al jñana yoga, el método de neti neti, o «no es esto ni aquello», en cuanto a todo lo ajeno al propio Atman, tiene cierto paralelo hasta cierto punto, según el enfoque que se le de (que obviamente el de un vedantista monista o Jñani no es el de un hiperbóreo), con el principio del cerco.

Tenemos seis sistemas de filosofía de la antigua India, o Sad-darshan (Nyaya del sabio Gautama, un sistema de lógica basado en la gramática sánscrita, Vaishesika o filosofía atomística de Kanada Rishi, Mimamsa o escuela ritualística basada en el karma, de Jaimini, Sankhya o filosofía analítica de la realidad del mundo de Kapila, Yoga, o la senda que busca vincular al ser viviente con el ser supremo en sus distintas vertientes, siendo el Ashtanga Yoga expuesto por Patanjali, y Vedanta o la senda del conocimiento último de la realidad que tiene como referente al sabio Vyasa.).

Se ha ya comentado acerca del Mimamsa y Vedanta, los cuales se complementan en un sentido jerárquico, ya que cuando el karmi o trabajador fruitivo comprende la futilidad de su deambular continuo a través del karma, accede a un nivel superior, la búsqueda del conocimiento (representada por la máxima inicial del Vedanta Sutra, Athato brahma jiñasa, o «Ahora es el momento de indagar acerca de la verdad absoluta»), lo que torna al karmi o trabajador fruitivo en un jñani o buscador de conocimiento, senda que se halla contemplada en la escuela Vedanta.

Son diversas las ramas o subescuelas del Vedanta, desde el Advaita o monismo de Shankaracharya, el monismo calificado o Visistadvaita de Ramanuja, el dualismo o Dvaitavada de Madhva, el monismo puro o Suddhadvaita de Vallabha, o la escuela Dvaitadvaita de «unidad y diferencia simultáneas de Nimbarka.

En todas estas escuelas, se manejan diversas concepciones filosóficas respecto al ser viviente, desde la concepción Vivartavada de Shankara, en cuanto «El Uno se volvió muchos», o Pratibimbavada (concepción de la escuela de Shankara también) respecto a que la entidad o ser individualizado surge como reflejo (pratibimba) del Brahman infinito.También la concepción del ser viviente como la manifestación de un aspecto del ser supremo, ya sea directamente (doctrina de Brahma Parinamavada), o como una expresión de la Shakti o potencia de Bhagavan (Shakti Parinamavada), manteniéndose una relación de identidad y separatividad y diferencia con respecto al absoluto, o por otra parte la completa distinción del ser viviente con el ser supremo, o también su existencia ontológica explicada como un modo o aspecto del ser supremo. Todas estas muy variadas concepciones, se manejan por lo general en las distintas vertientes o escuelas Vaishnavas, difiriendo o manteniéndose al margen la Sabiduría Hiperbórea como es expuesta por Nimrod de Rosario, ya que el espíritu en su expresión plena se considera como Yo absoluto, sin anclaje, supeditación ni dependencia en su propia esencia eterna e increada de ninguna otra divinidad, siendo cada espíritu Hiperbóreo un Dios en sí mismo.

Se reconoce no obstante una dependencia del Incognoscible (y su representante Lucifer), más en un sentido jerárquico y no ontológico.

Y desde ya se destaca que a diferencia de los Hiperbóreos que se hallan extraviados, Lucifer nunca puede estarlo, ni ser desviado, confundido ni revertido.

Desde la explicación brindada por Nimrod de Rosario en «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea», la condición del Yo perdido se explica a partir de su hipóstasis del Yo infinito, que es a su vez la reversión del Yo absoluto. Estas tres instancias, Yo absoluto, Yo infinito, y Yo perdido, se exponen a partir de una elaborada y compleja explicación, donde existen dos actos fundamentales: El de la reversión del «espíritu esfera», y posteriormente la captura de un Yo perdido, como expresión del Yo infinito de un espíritu hiperbóreo, mediante la clave genética.

Y en ambos actos se efectúa una proyección del símbolo del Origen, que deviene en el extravío y posterior captura o encadenamiento del Yo, bajo un marco de condicionamiento limitado.

Además de los sistemas filosóficos Mimamsa y Vedanta, tenemos luego el Sankhya, que se complementa con el Yoga. Más, el Sankhya (filosofía expuesta por Kapila), considera la manifestación cósmica como una interacción de Purusha o el espíritu y Prakriti (la naturaleza material desplegada a través de diferentes combinaciones de las gunas), dando preeminencia a Prakriti, que mantiene cautivo al Purusha.

Es mediante un estudio y comprensión analítica de la Prakriti, como el sistema Sankhya considera puede el espíritu ser liberado, ya que la Prakriti al ser conocida plenamente, tal como una actriz disfrazada que es descubierta, termina su juego de encantamiento ilusorio.

En última instancia, es Prakriti la que cubre o se descorre, concepto que no cuadra con la explicación del encadenamiento espiritual y la liberación como sostiene la Sabiduría Hiperbórea. Y fundamentalmente, en el Sankhya se considera que el Purusha, en su estado liberado, permanece inactivo, atribuyendo todo el dinamismo a la acción de la Prakriti. Cuestión esta que tampoco concuerda con la condición perfecta del espíritu Hiperbóreo, o Yo absoluto, y su compañera eterna, o sea El-Ella, en un eterno dinamismo complementario.

Variantes similares a las del Vaishnavismo se encuentran en la tradición Shaiva, con distintos matices.

 En la escuela Shivaista Pasupata, el estado alcanzado tras la liberación en completa unión mística con Shiva, se considera que se obtiene reteniendo la propia individualidad. De un modo análogo a las estrellas en el firmamento, que conforman un mismo cielo estelar, manteniendo las estrellas su propia distinción separada.

La escuela Vira Shaiva, sostiene la filosofía Shakti-Visitadvaita, reconociendo tanto la unidad como diferencia entre Shiva y los seres vivientes, en una forma integrada, con distinción propia del ser viviente y Shiva, como el sol y sus rayos.

En la escuela Shaiva Siddhanta del sur de la India, una rama, la de Tirumular es monista (teísmo monista),en tanto la rama de Meykandar considera que Shiva, los seres vivientes y el mundo coexisten en forma separada eternamente. (pluralismo realista)

Esta individualidad propia que se mantiene obteniendo la liberación, al igual que en la concepción Vaishnava, es afín a la Sabiduría Hiperbórea.

Entre las vertientes Shivaistas tendientes al monismo, tenemos algunas formulaciones del Shivaismo de Cachemira, que considera a Shiva como la única realidad (la doctrina Pratyabhijña), el Shivaismo Advaita, que reconoce una semi-fusión con Shiva, adquiriendo las mismas cualidades de Shiva (Shivaismo Visistadvaita), y la escuela Siddha Sidhanta, que considera que eventualmente todo retorna a Shiva, como las burbujas que se desprenden del mar, y al mar retornan.

Los senderos varían acorde, habiendo así Shaktas de Shiva (aquellos que desean disfrutar en este mundo de la Shakti en relación al principio divino del espíritu, Shiva), Bhaktas (devotos) de Shiva, o Brahmavadis (aquellos que buscan el conocimiento y la sabiduría) de Shiva.

Igualmente encontramos concepciones análogas en la tradición Shakta, es decir de quienes son seguidores de Devi (La Diosa como Shakti primordial, cultuada en diferentes formas tales como Kali, Parvati, Chamunda, etc.).

Desde los Shaktas materialistas, que buscan obtener de Devi dádivas como riqueza, poder, etc., a los que buscan un tipo de liberación impersonal, o incluso alcanzar la morada personal de Devi, Manidvipa, así como existe también la morada personal de Shiva, Maha-Kailas, o la morada personal de Vishnu, Vaikuntha.

Y así, existen variedad de sadhus, sean Vaishnavas, Shaivas o Shaktas, yogis, tapasvis (penitentes), tántricos, Aghoris (que tienen interesantes prácticas como meditar sobre un cadáver o practicar el maithuna en un cementerio), Kapalikas (que usan un cráneo como cuenco), Kapardhinas, Kalamukhas, Naga babas, Hayagrivis, Parasuramis (los cuales portan un hacha, como Parasuram), Hanumanjis (que llevan una maza como Hanuman), Vamacharins, etc.

Estas muy diversas corrientes, sectas y subsectas, a veces se distinguen externamente por el tilak, o la marca de distinto diseño que llevan en sus frentes y cuerpo. Más también existe un amplio abanico de diferencias en sus respectivas doctrinas.

En estas distintas vertientes, tanto aparecen elementos hiperbóreos como demiúrgicos, por lo que depende de la predisposición gnóstica del Sadhaka o practicante, que pueda desde su nivel de práctica y conocimiento, orientarse y trascender lo arquetípico, hacia el ámbito del espíritu.

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La Sabiduría Hiperbórea en el hinduismo

Por Christian C.

Encontramos variados términos del sánscrito y conceptos de la tradición hinduista cuando estudiamos la Sabiduría Hiperbórea expuesta por Nimrod de Rosario.

Conceptos tales como el de la transmigración o metempsicosis, el karma, el Demiurgo denominado como Brahma, la kundalini shakti, los chakras, los referentes de Lilith y Lucifer en las figuras de Kali y Shiva, el concepto cíclico del tiempo de los cuatro yugas (Satya, Treta, Dvapara y Kali), períodos de manifestación cósmica definidos como Kalpas y Manvantaras, y los  períodos de disolución, Pralaya y Mahapralaya.

La terminología sánscrita utilizada no debe dar lugar a equívocos, ya que en ocasiones los mismos términos reciben distinto significado acorde al contexto.

Un ejemplo muy concreto es el de Siddha, que significa «perfección o perfecto», y puede aludir a quien a través del sadhana o una práctica sistemática tántrica o yógica obtiene la perfección. Y así hay diversas clases de Siddhas según el sendero adoptado.

Luego, se mencionan ocho siddhis o poderes místicos, y quien posea estos Siddhis se considera  de hecho es  un Siddha.

Y, acorde a la cosmogonía puránica, en el plano conocido como Bhuvar loka (conocido también como espacio exterior o antariksha sthana, ya que se halla ubicado entre el plano terrenal o Bhur loka, y el plano celestial o Svargaloka) se halla entre otra variedad de mundos la morada de los Siddhas o Siddhaloka.

Se trata de seres celestiales, con la capacidad de volar desde su mismo cuerpo, que poseen todos los poderes místicos. Más, no se trata de los Siddhas hiperbóreos, sino de otra clase de Siddhas.

Similarmente  tenemos el término «brahmaloka», que puede aludir a la morada personal  de Brahmadev, como la dimensión espiritual del brahman, como sustancia espiritual.

Y «brahman» o «brahmana» denomina asimismo a la casta sacerdotal en la India.

Así, los mismos términos (como el caso  de Atma, que puede referirse al cuerpo, el alma o el espíritu) deben considerarse en el contexto citado.

Un concepto clave, común al hinduismo y la Sabiduría Hiperbórea   es el de Maya como ilusión del mundo, siendo que en «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea» se desarrolla todo un artículo denominado «El gran secreto de maya».

Por otra parte, cuando examinamos la tradición hinduista descubrimos que el objetivo último de la vida es la liberación de la rueda del samsara, ciclo repetido  de nacimientos y muertes, objetivo referido como moksha, más allá de los logros mundanos de dharma, artha y kama (religiosidad, desarrollo económico y complacencia de los sentidos).

Desde ya que el concepto de moksha varía según la escuela en cuestión. Ya que para los Vedantistas brahmavadis, moksha consiste en la fusión del Atma con el Brahman informe, en tanto diversas escuelas Vaishnavas, conciben Mukti o la liberación desde una individualidad propia eterna, siendo promovido el Jivatma o ser viviente a la morada trascendental de Vishnu, Vaikuntha.

La liberación del samsara, sin perder la individualidad, que propone el Vaishnavismo, es un concepto más próximo a la Sabiduría Hiperbórea, aunque no exactamente  equivalente, ya que en el Vaishnavismo se procura una relación personal de supeditación  entre el Atma o espíritu y Vishnu (o alguna de sus manifestaciones personales), en tanto que en la Sabiduría Hiperbórea, el objetivo es la condición de uno mismo como un Dios, o Diosa (desde la individuación absoluta), cuestión esta que en el hinduismo es más similar a la concepción de la escuela Kaula.

Así, el objetivo es alcanzar la condición del Yo absoluto e infinito, tal como se concibe en el Origen, es decir la individuación absoluta desde el Selbst (El Sí mismo del Yo infinito), y no la fusión impersonal (brahma-nirvanam) ni una relación de Dios y su criatura, o Amo y sirviente (siendo que en el Vaishnavismo se concibe esta relación en términos puramente espirituales ,desde la trascendencia).

Independientemente de tal o cual escuela en relación a cómo se considera la liberación en términos de fusión impersonal, o reteniendo la individualidad, vemos que Krishna le afirma categóricamente a Arjuna la individualidad eterna y separada, tanto de él como de quienes allí le rodean en Kurukshetra:

«Nunca hubo un tiempo en el que yo no existiese, ni tú, ni todos estos reyes., Y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir».

BG. 2-12

La propia condición del Yo en este mundo es conceptualizada por Nimrod de Rosario utilizando los términos sánscritos de Pasú, Virya y Siddha.

La consideración respecto a los Devas resulta esencial en el hinduismo, distinguiendo los Devas como Dioses celestiales, del ser absoluto e incognoscible, más allá de todos los Devas y Devis de este mundo fenoménico.

Incluso en cuanto función asumida, Vishnu y Shiva reciben el calificativo de Devas, siendo Vishnudev y Mahadev respectivamente. Pero el status de Vishnu y Shiva es trascendental al mundo mayásico y las gunas, sea satva guna o la modalidad de la bondad regida por Vishnu, o tama guna, la modalidad de la oscuridad regida por Shiva.

Más allá de cierto rol cósmico asumido, tanto Vishnu como Shiva mantienen una existencia plena sin límites, de conocimiento absoluto y éxtasis infinito, o Sat-Chit-Ananda.

De igual modo cada Deva tiene su propia consorte, que personifica su shakti, siendo Lakshmi la consorte/shakti de Vishnu, y Parvati/kali la consorte de Shiva.

Y cuando hablamos de shakti en el caso de Vishnu y Shiva, estamos hablando del Vril, y de prototipos de la pareja original.

En el caso de Brahmadev, el Demiurgo, su propio Vril o shakti se halla saturado, dado el despliegue empleado en esta creación, y su shakti se halla sometida a ese designio creador del mundo, lo cual míticamente ha sido representado en el lila en que Brahmadev viola a su propia consorte e hija, Sarasvati, Diosa de las artes y el conocimiento.

A diferencia de las religiones abrahamicas, en el hinduismo siempre se ha distinguido entre el creador de este mundo y el ser absoluto supremo, que puede manifestarse en diferentes eras o yugas, tal como refiere Krishna en el Bhagavad Gita.

Bajo esta consideración, y con la comprensión del concepto clave de «lila» que tanto aparece en los Puranas, el Virya orientado, comprendiendo el «juego de los Dioses» (tanto de uno como otro bando, tanto de los Siddhas leales como los traidores), se debe focalizar en la propia liberación y trascendencia, y no quedar fagocitado por el despliegue del Sristhi lila, o el lila de la manifestación cósmica.

En todo caso, retornar al Origen, como un Dios, y junto a su pareja original (El-Ella, Ella-El) , manifestar su propio lila, fuera de toda influencia y alcance demiúrgico.

Más la asimilación de los cultos abrahamicos de aspectos del hinduismo, entre otras tradiciones (sumeria, egipcia, persa, etc), resulta más que evidente, y se citará un contundente ejemplo para demostrarlo.

En el judaísmo se halla el patriarca Abraham, figura que necesariamente debe remitir al Demiurgo, ya que este patriarca es el padre de su pueblo, de igual modo que Brahma , el Demiurgo, es el padre de sus criaturas en este mundo.

Pues bien, si la similitud del nombre Abraham con Brahma fuese una coincidencia, tenemos por otro lado que la consorte o esposa de Brahma es Sarasvati, y la esposa de Abraham, es Sara!

Tenemos luego el emblemático ejemplo de Kali, o también Bhairavi, formas terroríficas de Parvati (Devi consorte de Shiva). Según la Sabiduría Hiperbórea, Kali es la forma terrorífica y oscurecida de Lilith,  Diosa del Origen.

Y esto concuerda con la versión puránica, en cuanto Kali es una terrible forma colérica asumida por Parvati. Siendo Parvati y Shiva, referentes de Lilith y Lucifer.

Luego, Kali también representa una shakti o potencia externa, o manifestada en este mundo, potencia de Vishnu conocida como Bahiranga shakti. Y conviene no olvidar la relación de identidad, expresada en distintas formas de Shiva y Vishnu.

Siendo así, se comprende también que en algún lila Krishna manifestase incluso la forma de Kali. Después de todo, ambos comparten el mismo bija mantra, o mantra raíz, Klim.

En el lila del propio nacimiento de Krishna, esta misma shakti se manifestó como hermana de Krishna, Subhadra.

Y como shakti de Vishnu/Krishna, mantiene una relación de identidad y diferencia simultánea , concepto definido en el Vedanta como Shakti shaktimator abhedah, que define el concepto hiperbóreo de la pareja original, en que tanto Él como Ella mantienen su propia individualidad separada, a la vez que conforman una misma esencia interactiva.

Más dependiendo de las diversas corrientes hinduistas, estas mismas manifestaciones pueden ser asimiladas bajo otro paradigma. Así para algunos Shivaistas por ej. Jagannath, Baladeva y Subhadra (Krishna, Balarama y Subhadra) son tres manifestaciones de Bhairava o Shiva. (Trishiro Bhairava).

Este aspecto es característico del teísmo indio, donde dependiendo de la escuela o secta, los demás Devas y Devis aparecen supeditados al propio Ishtadev o deidad predominante.  Cuestión que se aprecia tanto en el Vaishnavismo como en el Shivaismo o el Shaktismo.También debe acotarse que desde la Sabiduría Hiperbórea, se considera a menudo a los Devas como agentes del Demiurgo, o incluso en algunos casos manifestaciones suyas.

En tal sentido, los Devas son los señores del karma, y regentes custodios de la llave kalachakra, sistema de ingeniería arquetípica estructurado en un plano topológico entre la Tierra y el sol, mediante el cual se mantiene el encadenamiento, condicionamiento e ilusión de los espíritus hiperbóreos extraviados.

Necesariamente esto es así, dado que los Devas rigen aspectos del mundo material, sus elementos y diversas manifestaciones.

Con relación a la llave Kalachakra, su término alude a «la rueda del tiempo», y encontramos diversas menciones, incluso en el Bhagavata Purana o Srimad Bhagavatam.  Más, hallamos que  la Kalachakra  mantiene una mayor aproximación al sistema de Shambalá, en el budismo tibetano, donde según el texto «Tantra Kalachakra» ,el rey de Shambalá, Suchandra, fue iniciado por Buda en el sistema tántrico Kalachakra. A partir de entonces, los budistas tibetanos mantienen hasta el  día de hoy iniciaciones y prácticas tántrico-yógicas de la Kalachakra.

La figura de Buda ha sido también desvirtuada por la sinarquía, más conviene recordar por otra parte, que el mismo término sánscrito «Budha», significa «el despierto» o » iluminado», y existen según la propia tradición budista varios Budas.

En el caso del príncipe Siddhartha Gautama, se dice que era un kshatriya, despierto en la Gnosis Hiperbórea. Más, algunos de los «otros Budas» pueden ser maestros shambálicos de la fraternidad blanca.

La oposición en su momento de Sidhartha Gautama Buda a los mismos Vedas, brahmanes, y Devas, se entiende en el contexto de la manipulación sinárquica que la casta brahmánica efectuaba en representación de los Vedas, eclipsando los elementos hiperbóreos védicos originales.

Esta consideración de los Devas, como regentes del karma, y de corte maléfico, encuentra también cierto eco en la tradición persa del Zoroastrismo, donde las figuras de los Devas y Asuras como representativos del bien y el mal, se invierten, considerándose a los «Daevas» del Avesta como maléficos, y sus adversarios, los «Ahuras» como regentes del bien y el orden.

No obstante, cabe acotarse que el Zoroastrismo también cae bajo la consideración de un culto demiúrgico, aunque su estudio permite apreciar el nexo entre la antigua tradición védica, y la tradición abrahámica, judeo-cristiano-islámica.

Una prueba de esto son las similitudes encontradas por expertos académicos, entre himnos del Rig Veda y porciones del Zend Avesta, prácticamente idénticas.

O incluso las mismas deidades, en casos como Varuna, Mitra, Yama, etc, sin olvidarnos del protagonismo esencial de Ahura Mazda (que remite a Asura Maya) y Angra Mainyu (Angirasa Muni).

No obstante esto, también tenemos divisiones  y facciones entre los Devas, que pueden responder a uno u otro bando desde lo hiperbóreo. Es decir, alineados con los Siddhas leales o los Siddhas traidores.

Consideremos la siguiente mención en «El misterio de Belicena Villca» :

«En sánscrito tenemos las palabras “Dyans pitar”, que en los Vedas se utilizan para nombrar al “Padre que está en los Cielos”. Dyans es la raíz que en griego produce Zeus y Theo, con sentido similar al sánscrito y que pasa a ser en latín Júpiter, Deus pater o Jovis. Los antiguos germanos se referían igualmente a Zin, Tyr o Tiwaz como el Dios “Creador” de lo existente, palabras que también provienen del sánscrito Dyans pitar.»

Este nombre ,Dyans pitar, o también mencionado como Dyaus pitar, aparece mencionado en el Rig Veda, como rey del cielo  en un kalpa anterior, y sabemos era regente de Saturno (Shani).

Posteriormente fue derrotado por Indra (así como Zeus vence a Cronos/Saturno), de quien tenemos mención como adherido al bando de los Siddhas leales.

Y a partir de esta derrota de Dyaus pitar, Indra pasa a ser el rey del cielo!

Y aquí tenemos también a los mismos Siddhas traidores, como padres y prototipos de distintas razas, luego del encadenamiento espiritual, en la figura de los Manus, habiendo catorce Manus en el período cósmico de un kalpa o día de Brahma, o catorce Manvantaras.

Por otra parte, entre los Devas  aparece también el ya mencionado  Indra o Indradev, que en «El misterio de Belicena Villca» es mencionado como alineado con los Siddhas leales.

Y según los Puranas, el próximo Indra en el siguiente Kalpa será Bali Maharaja, actual regente de Sutalaloka , siendo un seguidor de Vishnu, pero que su posición como regente de los Daityas en Sutalaloka  lo ubica en un antagonismo cósmico respecto a los Devas que se hallan en Svargaloka.

Aquí tenemos nuevamente el antagonismo a modo de lila entre Dioses!

Y así, Shiva como Mahadev, se mantiene neutral, favoreciendo según la ocasión tanto a los Devas, como a sus enemigos, los Daityas.

Un ejemplo de esto lo encontramos en los Puranas, en el lila del Samudra-manthan, donde tanto Devas como Daityas colaboraron en batir el océano de leche o kshira samudra , para extraer el amrita, néctar de la inmortalidad.

La cuerda que tanto Devas como Daityas utilizaron para batir el océano, fue nada menos que el Naga Vasuki, serpiente que Shiva porta alrededor de su cuello!

Cuestión que remite también a la relevancia iniciática que tiene la serpiente en la alquimia y la obtención del elixir.

Cuando se destiló primeramente el veneno del océano, Shiva bebió ese veneno, favoreciendo tanto a un grupo como al otro bando, adquiriendo desde entonces su garganta una tonalidad azulada, por lo que sería conocido desde entonces como Nilakantha o «el de garganta azul».

Cuestión que no impide que Shiva tenga luego su protagonismo en la destrucción del mundo, cuando acontece la devastación cósmica, sea en el Pralaya ,devastación parcial al final de un día de Brahma, o el Mahapralaya, devastación completa y total al final de la vida de Brahmadev.

En esta devastación cósmica, además de Shiva Mahadev, tiene su   protagonismo Ananta Sesha, rey de los serpentinos Nagas, quien echando fuego por sus bocas de mil cabezas, consume la manifestación cósmica. Se dice que Balarama, quien aparece en el lila de Krishna como su hermano, es un avatar de Ananta Sesha.

Esta destrucción Shiva la efectúa mediante su danza Tandava (danza que conocen muy bien los sadhus Naga babas, quienes también aparecen desnudos y cubiertos de ceniza, y portando un tridente, emulando a Shiva), con su tridente, y su ojo ubicado en el entrecejo, que reduce todo cuanto mira a cenizas.

Debido al lila o pasatiempo de esta danza, es que Shiva es conocido como Nataraja, o «El rey de la danza».

La sensualidad del mundo mayásico no tiene ningún poder frente a Shiva-Lucifer, y así se escenifica en el lila o pasatiempo en que con su tercer ojo, Shiva reduce a Kamadev (Cupido) a cenizas.

El tridente de Shiva representa aquí entre variados significados el control y trascendencia de las tres gunas materiales, el dominio del tiempo en sus fases de pasado, presente y futuro, y el completo dominio de los estados de prajña (vigilia), svapna (sueño) y susupti  (sueño profundo).

Similarmente se aprecia la marca o  tilak con ceniza, de tres líneas horizontales en la frente de los Shivaistas, representando asimismo el dominio del falso ego o Ahankara (la estructura del sujeto anímico en que se halla sumido el Yo verdadero), maya o la ilusión, y el karma.

En el lila mencionado del Samudra-manthan , surge un avatar femenino de Vishnu, Mohini Murti, quien parece favorecer a los Devas para beban el elixir y no los Daityas, danzando frente a ellos y confundiéndolos.

No obstante, Rahu (figura considerada nefasta a nivel astrológico, igual que su extensión Ketu) logra beber el amrita., Al día de hoy existe cierta secta de seguidores de Rahu, quienes visten de negro, y conocen fórmulas mántricas  para evitar la influencia astrológica nefasta de Rahu y Ketu, y por otro lado obtener los siddhis o poderes místicos que les permitan ser tan poderosos como el propio Rahu o Ketu.

Y acotemos que Rahu y Ketu se consideran en astrología védica como «la cabeza y la cola del dragón», que portan el amrita, por lo que se comprende el dominio de la shakti que esto significa.

Más si pareciera que Mohini Murti mostró parcialidad a los Devas, una manifestación suya, Mohini de Patala, permanece siempre con los Daityas en el Bilasvarga o mundo subterráneo.

Respecto a Kali,  similarmente que en el caso de  Shiva, tenemos referencias shastricas de Puranas y Agamas, que  se hallaba antes de la manifestación de este mundo, y anterior a todos los Devas. De allí la preeminencia que se le da a la Diosa Kali, que trae terror al alma, y auxilio al espíritu.

Sus adeptos iniciados, son místicamente decapitados por la Diosa, pasando sus cabezas a integrar y decorar su collar de cráneos.

En esta «decapitación» subyace la iniciación en que la Diosa confiere la liberación del aspecto reptil arcaico, que se halla oculto en el propio cerebro.

Y así como Kali y Shiva, tenemos luego a Ganesha, Deva con cabeza de elefante  y Dios de la sabiduría, que es mencionado en «El misterio de Belicena Villca» como «niño de piedra».

Ciertamente, de la unión alquímica del Purusha y su shakti o Vril ,  es decir de Shiva y Kali como prototipos de la pareja original, surge o se genera el niño de piedra, y el hombre de piedra!

Además de Shiva, Sukracharya, el gurú de los Daityas, es también representativo de Lucifer, dada su regencia de Venus, así como la oposición a los Devas, en alineamiento con los Daityas.,Y Sukracharya responde en jerarquía a Shiva, el místico supremo.

En «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea», Tomo Vlll , -La «tipología aberro» de la ética noológica-  se menciona en un gráfico una correspondencia entre los cuatro  Varnas o clases sociales de la India, con diferentes categorías.

Así, se equiparan a Rishis (grandes sabios de la antigua India mencionados en los Puranas) como Siddhas, y a  ciertos Gurús como Viryas despiertos.

Luego los brahmanes, la casta sacerdotal , se encuadran en la actitud sacralizante, en tanto los kshatriyas como guerreros, bajo la Actitud Graciosa Luciférica.

Los Vaishyas (la clase comerciante y agrícola) bajo la tipología lúdica, y los shudras (clase obrera) identificados bajo la condición de Pasú.

Más allá de esta descripción general  que Nimrod de Rosario brinda brillantemente, debe acotarse que en el Kali yuga el sistema de Varnashram (clases sociales y órdenes de vida) se halla sumamente degradado, por lo que puede quizá un shudra nacer en familia de brahmanes, o un ksatriya en una familia de vaishyas, o un brahman en familia de kshatriyas, etc. Así, el nacimiento en el Kali yuga no es determinante del varna o clase social a que la persona pertenece, sino su adhikar o calificación, en función del tipo de gunas o cualidades que la persona manifieste.

No obstante esto, la clase sacerdotal de brahmanes, en alianza con la sinarquía, manipuló esta cuestión en su favor, para establecer que el mero nacimiento en una casta superior como brahman, era determinante de la superioridad sobre las otras clases sociales.

Al mismo tiempo, al no considerar la naturaleza y cualidades de la persona, sino su nacimiento en tal o cual gotra o familia , la sinarquía  en su vertiente brahmánica  creó un desorden caótico ,fomentando la degradación y confusión , y perdiéndose los valores kshatriyas de antaño.

Por otra parte, los brahmanes se adjudicaron el monopolio de los Vedas y shastras, deteniéndose muchas veces en el aspecto meramente formal y ritualístico, filtrando así el acceso al conocimiento iniciático.

Y para quienes mantuvieran cierta inclinación al jñana o conocimiento ,el brahmanismo instituyó un predominio del Vedanta en su vertiente monista, exponiendo como meta de la vida, la fusión con el Uno. (Sayujya mukti).

Bajo la perspectiva de esta escuela, se confunde más, sosteniendo que todos los Devas se hallan al mismo nivel ,siendo manifestaciones del Nirguna brahma, o brahman informe.

Luego, además de los Varnas o clases sociales mencionados (brahmanes, kshatriyas, vaishyas y shudras), el sistema védico contempla cuatro ashrams (sistema Varna-Ashram) o estados de vida: Brahmachari (estudiante celibe), grihastha (jefe de familia o llevando vida familiar), vanaprastha  (retirado de la vida de familia,incluso junto a la esposa, más llevando una vida retirada en el bosque), y sannyasi  (renunciante).

Las cuatro secciones de los Vedas (Samhita,Brahmana , Aranyaka y Upanishad) están destinadas a cada uno de estos ashrams u órdenes de vida.

Y como bien menciona Nimrod de Rosario en «El misterio de Belicena Villca», tanto el monacato occidental, como las comunidades de vratyas y munis (ascetas y anacoretas ) de la India, se mantuvieron bajo un control sinárquico, con interesantes paralelos en cuanto a una similar  forma de vida disciplinada y regulada de tipo monástico, con las mismas directivas.

Esto se debe a que tanto sacerdotes benedictinos golen occidentales, como algunos brahmanes y monjes budistas, estaban alineados con la fraternidad blanca de Chang Shambalá.

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El misterio Hiperbóreo del Bhagavad Gita

Por Christian C.

En «El misterio de Belicena Villca», Nimrod de Rosario cita textualmente el antiguo texto hinduista Bhagavad Gita.

Los slokas o versos citados del Bhagavad Gita, permiten apreciar que Nimrod de Rosario consultó la versión de Bhaktivedanta Swami Prabhupada, «El Bhagavad Gita Tal como es».

Aunque los términos traducidos del sánscrito por Swami Prabhupada, puedan en algunos casos suscitar cierta polémica, dudas o confusión, cuando se comparan con la Sabiduría Hiperbórea, trataremos en los casos citados de dar la precisión más exacta, revisando el texto, y aportando su significado desde lo Hiperbóreo.

Y tomamos en cuenta esta versión del Bhagavad Gita, la de Swami Prabhupada,»El Bhagavad Gita Tal como es «, dado que fue la versión consultada y reconocida por Nimrod de Rosario, cuando debió citar extractos del Gita en «El misterio de Belicena Villca», dándole al texto algunos pequeños retoques y comentarios con la orientación hiperbórea necesaria, en el contexto de la novela mágica.

Ante todo, debe contextualizarse el texto Bhagavad Gita, como parte del Mahabharata, épica que junto con el Ramayana, conforma buena parte del legado milenario de la antigua India.

Efectivamente, el Bhagavad Gita, se halla en la sección Bhishma Parva del Mahabharata, y su narrativa refiere un episodio que tuvo lugar en un campo de batalla, Kurukshetra, donde se hallan enfrentados dispuestos a combatir, el ejército de los Pándavas (entre los cuales se halla Arjuna, con quien Krishna mantiene todo el diálogo del Bhagavad Gita) y el ejército de los Kauravas, que injustamente y faltando al Dharma, habían usurpado el trono y territorio que legítimamente correspondía a Yudhistira, el mayor de los cinco hermanos Pándavas.

El Bhagavad Gita comienza cuando el rey Dhritarashtra, padre de los Kauravas, pregunta a su asistente Sanjaya :

» ¡Oh, Sañjaya!, ¿qué hicieron mis hijos y los hijos de Pandu después de reunirse en el lugar de peregrinaje de Kuruksetra con deseos de pelear?»

BG 2.1

Sanjaya era ciego de nacimiento, más poseía el siddhi o poder místico de la visión remota interna, lo cual le permitió ver y escuchar todo cuanto acontecía en Kurukshetra, relatándole esto a Dhritarashtra. Y así es como, la escena se traslada al medio de ambos ejércitos, donde se hallan en una cuadriga o carruaje, Krishna y Arjuna.

Arjuna, flaquea y se siente abatido anímicamente frente a la expectativa de luchar con sus propios parientes que se hallan en el bando enemigo, frente a lo cual Krishna procede a instruirlo en el conocimiento trascendental, para que Arjuna desempeñe su dharma o deber como Ksatriya, posicionándose desde la comprensión del espíritu eterno, increado e indestructible, y desempeñando su función combatiendo, sin apego al resultado de la acción (karma yoga).

El término sánscrito que alude al espíritu «atma» o «atman», puede dependiendo el contexto aludir también al cuerpo, a la mente, y al alma.Se hace necesario aclarar esto para evitar confusiones, ya que «Atma» puede ser utilizado en varios contextos distintos.

Similarmente un error muy común en quienes no están familiarizados con el hinduismo, es confundir brahma (el Deva Brahma) con brahman, o la sustancia espiritual, dado que «brahma» también dependiendo del contexto se usa en ambos casos. Más debe distinguirse entre brahma como espíritu, de Brahma como Demiurgo creador de este mundo, más precisamente Brahmadev.

En «El misterio de Belicena Villca» se comenta lo siguiente en relación al Demiurgo:

«Este es quien ordena el caos y se difunde panteísticamente en todo el Universo (es El también el Brahma hindú

o el Alá árabe, etc., tomadas estas denominaciones en su acepción religiosa

exotérica).»

Nótese aquí que cuando se alude al concepto como Demiurgo del «Brahma hindú», se dice que esto es bajo una «acepción religiosa exotérica». Es decir, no desde el conocimiento iniciático, ya que este término puede tener también otras connotaciones muy distintas.

A este punto resulta conveniente citar el extracto de la novela mágica, donde tiene lugar la exposición referida al Bhagavad Gita:

«Recuerdo un día –prosiguió tío Kurt– en que me encontraba leyendo el

Bhagavad-Ghita, escrito védico perteneciente a la gran epopeya del

Mahabarata, guerra mítica que envolvió en la lucha a hombres, Angeles y Dioses

y de cuyo recuerdo los antiguos arios de la India escribieron y recopilaron.

El Ghita trata sobre la batalla que debe librar el héroe Arjuna para

recuperar el trono, usurpado por su primo. Arjuna es un miembro de la casta

guerrera o sea un Kshatriya y junto a él se encuentra Sri Krishna, encarnación

del Dios Vishnu.

En la primera parte llamada “El pesar de Arjuna”, Arjuna se desplaza con

su carro frente al ejército enemigo comprobando que junto con su primo se han

alineado gran parte de sus parientes y amigos:

26. – Entonces, Arjuna vio allí a sus tíos, tíos-abuelos, instructores, tíos

maternos, sobrinos, sobrinos-nietos, suegros, amigos y Camaradas.

27. – Viendo a los parientes y amigos reunidos allí, Arjuna sintió gran

compasión y muy apesadumbrado, dijo lo siguiente:

28. – 30. –Dijo Arjuna:

¡Oh Krishna!, viendo a esos parientes deseosos de pelear, me fallan los

miembros del cuerpo, mi boca está seca, estoy temblando, el cuerpo se me

estremece, mi piel arde, no puedo sostener el arco. No puedo estar de pie, mi

mente está en un torbellino. ¡Oh Sri Krishna!, veo signos de mal agüero.

31. – 34. –No veo qué bien puedo lograr, matando a mis parientes en la

guerra. ¡Oh Krishna!, Yo no deseo la victoria, ni la soberanía, ni los placeres. ¡Oh

Govinda! ¿de qué nos servirían la soberanía, los placeres, aún la vida misma,

cuando mis instructores, tíos, hijos, tíos-abuelos, tíos maternos, suegros, nietos,

cuñados y demás parientes para quienes deseamos esas felicidades, están

reunidos aquí para luchar, habiendo renunciado a sus bienes, y aún a sus vidas?

35. –¡Oh Madhusudana ! (Krishna) aunque ellos me maten, Yo no quiero

matarlos, ni para reinar en este Mundo, ni para la soberanía de los tres Mundos.

36. – 37. –¡Oh Yanardana ! (Krishna) ¿qué placer tendríamos matando a

los Dharta-Rashtras ? Sería un acto pecaminoso matar a esos agresores. Por

eso, no debemos destruir a nuestros parientes, los Dharta-Rashtras. ¡Oh

Madhaya ! (Krishna) ¿cómo podríamos ser felices, matando a nuestros propios

parientes?

38. – 39. –Aunque ellos, con la mente dominada por la codicia, no ven

ningún mal en destruir a los parientes, ni pecado en ser hostiles a los amigos,

¿por qué ¡Oh Yanardana !, nosotros que vemos el gran mal que nace de la

destrucción de los parientes, no desistimos de cometer ese pecado?

47. –Diciendo esto Arjuna tiró su arco y flechas y, con el corazón muy

dolorido, quedó sentado en su carro.

En la segunda parte del Ghita, llamada “El Sendero del Discernimiento”,

Sri Krishna responde a las inquietantes y angustiosas preguntas de Arjuna.

1. –A él (Arjuna) que estaba así abatido por el pesar y la compasión, con

los ojos llenos de lágrimas y con la mente confusa, Madhusudana (Krishna) dijo

lo siguiente:

2. –Dijo el Bendito Señor:

En este momento crítico, ¡Oh Arjuna! ¿de dónde te viene esa indigna

debilidad no aria, abyecta y contraria al logro de la vida celestial?

3. –No te portes como un eunuco ¡Oh Partha!; eso es indigno de ti; echa

lejos esa debilidad de corazón y yérguete, Oh fulminador de los enemigos!

A continuación Sri Krishna aconseja a Arjuna seguir el “Sendero de la

Acción” (o Karma yoga) y cumplir con su Dharma, o sea con el destino del Kshatriya que es presentar batalla y combatir por la justicia sin preocuparse (a

priori) por el resultado de la batalla, ni por la suerte del enemigo (aunque sean

parientes y amigos).

31. –Considerando tu deber, tampoco deberías vacilar, porque para un

Kshatriya no hay mejor suerte que luchar por una causa justa.

32. –¡Oh Partha! (Arjuna), son realmente afortunados aquellos Kshatriyas

a quienes se les presenta la oportunidad de luchar en una guerra semejante, que

les abre las puertas del Cielo.

33. –Pero, si tú no peleas en esta guerra justa no responderás a tu

reputación, faltarás a tu deber y cometerás un pecado.

Esto debe ser así, dice Sri Krishna, porque la realidad es Maya, ilusión, y

el “enfrentamiento” es circunstancial, sólo perceptible para el que se siente

“enfrentado”. En un plano superior, espiritual, las oposiciones están resueltas, los

enfrentamientos son pura ilusión. El Espíritu no puede matar ni morir, por eso

dice Sri Krishna:

19. –Aquél que piensa que este Ser (Espíritu) mata y aquel que piensa

este Ser es muerto, los dos son ignorantes. El Ser no mata ni muere.

20. –El Ser no nace, ni muere, ni se reencarna; no tiene principio; es

Eterno, inmutable, el primero de todos, y no muere cuando matan el cuerpo.

21. –Aquél que sabe que el ser es imperecedero, Eterno, sin nacimiento e

inmutable ¿cómo puede matar o ser muerto?

22. –Como uno deja sus vestidos gastados o se pone otros nuevos, así el

Ser corpóreo, deja su cuerpo gastado y entra en otros nuevos.

23. –Las armas no lo cortan, el fuego no lo quema, el agua no lo moja y el

viento no lo seca.

24. –A este Ser no se le puede cortar, ni quemar, ni mojar, ni secar; es

Eterno, omnipresente, estable e incambiable; sabiendo que es así no debes

lamentarte.

26. – 27. –Pero, ¡Oh tú, de brazos poderosos! si piensas que este Ser

siempre nace y muere, aún así no debes afligirte por él; porque lo que nace,

muere y lo que muere renace con seguridad. Por lo tanto, no debes sufrir por

lo inevitable.

Sólo cuenta entonces afrontar el conflicto siguiendo el “Sendero de la

Acción”, enfrentando al opuesto y cumpliendo con el Dharma. “No temas matar,

–dice Sri Krishna–, ellos ya están muertos en mí”.

Estaba Yo meditando sobre el precedente párrafo del Ghita, en las

extraordinarias implicancias morales que surgen de este antiquísimo texto

indoario cuando “escuché” nuevamente la Voz:

–No debes engañarte por el significado superficial de los conceptos, Oh

Kurt, hombre de Sangre Pura. El mensaje de Krishna está dirigido a las dos

naturalezas de Arjuna, la anímica y la espiritual. A su parte anímica, a su

naturaleza de animal-hombre, Krishna aconseja continuar con el argumento

dramático en el que está involucrado en razón de su Karma: Arjuna es humano,

está encarnado y vive circunstancias kármicas; debe cumplir el Dharma y

resolver el conflicto de los Arquetipos opuestos; de ese modo realizará la

condena impuesta a priori por los Señores del Karma de Chang Shambalá, la

condena incomprensible de la guerra familiar que pesa sobre su corazón. Pero a

su parte espiritual, a su naturaleza aria-hiperbórea, el Siddha Krishna sugiere

trascender los opuestos, no por medio de su síntesis, cuál podría ser la guerra,

sino situándose en la instancia absoluta del Espíritu Eterno. El Espíritu, “el Ser”,

en efecto, es Eterno o Increado, ajeno a todos los opuestos Creados, que no son

más que Maya, Ilusión. Para el Espíritu no hay vida ni muerte Creada sino

Ilusión y, por lo tanto, no hay pecado ni culpa, no hay deudas que saldar ni

Karma: si la decisión procede del Espíritu, la acción no producirá efecto

posterior sobre Sí Mísmo porque la Ilusión carece de capacidad para actuar

sobre la Realidad del Ser; y esto, cualquiera sea la acción realizada, incluso

matar a los parientes y amigos. Sin embargo el Kshatriya debe cumplir una

condición esencial para que su naturaleza espiritual predomine sobre la parte

anímica o animal: debe endurecer su corazón, debe “echar fuera esa

debilidad no aria”, vale decir, debe despojarse de todo sentimiento

compasivo hacia quienes no son sino actores de un argumento kármico,

pura Ilusión; ellos no existen realmente, no viven, o como dice Krishna “ya

están muertos en mí”. Esta es la Sabiduría de los Señores de Venus de

Agartha: sólo es un verdadero Kshatriya quien posee un corazón duro como

la Piedra y frío como el Hielo; y sólo un Ksahtriya tal puede realizar

cualquier acción, incluso matar, sin que el Karma lo toque. ¡Ese es el Poder,

Oh Kurt, hombre de Sangre Pura, del Kshatriya-Iniciado-Hiperbóreo, el hombre

semidivino que tiene su Espíritu Increado encadenado al Alma Creada.»

Al comienzo del extracto citado, tío Kurt refiere que la guerra del Mahabharata, involucró a «hombres, Ángeles y Dioses».

Situándonos más en contexto, la batalla de Kurukshetra tuvo lugar en una era o Yuga anterior, denominada Dvapara Yuga.

(En «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea, también se menciona este concepto cíclico de 4 yugas, Satya Yuga, Treta Yuga, Dvapara Yuga, y el actual Kali Yuga).

En Dvapara Yuga, al igual que en Yugas anteriores, era común el contacto entre humanos y Devas (Dioses). Y desde ya que tenemos también una categoría de seres celestiales, similares a los «ángeles», denominados Gandharvas, o cantores celestiales, así como por otra parte los temibles y terroríficos rakshasas.

Más también entre «hombres y Dioses» tenemos una categoría intermedia, que es la del «semi dios», nacido del resultado de la unión entre un Deva y una mujer humana.

Tal es el caso de los cinco Pándavas, todos ellos hijos de la reina Kunti (tía de Krishna), y teniendo de padres a Devas celestiales. Todo esto tiene lugar debido a la imposibilidad de Pandu, padre de los Pándavas, de tener hijos debido a una maldición.

Resulta así que Arjuna es hijo nada menos que de Indra, rey celestial de Svargaloka.

Y aquí resulta oportuno mencionar que en otra parte de la novela mágica, en la historia de la princesa Isa, se menciona a Indra como uno de los guerreros alineados con los Siddhas leales:

«Junto a los grandes Héroes del pasado.

Odín, Wothan, y Wiracocha,

Heracles, Indra y Quetzacoatl,

desde el Valhala llegarán cantando,

rodeados de Walkirias primorosas

y música de antaño.

Y Ellos levantarán Ejércitos enormes

de Vivos, Inmortales y Resucitados.»

En la brillante exposición del conocimiento iluminador que Krishna brinda a Arjuna, cabe destacar un concepto sumamente relevante en la Sabiduría Hiperbórea, y es el antiguo concepto en la filosofía de la India, de Maya o la ilusión.

Arjuna debe erguirse como guerrero primero internamente, yendo más allá de las consideraciones materiales relativas al cuerpo, en cuanto la «piedad» por sus supuestos parientes, ya que el Atman o espíritu está más allá de todo lo concerniente a lazos corporales.

Así, actuar bajo la comprensión humana limitante de amigos y parientes, llevando a incumplir el dharma, sería actuar en maya o ilusión.

Esta shakti o energía ilusoria, se despliega, como bien Krishna cita en otra parte del Bhagavad Gita, en tres cualidades o gunas : Satva guna o bondad, raja guna o pasión y tama guna o ignorancia.

Tomemos en cuenta que Arjuna, al igual que sus otros hermanos Pándavas, es no solamente un ksatriya, sino también un Ario, es decir que posee el linaje de valores tales como el honor y el heroísmo, ya implícitos en su propia sangre.

La palabra sánscrita guna significa también «cuerda», y es justamente el lazo o cuerda del encadenamiento a la ilusión. Las tres gunas, el tiempo, y el karma, son los tres aspectos condicionantes del mundo material, de los que hace una extensa exposición Krishna a Arjuna.

Desde ya que actuar por «piedad», dado que en el ejército enemigo se hallaban tíos, primos, etc, sería una consideración desde satva guna o la modalidad de la bondad. Pero, a fin de cuentas, sería actuar bajo la ilusión o maya.

Este es justamente uno de los aspectos clave del condicionamiento material kármico. Qué tanto las buenas como las malas acciones generan sus correspondientes reacciones, condicionando tanto a la felicidad o aflicción de este mundo. A un futuro nacimiento de opulencia y disfrute, o a un nacimiento miserable de infortunio y sufrimiento.

Uno puede elevarse incluso dentro del mundo material a Svarga Loka, o el mundo celestial, teniendo luego que descender a este mundo, Martya Loka (el lugar de la muerte), cuando el mérito piadoso se ha agotado.

Es decir, el desplazamiento en el mundo material a través de los catorce lokas, mundos superiores e inferiores, no permite la liberación de la rueda de nacimientos y muertes, o samsara.

El propio Krishna, citando el Bhagavad Gita, dice:

«Desde el planeta más elevado del mundo material hasta el más bajo de ellos, todos son lugares de sufrimiento en los que ocurre el reiterado proceso del nacimiento y la muerte. Pero aquel que llega a Mi morada, ¡oh, hijo de Kuntī!, nunca vuelve a nacer.»

BG 8.16

Podemos apreciar, que distintas situaciones de vida, de disfrute o sufrimiento, no son más que el resultado de la interacción de las gunas, en distintas formas o variedades, u expresiones arquetípicas.

Luego, en relación al condicionamiento de las gunas, el conocimiento expuesto por Krishna concuerda perfectamente con la Sabiduría Hiperbórea, en cuanto el Yo, como expresión del espíritu, es completamente ajeno al mundo de Maya. Dos slokas del Bhagavad Gita serán suficientes para ilustrar este punto:

«Una persona con conciencia divina, aunque se dedique a ver, oír, tocar, oler, comer, desplazarse, dormir y respirar, siempre sabe para sí que de hecho no hace nada en absoluto, pues mientras habla, evacua, recibe, y abre o cierra los ojos, siempre sabe que solo los sentidos materiales están ocupados con sus objetos, y que ella está apartada de ellos.»

BG. 5/8-9

«El alma espiritual que está confundida por la influencia del ego falso se cree la autora de actividades que en realidad son ejecutadas por las tres modalidades de la naturaleza material.»

BG 3.27

Nótese aquí los términos utilizados: «alma espiritual», y «ego falso». Desde la perspectiva de la Sabiduría Hiperbórea se comprende que se está aludiendo aquí al Yo, principio espiritual eterno, subsumido en el sujeto anímico, o Ahankara, el ego falso.

Esta doble naturaleza, de espiritual y anímica, es lo que caracteriza la naturaleza dual del Virya en este mundo.

Un punto para destacar es que Krishna es mencionado como avatar de Vishnu. 

Este concepto de «avatar» es citado a menudo en la Sabiduría Hiperbórea, y significa en sánscrito «Aquel que desciende»., Entendemos aquí, del mundo del Incognoscible.

Ciertamente, en la tradición hinduista, más allá de sus diferentes vertientes y sectas, Krishna es considerado por lo general como el octavo avatar de Vishnu. Y se trata de un avatar doble, ya que Krishna aparece junto con su hermano Balarama, avatar o encarnación del Naga, o gran serpiente cósmica, Ananta Sesha.

Y dado que Nimrod de Rosario valida la condición de Krishna como Siddha, y el conocimiento que le transmite a Arjuna, resulta indudable, que Vishnu, de quien Krishna se dice es un avatar, remite al Incognoscible.

El significado del nombre Krishna es «Supremamente atractivo», así como desde otra etimología, Krish significa «el repetido ciclo de nacimientos y muertes», y Na significa «El que corta».

Más también otro significado de Krishna, es el de «oscuro» o «negro». Tal vez por su complexión como las nubes cargadas de lluvia, más cierto tinte azulado. Más al respecto, algunos ocultistas de mano izquierda lo han comparado con el sol negro, dada su esencia de radiación oscura.

Existen variados conceptos acerca de Krishna, destacándolo algunos (como la vertiente Gaudiya Vaishnava) incluso por sobre Vishnu.

Más retornemos a Vishnu, de quien se dice por lo general que Krishna es su avatar.

Para una mejor comprensión de este tema o tattva, digamos asimismo que más allá de las disputas y desavenencias entre seguidores de Vishnu (vaishnavas) y seguidores de Shiva (shivaistas), un estudio profundo del shastra, en textos como los Vedas, Puranas, Upanishads, Mahabharata y Ramayana, revela que Shiva se halla asimismo en la condición de Vishnu Tattva, es decir otra manifestación o aspecto al mismo nivel de Vishnu, en el plano del incognoscible.

No resulta por el contrario similar la consideración respecto a Brahmadev, equiparado aquí con el Demiurgo, como creador de este mundo.

Y este es un punto clave de la tradición hinduista, en sus distintas vertientes, que se distingue entre Brahma o el creador de este mundo, y la verdad absoluta, en el mundo increado del Incognoscible.

De hecho, si consultamos el Shiva Purana, encontramos que Shiva en su terrible aspecto de Bhairava, corta una de las cabezas de Brahma, justamente por la pretensión de Brahmadev de ser el Dios primordial, y fuente de todo.

Acorde a los textos puránicos, ha habido otros Brahmas en kalpas anteriores, y de otros universos, lo cual conecta con la idea de que hubo ya otros Demiurgos, así como puede haber otros posteriormente.

Siendo así, Brahmaved puede también, tras un inmenso período incalculable de tiempo, tener su fin o «muerte», pero luego surgir otro Brahmadev, si no en este, en otro universo. Y aquí se entiende más claramente la reflexión que alguna vez comentara Nimrod de Rosario, en cuanto que el Demiurgo es eterno. Ya que la visión de Nimrod de Rosario como Siddha, va más allá del presente kalpa y mundo.

El ámbito o radio de Brahmadev se limita a este mundo, y sus catorce sistemas planetarios, donde rigen el nacimiento y la muerte.

Por el contrario, la morada de Shiva, Kailas, y la morada de Vishnu, Vaikuntha, se hallan referidas como fuera del mundo material, en un ámbito increado y eterno.

De igual modo, cuando se mencionan a los Devas o Dioses, se distingue entre Devas y el ser absoluto, eterno e increado, más allá de todos los Devas.

Siendo el hinduismo sumamente complejo, debe distinguirse entre las verdades metafísicas expresadas en forma filosófica, tal como en el Vedanta Sutra o en los Upanishads, de las mismas verdades expresadas bajo un paradigma mítico-cosmogónico, como aparecen por ej. en los Puranas.

Y en los Puranas particularmente aparece el concepto de «lila», definido a falta de una traducción literal del sánscrito, como «pasatiempo», «juego», o «recreación» de los Dioses.

Concepto este el del lila sumamente relevante para comprender la interacción de los Siddhas, su división en dos bandos y su oposición en diferentes mundos a escala cósmica.

Precisamente una clave de la Sabiduría Hiperbórea cuando se aborda el complejo estudio del hinduismo, es que debe uno tomar en cuenta tanto el tattva como el lila, para ir más allá de lo arquetípico, y no quedar capturado en los símbolos sagrados que tanto aparecen en el hinduismo.

Quedar capturado y fagocitado por algún símbolo sagrado hinduista, puede hacer fracasar al Virya, enmascarando en su comprensión, arquetípicamente al Incognoscible.

Y tanto se puede quedar capturado por un argumento del tattva, una concepción cosmogónico/filosófico/metafísica, como quedar capturado por el mito (lila).

En la historia de Krishna, se aprecia que su nacimiento fue en modo místico, sin nacer del contacto humano entre sus padres Vasudeva y Devaki.

Incluso antes de asumir la forma «terrenal» de un bebé, se les manifestó a sus padres en la forma de cuatro brazos de Vishnu!

Y así como el nacimiento de Krishna ocurrió en forma no humana sino trascendental, de igual modo sus actividades o lilas. De hecho, quien comprende la naturaleza trascendental de estos lilas de Krishna, se libera del condicionamiento material, como el propio Krishna dice.

«¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi aparición y actividades, al abandonar este cuerpo no vuelve a nacer de nuevo en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna.»

B.G 4.9

En el extracto citado del Bhagavad Gita que aparece en la novela mágica, se mencionan distintos nombres de Krishna, tales como Govinda, Madhusudana, Janardana, etc, los cuales remiten a diversos lilas o pasatiempos de Krishna.

Retomando el tema del Mahabharata, que significa «La gran historia de Bharata» (siendo Bharata Varsha el antiguo nombre de la India), encontramos que, al igual que en los Puranas y el Ramayana, aparecen allí los objetos voladores denominados Vimanas, que también refiere Nimrod de Rosario en su obra.

Existe un extraño texto, el Vimanika Shastra, donde se describe la configuración del propio Vimana por dentro, y funcionamiento. Conceptos todos que remiten a la física hiperbórea, en cuanto el dominio de los átomos gravis, permitiendo que estos extraños objetos volantes puedan, sin motor ni combustible (ciencia sinárquica), desplazarse en el espacio y la atmósfera a increíble velocidad, pudiendo incluso cambiar de forma o apariencia.

El Vimanika Shastra fue canalizado por un médium hindú, cuestión que ha dado lugar a los críticos racionalistas para declarar que se trata de una falsificación. 

Más en nuestra consideración, se trata de un ancestral conocimiento canalizado, que fue utilizado en la antigua India, como lo prueban el Mahabharata y el Ramayana.

Aunque se atribuye al místico Subbaraya Shastry, su auténtico origen en época puránica lo remite al Rishi Bharadvaja.

También en estas antiguas épicas se mencionan un tipo de armas denominadas Brahmastras. Es decir, armas que podían activarse por medio de mantras, y dirigirse directamente al blanco u objetivo, sin ser interceptadas ni detenidas por nada.

Estas armas eran tan letales como el láser, y un indicio de su uso en la gran guerra del Mahabharata, es que en época actual se han encontrado vestigios de radioactividad en Kurukshetra!

También había variedad de Brahmastras, desde armas de fuego, agua, aire, etc, con una tecnología hoy día desconocida por la ciencia sinárquica.

Tenemos así por ej. el Narayanastra, Vayuastra, Agniastra, etc.

El propio arco de Arjuna, no era un arco común como uno podría pensar, sino un arco que le fue dado según consta en el Mahabharata a través de Agni y Varuna, arco que al lanzar flechas, disparaba más bien una clase de «misiles» envueltos en llamas! 

Este tipo de armas mágicas siempre existieron, así como las runas que son armas utilizadas por los Viryas, entregadas por Wotan.

Y en época más reciente, otro ejemplo de un arma mágica es el famoso sable del general José de San Martin, que legó luego al gran guerrero Juan Manuel de Rosas. Este sable, dice la tradición oculta, fue fabricado con materiales alquímicos.

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Siendo que Krishna expone estratégicamente a Arjuna distintos senderos de Yoga,tales como karma yoga, jñana yoga, raja yoga y bhakti yoga, mencionando aquí los principales, debe considerarse que al final del Bhagavad Gita, luego de toda la exposición dada, Krishna le dice a Arjuna que deje atrás todas esas consideraciones, que abandone todos los principios relativos al dharma (temas de los que estuvo hablando previamente), y que tan solo lo siga a él, con actitud de entrega, sin temor a las consideraciones kármicas.

Esto recuerda el lazo carismático entre un Siddha y un Virya. En concreto, y parafraseando a Krishna, el Gita dice :

«Abandona todas las variedades de religión (dharma) y tan sólo entrégate a Mí. Yo te liberaré de todas las reacciones pecaminosas. No temas»

BG. 18-66

Aquí cabe acotar que la liberación de las reacciones kármicas atañe tanto a las piadosas como las impías, pero dada la consideración que Krishna le está hablando a Arjuna como ksatriya, utiliza la expresión «reacciones pecaminosas» o «sarva-papebhyo», dado que el Ksatriya es el protector del dharma.

Por último, el Bhagavad Gita concluye cuando Sanjay le dice a Dritharashtra:

«Dondequiera que esté Kṛiṣhṇa, el amo de todos los místicos, y dondequiera que esté Arjuna, el arquero supremo, es seguro que estarán también la opulencia, la victoria, el poder extraordinario y la moralidad. Esa es mi opinión».

BG 18-78

Esta pintura de Krishna y Arjuna se encuentra en la version del Bhagavad Gita de Swami Prabhupada, y aparece tambien reproducida a menor escala grafica en la novela magica, pagina 520, donde se citan los versos del Bhagavad Gita.


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El Principio del Cerco

Por Christian C.

El principio del cerco es uno de los pilares fundamentales de la estrategia Hiperbórea. De hecho, los pueblos del pacto de sangre, aliados de los Siddhas leales, tenían en su modo de vida estratégico tres principios : El principio de la ocupación, el cerco, y la muralla, según se refiere en «El misterio de Belicena Villca».

Ante todo debe tenerse claro que el espacio ocupado es justamente eso, una ocupación al territorio enemigo del Demiurgo, el Valplads o campo de batalla.

Esta consigna debe quedar clara, en contraposición a como el Virya perdido (los pueblos del pacto cultural) se posiciona frente a la tierra, no como una ocupación transitoria, sino como pertenencia. A partir de lo cual se crea una relación simbiótica con la tierra, en que tanto se «posee» la tierra, como la tierra posee al supuesto dueño, debido a la relación de dependencia que se establece.

 En última instancia el Virya perdido resulta fagocitado por el principio de pertenencia.

Luego, la ocupación se establece mediante la delimitación de un cerco, a menudo convencional, pero cuya aplicación fáctica constituye la muralla.

El principio del cerco puede ser aplicado a nivel individual como colectivamente. En rigor de verdad se trata de un principio arquetípico, que toda criatura del mundo, incluso los animales en su territorialidad, emplean.

Más en lo que concierne al principio del cerco como medio de afianzarse en el aislamiento del Yo, debe aplicarse continuamente, ejercitando este principio a modo de análisis y cuestionamiento, para delimitar el propio Yo, fuera de todo contexto axiológico circundante.

En tal sentido, toda situación, impresión, sensación, deseo, etc, que se suscite a partir del Microcosmos, o la estructura psico-física, puede y debe ser sometida al principio del cerco, mediante el posicionamiento y afirmación del propio Yo como ajeno a cualquiera de esos elementos.

La delimitación o demarcación del Yo respecto a todo lo externo al mismo debe ir necesariamente acompañada de la actitud contraria a la puesta de sentido en los entes. Es decir, debe quitarse la puesta de sentido, con lo cual se evita la posterior fagocitación y captura por parte de los símbolos emergentes a la esfera de conciencia, representativos del contexto cultural en la superestructura, con un claro soporte o basamento arquetípico.

Particular importancia y fuerza tienen los «símbolos sagrados», como bien se expone en «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea», ya que poseen la capacidad fagocitante para, enajenando la atención del Yo sumido en el sujeto consciente, iniciar su despliegue entelequial, con la consiguiente captura.

La aplicación del principio del cerco implica una contienda del Yo tanto con los arquetipos estructurados en su psique (copias invertidas de los arquetipos universales), que conforman el inconsciente colectivo personal, como con las premisas culturales preeminentes, agregados culturales que han sido incorporados en la propia estructura cultural interna.

Este posicionamiento del Yo, debe tener la base de un profundo conocimiento gnóstico, y por otro lado, ser capaz de cortar la carga o tensión dramática inherente a los despliegues y actualizaciones de los argumentos arquetípicos. De modo que, a diferencia de la actitud postora de sentido, sea lúdica o sacralizante, las cuales contribuyen a mantener la ilusión del drama vivido, el Yo debe exhibir una actidud graciosa luciférica, capaz de sobreponerse a cualquier pesada carga dramática en el argumento emergente.

Debe decirse claramente, que el principio del cerco resulta exitoso, quitando la puesta de sentido, mediante la actitud graciosa luciférica, y esencialmente, posicionándose en la frialdad de la sangre hiperbórea de reptil.

Esa es la clave para lograr el continuo aislamiento del Yo, hasta finalmente quedar rúnicamente cercado, y fuera del ámbito ilusorio del mundo demiúrgico.

Más hasta que esto ocurre, una auténtica guerra o contienda se libra entre el Virya y las fuerzas demiúrgicas, expresadas estas mediante los «símbolos sagrados».

Estos símbolos sagrados pueden revestir diversas formas, no siendo necesariamente religiosos. Sino que por «sagrado» se entiende aquí todo símbolo emergente con la capacidad de generar tal fascinosum, que el Yo quede fagocitado, restándole su fuerza volitiva.

Así un símbolo sagrado puede ser religioso, político, un equipo de futbol, una banda de rock o cantante, determinada ideología, etc, etc.

El Virya debe igualmente ser precavido en cuanto no quedar capturado en un argumento arquetípico de índole política, como muchas veces ocurre, ni tampoco el endiosamiento de ninguna figura histórica líder, más allá del obvio reconocimiento carismático que pudiera tener, incluso cuando en ocasiones pueda tal líder estar alineado con una estrategia hiperbórea colectiva.

El posicionamiento o alineamiento ideológico, puede ser funcional a determinada estrategia y objetivos, más fuera de eso, el único objetivo real del Virya debe ser la comprensión noológica de la serpiente con el signo del Origen, y ser libre nuevamente en el Origen. Comprendiendo al igual que los Cátaros, que todas las situaciones de este mundo, sean del bien o del mal, como comunmente se les denomina, no son más que variaciones de la gran ilusión.

En «El misterio de Belicena Villca» se explicita precisamente este punto como sigue:

«Y a los Cátaros, que saben que el Mal

puede triunfar sobre el Bien en la Tierra, ello los tiene sin cuidado pues en

todo caso sólo se trata de variaciones de la Ilusión: para los Hombres Puros, la

única realidad es el Espíritu; y esa Verdad significa el definitivo y absoluto triunfo

del Bien sobre el Mal, vale decir, la Permanencia Eterna de la Realidad del

Espíritu y la Disolución Final de la Ilusión del Mundo Material.»

Así un Virya orientado no debe quedar prisionero de determinado argumento socio-político en una determinada época y psico-región, ni considerar el éxito o el fracaso en términos de victoria o derrota.

Tampoco el culto a determinado líder carismático, ya que se caería entonces en una actitud sacralizante, más propia del Virya perdido. Sino más bien llegar a la propia condición de un Siddha o Dios/Diosa.

De igual modo no se debe quedar capturado por el argumento de determinado mito o figura mítica, aunque pueda utilizarse siendo funcional para la propia orientación y estrategia.

Debe quedar claro, que incluso tras todo hecho cultural de la índole que fuere, político, religioso, social, de animación, etc, se halla una emergencia arquetípica, que tiene incluso la matriz de un mito. Esa matriz puede desplegarse con tal fuerza, en distintos grados de actualización en su emergencia, que capture al Yo mediante su réplica del símbolo sagrado.

Y detrás de todo arquetipo, se halla el Demiurgo.

Un argumento en el que muchos Viryas caen es que en vez de trabajar en su propio despertar y orientación, aguardar el retorno a modo de «segunda venida»de tal o cual lider carismático, esperando que así todo se resuelva. Situación que en algún momentum o kairós apropiado puede darse, pero no es en lo que un Virya debe focalizarse o estar pendiente, sino en su propia estrategia de liberación.

Y similarmente, el error de considerar o equiparar la «batalla final» (batalla que todo Virya eventualmente deberá librar con el Demiurgo y sus acólitos arcontes) con un hecho cultural del que se aguarda su emergencia.

La batalla final entre los Siddhas, de uno y otro bando, será librada donde se suscitó u originó la división y desacuerdo. Es decir, en el propio Origen tras haber entrado a este mundo por la puerta de Venus.

El Virya desorientado, que equipara la batalla final en relación a tal o cual situación socio-política, estados en guerra, etc, no hace más que proyectarse a futuro en el tiempo, que es justamente lo contrario de orientarse en sentido inverso al Origen. No es en Cronos, o bajo el factor del tiempo fluyente demiúrgico, donde se librará la batalla final entre Siddhas, sino en una instancia anterior al tiempo, a la que todo Virya debe orientarse. Desde ya, que semejante acontecimiento, tiene repercusiones en los variados espacios de significación demiúrgicos, o mundos de ilusión, incluyendo especialmente el presente mundo, elegido como sitio de protagonismo por los Siddhas, debido al valor exhibido por la Casa de Tharsis.

 Y los Siddhas intervienen también a menudo en el mundo, directa o indirectamente, cambiando el curso de los acontecimientos culturales e históricos, en contraposición al desarrollo entelequial previsto. Pero no es desde este plano donde se origina tal movimiento extrauniversal de ruptura, que desencadenará la batalla final.

De igual modo, desde la mística hiperbórea, a partir de la sangre pura de Tharsis, todo iniciado hiperbóreo comprende la mística de la guerra esencial entre el espíritu y la materia. Pero muy distinto, y fuera del principio del cerco, resulta la actitud de sacralizar la guerra, argumento en que muchos Viryas caen, quedando prisioneros también de lo arquetípico.

El principio del cerco es análogo en cierto modo a la práctica o sadhana de Neti Neti, según los Vedantistas, en cuanto la negación de todo como ilusorio, excepto el propio ser real, eterno e inmutable.

Por supuesto, tales vedantistas se hallan desorientados, en cuanto que consideran en última instancia la individualidad como maya o ilusión ( Al menos los Vedantistas seguidores de Shankaracharya, no así otras escuelas de Vedanta como la de Ramanuja o Madhva, con las que algunos puntos pueden concordarse).

Más el método vedantista se halla aplicado justamente a ser uno aislado de la ilusión, mediante la continua negación o rechazo, o Neti Neti.

Existe un complejo proceso de condicionamiento y captura, que comienza con la misma percepción, cuando el Virya se halla dormido o no consciente del proceso mecánico que se opera, entre el objeto conocido y el sujeto cognoscente, en el que se halla sumido el Yo perdido.

Así, similar al concepto budista del nexo causal duodecuplo, tenemos que la percepción genera sensación, la sensación deviene en deseo, el deseo en apego, el apego condiciona a la existencia material y al renacimiento, con las miserias consecuentes de enfermedad, vejez y muerte, inherentes a este mundo, siempre pleno de miserias, temporal e insubstancial.

Mas si en la misma percepción, se halla la atención consciente del Yo, aplicando el principio del cerco, entonces más allá de la experiencia inmediata, el Yo no es llevado mecánicamente en todo el proceso absorbente.

También a nivel colectivo se emplea el principio del cerco, siendo que los Siddhas logran en ocasiones mediante la estrategia O, y la influencia luciferina del Gral, despertar a determinados líderes carismáticos, que aplicarán colectivamente el principio del cerco, en aras de una eventual mutación colectiva.

En otros casos, los líderes pueden no estar despiertos, pero si ser inspirados inconscientemente, sin saberlo, a aplicar en determinadas configuraciones socio-políticas y económicas el principio del cerco.

Ciertamente este principio a nivel colectivo es justamente lo opuesto a la tendencia actual globalizante sinárquica.

También resulta esencial el principio del cerco en la técnica arquemónica. Ya que la delimitación y cercado de un área es la base, para luego mediante la proyección del signo del Origen, indeterminar el cerco, tornándolo infinito, y su espacio interior deviene en una plaza liberada, libre de la influencia demiúrgica.

Como práctica individual, un Virya puede en cada acción cotidiana aplicar el principio del cerco. El hambre, sed, cansancio, sueño, tal o cual situación, etc, pueden someterse a la pregunta : Esto atañe a mi, el Yo, o al cuerpo, la estructura psíquica, etc.?

Una valiosa fórmula que puede ayudar en esta práctica, es la que presenta el profesor Herrou Aragón, en su libro «La religión prohibida»:

 “Quiero separarme del dios creador y de su creación. Quiero separarme de la materia y del tiempo, quiero separarme de mi cuerpo y de mi alma, quiero unirme a mi Espíritu, quiero que se libere mi Espíritu, quiero ser mi Espíritu, yo soy mi Espíritu.”

A lo que puede agregarse también, «Quiero ser frío como un reptil», para así desde la sangre fría, aplicar con exito el principio del cerco.

De otro modo, cuando en ocasiones la tensión dramática es superior o más fuerte a la actitud graciosa luciférica, el cerco del Virya se rompe, debiendo ejercitarse esto una y otra vez, hasta finalmente quedar efectivamente aislado.

Otro ejercicio que puede hacerse es tomar por ej. el gráfico de la runa Odal que aquí se incluye, de trazo blanco y fondo negro.

Se debe focalizar la atención concentrada en el centro de la runa, donde se halla la plaza tau, delimitada gráficamente por la forma romboidal que se aprecia en la runa.

Puede incluso ejercitarse a oscuras, donde será apreciable el color blanco de la runa Odal, en tanto uno concentra su atención en el interior negro del centro de la runa.

Luego de unos minutos, se puede retornar al ámbito usual circundante, mirando inmediatamente cualquier objeto, que quedará entonces cercado por la runa, contenido dentro, donde uno ha focalizado la atención.

Gradualmente, por introyección diaria, el Virya será capaz de proyectar la runa Odal, incluso sin haberla visto dibujada, con lo cual su propio mirar será gnóstico, cercando todo cuanto mire proyectando la runa Odal.

Esta es una forma, para ejercitar el principio del cerco, utilizando aquí la runa aislante Odal, que puede ir acompañada del principio del cerco en forma de cuestionamiento constante, según lo antes indicado.

Al igual que los libros de Agartha, sistemas reales artificiales creados por los Siddhas leales, que se hallan sellados con runas para evitar la innecesaria intromisión demiúrgica , de igual modo la obra «El misterio de Belicena Villca», funciona como «novela mágica», más debe tenerse en cuanta que también el Pontífice, Nimrod de Rosario, dispuso determinados símbolos hiperbóreos a modo de tapasignos, tanto en la tapa, como en la contratapa.

Así se aprecia la espada de Tharsis en la tapa, y el escudo de Tharsis en su contratapa, no siendo esto arbitrario o caprichoso. Sino que muy por el contrario, estos símbolos hiperbóreos custodian y sellan el contenido iniciático del libro. Y es a través de ellos, de la espada y escudo de Tharis, como un Virya puede acceder gnóstica o iniciáticamente al misterio de la casa de Tharsis.

Este es un ejemplo muy concreto de como el Pontífice Nimrod de Rosario, aplicó el principio del cerco, en aras de crear un sistema real artificial, en que efectuó un informe bajo el formato literario de novela, resignificando la historia oficial, desde la Sabiduría Hiperbórea.

No se pretende aquí menospreciar ni invalidar en absoluto la buena intención de muchos Viryas hiperbóreos, que han difundido ampliamente la novela mágica editándola bajo otros formatos, lo cual tiene un alto reconocimiento debido a la difusión lograda, más al no respetar la decisión del Pontífice en cuanto a los símbolos/tapasignos que debían mantener la tapa y contratapa, no se ofrece el mismo abordaje iniciático.

Desde ya que, a nivel estratégico, resulta válido y apreciable cualquier intento de difusión de la novela mágica, y así es como Rosalía Taglialavore, Vraya hiperbórea, y madre de Nimrod de Rosario, dio la venia a algunos Viryas frente a sus buenas intenciones creativas en cuanto promover la difusión de la obra de Nimrod, bajo otros formatos de edición.

Más debe esto precisarse en forma clara para especificar como proyectó su estrategia el Pontífice, desde su condición de Siddha.

Por supuesto que el contenido del libro es el mismo, y muchos Viryas pueden despertar con su lectura, incluso leyéndolo en formato digital, o en cualquier edición.

 Pero insistimos nuevamente, en que tales símbolos hiperbóreos de la casa de Tharsis dispuestos por el Pontífice en «El misterio de Belicena Villca» conforman una llave iniciática, para un rápido y efectivo despertar gnóstico luciferino.

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Acerca de Drácula y los hombres lobo

Por Christian C.

Además de la versión oficial de «Drácula» publicada en 1897, han circulado otras versiones a partir de la obra original, con notables diferencias, publicadas en vida de Bram Stoker!

Debe ante todo mencionarse que el acuerdo editorial de Bram Stoker en la edición original de 1897, con su editor Archibald Constable, mantenía cierta licencia en favor de Bram Stoker.

Citando textualmente:

«no incluye ningún otro lugar o país aparte del Reino Unido de Gran Bretaña, Irlanda y las Posesiones Británicas (con la excepción de Canadá) y el mencionado Autor tendrá libertad para negociar con otros distintos a los citados Editores la publicación de dicha obra…»

Hubo así una publicación de la obra «Drácula» pocos años después, lanzada en tiras de un periódico sueco, manteniendo grandes diferencias de la versión original. Y de esta edición en sueco, Valdimar Asmudsson realizó una traducción al islandés, publicándose originalmente también en un periódico, y posteriormente, en 1901 en formato de libro, como Makt Myrkranna o «Los poderes de la oscuridad».

Estas diferencias en la historia se basan en distintos borradores que Stoker escribió, antes de la publicación original, según consta y es verificado por las indagaciones de su sobrino bisnieto Dacre Stoker.

Y encontramos en Makt Myrkranna, «Los poderes de la oscuridad», valiosas claves iniciáticas, que complementan el «Drácula» de 1897., Incluso cuestiones, que en la Inglaterra victoriana no eran prudentes publicar, más en la versión islandesa no existía esta restricción, siendo incluso una novela marcadamente érotica.

Además de estas versiones, luego de la muerte de Bram Stoker, su viuda, Florence Stoker publica en formato de libro a partir de un escrito de su fallecido esposo, «El huesped de Drácula», en 1914., Según Florence Stoker, esta parte había sido omitida originalmente para no hacer demasiado extenso el libro., Más lo cierto es que no son más de 20 páginas, lo que llama la atención, y nuevamente aparecen aquí más claves ocultas respecto a Drácula!.

Tenemos así (más allá también de cierta traducción al húngaro, también con diferencias, publicada en 1898) 3 publicaciones en las que se basa la presente investigación. «Drácula» publicado en 1897, Makt Myrkranna o «Los poderes de la oscuridad», publicado en 1901, y «El huesped de Drácula», publicado en 1914. Y es a partir de estos tres textos, que puede ir recomponiéndose el puzzle, al menos en buena parte, del misterio de Drácula.

Curiosamente, antes de ser publicado «Makt Mykranna» como libro, en la edición que iba lanzándose en el periódico islandés Fjallkonan, encontramos en el prefacio la siguiente e inquietante declaración con énfasis en cursiva:

«Estoy totalmente convencido de que los acontecimientos aquí descritos tuvieron realmente lugar, por muy increíbles e incomprensibles que puedan parecer si se comparan con experiencias más comunes. Y estoy aún más convencido de que deben permanecer incomprensibles hasta cierto punto, si bien no es inconcebible que los continuos avances en psicología y en ciencias naturales puedan de repente proporcionar explicaciones lógicas para estos y otros acontecimientos igualmente extraños, que, hasta el presente, ni los científicos ni la policía secreta han sido capaces de comprender.»

Una muy importante clave iniciática nos brinda Bram Stoker en «Drácula» cuando se refiere que el conde conduce a su visitante Harker dentro del castillo al cuarto de hospedaje. Se nos dice que atraviesan un «cuarto octogonal», sin ninguna ventana, e iluminado únicamente por una lampara.

Deteniéndonos aquí un momento, apreciemos el simbolismo velado del octógono, tan caro a la sabiduría Hiperbórea, y la «única lámpara» alli presente, que connota la luz de la Gnosis oculta, Lux-fer.

Más, en la otra versión de Drácula, «Makt Myrkranna», Harker encuentra en el cuarto octogonal una salida secreta, que se abre mediante un botón triangular disimulado en el suelo, accediendo así a un pasadizo y tunel oculto.

La similitud con la anilla disimulada en la celda de «La analogía del yo prisionero» que nos brinda Nimrod de Rosario, es por demás evidente.

Por otra parte, la forma triangular del botón oculto, alude en clave Kaula al Yoni, o principio femenino, entendiéndose así la necesidad de Lilith, la Diosa del Origen, para el tránsito efectivo hacia el Origen y el Selbst.

Y otra importante clave aparece cuando Harker debe descender a la cripta subterránea donde se halla el sarcófago de Drácula.

Entendemos que esta escena figura también el descenso iniciático a las profundidades oscuras que todo ocultista debe emprender, para acceder a los misterios de la muerte, aquí representada en la figura del vampiro.

Más lo novedoso además de esto, es la escalera caracol por la que debe transitar. Y esta es otra clave o guiño ,alusiva a la escalera caracol que todo iniciado hiperbóreo debe crear mediante su facultad de anamnesia.

Debe destacarse el vínculo entre Drácula y el reptil ,que resulta muy explícito ya en la versión original de 1897. En la escena por ej. en que Harker observa por una ventana al conde deslizarse a través del muro arrastrándose en forma descendente, y con el efecto visual que su manto semejaba como alas, la descripción literal es muy clara al respecto:

«Vi cómo los dedos de las manos y de los pies se sujetaban de las esquinas de las piedras, desgastadas claramente de la argamasa por el paso de los años, y así usando cada proyección y desigualdad, se movían hacia abajo a una considerable velocidad, de la misma manera en que una lagartija camina por las paredes.»

Otra figura comparativa que se utiliza en la misma obra con relación a lo ofídico, parece en la escena en que Harker encuentra oculto en el castillo el sarcófago donde descansa Drácula, y levantando la tapa, le asesta un golpe con una pala en el rostro , luego de lo cual se dice :

«Pero al hacerlo así, la cabeza se volvió y los ojos recayeron sobre mí con todo su brillo de horrendo basilisco»

La anterior comparación utilizada de la lagartija, insinúa o deja entre líneas la naturaleza reptiloide de Drácula, pero en esta nueva referencia apuntada, el brillo de sus ojos es descripto como el del basilisco. Brillo de su mirada, que es percibida por un mortal como «horrendo», ya que resulta insoportable, siendo brillo ocular ofídico ,luciferino.

Además del reptil, es muy acentuada la figura del lobo en relación al vampiro. Y desde ya, considerando en el caso de Drácula la expresión de un Siddha bajo el aspecto de vampiro, de igual modo el lobo aquí referido atañe a una matriz extremadamente oblicua del designio lobo, donde hallamos de hecho al hombre lobo.

El propio Drácula comenta el vínculo que tradicionalmente se ha establecido entre su linaje y los hombres lobo:

«Nosotros los escequelios tenemos derecho a estar orgullosos, pues por
nuestras venas circula la sangre de muchas razas bravías que pelearon como
pelean los leones por su señorío. Aquí, en el torbellino de las razas europeas,
la tribu ugric trajo desde Islandia el espíritu de lucha que Thor y Wodin les
habían dado, y cuyos bersequers demostraron tan clara e intensamente en las
costas de Europa (¿qué digo?, y de Asia y de África también) que la misma
gente creyó que habían llegado los propios hombres-lobos. »

Nótese que además de la expresión terrible del hombre lobo, se menciona el espiritu de lucha de Thor y Odin, propio de los Bersekers.

El hombre lobo ,al igual que el hombre oso, son revistimientos de máscaras conductuales totémico-guerreras , matrices extremadamente oblicuas, utilizadas en el marco de una estrategia hiperbórea.

Tenemos incluso el caso de antiguos chamanes que despertaban dentro de si estos poderes atávicos, utilizando de hecho máscaras y pieles de tal o cual animal.

Es sabido por otra parte el nexo de los vikingos berseker, así como los chamanes de Siberia y otros, con la seta psicoactiva amanita muscaria, que inducía a estados alterados de conciencia, ampliando la percepción psíquica, y en que en el caso de los guerreros les confería un vigor y furia exorbitantes.

No debe pasarse por alto este aspecto de hombre lobo de los antiguos berseker, ya que aparece en estrecha relación con los vampiros.

Y sin olvidar, que el término licántropo ,derivado etimológicamente del griego «lykos», significa tanto lobo como luz, connotándose aquí lo luciferino.

Por otra parte, se menciona asimismo en «Drácula» que términos como «vrolok» y «vlkoslak» designan en serbio y en eslovaco ,sea un lobo o un vampiro. Y la utilización del mismo término para aludir a ambos resulta por cierto de lo más interesante.

Son muchas las instancias en el relato en que los lobos obedecen a Drácula, o incluso el mismo asumiendo ese aspecto. E incluso el lobo apodado bersekir/berseker, del que cuenta acerca de su extraño comportamiento el guardia del zoológico.

Un episodio por demás digno de mención es aquel en que inicialmente Harker es conducido por un extraño cochero (que no es otro que Drácula) hacia el castillo, trayecto acompañado por el aullido tanto de perros como lobos.

Y en la versión islandesa «Makt Myrkranna», el misterioso cochero baja en un momento siguiendo unos extraños fulgores azules, suscitándose una escena en que frente a un círculo de peligrosos lobos, bastan tan sólo unos ademanes y ciertas palabras de mando por parte de Drácula, para que los lobos despejen el lugar inofensivamente.

Desde ya que para cualquier persona «culturizada» según lo convencional establecido, el lobo es un animal salvaje y peligroso que debe evitarse o matarse. Pero muy distinta es la apreciación de Drácula, para quien los aullidos lobunos son una auténtica melodía :

«Los ojos del conde destellaron, y dijo:
—Escúchelos. Los hijos de la noche. ¡Qué música la que entonan!
Pero viendo, supongo, alguna extraña expresión en mi rostro, se apresuró a
agregar:
—¡Ah, sir! Ustedes los habitantes de la ciudad no pueden penetrar en los
sentimientos de un cazador. «

Y es que en el aullido del lobo, se percibe en la Minne o memoria de sangre el clamor en la noche a la luna, representación figurada en este contexto de la Diosa del Origen.

En «El huesped de Drácula» , tenemos que en un viaje en carruaje en territorio alemán, Harker decide descender e internarse por un extraño sendero y valle serpenteante, para hallar en un cruce de caminos la tumba de una condesa, Dolingen De Gratz, que se trata de una vampira. Como se ha apuntado previamente ,esta vampira resultó ser la «cuarta novia de Drácula», y ella está basada en Ellen Crone, que mantuvo el rol de niñera de Bram Stoker cuando era infante, según sus propios registros, consignados luego en forma literaria en la novela Drácula -El origen- ,escrita por su sobrino bisnieto, Dacre Stoker.

La encrucijada o cruce de caminos es aquí también referente de un laberinto, en medio del cual mora un ser que ha trascendido y conquistado la muerte, en este caso se trata de una vampira, la condesa Dolingen De Gratz.

Tradicionalmente se decía que la Diosa Hecate aparecía en las encrucijadas a los viajeros, siendo siempre un sitio de «cruce de caminos», o en términos más oblicuos, de cruce entre mundos de distintos espacios dimensionales.

La historia de «El huésped de Drácula» transcurre durante la emblemática noche de Walpurgis, muy asociada a las brujas y seres oscuros. Y acontece que luego de perder la conciencia, Harker es encontrado con una muy extraña criatura sobre su cuerpo, y de algún modo salvaguardándolo en aquella condición, que según luego refirieron quienes rescataron a Harker, parecía un lobo, pero no lo era!

Nuevamente tenemos aquí esa hibridación de humano-lobo, que Stoker nos presenta muy vinculada al vampirismo.

Pese a que en época actual el cine ha expuesto la farsa generalizada de vampiros y hombres lobo como enemigos, cuando lo cierto (con determinadas excepciones de antagonismo en ciertos linajes que no vienen aquí al caso) es que ambos mantienen un mismo substrato de poder oculto. Hablando siempre, claro, de vampiros transmutados o Siddhas.

El vínculo con las artes oscuras también es mayormente resaltado en Makt Myrkranna, por ej cuando Drácula se jacta del furor guerrero indomable de su linaje, a la vez que cita viejas leyendas del vínculo de sus ancestros con «brujas y demonios» :

«Nosotros, los que somos del género Drácula, un linaje principal de los Siculi, creemos que nuestro origen proviene de los hunos, que una vez barrieron Europa como un fuego salvaje, destruyendo naciones y poblaciones enteras. Según cuenta la historia, los hunos eran descendientes de las brujas escitas, que habían sido desterradas a los bosques, y allí se mezclaron con demonios.

Esas historias, por supuesto, son como cualquier otra leyenda de ese tipo, pero se sabe que ningún demonio ni mago ha sido jamás tan poderoso como Atila, nuestro antepasado.»

Además según esta misma versión literaria, el conde albergaba una extraña biblioteca en su castillo, con toda clase de antiguos conocimientos herméticos, magia, alquimia y astrología.

Con relación al famoso episodio de la goleta que transporta a Drácula a Inglaterra, tenemos en ambas versiones literarias, que al encallar violentamente a destino, un gran perro negro salió de la embarcación al exterior. Pues bien, este episodio se halla verificado según testigos oculares en un hecho ocurrido en época de Bram Stoker.

Tenemos por otra parte que Lucy resulta aniquilada como vampira por Van Helsing y sus allegados. Más , el hecho a destacar, es que en Lucy no se había producido una transmutación completa, debido a que fue mordida mientras se hallaba sonámbula en estado de trance.

El propio Van Helsing comenta al respecto:

«Aquí hay algo diferente a todo lo conocido; hay alguna vida dual que no es como las comunes. Fue mordida por el vampiro cuando estaba en un trance, caminando dormida. ¡Oh!, se asombra usted. No sabe eso, amigo John, pero lo sabrá más tarde; y en trance sería lo mejor para regresar a tomar más sangre. Ella murió en trance, y también en trance es una «nomuerta». Por eso es distinta a todos los demás.»

Esta mutación vampírica a medias no impide que conserve su belleza intacta y rejuvenecida, pese a ser declarada oficialmente como muerta, yaciendo en su sarcófago.
Y no obstante, esa mutación sin completar presenta en otra instancia la impronta de la esencia ofídica, como puede apreciarse en el siguiente comentario:

«Su hermoso color desapareció y el rostro se le puso lívido, sus ojos parecieron lanzar chispas de un fuego infernal, la frente estaba arrugada, como si su carne estuviera formada por las colas de las serpientes de Medusa, y su boca adorable, que entonces estaba manchada de sangre, formó un cuadrado abierto, como en las máscaras teatrales de los griegos y los japoneses»

Desde que se recibe la mordida iniciática vampírica y luego se le permite beber de la sangre del vampiro, comienza en la propia sangre un proceso alquímico que culmina en una completa transmutación. Esta sangre-elixir que el vampiro da a beber, es lo que Drácula denomina como el «bautismo de sangre».

Más allá de los distintos tipos de vampiros (tema ya comentado previamente), en el caso del Siddha que asume este aspecto o «máscara» para manifestarse en este mundo acorde a su estrategia, no puede ser destruido, siendo su cuerpo incorruptible.

Es una ilusión la de Van Helsing, que Drácula pudiera ser destruido.

Distintos signos de esta cuestión se atisban en la obra de Bram Stoker. Por ej. el episodio en «Makt Myrkranna» cuando el timonel del barco comenta que se aproximó al extraño a bordo por detrás, y trató de clavarle un cuchillo sin éxito alguno, pues para su sorpresa «su cuerpo no era más que aire». Episodio este también narrado en la obra «Drácula» original.

Y los enemigos de Drácula advierten incluso además la posibilidad que el conde se reencarne! Única mención al respecto, pero muy clara, en cuanto que Drácula o un Siddha vampiro puede transmigrar a otro cuerpo:

«No debemos correr riesgos esta vez; no descansaremos en tanto la cabeza y el cuerpo del conde no hayan sido separados y estemos seguros de que no va a poder reencarnar»

Este punto reviste la mayor importancia, ya que incluso cuando los enemigos de Drácula creen haber matado a alguno de su seguidores vampiros, en ocasiones lo que ocurre es una reencarnación a otro cuerpo disponible a tal efecto, cuando no una misma regeneración del cuerpo que se cree haber matado. Ya que, se trata de un cuerpo incorruptible, y no puede matarse aquello que ya ha muerto a la vida del mundo.

Otro indicio claro de su esencia extra-humana es la mención que de cruzar un río o mar, su cuerpo debe ir contra-corriente, lo cual desde un significado gnóstico alude a transitar el propio «río de sangre» en sentido inverso, al Origen. Y desde otro significado, el vampiro ya no está sincronizado ni fluye con los ritmos del mundo.

Del mismo modo, su hábitat natural no es bajo la luz del sol sino en la noche y oscuridad, y para su permanencia en medio de los mortales, siendo de una esencia completamente fuera de este mundo, se sirve de la sangre, a través de la que mediante secretos metabolismos, sintetiza un poder oculto.

También mantiene propósito similar la tierra propia que utiliza para el reposo de su cuerpo, en un sitio aislado y cerrado.

A diferencia de las versiones tan populares del cine, en que un vampiro es calcinado bajo la luz del sol, apreciamos que Drácula se moviliza también durante el día en ocasiones, pero dado que su especial naturaleza como vampiro lo ubica ,digamos en un «espacio entre mundos», donde no está realmente en este mundo, pero se manifiesta no obstante en el mismo, el intersticio entre las faces del día que le posibilitan su cambio de forma, y ejercer su poder, se da especialmente en el mediodía, a la puesta del sol, o en el mismo momento del amanecer. Es decir, en los intervalos entre el día y la noche, y en el mediodía, también conjunción de la primera parte del día con la segunda.

Incluso la apariencia externa de Drácula denota características no humanas, como fuerza descomunal , pese al aspecto avanzado de edad que Harker advierte en el conde.
Un apretón de mano basta para apreciar la inmensa fuerza, así como su frialdad gélida , y la voz de Drácula, que produjo inicialmente un efecto en Harker de resonancia, como penetrando y afectando sus mismas fibras nerviosas. Reacción psico-física de desestabilidad comprensible por parte de un humano mortal frente a un Siddha.

Debe quedar bien claro a esta altura, que el Siddha vampiro mora en y más allá de la muerte, en la oscuridad profunda y fuera de la luz de este mundo, con completo dominio de las formas, tiempo y espacio.

Consideremos por ej. el incidente cuando Van Helsing y sus compañeros ven a Lucy regresar a su tumba:
«Nosotros mismos vimos a la señorita Lucy,
antes de que recuperara la paz, entrar por una rendija del tamaño de un
cabello en la puerta de su tumba.»

En este caso, es obvio que no puede la masa del cuerpo entrar por semejante rendija., Se trata evidentemente del cuerpo astral transmutado (permaneciendo el cuerpo físico en la tumba), el cual mediante el vehículo de la sangre logra densificarse, como si fuera realmente de materia burda. Y nuevamente, cuando Lucy regresa a la tumba, se repliega en su esencia astral.

Es una de las clases de manifestación del vampiro, tema ya desarrollado previamente.

El vínculo con la oscuridad se pone también de manifiesto en la relevancia que se le da en el relato de Drácula a la luna (la cual por otra parte mantiene un ancestral vínculo con los lobos), siendo que a través de la luz de la luna ,como si estuviera viva y adoptando diversas formas, se hacen presentes a Harker las tres vampiras en el castillo.

Se nos da un claro indicio que la fuerza o poder del vampiro procede directamente del espíritu, en el episodio en que el Golen Van Helsing se avoca a clavar una estaca en el corazón de las tres vampiras asistentes de Drácula. Allí, según el propio Van Helsing refiere, sentía una intensa fascinación por la dama en el sarcófgago, a la vez que hacía tremendo esfuerzo en resistir su belleza, aferrándose a su misma alma:

«Desde luego, existe cierta fascinación, puesto que me conmuevo ante la
sola presencia de una mujer tan bella, aun cuando esté tendida en una tumba
destartalada por los años y llena del polvo de varios siglos, aunque había ese
olor horrible que flotaba en la guarida del conde. Sí; me sentía turbado… Yo,
van Helsing, a pesar de mis propósitos y de mis motivos de odios… , sentía la
necesidad de un retraso que parecía paralizar mis facultades y aferrarme el
alma misma.»

El mal olor que allí se percibe, es además del entorno funebre de la tumba, una impresión del alma que percibe la proximidad de su misma muerte.

Y es que por la sangre del vampiro fluye una esencia luciferina, muy distinta a la de los míseros mortales.

Para preservar el linaje de los Drácula este legado de poder oculto en la sangre, se comenta en «Makt Myrkranna» que en general sus integrantes mantenían lazos endogámicos. Cuando esto no ocurría, las mujeres producto de aquellos matrimonios no vivían mucho tiempo y los niños no alcanzaban la edad adulta.

Se aprecia asimismo la impronta ofídica de su linaje, en la misteriosa dama del castillo por la que Harker se siente fascinado.

Según la versión «Makt Myrkranna», la misteriosa dama, perteneciente también al linaje de Drácula, portaba un cinturón con broche de diamantes en forma de dragón!

Apreciemos en la contemplación de Drácula por parte de Harker, cómo se combinan integradamente rasgos de la vida y la muerte:

«¡Allí, en una de las grandes cajas, de las cuales en total había cincuenta, sobre un montón de tierra recién excavada, yacía el conde! Estaba o muerto o dormido; no pude saberlo a ciencia cierta, pues sus ojos estaban abiertos y fijos, pero con la vidriosidad de la muerte, y sus mejillas tenían el calor de la vida a pesar de su palidez; además, sus labios estaban rojos como nunca. Pero no había ninguna señal de movimiento, ni pulso, ni respiración, ni el latido del corazón. Me incliné sobre él y traté de encontrar algún signo de vida, pero en vano. No podía haber yacido allí desde hacía mucho tiempo, pues el olor a tierra se habría disipado en pocas horas. Al lado de la caja estaba su tapa, atravesada por hoyos aquí y allá.»

Aunque su linaje comprende muchos iniciados y adeptos ocultos a través del tiempo, conocidos ellos en general como «Dracul» a modo de título honorífico y reconocimiento iniciático, en «Makt Myrkranna» se destaca que en el presente conde Drácula, el linaje de sangre ha alcanzado su mayor esplendor y pureza, como puede apreciarse en las siguientes líneas:

«Alzó el candelabro para iluminar el retrato una última vez, y a continuación me mostró otros cuadros y me habló de cada uno de ellos.

Se trataba de una extraña colección, que abarcaba varios siglos. Muchos de los retratos parecían realizados por pintores principiantes y su estilo era bastante pobre, pero otros eran auténticas obras de arte. Lo que más me intrigó fue la perpetuación ininterrumpida y el perfeccionamiento gradual de los dos o tres aspectos físicos que surgían sistemáticamente, generación tras generación. Daba la impresión de que el clan había alcanzado su máximo esplendor con el conde y con la bellísima dama del magnífico retrato que me había descrito antes. Los mismos rasgos faciales que poseía el conde podían apreciarse en cuadros de diferentes épocas, tres o cuatro de los cuales
mostraban a hombres tan parecidos al conde que no pude evitar sobrecogerme.

—Es exactamente como usted dice —afirmó el conde—. Soy un auténtico
Drácula.»

Un aspecto por demás interesante es la mención que en «Makt Myrkranna» se hace respecto a los zingaros, mencionados aquí como «tártaros». En la versión oficial de Drácula se menciona a los zíngaros como gitanos, y son quienes ayudan a Drácula en transportar las grandes cajas con tierra, cuando el conde decide emprender su viaje. Más en «Makt Myrkranna» Drácula no trata con gitanos sino tártaros. Y resulta interesante que los tártaros, bajo dominio mongol , tanto en Europa como Asia, (siglo Xlll) han tenido un gran protagonismo en estrategias hiperbóreas.

Drácula menciona específicamente además , que los tártaros han sido custodios de ancestrales conocimientos ocultos:

«Durante siglos, han preservado fielmente muchos tesoros de
las ciencias ocultas que de otro modo se habrían perdido para siempre.
Cuando llegue el momento, su lealtad será recompensada.»

Incluso Harker advierte que el conde debe tener linaje procedente de los tártaros, lo cual según lo apuntado previamente, enlaza directamente con la estrategia hiperbórea.

«Entre el grupo de tártaros he distinguido a algunos que son diferentes de los demás y que poseen un aspecto simiesco como el de los hombres que vi en el templo. Pero me da la impresión de que los tártaros mantienen buenas relaciones con ellos. Los tártaros son bastante atractivos, y algunas de sus mujeres resultan incluso cautivadoras. Me inclino a creer que el clan Drácula tiene su origen en miembros de ambos grupos.»

Esa doble apreciación que efectúa Harker respecto al linaje de Drácula, de un grupo «simiesco», y otro de bellas facciones, destaca la condición de todo Virya de linaje hiperbóreo, que posee a partir de la clave genética una ancestralidad por un lado homínida, y por otro lado hiperbórea.

Desde la perspectiva de un ocultista sinárquico como Van Helsing, Drácula puede ser vencido y destruido empleando tal o cual método. Y así pretende ,y cree incluso conocer la esencia de Drácula, y el modo de vencerlo.

En el siguiente pasaje se pone de manifiesto el vínculo que existe entre Drácula como prototipo del vampiro Siddha y sus seguidores mutados también en vampiros, o en vías de serlo :

«Puesto que ahora que cree que está libre de nosotros y que no ha dejado rastro y que
ha logrado huir de nosotros, disponiendo de tantas horas de ventaja para
poder hacerlo, su cerebro infantil lo hará dormir. Cree, asimismo, que al dejar
de conocer su mente de usted, no puede usted tener ningún conocimiento de
él; ¡ese es su error! Ese terrible bautismo de sangre que le infligió a usted la
hace libre de ir hasta él en espíritu, como lo ha podido hacer usted siempre
hasta ahora, en sus momentos de libertad, cuando el sol sale o se pone. En
esos momentos, va usted por mi voluntad, no por la de él. Y ese poder, para
bien tanto de usted como de tantos otros, lo ha adquirido usted por medio de
sus sufrimientos en sus manos. Eso nos es tanto más precioso, cuanto que él
mismo no tiene conocimiento de ello, y, para guardarse él mismo, evita poder
tener conocimiento de nuestras andanzas.»

Ciertamente que hay un lazo entre Drácula y Minna , ejemplo válido también para otros casos. Y este lazo es como el del pulpo y sus tentáculos. Más donde Van Helsing falla es en creer que el lazo o nexo se corta o interrumpe si Drácula se aleja momentáneamente en su influencia de la mente de Minna. No comprende así que se trata de un lazo no unilateral sino biunívoco.

Resulta más que palpable la ignorancia de Van Helsing, en cuanto subestima a Drácula calificando su cerebro de «infantil». Y todavía más notorio resulta en el siguiente extracto:

«Durante el trance de hace tres días, el conde le envió su espíritu para leerle la
mente; o es más probable que se la llevara para que lo viera a él en su caja de
tierra del navío, en medio del mar; por eso se liberaba poco antes de la salida
y de la puesta del sol. Así supo que estábamos aquí, puesto que ella tenía más
que decir en su vida al aire libre, con ojos para ver y oídos para escuchar, que
él, encerrado como está, en su féretro. Entonces, ahora debe estar haciendo un
supremo esfuerzo para huir de nosotros. Actualmente no la necesita. «Está
seguro, con el gran conocimiento que tiene, que ella acudirá a su llamada,
pero eliminó su poder sobre ella, como puede hacerlo, para que ella no vaya a
su encuentro. ¡Ah! Ahora tengo la esperanza de que nuestros cerebros de
hombres, que han sido humanos durante tanto tiempo y que no han perdido la
gracia de Dios, llegarán más lejos que su cerebro infantil que permaneció en
su tumba durante varios siglos, que todavía no ha alcanzado nuestra estatura
y que solamente hace trabajos egoístas y, por consiguiente, mediocres.»

Van Helsing sigue aquí el alineamiento de la mentalidad demiúrgica, en cuanto el proceso entelequial o evolutivo que lleva al progreso, desestimando a Drácula como anticuado o retrógrado en comparación a los conocimientos y progreso que ha traído la ciencia.

La confianza de Van Helsing se asienta en la gracia del Dios demiúrgico y el progreso entelequial a través de los siglos. No puede captar la transmutación y eternización de alguien que se ha mantenido aparte de tal progreso del mundo, aislado «en su tumba», y como tal «muerto para el mundo», pero vivo en y más allá de la muerte.

Como no podía ser de otro modo, también el vampirismo luciferino se halla vinculado a la sabiduría lítica.

Casanova como ocultista de antiguos arcanos han mencionado alguna vez en su correspondencia el arte referente a la llamada «piedra del sol». Tal denominación se debe a que desvía la influencia solar., Se trata de un heliótropo, y los ocultistas le llaman asimismo «la piedra de sangre», utilizada en necromancia para evocar personas ya fallecidas, y también con el poder de evocar un vampiro.

Las propiedades de esta piedra comprenden antiguos secretos vinculados a la sangre, ya que también se le daba uso medicinal, para sanar hemorragias.

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El tercer ojo según la tradición egipcia

Por Christian C.

Aunque en general siempre se ha asociado el tercer ojo con la glándula pineal, en rigor de verdad, el soporte biológico tras la visión oculta comprende tanto la pineal, como la pituitaria, y el tálamo en el cerebro.

Algunos ocultistas de hecho han llamado a la pineal como la cola del dragón, y a la pituitaria como su boca. Es decir, se mantiene un vínculo entre ambas ,bajo cuya sincronización, a través de un tercer componente, que es el tálamo, surge la visión oculta del tercer ojo.

Traspolada esta relación bilateral de la pineal y la pituitaria a los mitos egipcios, tenemos que la glándula pineal, como su propia configuración anatómica permite apreciar, representa al ojo de Horus, es decir a Horus mismo.

Y su gemelo, Seth, está aquí representado por la glándula pituitaria.

Si bien es conocida la representación serpentina de Seth (como la gran serpiente Apophis), también aquí Horus comprende el mismo principio ofídico. Siendo así el ojo de Horus, el ojo vigilante siempre abierto de la serpiente.

También se le ha denominado a veces como «el ojo de Ra», entendiendo en este contexto el significado etimológico y gnóstico de Ra como «Aquel que manifiesta», siendo esta manifestación el conocimiento oculto.

Un antiguo jeroglífico designaba a la serpiente como un ojo, teniendo precisamente este mismo significado de la sabiduría oculta. Y además era la representación de la Diosa Uazit (significando asimismo «ojo»), emplazada en la corona de los faraones, como expresión de su poder, que nos remite en términos hiperbóreos al Vril de la Diosa, la Dama del Origen.

Trazando un paralelo con la tradición nórdica, resulta interesante también que se resalte en sus mitos el ojo de Odin/Wotan.

Simultáneamente, dada la sabiduría de los antiguos egipcios que siempre mantuvieron significados ocultos sumamente oblicuos tras sus diversos mitos, tenemos también la bipolaridad de Isis y Osiris representada en ambos hemisferios cerebrales, teniendo una replica en el lado posterior del cerebro ( mirando aquí hacia el área reptil del cerebro) en otra dos áreas o hemisferios posteriores , que representan aquí a Neftis y Seth, quienes son las facetas oscuras de Isis y Osiris.

Respecto al tálamo en el centro del cerebro, y rigiendo desde allí ambos hemisferios, su función fisiológica de mantener el eje de atención filtrando toda otra información circundante, le adjudica un rol de guardián en el «portal» entre consciente e inconsciente, siendo así «el guardián del umbral» de acceso al inframundo, representado a nivel microcósmico por el potencial oculto del inconsciente.

Siendo como se mencionó antes, la pineal y la pituitaria una representación fisiológica y orgánica ofídica, el tálamo, definido como de forma ovoide, es aquí «el huevo de la serpiente».

Desde la expresión simbólica, también el tálamo representa aquí la forma ovalada /esferoide del Ru, ubicado encima de una configuración en forma de cruz Tau, surgiendo así la cruz Ankh egipcia.

Desde ya, no requiere aclaración que se trata de una cruz muy anterior al cristianismo, símbolo que posteriormente intentó ser apropiado por la comunidad de cristianos que se asentaron en Egipto.

Pero en cuanto a su significado iniciático original, tenemos en la Ankh egipcia una Tau (T) y el Ru en forma esferoide u ovalada en su parte posterior. Este símbolo mantiene varias capas o niveles de significación.

Considerado este símbolo exotéricamente como «la llave de la inmortalidad» ,oculta un secreto, en cuanto la parte inferior del Ankh se corresponde con la espina dorsal, por donde el poder ofídico de la serpiente/lagarto repta, alcanzando la visión ofídica de Horus/Seth (pineal y pituitaria), y teniendo su culminación en el «huevo de la serpiente», donde puede decirse que «ha nacido un hijo de la Serpiente», un hombre de piedra.

La configuración oculta de Tau en Ankh, indica asimismo el posicionamiento u orientación desde el Yo aislado (plaza Tau) hacia el Origen (punto Tau), así como al Yo infinito del Selbst representado aquí por el Ru, como figuración de la esfera de voluntad egoica, Ehre.

Y al mismo tiempo, la forma del Ru remite al «espíritu esfera», modelo analógico que nos permite comprender la realidad del espíritu desde su aproximación a este mundo.

Si bien la forma del Ru semeja más una forma ovalada que esférica, la explicación esotérica aquí es que la «esfera» como proyección figurativa del espíritu hiperbóreo, se halla en un dinamismo, sea desde la reversión original, o bien su reversión a la normalidad, manteniendo así una forma que no es a ese punto exactamente una esfera. Más no debe olvidarse que por «espíritu esfera» se está significando siempre un modelo análogico, para explicar de algún modo la situación del espíritu hiperbóreo, de otro modo inaprehensible.

El mismo principio oculto en cuanto a su forma ovoide, «casi esfera», connota el Ru como representativo de la esfera Ehre.

Es así como en el Ankh egipcio se oculta la verdad gnóstica del Yo cercado o aislado orientado al Selbst (primera iniciación), el Yo despierto en el si mismo del Yo infinito (selbst), focalizado en la esfera de voluntad egoica (segunda iniciación), y el retorno del «espíritu esfera» que ha sido revertido a la normalidad (tercera iniciación).

Se comprende entonces que Osiris, Dios de la inmortalidad (y que en el mito escenificó el proceso iniciático de muerte y renacimiento) porte la iniciática cruz Ankh.

Por otra parte se dice que para «ver el rostro de Osiris» (lo cual connota el acceder a la verdad gnóstica hermética) es preciso sea corrido el velo de Isis.

Y el iniciado que accede a los misterios ocultos de Isis y Osiris, es representado por Horus (y su visión ofídica), que al mismo tiempo comprende en forma inseparable a su gemelo Seth.

El supuesto antagonismo que se presenta en el mito, de Horus y Seth, puede ser comprendido únicamente con la perspectiva iniciática, en cuanto un «juego de los Dioses», que escenifica y refleja al mismo tiempo un proceso iniciático.

Siendo así, debe irse más allá de lo convencional del mito a una comprensión profunda, comprendiendo a Seth no meramente como «el malvado antagonista de Osiris y Horus», sino como representativo de un principio iniciático oscuro, que en una auténtica iniciación nunca puede dejarse de lado, teniendo un rol esencial.

Considerando lo hasta ahora expuesto respecto al tálamo, también resulta notorio, que cuando es visto desde arriba en el centro del cerebro, el tálamo semeja un escarabajo, que es representado mítica y cosmogónicamente por Khepri.

En tal sentido, los egipcios adjudicaban al escarabajo Khepri el simbolismo de renacimiento e inmortalidad, lo cual conecta con lo anteriormente mencionado, ya que si la serpiente (representada como se mencionó por las glándulas pineal y pituitaria , Horus-Seth) brinda el elixir de la inmortalidad, la concreción de ese estado es representado por Khepri.

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El ancestral misterio Hiperbóreo de las Pirámides

Por Christian C.

Si bien algunos Viryas han rechazado la pirámide per se, considerando que «se trata de un símbolo demiúrgico y sinárquico, propio de los pueblos del pacto cultural», debe aclararse que tal apreciación no considera la antiguedad remota de las pirámides, que se remonta a la propia Atlántida, y el alto valor iniciático-esotérico de las pirámides.

Ciertas facciones sinárquicas, como masones, rosacruces, etc, se han apropiado de esta ancestral simbología egipcia , como la figura piramidal, el ojo de Horus, etc, pese a que su sentido iniciático original es muy anterior.

Un ejemplo sinárquico de utilización de la simbología piramidal, es la tumbaen forma de pirámide del masón Charles Taze Russell, fundador de la sociedad Watch Tower, que luego devendría en los conocidos Testigos de Jehová.

Más allá de esa indebida apropiación sinárquica, hay por otra parte, variedad de ocultistas que han procurado beneficios energéticos, de poder, renovación y sanación a partir de las pirámides, incluso utilizando pirámides a escala. Y también en la antiguedad se les dio este uso a las pirámides. Más, el objetivo esencial, en la polivalente función piramidal, era otro, sólo accesible a los iniciados.

Más allá del significado cultural colectivo y externo que se atribuye a las pirámides, como si se tratase de grandes mausoleos, lo cierto es que las pirámides ocultan grandes secretos que se retrotraen a la sabiduría de la Atlántida. Misterios olvidados y cubiertos bajo las arenas del tiempo.

Desde su propia etimología, la palabra pirámide deriva del griego «pyr», fuego, significando también «pyramus» o «Aquello que se yergue encima de la tierra, o por sobre la tierra».

La palabra egipcia para pirámide era «mer», significando gravitación. Tenemos así, a partir de todas estos términos y denominaciones, la pirámide como un poder de fuego oculto que se yergue desde las profundidades. Este fuego oculto es la llama negra increada de la oscuridad primordial, que el iniciado debe despertar y alzar, irguiendo en si mismo como una pirámide.

De igual modo que en la cosmogonía egipcia, el piramidión, o piedra ben-ben emergió de las profundidades del Nun (el abismo caótico de las aguas increadas), a modo de nave, trayendo Siddhas que fueron conocidos como Dioses del antiguo Egipto.

Resulta así que la pirámide fue concebida como una maquina de manifestar Dioses! Colosales maquinarias de poder e inmortalidad, cual gigantescos calderos alquímicos , desde donde salen adeptos transmutados por la piedra del fuego frío, Dioses.

En tal sentido, hallándose el iniciado en el interior de la pirámide, completamente desincronizado del espacio-tiempo, la pirámide mantenía una funcionalidad esotérico-secreta de arquémona.

Se comprende así, que siendo un vehículo a la morada de los Dioses, la pirámide fuese una construcción pétrea de los secretos del libro egipcio de los muertos.

Ya que además, en las figuraciones jeroglíficas piramidales, y en recintos ocultos herméticamente, se conserva como registro milenario la ancestral sabiduría iniciática de Toth-Hermes. Nombre y término que designa no solamente al Dios de la sabiduría Toth, el portador del serpentino caduceo, sino además a todo un colegio secreto de iniciados, que pertenecen al linaje sucesorio de Toth.

Algunos ocultistas han referido a cierta cámara subterránea oculta bajo la esfinge, que contiene dicen, registros de la perdida Atlántida.

Demás está decir que todas las investigaciones arqueológicas oficiales, han negado y rechazado esto, como todo aquello que pueda contradecir la historia oficial.

Los adeptos o iniciados del antiguo Egipto, conocían el secreto de los jeroglíficos ,Medu-neteru , símbolos arabescos para ser utilizados como proyecciones geométricas de poder, similares a los yantras, siendo activados y dirigidos por el poder de la palabra secreta u oculta. En tal sentido el iniciado tenía tal poder de la palabra, que todo lo que decía podía plasmarse como realidad,sin límites espacio-temporales, siendo así conocido como Maa-kheru,o «el señor de la voz».

Esto es análogo a ciertos iniciados de la antigua India, que a partir del dominio del Vishudha chakra , ubicado a la altura de la garganta, todo lo que dictaminaran, se plasmaba como realidad.

Este es uno de los significados de la serpiente Vasuki enroscada alrededor del cuello de Shiva, ya que la mutación alquímica suscitada por el veneno y antídoto de la serpiente, permite albergar un oculto poder en ese chakra o centro energético en la zona de la garganta, que todo lo que proyecte en forma sonora (dictámenes, enunciados, y afirmaciones) se concreta, tomando esa forma energética sutil el asentamiento en el plano físico.

Además del conocimiento de ciertos mantras secretos, bijas que les permitían el dominio de los fenómenos del entorno circundante.

Similarmente, retornando a Egipto, dado que había sido iniciado en el misterio ofídico de Neter o el misterio de la serpiente, el iniciado (muy a menudo un faraón), podía transfigurarse asumiendo la máscara totémica de tal o cual Dios, asumiendo el mismo el rol de ese Dios y su poder.

Considerando la acepción egipcia de «mer» o gravitación, se halla aquí el vínculo secreto de la pirámide con el sol negro, el sol oscuro que posee los poderes de la gravitación suprema, emanando hacia afuera, y succionando hacia dentro.

Y es que el vértice de la pirámide representa a Atum, el propio sol oscuro, que emana los lados que conforman los ángulos de la pirámide. Los cuatro ángulos de la base, representan el dominio de la materia, los cuatro elementos. Poder que debe obtener aquel que se libera de su encuadramiento en la materia y el condicionamiento espacial de los cuatro puntos cardinales.

El poder es alzado entonces, representado por el triángulo, el fuego oculto , hacia el vértice, el sol negro!

Sin entrar en la cuestión de la enigmática edificación de las pirámides, donde ,baste mencionar se utilizó tecnología antigravitatoria movilizando los gravis, y sin detenernos en las complejas proporciones arquitectónicas, donde se utilizó la medida Pi (lo que indica que la pirámide contiene el secreto de la serpiente), atendamos a su funcionalidad como cámara iniciática.

En la llamada pirámide de Keops (que por cierto es mucho más antigua, pese a su denominación tardía, que el faraón Keops), encontramos tres cámaras principales, llamadas convencionalmente la cámara del rey, la cámara de la reina, y la cámara subterránea.

En la cámara del rey, se halló un sarcófago herméticamente cerrado y sellado (sin profanar), donde curiosamente no había ninguna momia. Es que no se trataba de una tumba, en el sentido usual del término, sino de un sarcófago ritual-iniciático, en que el iniciado se recostaba, entrando en un profundo estado de trance, asistido por hierofantes místicos, y se desdoblaba en su Ka, viajando a moradas estelares, la «mansión de los Dioses».

Luego de tres días, y tras haber adquirido profundos conocimientos ocultos y terribles poderes, retornab al khat (cuerpo físico), donde se levantaba completamente transmutado, habiendo retornado de la muerte. Encarnando así el misterio de Osiris.

Era así aclamado por los demás iniciados, como un nuevo Osiris, un Djedhi o inmortal transmutado.

Considerando el carácter iniciático de las pirámides, resulta más comprensible ahora el saber que sus cámaras internas poseen la capacidad de almacenar energía electromagnética mediante un complejo circuito, cuestión que es completamente ocultada por la antropología sinárquica.

Desde el sarcófago ritual además, se recibía desde uno y otro lado de la pirámide, la radiación estelar de Orion, y Alpha Draconis (morada de los Dracos), que representaban respectivamente a Horus y Seth, recepcionando y sintetizando el poder de ambos.

En los misterios de orientación Sethita, tenemos que Horus rojo despeja todos los obstaculos, para el iniciado pueda acceder al poder oscuro de Seth, que permanece siempre oculto en la oscuridad innominada. Se presentan así los secretos ocultos gnósticos del rojo y el negro.

Más allá del carácter iniciático y mágico-esotérico, también se le dieron otras utilidades a la estructura piramidal, como la generación y aprovechamiento en lejanas épocas de energía termonuclear y electroquímica. Una ciencia hoy perdida….

Se comprende entonces como en tiempos posteriores ,cuando ya estos misterios quedaron velados, figuras históricas como Napoleón ,y también según ciertas tradiciones, Alejandro Magno,y Julio Cesar, buscasen un poder oculto perdido en el interior de la gran pirámide.

Como muestra de un legado ancestral atlante, que luego se dispersó en diferentes latitudes, baste mencionar que si se trazara una línea recta desde la gran pirámide hacia América, se llegaría directamente hacia donde se halla ubicada otra pirámide, la llamada «pirámide del sol», en México!

Y más asombroso aún, que construcciones piramidales en Egipto, China y México ,de diferentes latitudes, se hallen edificadas en líneas de variación cero frente a la declinación polar que ocasiona el movimiento magnético de los polos en el transcurso del tiempo.

También tenemos referente al misterio de la esfinge, que según ciertos registros, a los que algunos iniciados han accedido mediante la facultad de anamnesia, en cierta época, hace miles de años, Egipto o Khem fue asiento asimismo del Gral, hallándose el enlace con el Gral, es decir la Vruna de Oricalco, en la propia frente de la esfinge.

Tras la ilusión de este mundo, en sus repetidos ciclos circulares en que todo retorna, Egipto posee la clave última, de aquello que permanece más allá del tiempo. Es decir, el substrato ofídico.

De modo que, en una instancia temporal propia anterior a los ciclos de manifestación repetida, como faro iniciático también durante los períodos de manifestación, y permaneciendo más allá y fuera de todo lo manifestado, la antigua sabiduría iniciática de Egipto permanece. Siendo el indicador de aquello que no es afectado por el tiempo ,la propia pirámide.

Pues como dice un antiguo dicho, muy conocido en Egipto, «Aunque todo el mundo teme al tiempo, el tiempo teme a las pirámides»

Un comentario

El secreto de la Serpiente en el antiguo Egipto

Por Christian C.

Entre diferentes tradiciones místicas de ancestral antiguedad, se destaca como mayor foco iniciático el antiguo Egipto. El mismo indicio de esto lo tenemos en la serpiente, que se halla presente por doquier. Sea en la corona de los faraones, como la serpiente Ureo, en los textos de las pirámides, los textos funerarios de los sarcófagos, las divinidades representadas en deidades de templos, o los misterios de Isis y Osiris.

La omnipresencia de la serpiente en todos los ámbitos de la tradición egipcia, es el más claro indicador del misticismo de Egipto y su custodia de los secretos iniciáticos.

Su mismo nombre en la antiguedad, Khem , aporta la clave del misterio.

Etimológicamente significa » tierra negra» ( por contraposición a la tierra roja del desierto). Más un significado esotérico del término, remite al dominio de las artes ocultas, las artes negras, los sombríos misterios ocultos de la muerte y el abismo. Misterios en que eran iniciados los seguidores de la Serpiente.

Y precisamente del nombre Khem deviene Al-khem, de donde tenemos alquimia!

No debe dar lugar a equívocos, el hecho que tras el hundimiento de la Atlántida, una gran migración de Atlantes aliados de los Siddhas traidores emigrase a Egipto., Ya que durante los tiempos atlantes, se mantenía un fluido contacto entre la Atlántida y Egipto, habiendo atlantes de ambos grupos.

Y de igual modo, pese al foco de migración de los atlantes aliados a los Siddhas traidores, continuaron habiendo iniciados egipcios que respondían a los Siddhas leales.

Debe acotarse a este punto, que según la tradición egipcia, el Amenta o submundo ,sitio donde se hallaban sus ancestros, se hallaba al oeste de Egipto., Y es la misma ubicación espacial que se atribuía desde las coordenadas geográficas de Egipto a la Atlántida., Lo cual significa que los atlantes eran considerados por los egipcios como sus ancestros!

De modo que el legado atlante-luciferino fue heredado ciertamente por Egipto, lo que se trasluce en la relevancia y presencia de simbología serpentina u ofídica egipcia.

Son muchísimas las divinidades egipcias que presentan apariencia o atributos ofídicos.

Desde Toth, asociado con el iniciado sabio Imhotep, Dios de la sabiduría y portador del caduceo serpentino, Isis, de varios aspectos o teofanías con apariencia serpentina, como por ej. Isis-Thermutis, y su consorte Osiris, que protagoniza el proceso iniciático de muerte, descenso al inframundo, y retorno a la vida a través de la magia de Isis.

Se decía que Osiris había entrado por la cola de una serpiente y salido por su boca, lo cual alude precisamente en clave iniciática a ese mismo proceso.

Tenemos también el caso de Ra, que se decía había «encadenado la serpiente», lo que es una forma velada de significar que dominaba el poder serpentino.

Algunas divinidades se expresaban directamente con forma de serpiente, como Apophis, la serpiente del Duat o inframundo ,la serpiente Renenutet, o Udayet.

En otros casos, aparece una hibridación, como en Kebechet , la hija de Anubis, que presentaba cabeza de serpiente.

Incluso el Dios cocodrilo Sobek, es un manifestación de la antigua Serpiente. El caso de Sobek es emblemático, porque según ciertas variantes del mito, era considerado una encarnación del propio Seth.

Una de las pruebas iniciáticas que debían superar los iniciados, era atravesar un lago o canales fluviales donde hubiera cocodrilos (representaciones de Sobek), sin ser el adepto devorado. Con lo que se obtenía un grado iniciático o maestría, dominando las aguas, las pasiones, y esencialmente el temor a la muerte, siendo así transmutado.

Y más allá de esto, el iniciado alcanzaba el poder de su aspecto reptílico primordial, representado aquí por Sobek, que como se mencionó antes, asociado a Seth, aporta todas las claves iniciáticas.

La cosmogonía y teogonía de los egipcios variaba segun la región y época, habiendo cuatro centros o focos principales : On o Heliópolis, Memphis, Hermópolis, y Tebas.

Independientemente del caso en cuestión, la serpiente siempre tiene un protagonismo esencial.

Atum ( divinidad suprema en Heliópolis) era retratado como una serpiente de fuego, que emerge de la profundidad de las aguas increadas primordiales, el Nun.

El Dios Ptah ,en Memphis ,era conocido como «señor de la oscuridad», «señor de la magia», y «señor de las serpientes».

Según otras fuentes, se decía su manifestación también tuvo carácter ofídico, ya que había «nacido» de un huevo puesto por Kneph, bajo aspecto de serpiente.

En el caso de la pareja de Dioses de la Odgoada ( 8 Dioses) de Hermópolis, todos ellos bajo la regencia de Ra, se habían manifestado como serpientes.

Con esas paradojas que en ocasiones presentan los mitos, estos ocho Dioses eran considerados como progenitores de Ra, y al mismo tiempo sus hijos. Lo cual, considerando el caracter serpentino mencionado, indica que Ra también poseía esa esencia ofídica.

Y en el caso de Amón de Tebas, era identificado con Atum, Ptah y Ra, lo que lleva implícito su poder serpentino.

Debe acotarse que Amón, significa «oculto», lo que alude al Incognoscible, más allá de este mundo.

Pese a ser asociado o identificado con el sol, bajo distintas apariencias ( Khepri en el amanecer, Ra en el mediodía o Amón mismo en la puesta del sol), estas son máscaras hipostáticas, detrás de las cuales su auténtico carácter solar es el del sol negro.

Y esto nos lleva a Atum, el sol negro u oculto, la Serpiente del origen, quien tiene un aspecto no manifiesto y fuera de este mundo , » A», indicándose aquí la serpiente Apophis, y un aspecto manifiesto » Tum». Atum emana nueve manifestaciones o Dioses, conocidos como la Enneada. Sin entrar en la complejidad de la Enneada, y su significado esotérico más allá de lo aparente, uno de estos Dioses, Seth, no esta sujeto a ninguna ley cósmica, sino que rige el caos y la oscuridad primordial.

Ciertamente, el nombre Seth deriva de Suth significando sombra u oscuridad, siendo el Dios sombrío del desierto, el Dios de la la oscuridad y el caos, la antigua Serpiente.

Seth es la Serpiente en el mundo manifiesto, en tanto que más allá de este mundo, su aspecto oculto es Apophis.

Se deía que Seth protegía a Ra en su » barca solar» ( «barca» que era un Vimana, siendo un modelo de geometría hiperespacial , hiperdimensional y suprahumana ) de los ataques de Apophis. Más al mismo tiempo, Seth era un aspecto de Apophis! Es decir, tras la dualidad de este mundo, y su confrontación de opuestos, se halla la síntesis y trascendencia en la serpiente.

Ilustrando este mismo punto, tenemos que cuando Ra mira al abismo , ve a Apophis. Pero aquí, la Serpiente Apophis , es su mismo fundamento oscuro desde el Origen. El doble oscuro de Ra.

En tal sentido se dice que todos los Dioses egipcios eran configuraciones de escamas de la antigua Serpiente, Apophis.

El termimo egipcio con que comunmente se designa a los Dioses es NTR o Neter ( en plural Neteru). Más aunque Neter fue traducido como «Dios» por los académicos, un significado más aproximado y correcto según otra fuente sería el de » fundamento oscuro del abismo». Es así que detrás de la manifestación visible de los Dioses egipcios en el mundo o espacio , se halla un fundamento oculto de su manifestación, cual buraco negro en el espacio, que tiene una representación en las aguas increadas del Nun, completamente ofídica.

Asi, independientemente de su representación iconográfica, los Dioses egipcios, sean de aspecto zoomórfico, antropomórfico, o antropozoomórfico, tras esa apariencia se halla su esencia reptil.

Los rostros de animales tan conocido, como el halcon, buitre, chacal, etc, son máscaras totémicas dentro de la manifestacion cósmica, máscaras detrás de las cuales todos los Dioses son serpientes o reptiloides.

En ultima instancia los Dioses son concebidos aquí ( independientemente de su función) como la personificación de fuerzas primigenias oscuras, con máscaras totémicas. Y tienen como fundamentación última un substrato ofídico procedente de la Antigua Gran Serpiente.

Estos Dioses, bajo la denominación de Neteru, junto a los seguidores de Horus o Shemsu-Hor, conformaron en el Egipto predinástico los ancestros sabios ofídicos de todos los faraones que surgieron posteriormente.

Como se menciono previamente, independientemente de la tradición de Heliópolis, Memphis, Hermópolis o Tebas, la serpiente se halla siempre al comienzo, en una instancia al principio y antes del tiempo cósmico.

Y de igual modo ocurre cuando llega el Pralaya o fin del período y retraimiento de la manifestación cósmica. Las Diosas de la cosmogonía egipcia, se dice se sacan sus máscaras de diversos animales, y asumiendo su forma original de serpientes, comienzan a devorar la creación.

Del mismo modo los Dioses, que desde su condición reptiloide permanecen inmutables, sin ser afectados por esta disolusión, se mantienen en el centro inmutable. Así todo va siendo devorado, hasta alcanzar el centro, o «vacío», en cuanto libre o más allá de condicionantes de materia, tiempo y espacio.

Todo surge de la Serpiente, y a ella retorna. Es decir, existe una fundamentación ofídica tras toda manifestación e inmanifestación, y todo este proceso, así como el retorno al Origen, se explican a partir del fundamento o substrato ofídico, mediante lo dextrógiro y lo levógiro.

Sin olvidarnos claro, el componente esencial del «lila» o juego-competencia de los Siddhas o Dioses, de un bando o del otro, en todo este entramado.

Allí la clave de comprender a la Serpiente desde el Origen, es decir desde la sangre, con el signo del origen.

En una parte del libro egipcio de los muertos , Osiris le pregunta a Atum que ocurrirá al final de los tiempos. A lo que Atum le responde que solo permanecerán ellos en forma de serpientes.

Cabe acotar que Seth es el doble oscuro de Osiris, y Apophis el doble oscuro de Atum. Siendo Seth y Apophis expresiones de la Gran Serpiente.

Tal relevancia mantenía la serpiente en el antiguo Egipto, que el faraón ostentaba la cobra en su corona, como referente de poder, protección y divinidad. Siendo un iniciado en los misterios de la Serpiente, y perteneciente al linaje de la Serpiente.

Es que el faraón, era una encarnación del verbo y poder oscuro del Dios oculto, es decir la Antigua Serpiente.

Más allá de las diversas cosmogonías según la época y psicorregión, es en la sabiduría de Egipto, bajo el velo iniciático de los mitos, como se puede comprender perfectamente a la Serpiente.

Atendiendo al fundamento ofídico de Neter, y teniendo en cuenta el juego e interacción de los Dioses ( Siddhas), se atisba la profundidad abismal de estos antiguos y ocultos misterios.

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METAFÍSICA DEL HAMBRE Y METAFÍSICA DE LA LOCURA

Por Christian C.

Más allá del modo en cómo es sustentado el encadenamiento espiritual por los Siddhas traidores, mediante la llave Kalachakra, tenemos una compleja metafísica arquetípica, que establece una conexión de sentido entre los designios hambre y locura, bajo la que el Yo perdido se mantiene capturado y fagocitado.

La misma puesta de sentido en los entes demiúrgicos, protagonizada por el Yo subsumido en el sujeto consciente, produce un despliegue o manifestación energética, que motoriza el movimiento de los entes, en dirección a su entelequia.

Utilizamos aquí el término «hambre» en un sentido metafísico mucho más amplio que la necesidad de satisfacer una función digestiva, aunque ciertamente en el reino animal, como creación demiúrgica, se advierte que el hambre, y no la necesidad sexual es el instinto primario.

Más en cuanto al hambre en su sentido más amplio, es el ansia de satisfacción, a través de distintos objetos de los sentidos, situaciones y personas, que parte desde la propia pasión esencial del Gran Antepasado.

De modo que esa puesta de sentido, por parte del Yo (proyectada a través del sujeto consciente, con el que el Yo se halla confundido), en su continua búsqueda y movimiento, le drena su propia vitalidad, su sangre, que es absorbida por la maquinaria demiúrgica puesta en marcha.

En la puesta de sentido, si bien el dolor y el placer (dos caras de una misma moneda) conforman la mayor expresión energética, cualquier reacción anímica postora de sentido (aceptación, admiración, rechazo, placer, dolor, miedo, tristeza, etc) alimenta este desarrollo entelequia, cuya hambre nunca se satisface, hasta la concreción misma de la entelequia.

Demás está decir que tras el hambre o ansia que el Yo asume ilusoriamente como propia, se halla el Demiurgo y todo su despliegue fagocitante, siendo el único consumidor en este juego suyo, en tanto se mantengan sus reglas, o dictámenes demiúrgicos.

Razón por la que, para esto continúe, el Yo debe mantenerse siempre fagocitado por el sujeto anímico, y la captura por el despliegue emergente de mitos y símbolos sagrados demiúrgicos.

En esta condición el Yo resulta continuamente fagocitado (lease «comido») en su fuerza volitiva, por multitud de deseos, emociones, ideas que pueden tornarse obsesivas, situaciones dramáticas y toda forma de ansia tras un objetivo, que es siempre un «llegar a ser», una entelequia a ser concretada, la cual precisa del «alimento energético» postor de sentido.

Con este mecanismo, a mayor o menor escala funciona toda la manifestación demiúrgica. Las mónadas y arquetipos, en su actualización en distintos grados en la materia, en su movimiento hacia la entelequia, toman del Yo perdido aquella fuerza necesaria, que debilita más y más continuamente al Virya.

A fin de cuentas, esa ansia de satisfacción o deseo, se enmascara bajo múltiples formas, más nunca se satisface, ardiendo como el fuego, que cuanta más leña se le echa, más se aviva.

Podemos observar que sea el caso que el objeto deseado no se obtenga, de un resultado a medias, se obtenga temporalmente, o un efecto negativo inesperado, en cualquier caso el ansia se mantiene, a veces saltando la persona de un objeto a otro, nunca hallando satisfacción plena. Y esto es debido a que el Yo, es una manifestación del espíritu increado, por lo que nunca puede saciarse en este mundo.

Además, el condicionamiento del hambre demiúrgica que asume el Yo encadenado como si fuese una expresión de su propia esencia, es posibilitado por el factor tiempo trascendente, con el que el Yo, bajo falsa identificación, se halla «casi temporalizado».
Ocurre entonces que sea por la proyección de un ansia al futuro, o los recuerdos con lamentación de lo que se ha perdido del pasado, siempre se mantiene encendida el hambre demiúrgica en todo momento.

Esencialmente la fagocitación se expresa a través de tres núcleos fundamentales, que son el sexual, el emocional, y el intelectual.

Quién no ha concebido acaso la sexualidad como una clase de «hambre»? Quién no ha escuchado alguna vez a alguien referirse a ser «carcomido» por algún recuerdo, pensamiento, o emoción?

O la expresión popular «me come la cabeza», o un enamorado que habla de alguien más que le ha «comido el corazón».

Todo esto demuestra que tras todos los móviles de expresión en este mundo, se halla subyacente el designio hambre.

Más todo parte de la puesta de sentido, que es el vínculo o enlace entre el sujeto ( el Yo del Virya) y el mundo externo.

Esta puesta de sentido puede efectivamente neutralizarse y revertirse, desde el mismo sujeto consciente que la ha proyectado. Además de retirar la puesta de sentido, el designio demiúrgico es combatido aplicando el principio del cerco y mediante la actitud graciosa luciférica, así como la oportuna proyección rúnica, siendo las runas las armas del Virya.

Más el punto a comprender aquí, es que la voluntad del Yo extraviado, resulta capitalizada para impulsar el desarrollo entelequia de la mónada demiúrgica, y diversos entes fenoménicos del mundo.

Cuando por efecto del tiempo (conciencia fluyente del Demiurgo), la manifestación universal llega a su entelequia, todo es fagocitado, o tragado por su fuente demiúrgica, teniendo así el designio hambre su mayor y última expresión.

La metafísica del hambre contempla que el Microcosmos en que se halla encadenado un Yo perdido, reciba del mundo su «alimento» energético necesario, que a su vez debe ser retribuido con la puesta de sentido en los entes y la propia fuerza volitiva, en una retroalimentación continua. Más, en la última instancia, cuando llega el Pralaya, todo es devorado o fagocitado por el Demiurgo, el consumidor final.

Tanta relevancia tiene el designio hambre en el mundo del Demiurgo, que antiquísimos cultos demiúrgicos, y posteriormente el cristianismo, han incorporado en su ceremonial la ingesta ritual denominada «teofagia», o «comer a Dios», manteniendo este principio, aunque más allá de esta ritualística, al final es realmente el cultor del Demiurgo quien resulta comido….

Este designio hambre, ejemplificando la situación que afecta al Yo perdido, tiene su correspondiente análogo, mítica y orgánicamente en el pulpo, el cual utiliza su mismo esfínter para comer y excretar, siendo así análogo a la secuencial manifestación y reabsorción del mundo, en diferentes Kalpas y Pralayas, por parte del Demiurgo.

Bajo desorientación y encadenamiento, el Yo perdido es «exprimido y reciclado» una y otra vez, desde tiempo inmemorial.

Todo movimiento y búsqueda desorientada del Yo perdido, de hecho, en sus muy variadas y diversas formas, se halla sujeto al designio hambre, capitalizando así todo el caudal energético emergente.

El designio hambre se expresa así en una amplia gama arquetípica, donde el más grande y fuerte se come al más débil, al modo de Renfield, el discípulo fracasado de Drácula, que buscaba internado en un psiquiátrico comer criaturas que a su vez habían comido otras más pequeñas, para así asimilar su esencia.

Más cuando el Yo se sitúa en el Selbst, desde el Yo infinito se propicia un ansia o hambre propia, que es en sí infinita, y puede por su mismo alcance infinito, tornarse devastadora para el mundo demiúrgico.

Aunque la corriente religioso-esotérica del budismo propone en una primera instancia «matar esa hambre» de que se es víctima en este mundo, denominándola «tanha» o «deseo inextinguible», su doctrina considera como objetivo la «extinción del Yo», al que concibe como ilusorio, sin por lo tanto enfocarse en el verdadero Yo, y su «ansia infinita», que no es de este mundo.

Aunado al designio hambre, el Virya perdido se halla completamente extraviado y confuso en cuanto a su condición como expresión del espíritu increado. Esta situación, de hallarse no consciente del propio Yo, identificado falsamente con el sujeto anímico, es ciertamente una condición de locura.

Es una locura haber olvidado el Origen, y como bien nos dice Nimrod de Rosario, es una locura haber olvidado a Lilith, la Dama del Origen.

Es una locura asimismo haber olvidado la lengua primordial rúnica del Origen. Y es una locura, que siendo en esencia un Dios, se padezcan en este mundo las limitaciones de un humano mortal y condicionado.

Es una locura que en el mundo del Demiurgo, en su sueño, el Yo extraviado la busque a Ella, y que se continúe indefinidamente buscando el bien y beneficio propio en este mundo al que uno no pertenece.

Es la vida en este mundo una situación de locura, miserable, temporal, e insubstancial. Ilusoria en última instancia desde el espíritu.

Y bajo tal condición se interactúa con otros Viryas perdidos en similar situación.

En fin, son innumerables las condiciones de locura del mundo demiúrgico, más se han mencionado algunos ítems que atañen directamente al encadenamiento espiritual.

Esta condición de locura es la que el Demiurgo y sus agentes propician más acentuadamente en un Virya que procura reorientarse, para sumirlo en un mayor grado de confusión estratégica, bajo distintos paradigmas, que varían según el espacio de significación y contexto axiológico, activándose así los más variados y oblicuos mitos y símbolos sagrados, e incluso en algunos casos, hundiendo al Virya en la caótica miseria anímica del alma.

Esto es lo que ocurre a menudo cuando un Virya orientado procura el retorno al Origen. Como contraofensiva demiúrgica se activan los resortes ocultos del designio serpiente demiúrgico (designio consistente en una serie de matrices arquetípicas funcionales, que regulan toda la dinámica energética), para impulsar una regresión anímica en el Virya, que genera una completa desestabilización energética, deviniendo en un mayor grado de confusión sanguínea, concebido como locura.

En ese estado de confusión, el aspecto reptil del Virya, el «lagarto» de las profundidades de la psique, no logra emerger, y por el contrario las convulsionadas aguas turbulentas en que se halla, generan una completa desestabilización, capitalizando esa fuerza primigenia del inconsciente para la condición de mayor extravío propiciada.

Independientemente de este caso concreto, el Yo perdido siempre se halla en un mayor o menor grado de confusión o locura.

A fin de cuentas, es siendo afectado por el designio locura y el designio hambre, como el Yo perdido resulta fagocitado, debilitado, siendo drenada su esencia última o sangre.

Sangre o esencia vital que ha sido drenada, succionada bajo fagocitación demiúrgica, y esparcida por toda la creación como «combustible» energético, la cual debe ser recuperada y asimilada nuevamente. De allí que un succionador mayúsculo de vitalidad como el demiurgo, se halla en el rol de un gigantesco vampiro, que precisa drenar la vitalidad para sostener su mundo o creación. Y por otra parte, el Virya orientado, luciferino, que busca recuperar esa sangre o esencia perdida, aquí y allá, tomándola por la fuerza, asume también el rol vampírico, más en oposición al Demiurgo.

Tenemos así un ansia o búsqueda de sangre (designio hambre) demiúrgica, que tiene su expresión última en la fagocitación universal al final del Maha Pralaya, cuando toda la creación es reabsorbida o devorada nuevamente.

Y también un ansia de búsqueda por reintegrar la propia sangre, que atañe al Yo encadenado que busca reorientarse y liberarse.

Y al igual que en el mito de Osiris, cuyo cuerpo fue despedazado y desparramado por toda la tierra, de igual modo el Virya orientado debe iniciar su búsqueda para reintegrar su «sangre drenada», a través de todo el árbol familiar, para así llegar al Gran Antepasado. Y drenar asimismo la sangre ajena al Demiurgo, pero asimilada por captura en su creación, para así debilitar la obra demiúrgica.

Debemos atender al respecto a un significado gnóstico de la sangre, de esencia mucho más sutil que la hemoglobina, la cual no es sino su expresión física burda. Desde ya que la sangre, incluso a nivel físico, contiene la esencia de que es portadora en su esencia última, habiendo aquí, justamente debido a la naturaleza dual del Virya, una combinación tanto de lo anímico como de la memoria de sangre desde el origen, más clara u opaca dependiendo del grado de pureza de sangre, la cual debe no obstante distinguirse (aunque haya cierta relación) de la pureza racial.

Bajo la mencionada consideración gnóstica de la sangre, se comprende también que la «succión de sangre» o «drenaje vital», no implica necesariamente (aunque pueda ocurrir en algunos casos) el beber sangre, ya que esta esencia vital puede también obtenerse energéticamente del Prana (a través de una respiración controlada), con idéntico resultado.

Más es un hecho, que con determinados objetivos estratégicos desde lo luciferino, puede efectivamente en ocasiones también beberse el líquido de la sangre.

Desde la pasión ha sido plasmado en la sangre el Símbolo del Origen, y es desde la sangre que se expresa la pasión en el Virya, como afluente de la pasión del Gran Antepasado.

Esta esencia sutil de la sangre, es la que media entre la voluntad, expresión del Yo, y el sujeto anímico. De allí que la captación de la voluntad del Yo extraviado, capitalizándola para el empuje entelequia del sujeto anímico, sea un «robo de sangre» del Virya, quien debe rescatarla. Y tomemos en cuenta que esta sangre del Virya, ha contribuido no solamente al desarrollo evolutivo del propio Microcosmos en que se halla, sino de numerosos entes.

Se entiende entonces que la venganza luciferina consista en drenar toda la creación de esta sangre, lo que comienza por desestabilizar la superestructura, y deja al Demiurgo, digamos «anémico», o convaleciente.

Esta desestabilización tiene un profundo y mayor alcance que la resignación de los designios (a la cual complementa en la estrategia) siendo un acto guerrero, que hace tambalear los mismos cimientos demiúrgicos.

Se comprende ahora mucho mejor con lo antes mencionado, por qué nuestra reina y Diosa Lilithu (Lilith), quien es también la reina de los vampiros, mantiene una expresión o aspecto suyo infiltrado en el mundo del Demiurgo. Concretamente en la oscura zona de los Qliphot, reverso del árbol de la vida, y manifestación en las sombras del inconsciente demiúrgico.

No sorprende entonces que desde las múltiples vertientes del sendero demiúrgico de mano derecha (teósofos, rosacruces, y religiones convencionales) la figura del vampiro haya sido retratada como el mal en persona, y estigmatizada al extremo. Un peligroso símbolo luciferino, al igual que la serpiente, el dragón, y tantos otros, que debía ser rápidamente neutralizado, y a la vez tapasignado.

Se toma así desde lo cultural una acepción del vampiro vinculada al drenaje energético, o un significado superficial de la asimilación de la sangre, canalizando a tal efecto el arquetipo de Renfield, sin comprender el trasfondo oculto y luciferino del vampiro, que resulta extremadamente oblicuo de aprehender debido a la desorientación cultural del enemigo.

Tampoco se advierte el drenaje vital demiúrgico que protagonizan los Arcontes, no comprendiendo así cuál es el verdadero enemigo vampírico, ni mucho menos se comprende que como luciferino y enemigo de la creación, también se debe asumir un rol similar pero opuesto, siendo tal luciferino rápidamente señalado desde lo demiúrgico como un «vampiro oscuro» que debe aniquilarse.

Tal el caso por ejemplo de los adeptos del Círculo Kaula, temidos, y con fundamento, como vampiros.

En la película » El muñeco maldito», film desaparecido y protagonizado por Narciso Ibañez Menta, (basado en un cuento de Gastón Leroux) tenemos la vinculación explícita entre los adeptos del Círculo Kaula y el vampirismo. Similar fama han adquirido, no sin razón, los seguidores del Kaula en la India y el Tíbet.

La diferencia en este caso radica en que el vampiro luciferino procura la liberación del propio Yo, o de sus Kameraden, y en oposición al Demiurgo.

Ante todo el Yo debe desvincularse y separarse del sujeto anímico, al que debe resignarse (mediante la aplicación del principio del cerco y la rúnica noológica de Tirodal), para así cesar con la puesta de sentido, que es lo que permite fagocitar su propia sangre por el Demiurgo y sus Arcontes.

Debe así irse más allá del extremo del designio hambre, bajo la comprensión gnóstica luciferina, para enfrentar la captura demiúrgica con su propia operativa, pero en sentido inverso, drenando ahora la vitalidad del mundo demiúrgico, y recuperar la sangre perdida.

Y al igual que la reintegración de Osiris despedazado requirió la asistencia de Isis, el Virya precisa de igual modo el auxilio de Ella, a veces reflejada o canalizada, o » encarnado gnosticamente» su poder, en una mujer Kali, una Dama Kalibur, una Soror mística, una Walkirya, etc, según la vía gnóstica de liberación asumida.

Osiris se torna en un «Dios de los muertos» luego de su resurrección iniciática desde el inframundo, zona oscura donde todo iniciado debe descender a sus profundidades abisales.

Entre otros referentes iniciáticos de los misterios de Egipto, podemos mencionar también a la serpiente Apophis del inframundo, Seth ( desdoblamiento de Apophis), quien más allá de lo demiúrgico, propicia aquí la muerte iniciática de Osiris, para su posterior renacimiento transmutado.

Estamos aproximándonos aquí muy oblicuamente a un significado gnóstico del mito de Seth y Osiris, y por lo mismo de una mayor profundidad que el significado en un nivel de comprensión habitual y convencional, siendo que los mitos comprenden distintos niveles de significado, desde el frontal y horizontal, pasando por niveles contiguos, y otros cada vez más oblicuos, con sus respectivos lenguajes.

El escarabajo, entre los iniciáticos símbolos egipcios, representativo de la inmortalidad, es aquí análogo al dragón verde, con igual significado.

Y de igual modo, entre los grabados jeroglíficos de aquellos sarcófagos ancestrales (que no eran «tumbas» en el sentido usual del término, sino cámaras iniciáticas de muerte y renacimiento) se destaca también la felina Diosa Sekhmet, que rige la iniciática magia roja ( vía alquímica de transmutación), cuyo poder se expresa como un rayo verde (al igual que la esmeralda de Lucifer), y al descender a este mundo se torna rojo como la sangre.

Se aprecian así las claves de un proceso iniciático, que parte desde este mundo de la sangre, para mediante la transmutación alcanzar el luciferino rayo verde, y la divinidad perdida.

Esta «ansia» luciferina, encuentra en lo cultural su reflejo e inspiración desde la sangre en el film del mismo nombre («The hunger» o «El ansia», protagonizado por David Bowie), donde además del guiño de la iniciática cruz Ankh egipcia ( símbolo por el que los Dioses egipcios conferían la inmortalidad), aparece en su banda sonora la canción » Bela lugosi´s dead» del grupo Bauhaus, tema que remite nuevamente al vampiro y su secreto de la inmortalidad.

Tenemos entonces que el Virya perdido es capturado por el designio hambre, como lazo encadenante de su permanencia en este mundo, resultando presa asimismo de una condición de locura, bajo el mismo designio locura, para de ese modo ser posible la confusión del Yo perdido.

Se mantiene de esta forma tras los designios mencionados, un enlace metafísico/arquetípico, bajo el sistema kalachakra mediante, de la metafísica del hambre y la metafísica de la locura.

Para revertir tal situación, resulta menester protagonizar como sujeto individualizado y aislado de lo anímico, un ansia propia de la búsqueda de sangre (opuesto a la succión o drenaje de que se es objeto), para así no ser ya alimento del hambre demiúrgica, sino (como declarado luciferino enemigo del Demiurgo), un succionador o vampiro, que busca rescatar la sangre o vitalidad propia, restaurándola a su pureza mediante la transmutación, y combatir debilitando la obra del Demiurgo.

Se «revoloteará en tal sentido un tiempo, con transmutadas alas negras cual murciélago», para finalmente abandonar este mundo como Dragón, hacia el Origen.

Se es así inicialmente un «hijo del Dragón», un Drácula, para eventualmente mutar en un Dragón mismo, similar al Siddha Dracula!

Esta búsqueda, asimilación y reintegración de la sangre perdida, arrebatándosela al Demiurgo, tiene su expresión figurativa en los colmillos del vampiro…. Y los colmillos de la Serpiente!

Únicamente desde una aprehensión noológica del designio hambre, puede obtenerse la comprensión gnóstica última del mito de Drácula.

Este vampirismo luciferino tiene también su imitación a modo de sombra, por parte de ocultistas y cultos demiúrgicos, donde la asimilación de la sangre se mantiene únicamente en un nivel superficial, aprovechando las propiedades del adrenocromo y sus beneficios, como la vitalidad energética e incluso una extensa prolongación de la vida, pero nunca se llega al misterio iniciático de la esencia de la sangre, la memoria de sangre o Minne, desde el Origen.

Este misterio es accesible únicamente para el luciferino, y en tal sentido existe un sistema gnóstico-iniciático vampírico, encuadrado en el sendero de mano izquierda.

Se trata de una vertiente de la misma alquimia, pero abordada desde un lado oscuro y siniestro. Sistema luciferino que los iniciados del Círculo Kaula conocen muy bien.

El iniciado luciferino despierta un ansia o «hambre infinita» propia, que no puede saciarse en este mundo, y lo impele continuamente al drenaje vital, tanto para recuperar la sangre perdida, como para debilitar la creación demiúrgica.

Del mismo modo, el estado de locura antes mencionado resulta resignado por una «locura» luciferina, (y por supuesto, todo lo opuesto al Demiurgo es considerado desde lo cultural sinárquico como locura), tal como Nimrod de Rosario nos refiere en «El misterio de Belicena Villca», respecto a los miembros de la casa de Tharsis:

«¡Oh la locura de los Señores de Tharsis, que los había tornado impredecibles durante
cientos de años de persecuciones, y que se manifestaba como el Valor Absoluto
de la Sangre Pura, un Valor tan elevado que resultaba inconcebible cualquier
debilidad frente al Enemigo!»

Este comentario lo refiere Nimrod de Rosario en la novela mágica, en relación a un espeluznante incidente concreto. Se trata de cuando Lamia de Tharsis está siendo torturada por los Golen, para obtener su confesión de la entrada a la caverna secreta, y así apoderarse de la piedra de Venus de la casa de Tharsis.

Su hijo Rabaz es conducido al sitio, buscando de ese modo amedrentarlo, para obtener si no la confesión de su madre, seguramente la suya. Más en lugar de esto, Rabaz, con las manos atadas a la espalda, como siendo «impulsado por una locura mística» se adelantó de dos saltos donde estaba su madre sobre la mesa de tortura, y de una dentellada le dio muerte, destrozándole la vena yugular izquierda.

Un terrible acto estratégico guerrero de honor, que desde la mentalidad demiúrgica se percibe como locura, más no se trata de una locura como afección patológica, o enfermedad mental, sino muy por el contrario, una locura mística, que no es de este mundo.

Esa locura mística lleva al iniciado fuera de los grilletes del mundo demiúrgico.

Efectivamente, en la saga artúrica, cuestión asimismo mencionada en «El misterio de Belicena Villca», el Gral es hallado por Parsifal, un «loco puro».

Similarmente, la hazaña heroica de Rudolf Hess arrojándose en paracaídas sobre territorio británico enemigo, es considerada desde la confusión estratégica en la sangre, como locura. Y es que, Rudolf Hess protagoniza en este contexto la «locura mística» de Parsifal, también según es referido en la novela mágica.

Ocurre de este modo que algunos actos heroicos y luciferinos dentro de una determinada estrategia, son considerados desde la ignorancia y la visión demiúrgica como «actos de locura». Pero más allá de esta limitada comprensión, existe un estado de «locura mística», necesario y útil para enfrentar al Demiurgo y salir de este mundo demencial, que resulta completamente inconcebible fuera del radio luciferino.

Y sólo desde esta locura mística luciferina, se comprende cómo a veces «perdiendo» una batalla en este mundo, se está en realidad ganando!

El mismo hecho de marchar contra el mundo es considerado locura. Más no se trata de una rebeldía per se, o producto de una frustración psicológica, ni de una psicopatología, sino que se fundamenta en una comprensión gnóstica.

Resulta así que la oposición al mundo del Demiurgo, buscando salir de su aprisionamiento, es una locura mística, que trasciende o va más allá de la demiúrgica metafísica de la locura.

Pero desde la consideración cultural en el mundo de la materia, ciertamente que todo lo que se halle fuera del mundo creado, es temido, negado, rechazado, considerado como oscuro y caótico, y en última instancia, locura.

Tenemos entonces, que en el extremo matricial arquetípico de los designios hambre y locura, se plasma un reflejo luciferino, extremadamente oblicuo e inaprehensible desde la confusión sanguínea, donde el Virya ya orientado y despierto ( o un Siddha que desempeñe ese papel en tal sentido) protagoniza un ansia luciferina y vampírica propia, y una locura mística, que lo conduce al Gral, al Origen y a la liberación, siendo la esencia gnóstica de su sangre ya no roja sino verde, siempre en alineamiento con los Siddhas reptílicos del Origen.

Por otro lado, en este nivel ya se está a resguardo del designio hambre, dado que se ha operado una mutación en el Virya, que manifiesta en su conducta no la actitud lúdica o sacralizante, sino la actitud graciosa Luciférica en forma consciente, por lo que ya no resulta un «bocado» apetecible para el Demiurgo, aunque si un blanco sobre el que intentará descargar toda su artillería para destruirlo.

Evidentemente tal iniciado, fuera del alcance de la metafísica del hambre, ha sido,no fagocitado y devorado por el Demiurgo, sino por el contrario, iniciáticamente tragado por la Gran Serpiente luciferina, emergiendo de sus fauces completamente transmutado.

Esta transmutación, habiendo sido «devorado» iniciáticamente, y luego su posterior regurgitación, significa haber recibido el elixir de la Serpiente luciferina (el elixir de su sangre y veneno combinados alquímicamente), y es desde luego un resultado completamente distinto y opuesto que la fagocitación por parte del designio serpiente demiúrgico.

El designio hambre ha sido resignado a este punto entonces, por el despertar del propio ansia o «hambre infinita», fuera del interés demiúrgico.

Esta expresión de hambre infinita, no demiúrgica, tiene su tipificación mítica también en el pulpo, representación en este contexto del «niño de piedra», en relación a un «infinito mar de leche» necesario para calmar su hambre.

Hambre infinita, que pese a buscar reasimilar esa esencia última (esencia expresada míticamente como «leche» o «sangre»), no encuentra nunca aquí en este mundo su satisfacción, por lo que se procede a destruir la obra del Demiurgo.

Tenemos en esta instancia un Yo focalizado en el Selbst, que se ha centrado en el Infinito actual, su dimensión infinita, más continúa todavía manifestándose en el mundo. Es así que su ansia infinita no puede satisfacerse en este mundo limitado, por lo que en su hostilidad esencial, o furor berserker, procede a destruir la creación limitada, o lo que es lo mismo, ir drenándola desde dentro.

Así, continuando con el mito del pulpo, aquel Kraken gigantesco procede a devorar embarcaciones enteras, representando el mismo principio.

No puede dejar de acotarse, que en aquella serie de los años 80, » El pulpo negro», también protagonizada por Narciso Ibañez Menta, la figuración del pulpo negro como signo o señal de muerte, ha sido indudablemente un argumento captado desde la sangre (consciente o inconscientemente), con idéntico significado iniciático.

Y en cuanto al designio locura, similarmente ha sido resignado por la locura mística, como aquella de los señores de Tharsis, la locura de un Parsifal, de un «loco puro», mística heroica sin igual, que para los cánones establecidos del mundo resulta siempre demencial e inconcebible. Está fuera de alcance para alguien no iniciado en los oscuros misterios del luciferismo, donde bajo la comprensión gnóstica luciferina se mantiene la risa frente a toda situación dramática, comprendiendo su carácter ilusorio, y afrontando con valor y coraje cualquier obstáculo que se presente.

El vampirismo luciferino tiene como referente al mito de Caín y su hermana Qalmana, quienes según cierto registro, nacieron con siete cabezas, y mamaron leche del pecho de Eva, succionando asimismo su sangre.

Tenemos en este mito variados significados gnósticos, siendo uno de ellos el vínculo explícito entre Caín y el vampirismo. Más por otra parte, la herencia hiperbórea de sangre se transmite por vía materna (como es mencionado en relación a la prueba de familia en el Tomo 9 de Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea, -Posibilidades de la vía tántrica-), por lo que se comprende que Caín escenifica aquí la reintegración de la sangre hiperbórea. Y lo hace, en el mencionado mito, teniendo tanto él como Qalmana, siete cabezas! Lo cual significa gnosticamente una capacidad suprahumana de absorción de la sangre. Ciertamente, la condición de un vampiro.

Esta tendencia a reasimilar la sangre es manifestada desde el mismo nacimiento, dado que Caín es hijo de la Serpiente!

Y desde un significado más oblicuo, considerando que la raíz etimológica de Eva (Havah) significa también serpiente, lo que Caín está procurando es la sangre o esencia de la Serpiente.

Como no podía ser de otro modo, según lo ejemplificado en este mito, el secreto ancestral de la sangre es el secreto de la Serpiente!

Encontramos así en Caín, rebelde luciferino, al primer vampiro del mundo, e hijo de la Serpiente, siendo el linaje vampírico de Caín, el linaje de la Serpiente.

Desde ya, quienes pertenecen gnóstica y luciféricamente al linaje de Caín, llevan en su sangre la «marca prohibida de Caín», o «marca de la raza Serpiente», («marca» que no es otra que el Signo del Origen). Y únicamente quien porte esta marca ofídica gnóstica puede reconocer a otro hombre o mujer serpiente!

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Drácula y el secreto del vampiro -Cuarta parte-

Por Christian C.

Debemos distinguir entre «entidades vampíricas», catalogadas bajo muy variadas clases, de vampiros transmutados luciféricamente como tal.

Dado que es un tema que se presta a confusión, se hacen necesarias algunas clarificaciones.

Respecto a entidades vampíricas que drenan la vitalidad, puede tratarse en algunos casos de espectros fantasmales con cierto poder, de «sombras», tratándose de residuos energéticos de entidades espectrales, de parásitos energéticos creados a veces intencionadamente a modo de «egregor» como campo de fuerza, u en otros casos producidos por una plasmación energética de personas obsesas, con más o menos fuerza dependiendo el caso.

También se hallan las entidades llamadas «larvas», (denominadas «larvae» por los romanos), espectros de gran poder, similar a los brahma-rakshasas del hinduismo.
Los mencionados casos son equiparables también en el ámbito humano a personas que por su baja condición energética (en ocasiones alcohólicos y drogadictos) absorben la energía de otras personas, para así sustentar su vitalidad.

Todos estos casos, que bajo cierto concepto son notados bajo una concepción vampírica, se hallan fuera del vampirismo luciferino, y responden al designio hambre.

Después tenemos otra categoría, la del «vampiro nacido», de personas que nacen ya con cierta propensión a beber sangre (o despiertan esta tendencia eventualmente),sea de una afición tipo fetish, o hallando aquí también muchos ocultistas que buscan a través de la sangre aprovechar sus propiedades ocultas, siddhis místicos, conexión a través de la sangre con entidades de otros planos, establecer un vínculo psíquico a la distancia con determinada persona de la que se bebe su sangre, recuerdo a través de la sangre de vidas pasadas, la ingesta mágico-esotérica del kalas menstrual, etc.

En ocasiones, estas personas con propensiones vampíricas pueden incluso presentar en su propia fisiología rasgos vampíricos, o en su conducta, como evitar la luz solar y tener mayor rendimiento durante la noche, rasgos de piel y mirada vampírica, dientes tipo colmillos acentuados, apreciándose así en cierto nivel una hibridación entre lo humano y vampiro.

Algunas de estas personas pueden en determinados casos (en otros no) orientarse a veces hacia cierto grado de gnosticismo y luciferismo, lo que podría encauzarlos hacia la transmutación.

La interpretación moderna científico-racionalista, que pretende adjudicar los casos de vampirismo a la enfermedad llamada porfiria eritoproyética, no es sino una aproximación muy externa o superficial, que ni siquiera se asoma a los significados oblicuos del vampirismo.

Más allá del caso tan conocido de vampirismo energético, y el de aquellos con una propensión innata, o a veces luego desarrollada, hacia la sangre (y manifestando en ocasiones características psico-biológicas de vampiro), tenemos luego una tercer categoría, que es la de los vampiros transmutados.

De modo que más allá incluso de las claves simbólicas e iniciáticas que uno pueda asimilar del mito del vampiro, y de Drácula, existe la condición de Siddha como vampiro. Y nunca es suficiente repetirlo, se trata aquí de un vampirismo luciferino. El mismo de Lilith y Caín.

El vampiro transmutado puede mantener su condición sea en un cuerpo físico incorruptible, transmutado, o incluso en otros casos, luego de la muerte (más allá que el cuerpo físico pueda extrañamente a veces permanecer en la tumba sin descomponerse), en un doble astral ya transmutado.

En este último caso, se precisa no obstante un vínculo o enlace físico que pueda facilitar la manifestación desde el lado astral, para «materializarse» en el plano físico. Y este enlace es la sangre. Esa es una de las razones de porqué un Siddha que mantenga la condición de vampiro procura sangre, ya que desde el plano sutil o astral ,es a través del vehículo de la sangre como puede densificar su forma, de modo que sea perceptible para otros en este plano, de igual modo que si estuvieran viendo a una persona en este mundo.

Desde ese estado, en que incluso densificándose la forma el vampiro mantiene su condición espectral, se da el fenómeno en que no es reflejado en un espejo.

No ocurre así desde luego, independientemente de la clase de vampiro, en aquellos que poseen una forma física.

A diferencia de algunos casos de vampirismo energético ya mencionados, las categorías del vampiro nacido ,en ocasiones, y el vampiro transmutado, no sólo no carecen de energía o vitalidad que deban compensar, sino que por el contrario evidencian un alto flujo energético.

Otro de los motivos de cuando un Siddha vampiro succiona sangre, es que le permite «medir» la pureza o impureza de sangre de una persona, y determinar su posibilidad de transmutación, en cuyo caso le dará además a beber de su propia sangre, la «esencia del vampiro», que comprendámoslo, es una síntesis de combinación alquímica de sangre y veneno de serpiente. Por supuesto, de una matriz del designio serpiente extremadamente oblicua, donde ya se refleja la esencia luciferina de la Serpiente. Esencia que es asimilada por el gnóstico luciferino para posibilitar la transmutación.

Una tercer variante de cuando un Siddha vampiro drena la sangre de otra persona, es para desestabilizar energéticamente la superestructura, debilitando así la obra del Demiurgo, y en oposición a la creación demiúrgica, a la «vida cálida y creada».

Aunque puedan connotar culturalmente un concepto común, cual es el del «muerto-viviente», debe tajantemente diferenciarse entre el vampiro y el zombi, creación artificial mediante drogas (tema del que Wave Davis en su libro «La serpiente y el arcoiris » ha presentado una excelente investigación), siendo el zombi un esclavo infrahumano. En tanto que el vampiro transmutado es un ser completamente liberado del condicionamiento material, y por lo tanto, suprahumano.

Ahora bien, sin entrar en detalles del complejo proceso alquímico de como surge por transmutación un vampiro, se puede acotar que dadas las correspondencias alquímicas de los metales con los astros, y tomando en cuenta que el vampiro (así como el hombre lobo) es un ser de la noche, el iniciado logra la fijación de la plata viva ,elemento asociado a la luna, cuya luz se halla fuera del entramado solar de la kalachakra entre la Tierra y el sol. (Si bien la luna refleja la luz solar, no se halla en el radio donde esta luz y logos designador resulta interceptado y alterado por el sistema kalachakra).

Resulta así que la fijación de la plata viva (mercurio completamente coagulado) mediante el procesamiento alquímico, y por otro lado la radiación luciferina del sol negro en el propio adepto, logran cristalizar esta forma transmutada de vampiro.

Todo este proceso alquímico oculto de transmutación, concierne a la gnosis cainita, la gnosis de la Serpiente.

Encontramos vestigios cainitas en Rumania (que comprende Transilvania, región en la antiguedad conocida como la Dacia hiperbórea, a donde se dirigieron los argonautas en busca del «vellocino de oro», o la inmortalidad), en el antiguo culto de Salmoxis.

Este Dios, Salmoxis ( o Salmonix) , es uno de los mayores misterios o enigmas para los historiadores de antiguas religiones, habiendo algunas referencias históricas perdidas aquí y allá, sobre las que se han elaborado distintas teorías.

Fue Mircea Eliade quién sistematizó una teoría más o menos consistente respecto a Salmoxis, adjudicándole un rol iniciático, vinculado a lo que técnicamente se denomina » ritual de paso».

Y considerando que atañe a un » Dios de los muertos», se trata de los secretos iniciáticos de la inmortalidad.

Partiendo desde su significado etimológico, según Porfirio la palabra dacia «Zalmos» significa piel, por lo que, según otros como Diógenes de Laercio, Zalmoxis siginifica » piel de oso», atento a la versión que habría sido cubierto con una piel de oso al nacer.

Así se han dado significados como » Dios oso» o » Dios de la piel de oso».

El oso, al igual que el lobo, es un referente mítico hiperbóreo (el «ursus terrificus»), lo cual ya nos da un primer indicio desde el mismo nombre.

Su morada en los Cárpatos, vinculado a los misterios iniciáticos de la inmortalidad, así como su propia muerte y retorno a la vida, brindan el marco en que se desarrolló en esa psicorregión un culto iniciático vampírico , al que se adhirieron miembros de la aristocracia de sangre pura, como Segismundo de Luxemburgo, los Drácula, los Bathory, los Garai y los Cille.

Aunque se ha vertido información muy variada y hasta contra-iniciática en relación a Zalmoxis , en un intento claro de confundir y desinformar, debemos atender a los elementos claramente hiperbóreos, para comprender su rol significativo en todo el contexto.

Lo que si queda claro, a partir de numerosas referencias de distintos autores, es que Zalmoxis tuvo alguna vez su protagonismo en el mundo humano (real o simuladamente) , estableciéndose luego en una condición iniciática trascendente, fuera del ámbito mortal.

Al igual que en el film «Conan el bárbaro» de 1984, protagonizado por Arnold Schwarzenegger , y basado en la obra literaria de Robert Howard, en que Conan ( personaje que encarna algunos aspectos de Wotan) pasa por un período de esclavitud y sometimiento para luego liberarse y acceder a los secretos de la inmortalidad y la liberación, similarmente ocurre en la historia de Zalmoxis.

Acorde a referencias brindadas por el historiador Heródoto, Zalmoxis fue iniciado en los misterios de Eleusis, que sabemos eran hiperbóreos.

Tenía su morada en el ámbito subterráneo. Según una versión, en una cámara subterránea creada adrede.Acorde a una segunda versión, esta morada secreta se hallaba en una gruta de la montaña tracia Kogainon.

Recordemos al respecto las referencias dadas por Casanova en su Isocameron, de túneles que conectaban con grutas subterráneas en aquellas regiones.

Según una tercera versión, su morada subterránea era el mismo Hades, que sabemos es una denominación mítica del mundo intraterreno de Agartha.

Recapitulando, tenemos un Dios en la antigua Dacia hiperbórea, que escenificó en este mundo la muerte y renacimiento, vinculado a los misterios de la inmortalidad.

Mantenía una morada oculta subterránea, que tiene connotaciones con el mundo de Agartha.

Fue iniciado además en los misterios hiperbóreos de Eleusis., Y sin olvidar la prueba iniciática de los antiguos Dacios, vinculada a Salmoxis, que consistía en una muerte y renacimiento iniciático, siendo atravesado por una estaca, o empalado por lanza, lo cual nuevamente indica una prueba apta para guerreros sabios.

Al igual que la prueba iniciática de Pyrena, la Diosa del fuego frío, en que el iniciado ciertamente moría, renaciendo luego como hombre de piedra, transmutado.

Indicios todos estos , que más allá de la información confusa, aluden al carácter hiperbóreo de Salmoxis.

La orden del Dragón ( a la que pertenecía Vlad ll, Dracul, y su hijo Vlad lll, Drácula) confería la iniciación en los oscuros misterios de Zalmoxis.

Estos antiguos misterios han sido acercados veladamente en forma literaria, cuando Bram Stoker escribió Drácula.

Bram Stoker ha presentado en Drácula, bajo una aproximación iniciática , el misterio de la sangre, y el misterio de la guerra., Al navegar a contracorriente en el «río de sangre» arribamos al misterio de A-mort, del cual en la versión cinematográfica «Drácula» de Coppola, se presentan más explícitamente algunas claves iniciáticas.

Y en cuanto al misterio de la guerra, se aprecia la oposición en combate por parte de Vlad Draculea, tanto a musulmanes como cristianos, en distintas circunstancias, siendo ambas religiones demiúrgicas.

Este conocimiento iniciático referido a Drácula, Bram Stoker lo obtuvo dada su condición de ocultista e iniciado de la Golden Dawn, tras canalizar además al Siddha Dracula, presentando así bajo un formato literario, y con algunas cuestiones codificadas, a un Siddha inmortal.

Aunque pudiera presentarse la duda de porqué razón Bram Stoker presenta a un Siddha con un «primado negativo», o en el rol de de lo que culturalmente se asume como un villano , deben considerarse al respecto varios puntos.

En primer lugar, la obra literaria «Drácula», fue concebida para transmitir un mensaje que debía traspasar la mentalidad puritana de entonces, muy acentuada, por lo que esta obra y su escenificación teatral (tiempo antes de ser llevada al cine), mantenía un filtro para evitar la censura, a la vez que tras ese velo cultural adrede «del bien contra el mal», se presentaban elementos del vampirismo luciferino, que iniciados de la Golden Dawn, y de la orden Thule, pudieron comprender perfectamente.

En segundo lugar, desde lo demiúrgico los valores de «bien y mal» se hallan invertidos, falsificando la historia , y exponiendo como «mal» todo aquello que se halle fuera de las religiones del sendero de mano derecha.

En tercer lugar, quien ha comido del «fruto prohibido» , el fruto ofrecido por la Serpiente, se halla más allá del bien y el mal de este mundo, conociendo ambos y pudiendo adoptar el llamado bien o mal , según su estrategia lo requiera.

Y desde ya que si por «mal» entendemos aquello opuesto a lo demiúrgico, entonces ciertamente que bajo tal concepto nos declaramos adherentes del mal. Pero se trata de un mal de una dimensión metafísica tan profunda, que no puede compararse al limitado y mezquino mal humano.

Similarmente, pudiera surgir en algunos la pregunta de porqué siendo Drácula un Siddha, la obra de Stoker finaliza con su muerte. Y la respuesta, desde la comprensión gnóstica en la sangre, es que Drácula ciertamente no ha muerto.

Quien sepa leer entre líneas, comprenderá el significado gnóstico esotérico de ese episodio literario , en cuanto al puñal en el corazón, y la decapitación.

Debe destacarse a este punto nuevamente, que el Siddha, libre del condicionamiento material de la forma, tiempo y espacio, puede manifestarse durante su estadía en este mundo bajo distintos aspectos. Y así apreciamos bajo distintas apariencias, Siddhas como hombres serpiente, hombres lagarto, Dragones, Djinns (genios), vampiros, y hombres lobo.

También cierta clarificación puede precisarse respecto a Bram Stoker como iniciado de la Golden Dawn.

La Golden Dawn originalmente, según se refiere en «El misterio de Belicena Villca», era hiperbórea.

Si bien tampoco puede decirse que la Golden Dawn fuera completamente hiperbórea, sí es un hecho que tenía una orientación hiperbórea.

Y el hecho es que Bram Stoker estaba adherido a la Golden Dawn, pese a que hoy día se haya «extraviado» la documentación que lo acredite.

Más ,diversos investigadores del ocultismo lo avalan, como Pawels y Bergier en su libro «El retorno de los brujos», y otros.

Y aunque el ingreso a la Golden Dawn de Aleister Crowley en 1897, pudo darle a esta orden otro perfil y orientación ,para entonces Bram Stoker tenía ya listo su libro Drácula, que le llevó seis años escribir, entre 1890 y 1896, siendo publcado en 1897.

De modo que descartamos cualquier posible influencia externa y desviadora en la obra literaria de Drácula, ya que fue escrita en el período que la Golden Dawn mantenía aún su perfil luciferino hiperbóreo.

De allí el contacto que mantenía Bram Stoker con Von Sebottendorf (creador de la orden Thule), con quien no solamente tuvo correspondencia, sino que llegó a conocer personalmente en un viaje que Von Sebottendorf hizo a Londres.

Luego de la muerte de Bram Stoker, su viuda Florence Balcombe publica en 1914 varias historias cortas escritas por Bram Stoker, que no habían sido dadas a conocer previamente.

Una de esas historias corresponde a la obra Drácula publicada en 1897, pero que por alguna razón no fue incluida entonces. Se titula «El invitado de Drácula», donde Jonathan Harker durante su viaje a Transilvania, hace una breve escala en Múnich, en la noche de Walpurgis.

El hotel «Cuatro estaciones» donde se hospeda, ubicado en la Maximilliastrasse, es el mismo hotel donde años después, en 1918 , Rudolf Von Sebottendorf establece una base o cuartel de operaciones de la Thulegesselschaft!

Por si esto fuera poco, el escudo de armas de la orden Thule presentaba dos estacas cruzadas. Siendo la estaca de un alto valor iniciático, conforme a lo ya expuesto respecto a Vlad el empalador, y el antiguo culto iniciático de Zalmoxis.

Se ha pretendido ocultar y «tapasignar» el significado iniciático de la estaca, para por medio de una inversión semiótica, asignarle un valor demiúrgico, en cuanto elemento utilizable para «matar un vampiro», clavando la estaca en su corazón, lo cual trasunta la idea de sumir al iniciado nuevamente en lo anímico. Condición imposible para un vampiro transmutado, que ya ha muerto a todo lo anímico.

En esta corta historia, «El invitado de Drácula», capítulo omitido originalmente en el libro Drácula como ya se mencionó, Jonathan Harker visita el cementerio, donde es atraído por la tumba de la condesa Dolingen de Gratz, quien era una vampira.

Esta vampira se dice que era en realidad la «cuarta novia» de Drácula (más allá de las tres mujeres vampiras siempre mencionadas en la historia de Drácula), y el personaje estaría inspirado en la propia niñera de Bram Stoker, Ellen Crone, sobre quien se trata extensamente en el libro «Drácula. El Origen» .

En este libro , Dacre Stoker (descendiente de Bram Stoker) cuenta acerca la vida de su ancestro, basado en notas del propio Bram Stoker, legadas por familia.

Bram Stoker durante su niñez sufría de debilidad extrema, debiendo permanecer la mayor parte del tiempo en la cama, con dificultad para caminar, en ocasiones con fiebre y mucho malestar.

Aconteció que la niñera Ellen Crone, en su cuarto a puertas cerradas logró revitalizarlo, de una forma que nadie supo entonces cómo. Más en este libro se revela lo contado por el propio Bram Stoker. Y es que Ellen Crone le dio a beber de su propia sangre.

Poco tiempo después, Bram Stoker no solamente se recuperaría, sino que, como consta según sus biógrafos, llegó a ser campeón de atletismo!

Dado su conocimiento del vampirismo, Bram Stoker nos brinda algunos «guiños» en su obra. Siempre bajo el filtro de una supuesta «ficción literaria» para así evitar la censura, tanto por el terror que pudiera desatarse, como por el terrible conocimiento ocultista oscuro que estaba exponiendo. (Presentando de este modo un compendio de conocimiento iniciático oculto, que también debió adaptarlo en la trama, dada su complejidad, con algunas licencias literarias).

La sociedad inglesa ya estaba en pánico además por la contemporaneidad de los misteriosos casos de Jack el destripador, cuestión que nos alejaría del tema, pero baste mencionar que esto concernía a la nobleza británica y la masonería, siendo muy bien representado este argumento en la película «Desde el infierno» , protagonizada por Johnny Depp.

Uno de los guiños que Bram Stoker hace sutilmente, es cuando aparecen los extraños casos en Hampstead de la ya convertida en vampira, Lucy Westenra, estando ubicada su tumba en el cementerio de la colina de Hampstead.

No hay en esa ubicación ningún cementerio en la realidad, pero resulta que el más próximo a Hampstead, es el cementerio de Highgate, famoso desde hace tiempo por leyendas de vampirismo, similares a las del cementerio de Pere Lachaise en París.

Y es que Bram Stoker, además de haber canalizado al Siddha Drácula, conocía el tema del vampirismo muy de cerca, por experiencia propia.

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