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Las siete más una vías iniciáticas de liberación

Por Christian C.

Las siete más una vías de liberación según la sabiduría Hiperbórea, responden a las distintas tipologías de Viryas, y además en un ámbito más profundo, estan en resonancia con el misterio del propio encadenamiento espiritual, el misterio de A-mort, que puede ser percibido gnósticamente en la sangre de siete formas diferentes, lo cual se corresponde con siete vías de liberación, comentando más adelante acerca de la restante «más una vía».
De modo que la posible adopción y seguimiento de una vía determinada, no depende tanto de la propia elección en un sentido arbitrario, sino de la clase de Virya en cuestión.
Nimrod de Rosario menciona algunas de estas vías:

«De acuerdo al modo en que el Misterio de A-mort ha sido gnósticamente
percibido será la Vía de Liberación adoptada y es por eso que suele hablarse de
una “Vía de la Mutación” o “del Rayo”; de una “Vía Seca” o “Camino de la Mano
Derecha”; de una “Vía Húmeda” o “Camino de la Mano Izquierda”; de una “Vía de
la Oposición Estratégica” o “Vía de la Gnosis Guerrera para la Orientación
Absoluta”; etc.»

Cabe destacar como primer comentario, la esencial distinción que debe establecerse entre la vía seca o camino de mano derecha mencionada previamente (la cual es hiperbórea), del sendero demiúrgico de mano derecha.
En la vía de liberación hiperbórea de mano derecha, se procura la propia liberación independientemente del Demiurgo. No es una vía donde uno se someta y esclavice al Demiurgo (como si propone el sendero demiúrgico de mano derecha), ni lograr ningún estado entelequial, sea de fusión con el Demiurgo ,o estando supeditado a el en la forma que fuere, sino la propia liberación conforme a la realidad del espíritu hiperbóreo en el Origen, siendo de por si un Dios, o Diosa, de carácter absoluto, infinito, y sin ninguna relación de dependencia causal ni ontológica respecto a ningún otro Dios.

Tal vez técnicamente, y para evitar confusiones, pueda definirse la vía seca o camino de mano derecha hiperbóreo como «vía de mano derecha», en tanto cualquier aproximación demiúrgica ser catalogada como «sendero de mano derecha».
La vía de liberación hiperbórea de mano derecha, se halla en efecto encuadrada en un «izquierdismo metafísico esencial», en cuanto el Virya se posiciona al margen (o «a la izquierda») del Demiurgo.
Un ejemplo conocido de esta vía hiperbórea de mano derecha sería el de los Cátaros medievales del Languedoc, que rechazaban directamente al Dios bíblico creador del mundo, identificándolo con Satanás.
En tanto su Kristo era identificado con Lucifer, concepto claramente hiperbóreo. Y además sus construciones líticas (como la fortaleza de Montsegur) demuestran que conocían el ancestral secreto hiperbóreo de la piedra, pudiendo asi orientarse al Origen.
Además se hallaban en posesión de una piedra de Venus, y en vinculación carismática con el Gral.,Poco faltó para que , en oposición a la Iglesia de Roma, y dada su orientación hiperbórea trabajando el arquetipo Dama, lograsen la mutación colectiva de todo su pueblo.
Pues bien, esta corriente hiperbórea Cátara seguía una vía seca o de mano derecha, mediante la tradición del Trovar Clus, donde a través de la mística de los Trovadores, la consagración a una Dama ideal inalcanzable, permitía activar la Minne en cuanto a la propia Dama del Origen.
Su conducta externa era completamente ascética , evitando en lo posible la actividad sexual, y de allí que su vía fuese «seca o de mano derecha».
Empero, tal vía de liberación, apropiada para determinada tipología de Virya como se mencionó antes, permite resignar la trampa demiúrgica del símbolo sagrado del amor,el cual se trasciende, arribando fuera de este mundo a la propia instancia en el Origen, del A-mort!

La vía húmeda o de mano izquierda, es apropiada para otra clase de Viryas, y se basa en el antiguo Tantra hiperbóreo, sobreviviente en la época actual en la tradición Kaula.
En esta vía, efectivamente se contempla la práctica sexual como medio de trascendencia, siendo de hecho la misma sexualidad como símbolo sagrado lo que es resignado.
Siendo comunmente la actividad sexual el mayor placer de este mundo, y más allá de lo fisiológico, debido esto a que la pasión esencial del Gran Antepasado (el propio espíritu hiperbóreo desde su extravío inicial) impele al Virya continuamente a buscar a Ella, más en formas demiúrgicas que se presentan capturando su atención, y no siendo obviamente Ella.

Aquí la propia pasión es direccionada hacia una orientación de trascendencia, como la esotérica práctica del maithuna, focalizada a este punto ya no tanto en siddhis o poderes místicos (que por supuesto pueden obtenerse y aprovecharse estratégicamente durante la estancia en este mundo) sino en la Gnosis liberadora.
La vía húmeda o de mano izquierda comprende también varias técnicas y formas de operatividad , una de las cuales es el ritual de los 5 desafíos, o Pancha makhara puja, ritual que en «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea» se indica seguir únicamente si previamente se ha superado con éxito la prueba de familia., Es decir, logrando un caudal de pureza de sangre, mediante la reintegración del arquetipo familiar esparcido y manifiesto en distintos parientes.
No obstante, es un hecho que existen distintas prácticas dentro de esta vía, que pueden abordarse sin este requisito previo, o incluso , paralelamente a la prueba de familia.
La acotación es necesaria, dado que algunos Viryas consideran descartan per se la vía de mano izquierda sin previamente haber asumido la prueba de familia. Tal vía sí requiere haber afrontado tal prueba con éxito, en lo que concierne al ritual de los 5 desafíos. Más no necesariamente en relación a otras prácticas.
El Maithuna puede llevarse a la práctica de hecho, fuera del ritual de los 5 desafíos.

En «El misterio de Belicena Villca» se explicita como a través de esta vía, el circulo Kaula puede acceder a la trascendencia del mundo fenoménico y la liberación:

«Resumiendo, Von Sübermann, los kâulikas son yoguis perfectos, Iniciados
capaces de alcanzar en el éxtasis del acto sexual el Infinito y la Eternidad del
Espíritu, y de situar su núcleo de conciencia más allá de Mâyâ, la Ilusión de las
formas materiales.»

Tenemos también la vía de liberación de la acción guerrera o muerte heróica, donde incluso sin conocimiento o la elaboración de un argumento iniciático (como sí es necesario en otras vías), el valor del guerrero en la batalla y su coraje que le impele a ir más allá del temor y mirar a la muerte de frente, es lo que puede transmutarlo y liberarlo.
Nimrod de Rosario comenta en El misterio de Belicena Villca lo siguiente en relación al Islam, que desde sus inicios tuvo cierto componente hiperbóreo:

«De Mahoma sólo haré notar aquí que si impuso a los fieles del Islam la
obligación de orientarse diariamente hacia una piedra, la Piedra Negra o Kaaba,
y la Guerra Santa como modo de cumplir con Dios, era porque conocía los
Principios de la Sabiduría Hiperbórea: pues guerrero orientado es una definición
adecuada para el Iniciado Hiperbóreo. Seguramente la Sabiduría esotérica de
Mahoma fue desvirtuada o no comprendida por sus seguidores. De todos modos,
aún cuando no comprendidos totalmente, la simple aplicación de los Principios de
la Sabiduría Hiperbórea es suficiente para trasmutar a los hombres y a los
pueblos, para neutralizar el pacifismo degradante del Pacto Cultural.»

Se decía que los Ksatriyas o guerreros que morían en la guerra de Kurukshetra narrada en el Mahabharata (batalla antes de la cual el Siddha Krishna tiene un dialogo con el Kshatriya Arjuna,siendo este diálogo conocido como el Bhagavad gita), se liberaban.
Más era preciso combatir y morir con valor y honor, ya que de no ser así, el renacimiento dentro de la rueda del samsara proseguía….
En esta vía de liberación se trasciende en forma fáctica la muerte desde lo arquetípico (que para la mayoría de las personas es una forma de símbolo sagrado fagocitante), obteniendo una muerte mística e iniciática.,Una muerte iniciática del lado anímico anclado en el temor que la muerte produce, siendo puro Valor!

Nimrod de Rosario enfatiza la vía de la oposición estratégica (seguida por la antigua orden Einherjar), la cual permite aplicando el principio del cerco, y la proyección del símbolo del origen desde la sangre hiperbórea en una kairos iniciático, resignar todo tipo de símbolos sagrados emergentes, aislando y cercando rúnicamente el Yo, a través de Tirodinguibur,el símbolo sagrado del Virya.

En esta vía, la aplicación continua del principio del cerco, delimitando el Yo de todo lo que es ajeno al mismo (siendo el Yo expresión del espíritu), es decir, situaciones, personas, objetos culturales, deseos, sensaciones, pensamientos, etc, permite posicionarse en forma orientada, lo cual purifica gradualmente la sangre.
Es así como el Yo deja de estar extraviado en los recintos laberínticos del sendero Labrelix (búsqueda, opción y elección de cada tetrarque), ya que la delimitación que se establece del Yo con el principio del cerco, orienta al Yo dejando de poner sentido en los entes fenoménicos demiúrgicos. El Yo «gira» o «se da vuelta» en el tetrarque donde habitualmente se mueve desorientado, y «de espaldas» al sentido fluyente del Labrelix, resigna los símbolos emergentes, mediante el principio del cerco, y la Actitud Graciosa Luciférica.
De este modo el tetrarque demiúrgico pasa a ser la conducente runa Guibur (Recordemos que tanto el tetrarque como la runa Guibur tienen una forma similar de tridente), o expresándolo en términos más precisos, la runa Guibur se super-impone sobre el tetrarque.
Desde Guibur, el Yo puede orientarse a la runa Odal., Justamente esa orientación donde el Yo «se da vuelta» y afronta la resignación de los símbolos demiúrgicos emergentes, lo situa «de espaldas al ángulo recto de la runa Odal».
Si el Virya persiste en el valor,resignando todo despliegue demiúrgico (y en ocasiones este proceso puede durar años o toda una vida), se propicia el Kairos iniciático, donde el Yo accede gnósticamente al interior de la liberada plazaTau, en el interior de la runa Odal.
El Yo queda así cercado rúnicamente, y aislado,manteniendo la orientación al Selbst (El Si mismo del Yo infinito nucleado en la esfera de voluntad egoica o Ehre), transito que se efectuará noológicamente mediante la escalera caracol y la escalera infinita, lo cual se halla señalado por la iniciática runa Tyr.
Tenemos así la conformación rúnica de Tirodinguibur!

En Manual de estrategia psicosocial de las SS, Nimrod de Rosario menciona también otra vía de liberación, que resulta conveniente citar en el contexto expuesto por el Pontífice:

«La Sabiduría Hiperbórea afirma que si un Siddha desea durante el Kali Yuga o Edad Oscura reconocer el linaje hiperbóreo en razas degradadas y degeneradas por la «IMPUREZA DE SANGRE», con vistas a su purificación y regeneración, sólo dispone de siete vías posibles una de las cuales es la efectiva posesión del Graal. Las técnicas secretas, que son siete también, una para cada vía, hacen posible la purificación de la sangre astral hasta un grado tan elevado pueden provocar la trasmutación del Virya en Siddha, es decir del hombre en semi-divino en Divino Hiperbóreo inmortal. Podemos asegurar a este respecto que la Técnica Topológica de Individuación del Dr. Jung es una de las (7) Técnicas Secretas Hiperbóreas adaptadas por él para su uso en Occidente».

Esta vía de liberación se trata como podemos apreciar , de la alquimia, sistematizada en cierto grado y hasta cierto punto por Carl Jung.

No obstante, debe distinguirse entre el «Self» señalado por Jung (Si Mismo del sujeto anímico) del Selbst (Si Mismo del Yo infinito). Esta distinción resulta vital y fundamental,ya que de lo contrario, todo el proceso de individuación elaborado por Jung, llega al extremo digamos, del designio del sujeto anímico (el cual es claramente demiúrgico,y en el que habitualmente se halla subsumido y confundido el Yo perdido), y no a la liberación del espíritu conforme a la realidad del Origen.
En esta vía alquímica (tan distorsionada culturalmente), se procura mediante un complejo y esotérico trabajo con los «metales» (representativos aquí de distintos estados de la materia, es decir de lo psico-físico) la obtención del elixir vitae , es decir el elixir de la inmortalidad, y la piedra filosofal. (piedra que remite al Gral como esmeralda de la corona de Lucifer, y permite al iniciado tornarse en un «hombre de piedra» y orientarse al Origen).
Resulta notorio que la vía alquímica tiene un fundamento ofídico, lo cual está claramente referido en la presencia de símbolos serpentinos (caduceo,uroboros, dragón, serpiente con alas, de dos cabezas, etc) en tantos textos y grabados alquímicos.
La esencia y secreto de la alquimia es precisamente la Serpiente, y su comprensión noológica (no arquetípica).
Tan importante es la vía de la alquimia,que el aislamiento del Yo, su desligamiento de todo lo demiúrgico y completa transmutación,tienen sus correspondencias en las etapas alquímicas de Nigredo,Albedo,y Rubedo. Etapas que todo Virya debe afrontar, se trate de una vía de liberación u otra.
La esfera de sombra procura desde el «trabajo metálico» alquímico concientizarse , lo cual implica una unidad desde la esfera de luz y esfera de sombra, bajo el dominio o voluntad del Yo.
Al respecto Carl Jung ha comentado:
«Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad»
Y otra célebre frase a colación de este tema, también de Jung es :»Ningún árbol, se dice, puede crecer hasta el cielo, a menos que sus raíces lleguen al infierno»
Demás está decir que no se está aludiendo aquí a los conceptos judeocristianos de cielo e infierno, sino que se trata de símiles válidos para ilustrar la síntesis de opuestos en la propia psique, o luz y sombra.

Por supuesto, el trabajo alquímico no culmina aquí sino que el Yo debe trascender la luz y sombra del sujeto consciente, sintetizados ahora en una misma estructura, bajo control del Yo.
Desde allí se capitaliza todo ese bagaje energético sintetizado y unificado, para el direccionamiento de la liberación del Yo, y no quedándose meramente en esa «individuación anímica», sino arribar al propio Yo, ya inafectado e inmutable como piedra.
Cabe destacar que si bien toda vía de liberación hiperbórea es «alquímica», en cuanto al proceso de transmutación que se opera en el iniciado, no obstante se distingue la vía de la alquimia como tal.

La orientación al Origen implica necesariamente la mística remembranza ,mediante la purificación de la sangre, de la Dama del Origen.
El propio símbolo del Origen es una imagen rúnica de Ella, marco en el que se halla el Yo, y que debe ser concientizado y trascendido, para encontrar a Ella en el Origen.
La confusión y desorientación buscando a Ella en este mundo, desde la pasión esencial, es el principal tapasigno del reencuentro con Ella.
A tal efecto, diversas vías de liberación incluyen una asistencia femenina vital para el Virya, como la mujer Kali en la vía húmeda de mano izquierda, o una Yogini, o una Dama Kalibur dentro de una estrategia hiperbórea, o la Soror mística en la vía de la alquimia, o la inspiración incluso desde la sangre en el guerrero por parte de una Walkirya en la vía de la muerte heróica o acción guerrera, etc.

En cuanto a la vía del rayo, su práctica alude a la mística orientada (y no meramente el encuadre lúdico superficial con que se aborda comunmente) de las artes marciales, obteniendo mediante el rigor de la disciplina, práctica y constancia, la resignación del dolor humano (símbolo sagrado frente al que todo Virya perdido sucumbe), llegando en su culminación al aislamiento del Yo, por sobre las limitaciones psicofísicas.
No es casual que en las artes marciales el cinturón último sea el negro! Y es que efectivamente el Virya marcial orientado, arribando a su propio Yo, y en completo dominio de su microcosmos psico-físico,está listo para lanzarse hacia la negrura infinita de si mismo.

Una séptima vía, no mencionada explícitamente, pero si en forma implícita, puede apreciarse desde la minne y comprensión gnóstica, siendo solapadamente referida por Nimrod de Rosario en «El misterio de Belicena Villca».

Se trata de, conforme a la pertenencia a un determinado linaje, seguir y perfeccionar una misión familiar (no confundir la misión de familia con la prueba de familia mencionada antes),que consiste en el perfeccionamiento de una determinada actividad, llevándola al límite arquetípico, y luego recrearla en el Origen, lo cual significa ir más allá del arquetipo en cuestión, hacia su forma original o «molde perfecto» digamos, en el Origen.

La misión familiar fue encomendada por los Siddhas a distintos linajes hiperbóreos, cuando estos habían caído en un grado de confusión estrátegica en que ya no había casi iniciados hiperbóreos que pudiesen contemplar el símbolo del origen en las piedras de Venus, que habían recibido como legado de los Atlantes blancos.
Resulta prudente citar textualmente lo que Nimrod de Rosario nos dice ,ya que allí se halla esbozado perfectamente el desarrollo de tal vía de liberación, sin mencionarla específicamente como tal.
El extracto de «El misterio de Belicena Villca» dice al respecto lo siguiente:

«Partiendo del principio de que cuanto existe
en este mundo es sólo una burda imitación de las cosas del Mundo Verdadero, y
ante la imposibilidad de localizar el Origen y el Camino hacia el Mundo
Verdadero, optaron por emplear los últimos restos de la Sabiduría para plasmar
en las Estirpes de Sangre más Pura una “misión familiar” consistente en la
comprensión inconsciente, con el Signo del Origen, de un Arquetipo. Hay
que advertir lo modesto de este objetivo: los Antiguos Iniciados, los Guerreros
Sabios, eran capaces de “comprender a la serpiente, con el Signo del Origen”; y
la serpiente es un Símbolo que contiene a Todos los arquetipos creados por
el Dios del Universo, Símbolo que se comprendía conscientemente con el Signo
increado del Origen. Ahora los Iniciados proponían, y no quedaban otras
opciones, que una familia trabajase “a ciegas” sobre un Arquetipo creado,
tratando de que el Símbolo del Origen presente en la sangre lo comprendiese
casualmente algún día y revelase la Verdad de la Forma Increada.
En resumen Dr. Siegnagel, a ciertas Estirpes, por cuyas venas corre la
sangre Divina de los Atlantes blancos, se les asignó una misión familiar, un
objetivo a lograr con el paso de incontables generaciones que irían repitiendo
perpetuamente un mismo drama, girando en torno de un mismo Arquetipo. Como
el Alquimista revuelve el plomo, los miembros de la familia elegida repetirían
incansablemente las pruebas establecidas por los antepasados, hasta que uno
de ellos un día, girando un círculo recorrido mil veces bajo otros cielos, alcanzase
a cumplir la misión familiar, purificando entonces su sangre astral. Se produciría
así una trasmutación que le permitiría remontar la involución del Kaly Yuga o
Edad Oscura, regresar al Origen y adquirir nuevamente la Sabiduría.
Es obvio aclarar que la misión familiar sería secreta y que actualmente es
desconocida para los miembros de las Estirpes descendientes de los Atlantes
blancos. La misión exigía el cumplimiento de una pauta específica cuyo contenido
no tendría relación necesaria con las metas u objetivos de la comunidad cultural a
la que pertenecía la Estirpe elegida; inclusive, según la Epoca, la pauta podría
resultar incomprensible o simplemente chocar contra los cánones culturales en
boga. Pero nada de esto importaría porque la misión estaba plasmada en la
sangre familiar, en el árbol de la Estirpe, y las ramas descendientes irían
tendiendo inevitablemente hacia la pauta, en un esfuerzo inconsciente y
sobrehumano por superar la caída espiritual. Desde luego, la pauta específica
describía el Arquetipo al que se tendría que comprender en la sangre, con el
Símbolo del Origen, para trascenderlo y llegar hasta la Forma Increada. A
algunas familias, por ejemplo, se les encomendó la perfección de una piedra, de
un vegetal, de un animal, de un símbolo, de un color, de un sonido, de una
función orgánica determinada o de un instinto, etc. La perfección de la cosa
pautada requería penetrar en su íntima esencia hasta tocar los límites
metafísicos, es decir, hasta ajustarse a la forma perfecta del Arquetipo creado:
por consiguiente, considerando que el Arquetipo creado es sólo una mera copia
de la Forma Increada, sería posible orientarse nuevamente hacia el Origen si se
comprendía al Arquetipo con el Símbolo del Origen presente en la Sangre Pura; y
allí estaba la Sabiduría.
La misión familiar no culminaba, pues, con la simple aprehensión
trascendente del Arquetipo creado sino que exigía su re-creación espiritual.
Partiendo de una cualidad existente en el mundo, se volvería sobre ella una y
otra vez, incansablemente, durante eones, hasta penetrar en la íntima esencia y
concretar su perfección arquetípica: se re-crearía, entonces, a la cualidad en el
Espirítu y se la comprendería con el Símbolo del Origen. Sólo así se daría la
condición de la Existencia para el Espíritu, sólo así el Espíritu sería algo existente
más allá de lo creado: no percibiendo la ilusión de lo creado sino recreando lo
percibido en el Espíritu y comprendiéndolo con lo Increado. Al cumplir de ese
modo con la misión familiar, la sangre astral, no la hemoglobina, sería purificada
y haría posible una trasmutación que es propia de los Iniciados Hiperbóreos o
Guerreros Sabios, la que transforma al hombre en un superhombre inmortal.
En el curso de esa vía no evolutiva, los convocados, los llamados a cumplir
con la misión familiar, serán capaces de crear “mágicamente” varias cosas. Los
Iniciados en el Misterio de la Sangre Pura obtienen, por ejemplo, un vino mágico,
soma, haoma o amrita; luego de una destilación milenaria del licor pautado,
éste es incorporado a la sangre, recreado, como un néctar trasmutador. También
la manipulación del sonido permite arribar a una armonía superior, a una música
de las esferas; el Espíritu, vibrando en una nota única, om, recrea la esencia
inefable del logos, el Verbo Creador. Y tanto aquel néctar como este sonido, u
otras formas arquetípicas semejantes, pueden ser recreadas en el Espíritu y
comprendidas por el Símbolo del Origen, comprendidas por lo Increado, abriendo
así las puertas al Origen y a la Sabiduría.
Su familia, Dr. Siegnagel, fue destinada para producir una miel arquetípica,
el zumo exquisito de lo dulce. Desde tiempos remotos, sus antepasados han
trabajado todas las formas del azúcar, desde el cultivo hasta la refinación; desde
las melazas más groseras hasta las mieles más excelentes. Un día se agotó el
manejo empírico y un azúcar metafísico, es decir un Arquetipo, se incorporó a la
sangre astral de la familia, dando comienzo a un lento proceso de refinación
interior que culmina en Ud. Hoy el azúcar metafísico ha sido ajustado a la
perfección arquetípica y el esfuerzo de miles de antepasados se ha condensado
en su persona: la dulzura buscada está en su Corazón. A Ud. le toca dar el
último paso de la trasmutación, recrear ese azúcar arquetípico en el Espíritu, y
comprenderlo con el Símbolo del Origen. Pero no soy Yo quien debe hablarle
de esto, pues sus antepasados se harán presentes un día, todos juntos, y le
reclamarán el cumplimiento de la misión»

En el caso del propio linaje de Belicena Villca, su misión famiiar consistió desde época antigua en perfeccionar el culto de Pyrena, la Diosa del fuego frío.
Culto que transitó diferentes instancias a través del tiempo, desde el menhir tallado de la Gorgona (y siendo conocida previamente con distintos nombres como Lilith,Frya,Belisana, y Belilith), a su camuflaje bajo la apariencia de la Diosa Vesta en el período de dominación romana, y por supuesto en época posterior (simulando ser cristianos), conocida como la «Virgen de la Gruta», o Virgen de Agartha.
Debe acotarse por otra parte, que estamos refiriéndonos a un culto con orientación hiperbórea, y por tanto su culminación es la sabiduría, a diferencia de los cultos demiúrgicos.
Esto es importante destacar, ya que tras la apariencia externa de un culto, o símbolos religiosos, como la imagen de una virgen, etc, debe atenderse a la concepción interna de sus seguidores (muchas veces ocultada al público general) antes de emitir un juicio de valor en cuanto si es o no demiúrgico.
Más allá de esta matización, se mantiene de base por supuesto la ancestral dicotomía entre culto y sabiduría.

De igual modo puede haber «objetos culturales hiperbóreos», tanto emergentes como referentes, en la conformación de la escalera caracol en orientación al Origen (es decir dentro de un sistema real artificial hiperbóreo encuadrado a tal fin en una estrategia), que no pueden catalogarse mera y superficialmente como proyecciones de la cultura externa.
Antes bien se trata de una orientación cultural hiperbórea (partiendo por supuesto de los elementos con que se cuenta en este mundo, más siempre bajo la Minne), y no en este caso de la cultura como arma estratégica del enemigo.
«El misterio de Belicena Villca» es en efecto, desde lo iniciático gnóstico, un informe y despliegue mítíco-histórico-cultural, con la perspectiva hiperbórea!
Así, tanto cultura como culto pueden tener una orientación hiperbórea, y debe siempre tenerse en cuenta este principio.

Hay a esta altura una vía, que sabemos se trata no tanto de una vía en si, sino más bien de un rescate protagonizado por los Siddhas, quienes acuden al auxilio del Virya.
Por esa razón se habla de «siete más una vías», distinguiendo una de ellas aparte, ya que no es «vía» como tal.
Al respecto, sabemos que puede efectivamente ocurrir que un Siddha se manifieste a un hombre de piedra , con las indicaciones de alguna misión estratégica a seguir, luego de lo cual, se obtiene la completa liberación.
O bien, seguir al Siddha abandonando todo, y acatar sus directivas sean cuales sean.
O incluso, desencarnando del plano físico, ser recibido por un Siddha o unos Siddhas, dándole ingreso a una arquemona en el plano astral,donde se permanecerá estratégicamente aislado del tiempo y espacio demiúrgico,hasta el Kairos de la batalla final.
Así como los Pontífices hiperbóreos han manifestado plazas liberadas o arquemonas en este plano físico, de igual modo se da el caso en el ámbito astral.

Cualquiera sea la vía de liberación seguida, el objetivo último es siempre, mediante la instancia iniciática del Yo, comprender a la serpiente con el signo del origen, lo cual lleva a la liberación.
Esto resulta por la purificación astral de la sangre ,mediante la concientización del símbolo del origen, del cual derivan las 13 más 3 Vrunas o runas , las cuales se expresan y comprenden mediante la lengua de los pájaros (Entiéndase, la antigua lengua de los lagartos, mutados en aves por acción de la kalachacra).
Así se comenta al respecto en «El misterio de Belicena Villca»:

«Así se sintetizaría la Sabiduría de Navután: quien comprendiese el
alfabeto de dieciséis Vrunas comprendería la Lengua de los Pájaros. Quien
comprendiese la Lengua de los Pájaros comprendería el Signo del Origen.
Quien comprendiese el Signo del Origen comprendería a la serpiente. Y
quien comprendiese a la serpiente, con el Signo del Origen, podría ser libre
en el Origen.»

Este entendimiento o comprensión de la serpiente, nunca es suficiente repetirlo, es noológico, o la comprensión de la serpiente desde el Origen. Esto significa y alude al Dios serpiente Lucifer y la Diosa serpiente Lilith, siendo Lilith y Lucifer (más allá de su identidad propia separada ) expresiones en la memoria de sangre de la pareja original.
Lo cual lleva al propio aspecto reptil en el Origen, y la Dama del Origen, la mujer Serpiente.

También resulta orientador que más allá de la vía de liberación asumida (Sea por alguna percepción noológica del propio misterio de Amor-t, o incluso alguna fugaz intuición, producto también del espíritu), es viable seguir una vía específica, combinándola o adaptándola con elementos de otra vía de liberación.
Así, independientemente de la vía seguida ,todo Virya puede paralelamente seguir la vía de la oposición estratégica.

Estamos tratando sobre las vías de liberación en forma individual. Por supuesto, siempre hubo casos en la historia ,donde mediante la luciferina influencia carismática del Gral, algunos Pontífices han planificado una estrategia de mutación colectiva de una raza, lo cual forma parte , debido a la carismática influencia del Gral, de la denominada estrategia O de los Siddhas.

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