Por Christian C.
Encontramos variados términos del sánscrito y conceptos de la tradición hinduista cuando estudiamos la Sabiduría Hiperbórea expuesta por Nimrod de Rosario.
Conceptos tales como el de la transmigración o metempsicosis, el karma, el Demiurgo denominado como Brahma, la kundalini shakti, los chakras, los referentes de Lilith y Lucifer en las figuras de Kali y Shiva, el concepto cíclico del tiempo de los cuatro yugas (Satya, Treta, Dvapara y Kali), períodos de manifestación cósmica definidos como Kalpas y Manvantaras, y los períodos de disolución, Pralaya y Mahapralaya.
La terminología sánscrita utilizada no debe dar lugar a equívocos, ya que en ocasiones los mismos términos reciben distinto significado acorde al contexto.
Un ejemplo muy concreto es el de Siddha, que significa «perfección o perfecto», y puede aludir a quien a través del sadhana o una práctica sistemática tántrica o yógica obtiene la perfección. Y así hay diversas clases de Siddhas según el sendero adoptado.
Luego, se mencionan ocho siddhis o poderes místicos, y quien posea estos Siddhis se considera de hecho es un Siddha.
Y, acorde a la cosmogonía puránica, en el plano conocido como Bhuvar loka (conocido también como espacio exterior o antariksha sthana, ya que se halla ubicado entre el plano terrenal o Bhur loka, y el plano celestial o Svargaloka) se halla entre otra variedad de mundos la morada de los Siddhas o Siddhaloka.
Se trata de seres celestiales, con la capacidad de volar desde su mismo cuerpo, que poseen todos los poderes místicos. Más, no se trata de los Siddhas hiperbóreos, sino de otra clase de Siddhas.
Similarmente tenemos el término «brahmaloka», que puede aludir a la morada personal de Brahmadev, como la dimensión espiritual del brahman, como sustancia espiritual.
Y «brahman» o «brahmana» denomina asimismo a la casta sacerdotal en la India.
Así, los mismos términos (como el caso de Atma, que puede referirse al cuerpo, el alma o el espíritu) deben considerarse en el contexto citado.
Un concepto clave, común al hinduismo y la Sabiduría Hiperbórea es el de Maya como ilusión del mundo, siendo que en «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea» se desarrolla todo un artículo denominado «El gran secreto de maya».
Por otra parte, cuando examinamos la tradición hinduista descubrimos que el objetivo último de la vida es la liberación de la rueda del samsara, ciclo repetido de nacimientos y muertes, objetivo referido como moksha, más allá de los logros mundanos de dharma, artha y kama (religiosidad, desarrollo económico y complacencia de los sentidos).
Desde ya que el concepto de moksha varía según la escuela en cuestión. Ya que para los Vedantistas brahmavadis, moksha consiste en la fusión del Atma con el Brahman informe, en tanto diversas escuelas Vaishnavas, conciben Mukti o la liberación desde una individualidad propia eterna, siendo promovido el Jivatma o ser viviente a la morada trascendental de Vishnu, Vaikuntha.
La liberación del samsara, sin perder la individualidad, que propone el Vaishnavismo, es un concepto más próximo a la Sabiduría Hiperbórea, aunque no exactamente equivalente, ya que en el Vaishnavismo se procura una relación personal de supeditación entre el Atma o espíritu y Vishnu (o alguna de sus manifestaciones personales), en tanto que en la Sabiduría Hiperbórea, el objetivo es la condición de uno mismo como un Dios, o Diosa (desde la individuación absoluta), cuestión esta que en el hinduismo es más similar a la concepción de la escuela Kaula.
Así, el objetivo es alcanzar la condición del Yo absoluto e infinito, tal como se concibe en el Origen, es decir la individuación absoluta desde el Selbst (El Sí mismo del Yo infinito), y no la fusión impersonal (brahma-nirvanam) ni una relación de Dios y su criatura, o Amo y sirviente (siendo que en el Vaishnavismo se concibe esta relación en términos puramente espirituales ,desde la trascendencia).
Independientemente de tal o cual escuela en relación a cómo se considera la liberación en términos de fusión impersonal, o reteniendo la individualidad, vemos que Krishna le afirma categóricamente a Arjuna la individualidad eterna y separada, tanto de él como de quienes allí le rodean en Kurukshetra:
«Nunca hubo un tiempo en el que yo no existiese, ni tú, ni todos estos reyes., Y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir».
BG. 2-12
La propia condición del Yo en este mundo es conceptualizada por Nimrod de Rosario utilizando los términos sánscritos de Pasú, Virya y Siddha.
La consideración respecto a los Devas resulta esencial en el hinduismo, distinguiendo los Devas como Dioses celestiales, del ser absoluto e incognoscible, más allá de todos los Devas y Devis de este mundo fenoménico.
Incluso en cuanto función asumida, Vishnu y Shiva reciben el calificativo de Devas, siendo Vishnudev y Mahadev respectivamente. Pero el status de Vishnu y Shiva es trascendental al mundo mayásico y las gunas, sea satva guna o la modalidad de la bondad regida por Vishnu, o tama guna, la modalidad de la oscuridad regida por Shiva.
Más allá de cierto rol cósmico asumido, tanto Vishnu como Shiva mantienen una existencia plena sin límites, de conocimiento absoluto y éxtasis infinito, o Sat-Chit-Ananda.
De igual modo cada Deva tiene su propia consorte, que personifica su shakti, siendo Lakshmi la consorte/shakti de Vishnu, y Parvati/kali la consorte de Shiva.
Y cuando hablamos de shakti en el caso de Vishnu y Shiva, estamos hablando del Vril, y de prototipos de la pareja original.
En el caso de Brahmadev, el Demiurgo, su propio Vril o shakti se halla saturado, dado el despliegue empleado en esta creación, y su shakti se halla sometida a ese designio creador del mundo, lo cual míticamente ha sido representado en el lila en que Brahmadev viola a su propia consorte e hija, Sarasvati, Diosa de las artes y el conocimiento.
A diferencia de las religiones abrahamicas, en el hinduismo siempre se ha distinguido entre el creador de este mundo y el ser absoluto supremo, que puede manifestarse en diferentes eras o yugas, tal como refiere Krishna en el Bhagavad Gita.
Bajo esta consideración, y con la comprensión del concepto clave de «lila» que tanto aparece en los Puranas, el Virya orientado, comprendiendo el «juego de los Dioses» (tanto de uno como otro bando, tanto de los Siddhas leales como los traidores), se debe focalizar en la propia liberación y trascendencia, y no quedar fagocitado por el despliegue del Sristhi lila, o el lila de la manifestación cósmica.
En todo caso, retornar al Origen, como un Dios, y junto a su pareja original (El-Ella, Ella-El) , manifestar su propio lila, fuera de toda influencia y alcance demiúrgico.
Más la asimilación de los cultos abrahamicos de aspectos del hinduismo, entre otras tradiciones (sumeria, egipcia, persa, etc), resulta más que evidente, y se citará un contundente ejemplo para demostrarlo.
En el judaísmo se halla el patriarca Abraham, figura que necesariamente debe remitir al Demiurgo, ya que este patriarca es el padre de su pueblo, de igual modo que Brahma , el Demiurgo, es el padre de sus criaturas en este mundo.
Pues bien, si la similitud del nombre Abraham con Brahma fuese una coincidencia, tenemos por otro lado que la consorte o esposa de Brahma es Sarasvati, y la esposa de Abraham, es Sara!
Tenemos luego el emblemático ejemplo de Kali, o también Bhairavi, formas terroríficas de Parvati (Devi consorte de Shiva). Según la Sabiduría Hiperbórea, Kali es la forma terrorífica y oscurecida de Lilith, Diosa del Origen.
Y esto concuerda con la versión puránica, en cuanto Kali es una terrible forma colérica asumida por Parvati. Siendo Parvati y Shiva, referentes de Lilith y Lucifer.
Luego, Kali también representa una shakti o potencia externa, o manifestada en este mundo, potencia de Vishnu conocida como Bahiranga shakti. Y conviene no olvidar la relación de identidad, expresada en distintas formas de Shiva y Vishnu.
Siendo así, se comprende también que en algún lila Krishna manifestase incluso la forma de Kali. Después de todo, ambos comparten el mismo bija mantra, o mantra raíz, Klim.
En el lila del propio nacimiento de Krishna, esta misma shakti se manifestó como hermana de Krishna, Subhadra.
Y como shakti de Vishnu/Krishna, mantiene una relación de identidad y diferencia simultánea , concepto definido en el Vedanta como Shakti shaktimator abhedah, que define el concepto hiperbóreo de la pareja original, en que tanto Él como Ella mantienen su propia individualidad separada, a la vez que conforman una misma esencia interactiva.
Más dependiendo de las diversas corrientes hinduistas, estas mismas manifestaciones pueden ser asimiladas bajo otro paradigma. Así para algunos Shivaistas por ej. Jagannath, Baladeva y Subhadra (Krishna, Balarama y Subhadra) son tres manifestaciones de Bhairava o Shiva. (Trishiro Bhairava).
Este aspecto es característico del teísmo indio, donde dependiendo de la escuela o secta, los demás Devas y Devis aparecen supeditados al propio Ishtadev o deidad predominante. Cuestión que se aprecia tanto en el Vaishnavismo como en el Shivaismo o el Shaktismo.También debe acotarse que desde la Sabiduría Hiperbórea, se considera a menudo a los Devas como agentes del Demiurgo, o incluso en algunos casos manifestaciones suyas.
En tal sentido, los Devas son los señores del karma, y regentes custodios de la llave kalachakra, sistema de ingeniería arquetípica estructurado en un plano topológico entre la Tierra y el sol, mediante el cual se mantiene el encadenamiento, condicionamiento e ilusión de los espíritus hiperbóreos extraviados.
Necesariamente esto es así, dado que los Devas rigen aspectos del mundo material, sus elementos y diversas manifestaciones.
Con relación a la llave Kalachakra, su término alude a «la rueda del tiempo», y encontramos diversas menciones, incluso en el Bhagavata Purana o Srimad Bhagavatam. Más, hallamos que la Kalachakra mantiene una mayor aproximación al sistema de Shambalá, en el budismo tibetano, donde según el texto «Tantra Kalachakra» ,el rey de Shambalá, Suchandra, fue iniciado por Buda en el sistema tántrico Kalachakra. A partir de entonces, los budistas tibetanos mantienen hasta el día de hoy iniciaciones y prácticas tántrico-yógicas de la Kalachakra.
La figura de Buda ha sido también desvirtuada por la sinarquía, más conviene recordar por otra parte, que el mismo término sánscrito «Budha», significa «el despierto» o » iluminado», y existen según la propia tradición budista varios Budas.
En el caso del príncipe Siddhartha Gautama, se dice que era un kshatriya, despierto en la Gnosis Hiperbórea. Más, algunos de los «otros Budas» pueden ser maestros shambálicos de la fraternidad blanca.
La oposición en su momento de Sidhartha Gautama Buda a los mismos Vedas, brahmanes, y Devas, se entiende en el contexto de la manipulación sinárquica que la casta brahmánica efectuaba en representación de los Vedas, eclipsando los elementos hiperbóreos védicos originales.
Esta consideración de los Devas, como regentes del karma, y de corte maléfico, encuentra también cierto eco en la tradición persa del Zoroastrismo, donde las figuras de los Devas y Asuras como representativos del bien y el mal, se invierten, considerándose a los «Daevas» del Avesta como maléficos, y sus adversarios, los «Ahuras» como regentes del bien y el orden.
No obstante, cabe acotarse que el Zoroastrismo también cae bajo la consideración de un culto demiúrgico, aunque su estudio permite apreciar el nexo entre la antigua tradición védica, y la tradición abrahámica, judeo-cristiano-islámica.
Una prueba de esto son las similitudes encontradas por expertos académicos, entre himnos del Rig Veda y porciones del Zend Avesta, prácticamente idénticas.
O incluso las mismas deidades, en casos como Varuna, Mitra, Yama, etc, sin olvidarnos del protagonismo esencial de Ahura Mazda (que remite a Asura Maya) y Angra Mainyu (Angirasa Muni).
No obstante esto, también tenemos divisiones y facciones entre los Devas, que pueden responder a uno u otro bando desde lo hiperbóreo. Es decir, alineados con los Siddhas leales o los Siddhas traidores.
Consideremos la siguiente mención en «El misterio de Belicena Villca» :
«En sánscrito tenemos las palabras “Dyans pitar”, que en los Vedas se utilizan para nombrar al “Padre que está en los Cielos”. Dyans es la raíz que en griego produce Zeus y Theo, con sentido similar al sánscrito y que pasa a ser en latín Júpiter, Deus pater o Jovis. Los antiguos germanos se referían igualmente a Zin, Tyr o Tiwaz como el Dios “Creador” de lo existente, palabras que también provienen del sánscrito Dyans pitar.»
Este nombre ,Dyans pitar, o también mencionado como Dyaus pitar, aparece mencionado en el Rig Veda, como rey del cielo en un kalpa anterior, y sabemos era regente de Saturno (Shani).
Posteriormente fue derrotado por Indra (así como Zeus vence a Cronos/Saturno), de quien tenemos mención como adherido al bando de los Siddhas leales.
Y a partir de esta derrota de Dyaus pitar, Indra pasa a ser el rey del cielo!
Y aquí tenemos también a los mismos Siddhas traidores, como padres y prototipos de distintas razas, luego del encadenamiento espiritual, en la figura de los Manus, habiendo catorce Manus en el período cósmico de un kalpa o día de Brahma, o catorce Manvantaras.
Por otra parte, entre los Devas aparece también el ya mencionado Indra o Indradev, que en «El misterio de Belicena Villca» es mencionado como alineado con los Siddhas leales.
Y según los Puranas, el próximo Indra en el siguiente Kalpa será Bali Maharaja, actual regente de Sutalaloka , siendo un seguidor de Vishnu, pero que su posición como regente de los Daityas en Sutalaloka lo ubica en un antagonismo cósmico respecto a los Devas que se hallan en Svargaloka.
Aquí tenemos nuevamente el antagonismo a modo de lila entre Dioses!
Y así, Shiva como Mahadev, se mantiene neutral, favoreciendo según la ocasión tanto a los Devas, como a sus enemigos, los Daityas.
Un ejemplo de esto lo encontramos en los Puranas, en el lila del Samudra-manthan, donde tanto Devas como Daityas colaboraron en batir el océano de leche o kshira samudra , para extraer el amrita, néctar de la inmortalidad.
La cuerda que tanto Devas como Daityas utilizaron para batir el océano, fue nada menos que el Naga Vasuki, serpiente que Shiva porta alrededor de su cuello!
Cuestión que remite también a la relevancia iniciática que tiene la serpiente en la alquimia y la obtención del elixir.
Cuando se destiló primeramente el veneno del océano, Shiva bebió ese veneno, favoreciendo tanto a un grupo como al otro bando, adquiriendo desde entonces su garganta una tonalidad azulada, por lo que sería conocido desde entonces como Nilakantha o «el de garganta azul».
Cuestión que no impide que Shiva tenga luego su protagonismo en la destrucción del mundo, cuando acontece la devastación cósmica, sea en el Pralaya ,devastación parcial al final de un día de Brahma, o el Mahapralaya, devastación completa y total al final de la vida de Brahmadev.
En esta devastación cósmica, además de Shiva Mahadev, tiene su protagonismo Ananta Sesha, rey de los serpentinos Nagas, quien echando fuego por sus bocas de mil cabezas, consume la manifestación cósmica. Se dice que Balarama, quien aparece en el lila de Krishna como su hermano, es un avatar de Ananta Sesha.
Esta destrucción Shiva la efectúa mediante su danza Tandava (danza que conocen muy bien los sadhus Naga babas, quienes también aparecen desnudos y cubiertos de ceniza, y portando un tridente, emulando a Shiva), con su tridente, y su ojo ubicado en el entrecejo, que reduce todo cuanto mira a cenizas.
Debido al lila o pasatiempo de esta danza, es que Shiva es conocido como Nataraja, o «El rey de la danza».
La sensualidad del mundo mayásico no tiene ningún poder frente a Shiva-Lucifer, y así se escenifica en el lila o pasatiempo en que con su tercer ojo, Shiva reduce a Kamadev (Cupido) a cenizas.
El tridente de Shiva representa aquí entre variados significados el control y trascendencia de las tres gunas materiales, el dominio del tiempo en sus fases de pasado, presente y futuro, y el completo dominio de los estados de prajña (vigilia), svapna (sueño) y susupti (sueño profundo).
Similarmente se aprecia la marca o tilak con ceniza, de tres líneas horizontales en la frente de los Shivaistas, representando asimismo el dominio del falso ego o Ahankara (la estructura del sujeto anímico en que se halla sumido el Yo verdadero), maya o la ilusión, y el karma.
En el lila mencionado del Samudra-manthan , surge un avatar femenino de Vishnu, Mohini Murti, quien parece favorecer a los Devas para beban el elixir y no los Daityas, danzando frente a ellos y confundiéndolos.
No obstante, Rahu (figura considerada nefasta a nivel astrológico, igual que su extensión Ketu) logra beber el amrita., Al día de hoy existe cierta secta de seguidores de Rahu, quienes visten de negro, y conocen fórmulas mántricas para evitar la influencia astrológica nefasta de Rahu y Ketu, y por otro lado obtener los siddhis o poderes místicos que les permitan ser tan poderosos como el propio Rahu o Ketu.
Y acotemos que Rahu y Ketu se consideran en astrología védica como «la cabeza y la cola del dragón», que portan el amrita, por lo que se comprende el dominio de la shakti que esto significa.
Más si pareciera que Mohini Murti mostró parcialidad a los Devas, una manifestación suya, Mohini de Patala, permanece siempre con los Daityas en el Bilasvarga o mundo subterráneo.
Respecto a Kali, similarmente que en el caso de Shiva, tenemos referencias shastricas de Puranas y Agamas, que se hallaba antes de la manifestación de este mundo, y anterior a todos los Devas. De allí la preeminencia que se le da a la Diosa Kali, que trae terror al alma, y auxilio al espíritu.
Sus adeptos iniciados, son místicamente decapitados por la Diosa, pasando sus cabezas a integrar y decorar su collar de cráneos.
En esta «decapitación» subyace la iniciación en que la Diosa confiere la liberación del aspecto reptil arcaico, que se halla oculto en el propio cerebro.
Y así como Kali y Shiva, tenemos luego a Ganesha, Deva con cabeza de elefante y Dios de la sabiduría, que es mencionado en «El misterio de Belicena Villca» como «niño de piedra».
Ciertamente, de la unión alquímica del Purusha y su shakti o Vril , es decir de Shiva y Kali como prototipos de la pareja original, surge o se genera el niño de piedra, y el hombre de piedra!
Además de Shiva, Sukracharya, el gurú de los Daityas, es también representativo de Lucifer, dada su regencia de Venus, así como la oposición a los Devas, en alineamiento con los Daityas.,Y Sukracharya responde en jerarquía a Shiva, el místico supremo.
En «Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea», Tomo Vlll , -La «tipología aberro» de la ética noológica- se menciona en un gráfico una correspondencia entre los cuatro Varnas o clases sociales de la India, con diferentes categorías.
Así, se equiparan a Rishis (grandes sabios de la antigua India mencionados en los Puranas) como Siddhas, y a ciertos Gurús como Viryas despiertos.
Luego los brahmanes, la casta sacerdotal , se encuadran en la actitud sacralizante, en tanto los kshatriyas como guerreros, bajo la Actitud Graciosa Luciférica.
Los Vaishyas (la clase comerciante y agrícola) bajo la tipología lúdica, y los shudras (clase obrera) identificados bajo la condición de Pasú.
Más allá de esta descripción general que Nimrod de Rosario brinda brillantemente, debe acotarse que en el Kali yuga el sistema de Varnashram (clases sociales y órdenes de vida) se halla sumamente degradado, por lo que puede quizá un shudra nacer en familia de brahmanes, o un ksatriya en una familia de vaishyas, o un brahman en familia de kshatriyas, etc. Así, el nacimiento en el Kali yuga no es determinante del varna o clase social a que la persona pertenece, sino su adhikar o calificación, en función del tipo de gunas o cualidades que la persona manifieste.
No obstante esto, la clase sacerdotal de brahmanes, en alianza con la sinarquía, manipuló esta cuestión en su favor, para establecer que el mero nacimiento en una casta superior como brahman, era determinante de la superioridad sobre las otras clases sociales.
Al mismo tiempo, al no considerar la naturaleza y cualidades de la persona, sino su nacimiento en tal o cual gotra o familia , la sinarquía en su vertiente brahmánica creó un desorden caótico ,fomentando la degradación y confusión , y perdiéndose los valores kshatriyas de antaño.
Por otra parte, los brahmanes se adjudicaron el monopolio de los Vedas y shastras, deteniéndose muchas veces en el aspecto meramente formal y ritualístico, filtrando así el acceso al conocimiento iniciático.
Y para quienes mantuvieran cierta inclinación al jñana o conocimiento ,el brahmanismo instituyó un predominio del Vedanta en su vertiente monista, exponiendo como meta de la vida, la fusión con el Uno. (Sayujya mukti).
Bajo la perspectiva de esta escuela, se confunde más, sosteniendo que todos los Devas se hallan al mismo nivel ,siendo manifestaciones del Nirguna brahma, o brahman informe.
Luego, además de los Varnas o clases sociales mencionados (brahmanes, kshatriyas, vaishyas y shudras), el sistema védico contempla cuatro ashrams (sistema Varna-Ashram) o estados de vida: Brahmachari (estudiante celibe), grihastha (jefe de familia o llevando vida familiar), vanaprastha (retirado de la vida de familia,incluso junto a la esposa, más llevando una vida retirada en el bosque), y sannyasi (renunciante).
Las cuatro secciones de los Vedas (Samhita,Brahmana , Aranyaka y Upanishad) están destinadas a cada uno de estos ashrams u órdenes de vida.
Y como bien menciona Nimrod de Rosario en «El misterio de Belicena Villca», tanto el monacato occidental, como las comunidades de vratyas y munis (ascetas y anacoretas ) de la India, se mantuvieron bajo un control sinárquico, con interesantes paralelos en cuanto a una similar forma de vida disciplinada y regulada de tipo monástico, con las mismas directivas.
Esto se debe a que tanto sacerdotes benedictinos golen occidentales, como algunos brahmanes y monjes budistas, estaban alineados con la fraternidad blanca de Chang Shambalá.
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