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Mes: noviembre 2023

Aproximación iniciática al mito de la Gorgona

Por Christian C.

La exposición del mito de la Gorgona, desde la perspectiva hiperbórea ,tal como la expone el Pontífice Nimrod de Rosario en El misterio de Belicena Villca, arroja importantes aspectos y claves iniciáticas gnósticas que es conveniente mencionar y destacar.

Citando en cuestión algunos extractos seleccionados, tenemos el inicio de tal exposición como sigue :

«El tema es simple y, en cuanto lo exponga, Ud. comprobará que no puede
proceder más que de la Sabiduría Hiperbórea de los Atlantes blancos. Una
representación Hiperbórea del Origen, como ya lo mencioné más atrás, fue
Thule, el centro isotrópico de donde procedía el Espíritu. De manera semejante,
para los primeros descendientes de los Atlantes blancos, el Origen fue Ponto, al
que luego se personificó como un Dios del Mar y se identificó con la Ola,
seguramente porque de este “Origen” provenían sus Antepasados. Este Ponto se
desposa con Gea, la Tierra, quien da nacimiento entre otros a Forcis y Ceto,
símbolos prototípicos de los seres híbridos, mitad animales mitad Dioses: en un
trasfondo esotérico esta imagen alude al Espírtu aportado por Ponto, el Origen, al
animal hombre hijo de la Tierra. Los hermanos Forcis y Ceto se aparean a su vez
y, junto a una serie de Arquetipos híbridos, dan vida a tres mujeres que ya nacen
“viejas”: las Grayas o Greas, es decir, las Grises. Naturalmente, las Grayas no
son otras que las Vrayas, las Guerreras Sabias encargadas de custodiar el Arado
de Piedra y la Piedra de Venus: son “viejas” porque deben ser Sabias y los que
ignoran el significado de los instrumentos líticos afirmarán luego que “entre las
tres sólo tenían un Ojo y un Diente”.

Se alude por un lado al virya como híbrido de un componente hiperbóreo, y uno demiúrgico. El aporte demiúrgico tiene su raíz en el Pasú, ampliado y desarrollado luego de la clave genética, que devino en un microcosmos biológico de estructura psíquico-emocional compleja.

Y el componente hiperbóreo, el que permitió la aceleración en la conformación del actual Virya, es el aporte del gen reptil inoculado por los Siddhas traidores, precisamente mediante la clave genética.

De modo que cuando se dice «mitad animales mitad Dioses», aquí por «Dioses» entendemos los Dioses del Origen, en su aspecto reptil.

En medio de estos Viryas, se han manifestado en forma recurrente las Vrayas, o custodias del legado de la sabiduría hiperbórea (Piedras de Venus y el arado de piedra), representadas en el mito como las Grayas.

Estas Grayas nos dice el mito ya degradado, se creía que poseían entre las tres hermans «un ojo y un diente», alusión sin dudas a los instrumentos líticos que custodiaban., Más al mismo tiempo, estos términos «ojo» y «diente» transmiten también la imagen de la figura que el mito de la Gorgona ya degradado culturalmente ha pretendido anatemizar., Es decir, aquí ojo y diente son los de la serpiente, destacándose en la serpiente su ojo siempre abierto, y sus amenazantes colmillos.

En clave oculta, lo que el mito ha pretendido ocultar bajo el tapasigno de su forma actual conocida, es que a través de la piedra de Venus, era posible comprender noológicamente a la serpiente. Y que las custodias de tal legado gnóstico eran las Vrayas, aquí en el mito ya rebajadas y caricaturizadas como teniendo entre las tres un mismo ojo y diente.

Luego, se menciona también el Origen, representado míticamente como Ponto, y personificado posteriormente como el mar, lo cual tiene desde el mito una correspondencia analógica gnóstica con el aspecto lagarto de cada Virya, que se halla en las «profundidades acuosas» del inconsciente, y la representación hiperbórea mítica del pulpo.

El texto continua diciendo en relación al héroe Perseo:

«Perseo es la idealización del Espíritu cautivo que intenta la hazaña de
liberarse de la prisión material; su objetivo es descubrir el Secreto de la Muerte,
conseguir la Más Alta Sabiduría, y hallar a la Pareja Original. Navután y Frya lo
nspiran para que consulte a las Vrayas y ellas, con la Piedra de Venus, le indican
el camino a seguir: debe dirigirse a un Bosque Sagrado de Fresnos y reclamar la
ayuda de los Dioses para enfrentar con éxito a la Muerte.»

Debe destacarse aquí, que en la búsqueda iniciática de Perseo por hallar el secreto de la muerte, la sabiduría y hallar a la pareja original, aparece siempre la serpiente como referente o indicativa de los aspectos mencionados.

Es decir, la serpiente desde antaño fue representativa de la sabiduría, condición que en el designio de la serpiente en este mundo encuentra su reflejo en el ojo de la serpiente que permanece siempre abierto, «viéndolo» todo, y por tanto, conociéndo todo.

Asimismo la serpiente siempre fue reconocida como símbolo de la medicina y la inmortalidad, apreciaciones que tienen también su asidero en el veneno de la serpiente que puede utilizarse como antídoto, e incluso elaborarse un alquímico elixir, y en la muda de piel, donde la serpiente fue apreciada como renovándose o «renaciendo», «emergiendo nuevamente tras la muerte».

De igual modo , respecto a la «la pareja original», considerando que el Gran antepasado o Siddha hiperbóreo es en el Origen un «hombre lagarto», su compañera es la «mujer serpiente».

Más hay una cuestión que resulta a todas luces llamativa, y siempre presente en el mito de la Gorgona. Y es el hecho de su mirada petrificadora, o que quien la mirase se «tornaba en piedra».

El texto en cuestión nos dice lo siguiente:

«Al aproximarse a Frya, Navután aconseja al héroe no detenerse a mirar el Rostro de
Muerte, lo que causaría su inmediata destrucción, y concentrarse en el Espejo
que la Diosa de la Sabiduría significa tras la Muerte: ¡sólo así podrá vencer a la
Muerte!, Perseo cumple las indicaciones con exactitud y, contemplándose en el
Espejo de Frya, consigue comprender a la Muerte y se transforma en Hombre
de Piedra Inmortal. A su regreso de la Muerte, Perseo emplea la Lengua de los
Pájaros para comprender a la Serpiente con el Signo del Origen: entonces
adquiere la Más Alta Sabiduría y encuentra a su Pareja Original.

Hasta aquí, lo más importante del tema original transmitido a los pueblos
nativos por los Atlantes blancos. Es evidente que gran parte del mismo,
milagrosamente recordado gracias a la misión familiar, fue incorporado por los
Señores de Tharsis en la Reforma del Fuego Frío. Los lidios, posteriormente,
contribuirían a su degradación mediante la “perfección de la forma ritual”, que
consistía en el demencial intento de exhibir exteriormente, plasmados en la
materia, unos signos que sólo pueden ser metafísicos.»

Aquí tenemos un aspecto clave, y es que Perseo es aconsejado por Navután de no mirar directamente a la Diosa, ya que de hacerlo le acarrearía la muerte inmediata. Esto es análogo por otra parte a la condición de los Siddhas, de quienes se dice que su terrible presencia frente a un Virya, puede o bien transmutarlo si el Virya se halla despierto y orientado (por vinculación carismática), o de lo contrario su microcosmos ser destruido, debido a la hostilidad esencial que tales Siddhas siempre despliegan frente a todo lo creado.

Análogamente la Diosa de la sabiduría es abordada por Perseo a través del reflejo de un espejo, es decir un cristal. Tal es la «piedra» rúnicamente trabajada, que posibilita el acceso a la sabiduría hiperbórea desde la comprensión noológica del Origen.

En la prueba iniciática de Pyrena de la casa de Tharsis, la predisposición gnóstica de quienes buscaban ir al encuentro de la muerte y su misterio, confería a los que más arrojo de valor y pureza de sangre ostentaran en su prueba, la condición cual «cristal» apropiado para recepcionar la mortífera y transmutadora mirada de la Diosa.

Y de modo análogo a la avasallante y mortal mirada de la Diosa, o de los Siddhas de Agartha, también encontramos en la serpiente tal replica de esta doble condición mortífero-transmutadora, ya que la mirada de la serpiente bien puede hipnotizar y llevar su presa a la muerte, como también su ojo que nunca se cierra ser apreciado y reconocido en su condición de siempre verlo todo.

La escultura de Pyrena de la casa de Tharsis fue tallada luego de la alianza con el pueblo de los lidios, quienes promovieron tal proyecto. Y cuando se dice en el texto citado «unos signos que sólo pueden ser metafísicos», se comprende claramente que la representación de estos signos o runas son precisamente las serpientes de la cabellera de la Diosa, ya que como representación última de todo despliegue energético y de la sabiduría e inmortalidad es la serpiente el enlace iniciático con el mundo increado.

Continuando con la exposición del mito de la Gorgona, tenemos que:
«En tiempos de la caída cultural de los pelasgos, mucho antes de que los
Golen iniciasen su siniestro desplazamiento hacia Europa, el tema original se
consteló como Mito, los Nombres fueron cambiando, y los significados se
distorsionaron e invirtieron. En el Mito argivo, Perseo, por encargo del tirano de
Sérifos a quien prometió imprudentemente traer “la Cabeza de Medusa”, se dirige
a la Tartéside pues el Monstruo habita un bosque de la península ibérica:
semejante localización no es gratuita puesto que Vides, el Señor de K’Taagar, fue
denominado por los Sacerdotes Ides, Aides o Hades, el Señor de Tar, es decir,
del Tártaro o Infierno, con lo que Thar-sis, Tar-téside, Tar-tessos, etc., pasaron a
designar lugares infernales. A esa ubicación contribuyeron también, en gran
medida, los Golen, cuando lograron observar la escultura de la Diosa Pyrena y la
identificaron en todo el mundo antiguo como “la Gorgona Medusa”. Al Perseo
argivo lo ayudan Hermes y Atenea, en quienes aún es posible reconocer a
Navután y Frya. Navután, en efecto, fue llamado Hermes, Mercurio, Wothan, etc.;
como Hermes, según los griegos, era hijo de una mujer “atlante”, hija de Atlante,
y de un Dios (Zeus), lo que no está lejos de la genealogía del Gran Jefe de los
Atlantes blancos; fue inventor de un alfabeto, de la lira y la siringa, las que canjeó
a Febo, el Sol, por el caduceo con el que éste pastoreaba a sus rebaños: si se
considera que el caduceo es una vara con dos serpientes enrolladas, que El Sol
representa al Dios Creador, y el rebaño a los animales hombres, es fácil distinguir
en la figura de Hermes a la del que ha comprendido, mediante un lenguaje, al
Símbolo de la Serpiente con que el Dios Creador pastorea a sus siervos. Y Frya,
por su parte, fue conocida como Atenea, Minerva, Afrodita, Freya, etc.; de Ella,
los griegos decían que “había nacido ya armada”: era, pues, Diosa de la Guerra,
de la Sabiduría, y del Amor.»

No puede omitirse tan importante comentario de la Gorgona morando en el inframundo o Tártaro, que tiene vínculos etimológicos y significativos con la casa de Tharsis y Tartessos.

La presencia de alguna figura ofídica en el inframundo es bien conocida en la cosmogonía mítica de muchas tradiciones,lo cual remite justamente a la idea que es preciso descender a las profundidades desconocidas, temidas, y oscuras, para hallar la sabiduría y secreto de la serpiente.

El ejemplo aportado de Hermes-Mercurio (quien es análogo a Wotan) resulta de lo más significativo, ya que aquí se menciona el caduceo serpentino que Hermes porta, representativo de su comprensión del modo como el demiurgo mantiene subyugados a los espíritus cautivos.

Y tal significado se basa en que el caduceo son justamente dos serpientes enroscadas alrededor una vara. Tales serpientes son aquí figurativas del Siddha-reptil y su Diosa serpiente, ya que los espíritus hiperbóreos son inseparables, tal como dos serpientes entrelazadas.

El engaño perpetrado por los Siddhas traidores fue justamente el despliegue de una imagen de Ella, la Diosa serpiente, imagen que no era Ella, sino solo su reflejo….

Y esa imagen de Ella, es la que el Yo extraviado busca incansablemente, arrastrando sin saberlo en su búsqueda y movimiento el desarrollo entelequial monádico.

Más , el sobreponerse a tal «imagen», es decir, hacer consciente el símbolo del origen desde la sangre, enfocándose en tal sentido hacia el Origen, donde se halla realmente Ella, la Dama Serpiente, significa haber sobrepasado el designio serpiente en lo arquetípico, comprendiendo la serpiente desde lo noológico, o desde el Origen.

Origen en que nuevamente se halla la presencia indisoluble de Ella y El, figurados como dos serpientes entrelazadas,comprensión noológica que se escenifica en el caduceo serpentino portado por Hermes, o también Apolo-Lucifer.

Símbolo serpentino desde la sabiduría hiperbórea, que fue degradado y «tapasignado» bajo la imagen gnóstico-demiúrgica del ascenso de la kundalini shakti y la fusión con el Uno.

Tal comprensión del caduceo explica aquella misteriosa referencia de El misterio de Belicena Villca:

“Has perdido el Origen y eres prisionero de la serpiente: ¡con el Signo del Origen, comprende a la serpiente, y serás nuevamente libre en el Origen! «

Ser «prisionero de la serpiente» se entiende a esta altura, es ser prisionero de aquella ilusoria imagen de Ella, de aquella «imagen de la Diosa Serpiente», que el Yo confundido aquí busca.

En tanto enfocarse con el signo del origen en forma consciente hacia la serpiente, permite comprenderla desde el Origen, donde el Yo será nuevamente libre, en presencia de la verdadera serpiente, la Diosa serpiente, o mismo el Dios serpiente Lucifer.

Es desde esta última consideración como puede apreciarse varias menciones de El misterio de Belicena Villca tales como «serpiente de luz increada», «serpiente liberadora», etc.

También cabe destacar que comprender a la serpiente (tanto su designio-copia en este mundo, como la comprensión desde el origen) es posibiltado por la orientadora runa conducente Gibur, que permite arribar de espaldas al angulo recto de la aisladora runa Odal.

Aquí la orientación de la runa Gibur en forma de tridente o Trishul, implica el haberse posicionado o situado en el propio aspecto reptil (Angulo recto del cerebro reptil en el occipital o «de espaldas»).

En Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea , Tomo V ,se comenta lo siguiente en relación a la runa Gibur y el «origen del encadenamiento espiritual» o Punto Tau:

«El punto TAU es el 1º punto de Tetrarque del camino Labrelix, el momento del encadenamiento espiritual al Simbolo del Origen; internamente este punto es alcanzado por el Yo del Iniciado luego de ser armado Caballero Tirodal: porque la Runa Gibur señala justamente ese primer tetrarque. Empero la facultad de anamnesia ha de allanar, posteriormente, la distancia espacial y temporal que separa EXTERIORMENTE al Iniciado del Punto TAU: es posible alcanzar fisicamente el Punto TAU historico, desplazarse hacia el lugar y el instante pasado en que ocurrio la caida del propio Espiritu Hiperboreo. Hacia alli viajara el Caballero Tirodal gracias a la Escalera Caracol que construirá con su facultad de anamnesia, gracias a una ESCALA cuya estructura estará conformada funcionalmente por matrices arquetipicas del designio caracol»

» Con respecto a la escalera Caracol cabe agregar que su empleo es inevitable si se pretende regresar FISICAMENTE al Origen; en cambio el regreso NOOLOGICO al PuntoTAU, protagonizado por el Yo del Caballero Tirodal armado con le Runa Gibur, es un tránsito instantáneo, un tránsito que no requiere atravesar distancia alguna porque toda distancia ha sido suprimida por la pureza de sangre.»

Tenemos aquí, sintetizando, un Yo extraviado por una ilusoria imagen de Ella, imagen que es desplegada en lo que se conoce como «designio de la serpiente», que es expresión imitativa de la Diosa serpiente del Origen. Bajo esa imagen, o siguiendo ese «espejismo» el Virya perdido es «prisionero de la serpiente».

Mediante la runa Gibur, que es expresión y proyección aquí del «signo del origen», se puede comprender a la serpiente (accediendo al propio aspecto reptil oculto), y acceder al Punto Tau, o el origen del encadenamiento espiritual.

Tras ese «origen» se halla el origen del contexto de la puerta de Venus, por donde los Siddhas entraron a este mundo asumiendo el aspecto reptil. Y más allá, en un ámbito rúnico incognoscible se halla el origen del mundo increado.

Una acotación oportuna es que el mencionado aspecto reptil es ajeno a la obra del demiurgo, ya que fue adoptado por los Siddhas cuando ya se hallaba iniciada la creación del demiurgo.

Más ocurre que al hacerse manifiesto o emerger este aspecto reptil en la esfera de sentido del mundo, rápidamente como reacción de la superestructura, la creación demiúrgica intentó asimilar e integrar esta tipología de estructura de vida orgánica, deviniendo así como no podía ser de otro modo, en una copia imitativa arquetípica.
No obstante esto, cuando posteriormente los Siddhas se dividieron en dos bandos, y los Siddhas traidores aplicaron la llave kalachacra, formas de vida reptil comprometedoras, como los saurios, fueron hechas desaparecer del mundo.

De modo que puede considerarse que en el Origen hubo un aspecto reptil hiperbóreo, expresado por los Siddhas directamente desde el Vril.

Y aunque para interactuar con el entorno axiológico circundante se precisara algún tipo de despliegue arquetípico, era controlado no por el Demiurgo, sino por la voluntad de los Siddhas.

En una segunda instancia , surge una copia arquetípica reptil, que continuó su devenir en el tiempo trascendente , ya integrada en la superestructura con un soporte arquetípico.

Desde esa copia reptil, surgieron también arcontes demiúrgicos que asumieron algunos de estos rasgos ofídicos, arcontes en su jerarquía por debajo de los Siddhas. ( Tanto respecto a los Siddhas leales como «hombres lagarto» como de los Siddhas traidores, que disimularon su condición reptílica asumiendo un camuflaje con alas).

No obstante esto, puede considerarse que el aspecto reptil (Y concretamente la serpiente y el lagarto) aunque manifestado desde un despliegue arquetípico, es lo más próximo al Origen.

Por último en la descripción de como se tergiversaron los significados del mito de Perseo y la Gorgona, se refiere lo siguiente:

«A partir de su viaje inverso a la Tartéside, el Perseo argivo comienza a
comportarse como un claro exponente del Pacto Cultural: no consulta a las
Vrayas sino que les roba el ojo común; éstas lo envían a Alsos, el hogar de las
Alceides, es decir, a un bosque sagrado, donde encuentra a las Ninfas Melíades,
las que no son otra cosa que personificaciones de los Fresnos; las Ninfas le
suministran un saco de piel de grulla, donde colocará la Cabeza de Medusa, y
unas sandalias que permiten volar; Hades le presta el casco de la invisibilidad; y
Hermes le entrega una hoz con forma de media luna para cortar la cabeza del
monstruo. Pero lo que más delata a esta falsificación engendrada por los
Sacerdotes del Pacto Cultural es la prevención del Perseo argivo que teme
convertirse en Hombre de Piedra. Porque en el Mito egeo no es una Sabiduría
posterior sino la propia mirada de Medusa la que convierte en piedra; la
Sabiduría, por el contrario, no está atrás de la Muerte sino afuera, junto a Perseo,
definitivamente independizada e inalcanzable para él. Ella no permite que él se
refleje en su Verdad Desnuda: se limita a colocar un espejo objetivo donde el
“héroe” contemplará la Muerte sin que ésta lo atrape. Es toda la ayuda que le
brinda Atenea: viéndola desde el espejo, Perseo clavará la hoz en el cuello de
Medusa y dará muerte a la Muerte, sin que esta “hazaña” le permita alcanzar la
inmortalidad. El espejo de Atenea es su escudo protector; la Cabeza de Medusa,
obtenida en la inútil hazaña del perseo argivo, es colocada por la Diosa en el
centro del escudo, dando a entender claramente que en esta Era, luego del
triunfo del Pacto Cultural, la Sabiduría está escudada en la Muerte, sin que exista
posibilidad alguna a los mortales de llegar a ella. Desde luego, esto es sólo una
amenaza de los Sacerdotes del Pacto Cultural para desalentar la búsqueda de la
liberación del Espíritu. En fin, como el Perseo argivo ni alcanzó la inmortalidad ni
consiguió la Sabiduría, no podrá comprender a la Serpiente y por eso se ve
obligado a matarla también, cosa que hará a la vuelta de su “hazaña”, cuando
lucha contra un dragón y libera a Andrómeda, con la que se une y procrea
numerosa prole.»

Tenemos así que los Dioses liberadores fueron reemplazados por «el bosque de fresnos», lo cual delata la falsificación druida de la historia, teniendo en cuenta el valor de culto que los golen druidas asignaban a los árboles.

También el símbolo de los Pontífices hiperbóreos, es decir la media luna, que significa el puente noológico, ha sido reemplazado por la hoz en forma de media luna. En un caso se trata del transito hacia el Selbst. Transito que implica haber comprendido a la serpiente, y haberse posicionado en el propio aspecto reptil. En tanto que en la versión degradada del mito, la hoz es utilizada para matar a la serpiente, reflejo mítico como no podía ser de otra manera, del ancestral odio sinárquico a la Serpiente.

Luego, la mirada en el reflejo del espejo no deja de ser altamente significativa, ya que originalmente fue por una «mirada refleja» como el espíritu quedó cautivo, y así también la aproximación a la Diosa recorre un transito iniciático similar , mirándola no directamente, sino desde un reflejo, lo cual significa un recorrido inverso de orientación al Origen.

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La Dama Serpiente

Por Christian C.

Lilith como la Diosa serpiente es representada en algunas pinturas con una serpiente enroscada alrededor de su cuerpo.

Y en otras ella misma presenta rasgos ofídicos, por ejemplo con cuerpo de serpiente de la cintura para abajo. Lo cual significa el poder sexual de la mujer serpiente, aquella que encarna a la Diosa serpiente.

La Diosa serpiente ha sido encarnada en su poder por sacerdotisas consagradas a la Diosa en la antiguedad, por las Suvasinis en su rol de «prostitutas sagradas» del circulo Kaula., o conocidas también a veces como Devadasis.

También por danzarinas que llevan a cabo una danza acompañadas de una serpiente, o ellas mismas realizando una danza serpentina en movimientos oscilantes, ondulatorios, tal como la serpiente.

Y también ha sido encarnada por las mujeres Kali, a veces conscientes y otras no, de su poder.

Así como Lucifer es el Dios serpiente, su compañera Lilith, es la Diosa serpiente.

Y del mismo modo, tenemos en el Origen a los hombres lagarto, y las mujeres serpiente, quienes reciben genéricamente también el nombre de Lilith.

De allí que el símbolo del origen es el símbolo de Ella, la dama serpiente, que es la Dama del origen, expresión rúnica pura del Vril.

Debe acotarse que siendo la kundalini una expresión del logos demiúrgico, y representado en forma de serpiente, existe por otro lado un aspecto serpentino hiperbóreo, donde lo serpentino se expresa desde el Origen. Tal es el aspecto del Vril, expresado como la Diosa serpiente.

Tenemos así la Diosa serpiente o mujer serpiente en el Origen, y luego en este mundo determinadas mujeres que de algún modo encarnan y reflejan el poder y aspectos de la Diosa serpiente. Tales mujeres son por tal razón también denominadas como mujeres serpiente.

La mordida iniciática de la serpiente, es la mordedura de Lilith., De allí el enlace con la mordedura de la mujer vampiro, siendo Lilith la reina de los vampiros y súcubos.

La mujer serpiente posee el veneno, así como el antídoto y elixir, contenido en su kalas menstrual.

Kalas que es producido en consonancia con la luna, cuyo ciclo de 28 días encuentra su expresión ofídica en los 28 anillos de la serpiente.

Del mismo modo como la luna presenta una fase visible y una no visible, similarmente la serpiente aparece y se oculta a intervalos regulares.

La reaparición estelar visible de la luna, es análoga aquí a la serpiente que se renueva mudando de piel, del mismo modo que la renovación biológica de la mujer en cada ciclo lunar.

En el film «La novena puerta» de Roman Polanski, se aprecia la escena en que el protagonista (Johnny Dep) efectúa el maithuna con la mujer luciferina, que es a todas luces en este contexto la mujer serpiente.

Los elementos que se destacan en tal sentido son la llamada «postura de Lilith» o Viparita Rati, en que el maithuna se lleva a cabo estando la mujer por sobre el hombre, y también en otra instancia cuando la mujer serpiente unge el kalas rojo en el rostro del protagonista, a la vez que se nota un fulgor verdoso momentáneo en los ojos de ella…

Remitiéndonos a la Diosa serpiente, encontramos al explorar los registros culturales expresados en las mitologías y cosmogonías de distintas tradiciones, que todas las Diosas iniciáticas se hallan representadas o bien acompañadas por una serpiente, o portando un símbolo serpentino, u en otras ocasiones la misma Diosa retratada como serpiente, o teniendo caracteres serpentinos.

En Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea, Tomo 9, «Posibilidades de la vía tántrica», Nimrod de Rosario nos dice:

«Aquí, lo mismo que con Shiva, nos remitiremos a la Sabiduría Hiperbórea la cual enseña que Kaly, así como la Isis egipcia, la Ishtar babilónica, la Venus romana, la Afrodita griega, la Shing Moo china, la Sophia gnóstica, etc., son todas imágenes brotadas del recuerdo de sangre de los linajes hiperbóreos. Recuerdo de sangre decimos pero ¿de quién?: de la «esposa» de Lúcifer, a quien bien podemos llamar Lillith de ahora en adelante».

Debe destacarse en tal sentido que en las Diosas aquí mencionadas se aprecia el vínculo ofídico señalado. Así, Isthar es descrita en antiguos textos como teniendo escamas de serpiente, hay advocaciones serpentinas de Isis, (que por otra parte regía en oráculos serpentinos), alguna representación también de Venus y la serpiente, y la Sophia gnóstica, cuyo mismo nombre (derivada de Is Ophi o «luz de la serpiente») remite etimológicamente a la serpiente.

Análogamente, se halla el aspecto de la Diosa en su rol de madre del niño reptil , o «niño de piedra», cuyo registro halla una representación escultórica de muchos miles de años atrás, como bien refiere Leonor Calvera en su libro «Historia de la gran serpiente» :

«En el museo de Bagdad se encuentra una estatuilla que data del V al lV milenio a.C. Se trata de una de las cinco mil figuras encontradas en el Kurdistán iraquí y pertenece al período Obeid.

Es una terracota de 15 cm de alto que muestra a una mujer desnuda, de hombros alados y pelo recogido. Trazos en forma de tríangulo marcan la pelvis y, junto a su pecho, sostiene a una criatura. Todo ello parece sugerir una de las tantas representaciones de la Gran Diosa en dos de sus tres aspectos: el de doncella y madre. El conjunto no sería especialmente llamativo si no fuera porque la mujer y el niño que abraza ostentan un rostro semejante de reptil, de reptil sonriente.

La efigie de Ur consolida una concepción mucho más antigua : La que dio forma a las Venus Esteatopigias. Todas ellas -la de Lespugne, la de Savignano, la de Dolni-Vestonice y, particularmente, la de Windelford- con sus senos abultados, y su abdomen prominente, su forma alargada carente de brazos y su rostro donde los rasgos humanos dan paso a los serpentinos,anticipan, siete mil años antes, la idea de una mezcla turbadora e incógnita entre mujer y ofidio.»

Sea al inicio del tiempo, cuando en cada kalpa se despliega la terrible manifestación universal demiúrgica, sea en el inframundo proscrito por las tradiciones abrahámicas ,o desde su influencia estelar representada en el cielo nocturno como la constelación de la serpiente, lo cierto es que la Diosa serpiente siempre ha estado allí presente.

Y cuando todo desaparezca, también allí la Diosa serpiente permanece, hallándose en la negrura infinita primordial, más allá de todo lo manifestado.

Dicha negrura infinita se expresa en la misma Diosa (siendo su esencia la misma oscuridad serpentina), que cual agujero negro abismal, devora finalmente la falsa luz de este mundo en todo lo aquí manifestado.

Desde la etimología resulta más que interesante el nombre aportado por Herodoto de Sauromacia, ya que deriva etimológicamente de Sauro o reptil y Mater, madre. Significando así la madre reptil, o la madre serpiente. Cuestión que se torna significativa considerando que las amazonas de Sauromacia rendían culto a la Gorgona.

En el registro hiperbóreo del misterio de la Gorgona, expuesto en El misterio de Belicena Villca, encontramos que en la historia original del mito (anterior a su deformación cultural sinarquizada) Perseo es aconsejado de aproximarse a la Diosa, la Gorgona (quien es la misma Frya o esposa de Navután) sin mirarle directamente, ya que esto le acarrearía la muerte inmediata.

Por el contrario se le aconseja mirar a través del reflejo de un espejo a la Diosa, para así contemplando dicho reflejo, comprender la sabiduría que la Diosa significa tras la muerte. Así es como Perseo se concentra en el espejo, donde aprecia la verdad desnuda de si mismo, comprendiendo a la muerte, y tornándose en hombre de piedra.

Similarmente, un Virya puede en ocasiones hallar en este mundo algún tipo de mujer que exprese la esencia ofídica de la Gorgona. Se trata de una clase de mujer que en su dimensionalidad oscura, ostenta los signos de la muerte, y su veneno se trasluce claramente.

Veneno que puede resultar en brebaje alquímico para el virya despierto, o ser mortífero para un incauto….

De cualquier modo, el punto a resaltar aquí es que en el caso de la Diosa Gorgona, el héroe Perseo no debía mirarla directamente, sino a través de un espejo, o reflejo.

Más en el caso de la mujer ofídica que aquí se esta mencionando, ella misma es en si un reflejo de la Diosa, ya que en ella se reflejan los atributos y esencia ofídica de la Diosa serpiente.

Un ejemplo sería el de la mujer Kali, en la prueba de los cinco desafíos de la vía humeda del sendero tántrico Kaula, donde efectivamente debe mirarse a los ojos de la mujer Kali, ya que como bien se refiere : “LAS PUERTAS DE LA ETERNIDAD SON LOS OJOS DE LA MUJER KALY”.

Por lo que, si un virya orientado, en búsqueda de la Gnosis, afronta el misterio que encarna tal mujer serpiente, se establece entonces una conexión o puente con la Diosa serpiente del Origen.

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La Alquimia y el elixir serpentino

Por Christian C.

Debe comprenderse que la serpiente se halla en la misma esencia de la alquimia, y el propósito de los alquimistas era el elixir de la serpiente.

Esta es la razón de tantos textos y grabados alquímicos, donde aparece la serpiente.

Y desde la sabiduría hiperbórea esto se torna más que relevante, ya que la alquimia es justamente una de las 7 más 1 vías de liberación.

Además resulta notorio que el fundador atribuído al saber hermético de la alquimia sea precisamente Hermes, a quien en la Sabiduría Hiperbórea se menciona como análogo a Wotan. Y el punto en este contexto a destacar es que precisamente Hermes es portador del serpentino caduceo!

Más, la alquimia ha sido muy manipulada y distorsionada en sus significados ocultos a través del tiempo, contribuyendo además el carácter hermético que la caracteriza a ser conocida únicamente por ciertos círculos de iniciados.

Su anatemización por parte de la Iglesia, ha ido a la par precisamente de la ancestral proscripción de la serpiente y su saber iniciático.

Tenemos en la alquimia una praxis externa, focalizada en la manipulación química y mágica de los metales, tendiente a operaciones de transformación y manipulación, y una alquimia interna, donde los metales son aquí símbolos referentes de los estados de la psique a sublimar y transformar.

Bajo esta última perspectiva, el alquimista opera en su misma estructura psico-física como atanor alquímico. Y la consecución última del Magnum Opus o «piedra filosofal» es aquí el «Hombre de piedra», o el Yo aislado del contexto fenomenológico psico-anímico.
En este proceso de mutación alquímica, el iniciado purifica su sangre, principalmente de la matriz homínida (etapa de Nigredo), y sus aditamentos sutiles, permeando ahora su estructura psico-física esencialmente la sangre fría reptil hiperbórea (etapa de Albedo).

Cabe mencionar que aunque se atribuye al psicoanalista suizo Carl Jung todo un aporte respecto a la dilucidación de la alquimia, faltaría complementarlo con el aporte de la Sabiduría Hiperbórea.

Ya que el enfoque Junguiano se focaliza en el Self o el Si Mismo del sujeto anímico, en tanto que para la efectiva transmutación alquímica y liberación del Yo, es preciso arribar al Selbst ,o el Si mismo del Yo infinito, nucleado en la esfera de voluntad egóica o Ehre.

Concepto este último que desarrolla Nimrod de Rosario en su obra Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea.

El simbolismo ofídico en la alquimia es sumamente variado, y uno puede remitirse a los significados crípticos preservados del arte alquímico, que han llegado a nuestros días, así como antiguos textos de alquimistas, como por ejemplo Las doce llaves de Ripley, las obras de Basil Valentinus, el Musaeum Hermeticum, etc.

En este símbolismo alquímico pictórico se aprecian por ejemplo el caduceo, el uroboros, la serpiente alada, sin alas, crucificada (la fijación de lo volátil), enroscada alrededor de un huevo, etc. Y así también los emblemáticos colores, verde, blanco, negro y rojo, que tanto tienen un significado alquímico subyacente, como su representación en ofidios de los colores mencionados.

Así también, la serpiente de dos cabezas, representando la armonía o equilibrio del azufre y el mercurio. O la serpiente de tres cabezas, donde nuevamente, sal , azufre y mercurio son los elementos alquímicos esenciales.

El proceso en que el virya se sitúa en su sangre fría, y potencia el lado reptil, es en si una mutación alquímica. Ya que el aspecto reptil se torna ahora predominante, por sobre la matriz homínida, invirtiendo la condición del virya perdido.

El cuerpo de Vraja, incorruptible, es también una mutación alquímica, donde es como una muda de piel ( como la serpiente) , adquiriendo la condición albea (albedo) y escamosa del reptil.

Cabe destacar por otra parte, que en la India, la alquimia era conocida como la ciencia Nagayuna ( Naga/serpiente), y hay incluso representaciones similares al caduceo, denominadas Nagahals.

En esta antigua tradición el elixir era conocido como Amrita, o Rasa.

Bajo ese mismo significado se utiliza el término Rasayana respecto a la alquimia.

Resulta imperativo remarcar que en el sendero kaula, la transmutación alquímica se efectuaba mediante la vía húmeda del maithuna, y el kalas rojo de la suvasini.

En el sendero Kaula la presencia de la Suvasini resulta de vital importancia en la vía tántrica, del mismo modo que en la llamada vía seca de los Trovadores lo es la Dama Kalibur., Y análogamente en la occidental vía alquímica de liberación se cuenta con la necesaria participación de la denominada Soror mística.

Continuando con representaciones alquímicas, también se destaca la serpiente alada, que en la alquimia representa lo volátil , o el Mercurio. En tanto la serpiente sin alas, lo fijo o el azufre.

En la representación del símbolo Uroboros, la serpiente se muerde la cola, lo cual significa el azufre que fecunda el mercurio.

Hay una antigua representación del Uroboros de color verde y rojo ( como el simbolismo apuntado anteriormente). Aquí el verde significa el inicio de la Gran obra, y el rojo la consecución, o Rubedo.

Esta combinación de azufre y mercurio, en sucesivas etapas cada vez mas refinadas, o nupcias químicas, se dice devienen eventualmente en la piedra filosofal o elixir alquímico.

Esas sucesivas nupcias que se repiten sucesivamente forman el Magnum circularis, o la obra circular de los alquimistas.

En china, próxima a la India, es muy prominente el dragón. Y análogamente se encuentran representaciones del Uroboros en forma de dragón.

O también el Uroboros con los colores negro y blanco, alusivos al yin y yang, que en el contexto alquímico significan nuevamente, el mercurio y el azufre.

También en el simbolismo del caduceo, las dos serpientes enroscadas en la vara representan asimismo el azufre y el mercurio, en tanto la vara representa la sal, o elemento conciliador de opuestos.

El caduceo era conocido como agua abismal, agua abismal caótica, y Basilisco o rey de las serpientes.

Otro símbolo alquímico, es la serpiente enroscada alrededor del huevo. Lo cual significa la materia prima (el huevo) que recibe el calor o energía serpentina, para desplegar lo que lleva en germen. Aquí el huevo, representa el atanor alquímico, donde la serpiente del azufre fija el mercurio, y la serpiente del mercurio volatiliza el azufre. De la contienda de ambas, surge el elixir, el cual deviene del veneno de ambas serpientes.

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El oído y la reverberación acústica de la Serpiente

Por Christian C.

La compleja estructura del oído humano evidencia el nexo del humano actual con la ascendencia reptil, concretamente el lagarto, nexo que se ha buscado ocultar por todos los medios, inventando el llamado «eslabón perdido».

Recordemos que en el inicio del tiempo, y previo al encadenamiento de los espíritus hiperbóreos, teníamos en el mundo por un lado aquel ensayo demiúrgico del Pasú, como raza de matriz homínida.

Y por otro lado la visita de los Siddhas hiperbóreos a este mundo, asumiendo el aspecto de hombres lagarto, y encontrándose con aquella prueba o ensayo del Pasú.

Luego de la intervención de la clave genética, en que un grupo de Siddhas (los traidores) se mezclan copulando con la raza Pasú, el homínido-Pasú muta, adquiriendo el gen y ADN reptil.

Bajo esta mutación, se operan algunos cambios fisiológicos, climáticos, químicos y geológicos, así como la aparición de nuevas especies. (Como el pulpo por ej. representativo de la instancia del encadenamiento espiritual, y por otro lado las aves, acompañando biológicamente la secuencia del ocultamiento de los Siddhas traidores de su aspecto reptil, asumiendo «alas»).

Entre los cambios fisiológicos, que afectaron el microcosmos del Pasú, ahora mutado en Virya tras la adhesión del Yo perdido de un espíritu hiperbóreo, surgió la expresión continua del ángulo recto (alusivo tanto al encadenamiento espiritual, como al secreto de su liberación), en la ahora mano de cinco dedos, donde el pulgar y el índice señalan continuamente dicho ángulo recto.

Así también, la conformación de la glándula pineal, resabio de un anterior tercer ojo, la inclusión de un tipo de sangre RH negativo de clara tipología reptil, y la estructura actual del óido humano como se la conoce hoy día.

Estableciendo una diferencia entre el tipo mamífero y el reptil, tenemos que en la estructura dentario-bucal del mamífero se mantiene una articulación denominada dentario-escamosal, por articularse precisamente entre el denominado dentario, y el hueso escamosal.

En tanto los reptiles poseen varios tipos de dientes, tales como el dentario, el articular, y el angular, manteniendo una articulación entre el hueso denominado cuadrado y el articular, o articulación cuadrado articular.

Si bien en el Virya perdido, y su microcosmos actualmente visible, predomina el aspecto mamífero, en cuanto matriz homínida dominante, descendiente del Pasú, el legado reptil se conserva por otra parte, en aspectos de la fisiología humana, como el caso concreto mencionado del oído humano.

Dado que la intervención de la clave genética consistió en la resignación del signo espiral del Pasú (signo representativo de la matriz funcional del desarrollo evolutivo del designio caracol) con el símbolo del origen, tal resignación permitió la actualización orgánica de la matriz espiral afectada, apreciable en la espiral de la cóclea en el oído.

Esta es la razón, de que los Siddhas y Viryas despiertos perciben el signo del origen en otros Viryas, a la altura del oído humano, ya que allí se plasmó orgánicamente la resignación mencionada.

Por otro lado, los huesos del oído medio en la cadena osicular, tales como martillo, yunque y estribo, han devenido del sistema articular de los reptiles, en tanto que el angular devinó en el tímpano del oído.

Estos huesecillos funcionales a la transmisión acústica, devienen del sistema dentario de los reptiles, y en la conformación arquetípico-orgánica operada (donde la resignación del signo Pasú con el símbolo del origen contribuía al plan evolutivo ideado por el Demiurgo), tal enlace establecido dentario-acústico, se estructuró como representativo del designio hambre del Demiurgo.

Así también el tímpano deviene del angular de los reptiles ,llamado así por el ángulo que forma en la mandíbula infero-posterior de los reptiles.

Más, al ser estructurado el tímpano, puede eventualmente un Virya despierto, quien hace resonar la vox o bija del Gran Antepasado (lo que equivale a «escuchar a la serpiente» en la sangre ), acceder al secreto reptil del ángulo recto.

También se aprecia nucleado o representado en el oído, la forma del laberinto.

La prueba que esta conformación orgánica se debió a la mutación genética operada (clave genética) y no a una evolución de tipo Darwinista, se halla en que especies a medio camino entre el reptil y el mamífero, como el Cinodonte (ejemplares como el Brasiliterio o el Brasilodonte) no presentan estos huesos del óido medio, lo cual es indicativo de cierto «salto» de la especie, en cuanto actualización orgánica se refiere. Salto que ,repetimos, fue debido a una intervención externa o extraterrestre, operada por los Siddhas traidores, mediante la clave genética.

En el texto «El mundo rojo de Escorpio», encontramos más claves iniciáticas de esta temática, en relación con la transmutación alquímica del Virya en su despertar y orientación al Origen :

«La sangre menstrual brota influenciada por las «Fases Lunares» y torna a la mujer infecunda, dicha condición instituye un signo de muerte en esa sangre, que remite a la idea de una sangre que de correr por las venas de un Iniciado, solo produciría un «Hijo de La Muerte», un «Kaput Níger», un «Virya Despierto», un «Niño de Piedra Blanca», jamás vida creada, siendo referente así de aquel momento en que «CONOCIMOS EL TIEMPO» bajo el «Sol de Escorpio».

Este hecho es prueba de la posibilidad que la mujer tiene convenientemente orientada de «curar y curarse», de neutralizar e inmovilizar el «Veneno Arquetípico» que se mueve en la sangre, podría decirse que se trata de la presencia de un «ANTÍDOTO» de efecto
orientador para el Yo Perdido, por esta razón, por esta condición de IMPURA NATURAL de la mujer, no le está permitido oficiar como «SACERDOTE EN EL MISTERIO CRÍSTICO DE LA TRANSUBSTANCIACIÓN»; en pleno ritual esta condición de La Oficiante tendría efectos devastadores para el Culto, ya que el vino lejos de convertirse en la «Sangre de Cristo», se convertiría en «Sangre Negra», «Sangre Pura», «Sangre Congelada», «Copa de Menstruación o Sangre Negra».

El hombre convenientemente orientado procura esta como inmovilización en la sangre, del «VENENO MELÍFERO» que los distintos «REGISTROS ÓNTICOS», cual Apis Melificas, producen como efecto de su influencia estructural sobre el «Sujeto Consiente Actual», obviamente este «Efecto Inmovilidad» está vinculado con el sacrificio de «Agotar el Karma» tarea arto difícil, ya que exige una voluntad férrea para soportar el padecimiento consiente que conlleva «REMONTAR EL RÍO DE LA SANGRE HACIA LA CLARIDAD DE LA HERENCIA DIVINA».


Esta operación inmovilizadora del Veneno Arquetípico o agotamiento del Karma, supone un cambio metafísico en el ámbito de la sangre, la generación de cera, «LA CERILLA ROJA», la «VOLUNTAD del INICIADO» conforma la actividad producto de la influencia de los «Registros Ónticos» de forma que «EL ENJAMBRE MUTA», de estar compuesto por «Apis Melificas» a componerse de «Apis Cerificas», que estiran la Cera en la Sangre, generando «EL PANAL DE CERA ROJA QUE INMOVILIZA LA MIEL VENENOSA», permitiendo intuir en el ámbito de un «Tiempo Propio o Transversal» producto del Cerco Estratégico que define «La Técnica Arquemónica,» el camino a tomar en cada encrucijada del Laberinto «Espiral Evolutiva del Pasú» con las RUNAS DEL ORIGEN, lo que lleva a situarse en la espiral de la estructura del oído humano, donde el contexto acústico devela la posibilidad, de constelar la Cera Roja en un solo instante, como efecto resonante de un «Sonido o Bija», que equivaldría a la «VOZ DEL GRAN ANTEPASADO HIPERBOREO», ya que escucharla traslada al momento en que conocimos el tiempo bajo el Sol de Escorpio.
«ANTÍDOTO», «CERA ROJA», «PANAL EN EL OÍDO».

El extracto del texto citado, permite apreciar como en la transmutación alquímica del Virya, tiene un protagonismo esencial la asistencia de la mujer orientada y despierta, y su kalas menstrual.

Este kalas ,valorado sumamente en la tradición Kaula, es tan poderoso, que puede neutralizar toda la estructura del condicionamiento anímico y kármico, estrcutura que se despliega en la actualización de innumerables registros ónticos ocultos en el microcosmos del Virya.

Y es que, tal sangre o kalas menstrual, es sangre de la serpiente, ya que la mujer Virya orientada , e incluso la mujer Kali que no es consciente de serlo, en tal instancia encarna el poder de la Diosa Serpiente.

El nexo entre la luna, la mujer y la serpiente ha sido también ancestralmente señalado en el foclore y el mito, y esta es la razón, que la sangre menstrual, influenciada por la luna, se manifieste en ciclos alrededor de 28 días, ciclo que remite no solamente a lo lunar, sino que también tiene su correspondencia en los 28 anillos de la serpiente!

Un comentario

El pulpo desde la Sabiduría Hiperbórea

Por Christian C.

La editorial creada por el Pontífice Nimrod de Rosario, con su emblema representativo, el Kraken, o ancestral monstruo marino bajo la apariencia de un pulpo gigantesco, señala al Virya despierto un secreto, de aquel monstruo marino, que yace en profundidades ignotas.

Tenemos la manifestación del pulpo en el inicio del tiempo ( tiempo recargado, posterior a la kalachacra), por lo que se halla «dormido» en las profundidades del inconsciente.

Este concepto ha sido expresado por Lovecraft, en los mitos de Cthulhu, lo que remite y le hace análogo al Lagarto, en las profundas aguas del inconsciente. En ambos casos se trata de una alusión al potencial del cerebro reptil.

La inclusión de aspectos reptiloides en Cthulhu , con características de dragón, y de los Profundos como teniendo de igual modo rasgos de reptil, evidencian el nexo señalado.
Baste como ejemplo en La sombra sobre Insmouth de H.P. Lovecraft, la descripión de la hija del capitán Marsh, que se dice semejaba a un reptil.

O para citar un referente más concreto, la descripción que el mismo autor da en el cuento En Los muros de Erix, donde una extraña raza de hombres lagarto en Venus, poseen tentáculos en los pectorales.

Los tentáculos son en este contexto mítico análogos a serpientes.

Y al igual que en las 16 serpientes primordiales ( a las que en la talla de Pyrena se agregarían dos serpientes mas alusivas a la pareja del origen), en la actualización arquetípica bajo el encuadre de mito, también se constelan 2 pulpos enfrentados, representativos estos tentáculos/serpientes del símbolo del origen, siendo aquí los 2 pulpos la imagen reflejada de aquella pareja original.

La ornamentación hallada en Lambayeque, Perú, del señor de Sipan, en cuanto corona y pectoral, exhibe tentáculos de pulpo con terminación en cabezas de serpiente. Lo que indica precisamente el aspecto serpentino como culminación de la expresión esotérica del pulpo y sus tentáculos. Allí se oculta sin duda el secreto de la serpiente.

Los ocho tentáculos remiten por un lado a la resignación de la doble cuadrangularidad , respecto a que en la estructura psíquica cuadruple del laberinto en que se halla el Yo perdido ( los 4 recintos o tetrarques de cada instancia en el laberíntico sendero Labrelix), debe realizarse una doble resignación ,para el Yo orientarse en cuanto a los dos actos o secuencias de su extravío original ( Reversión del Yo absoluto o espíritu esfera , y posteriormente reflejo del Yo infinito en el símbolo del origen).

De allí también la vinculación semiótica sugerida del 8 con el infinito , que bajo esta consideración es alusiva no al Infinito potencial, sino al Infinito actual.

Por otra parte, dada la manifestación orgánica del pulpo como expresión arquetípica del argumento del Yo espiritual extraviado desde su primera instancia en este mundo, al mismo tiempo refleja el designio hambre del demiurgo, en cuanto el sistema digestivo del pulpo es un mismo esfínter por donde se come y excreta, lo que tiene su correspondencia en el despliegue arquetípico demiúrgico, y la posterior reabsorción o fagocitación, en cada ciclo alterno de kalpa y pralaya.

Y si bien hay un «hambre» o ansia demiúrgico, que el Yo perdido toma como suya propia ( debido a la confusión de estar subsumido en el sujeto consciente), también existe un «hambre infinita» , propia del Yo en su dimensión infinita como yo despierto en el Selbst, o el Si mismo del Yo infinito.

Esto tiene su figuración en el pulpo, cuyo pico delimita míticamente con el primordial océano de leche infinito, para alimentar al «pulpo» que aquí es figuración del Niño de piedra, el niño lagarto!

Tal océano de leche, por su dimensión infinita excede y sobrepasa necesariamente el mundo arquetípico demiúrgico.

Así se entiende al niño de piedra , o el pulpo, y la figuración de la virgen de Agartha como » la virgen del pulpo» , representación artística, que consciente o inconscientemente, también ha sido canalizada.

El aspecto marino del pulpo y el calamar, ha sido también confundido terriblemente, y quizá intencionadamente, por algunos ,con aquel símbolo Ichthus del pez, atribuido a los primeros cristianos. Baste simplemente acotar que en los cultos demiúrgicos , como el cristianismo, no se mantiene ni expresa la hostilidad esencial al mundo creado, como si es mantenida contrariamente por Cthulhu y los profundos.

Que el cristianismo haya adoptado el símbolo del pez, se debe a que su historia argumental tuvo lugar bajo la constelación de Piscis, a la analogía del pescador y sus reces bajo la mentalidad proselitista evangelizadora, y a una alusión a la monada del Pasú, que alguna vez fue pez en una esfera lunar, detentando así , bajo todas estas consideraciones, la expresión semiótica del designio demiúrgico.

Mas no tiene relación con los llamados híbridos , conocidos como la raza de los Profundos, ni con Cthulhu, que se ha manifestado en clara hostilidad esencial al mundo demiúrgico.

Por otra parte, el cristianismo, y toda la estructura demiúrgica, siempre ha derivado e imitado principios y símbolos que no le son propios, adecuándolos como aspecto tajada del esquema original, en su propio contexto.

Es conveniente recordar que en el caso de Cthulhu ,no es meramente un » pulpo» sino que presenta rasgos draconianos. Y en el caso de la raza de los Profundos, tampoco son meramente «hombres-peces», como a veces se les denomina, sino que aparece también en su fisonomía una tipología reptil, como el caso citado previamente de la hija del capitán Marsh, en La sombra sobre Insmouth.

En el relato El montículo, también de H.P. Lovecraft, encontramos que en la ciudad subterránea de K’n-yan aparecen varias veces tallas juntas de Cthulhu, y Yig, el Dios serpiente, ambos mirándose, uno enfrente del otro. El nexo aquí apuntado por Lovecraft del pulpo y el reptil, no podía ser más notorio.

Por supuesto, también en el pulpo encontramos un aspecto pulpo como replica demiúrgica, que asume estos aspectos, desde una resignificación demiúrgica.

Así puede apreciarse en tal sentido, que los 8 tentáculos del pulpo funcionan cada uno como un cerebro propio, y los 8 conforman Uno. De igual modo cada tentáculo es como un «ojo», viéndolo así todo.

Mas no debe confundirse este aspecto replica demiúrgico con el Kraken, de clara simbología hiperbórea , como la expuesta anteriormente.

Así en tal sentido, debe apreciarse con una implicancia altamente iniciática, el emblema del Kraken que asumiera Nimrod de Rosario, para la editorial de sus libros.

Cabe acotar asimismo, que la representación del pulpo alude también al vínculo carismático entre un Siddha jefe de los hiperbóreos, y un grupo de Viryas, nucleados a su alrededor carismáticamente, en un tipo de nexo que puede alegorizarse aquí como un pulpo y sus tentáculos.

Y por último, desde la Sabiduría Hiperbórea, se dice que la constelación del Pulpo, en el hemisferio celeste austral ( rigiendo desde la Antártida donde se hallan Siddhas presentes así como una puerta al mundo de Agartha) será la configuración estelar determinante en la batalla final, apreciándose dos estrellas de la constelación de la cruz del sur, como los ojos del Pulpo.

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