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Autor: administrador

El tío Kurt y los Ofitas

Por Christian C.

El episodio narrado en El misterio de Belicena Villca, del secuestro de tio Kurt por los Ofitas , durante su niñez en Egipto, contiene algunos indicios ocultos que resulta oportuno develar y poner de manifiesto.

Es recomendable releer nuevamente el relato, que aquí se reproduce, para así apreciar los comentarios luego expuestos.

«Las cosas sucedieron así: mis padres habían viajado hasta El Cairo –el Ingenio familiar dista unos kilómetros de esta ciudad– con el objeto de hacer compras.

Mientras Mamá se entretenía en las vastas dependencias de la Tienda Inglesa Yo, ávido de travesuras, me fui deslizando con mucho disimulo hacia la calle. Un momento después corría a varias cuadras de la Tienda atraído inocentemente por el bullicio del “Mercado Negro”, barrio laberíntico de miserables puestos callejeros y refugio seguro de mendigos y delincuentes de poca monta.

Ese día la marea humana era densa por las callejuelas estrechas en las que la distancia entre dos puestos de ventas apenas dejaba un pasillo al tránsito peatonal. Alfarería, frutas, alfombras, animales, de todo lo imaginable se vendía allí y ante cada mercadería se detenían mis ojos curiosos. No tenía miedo pues no me había alejado mucho y sería fácil volver o que me hallara Mamá.

Siguiendo una callejuela fui a dar a una amplia plaza empedrada, con fuente de surtidor, en la que desembocaban infinidad de calles y callejuelas que sólo el irregular trazado de esos Barrios de El Cairo puede justificar. Estaban allí cientos de vendedores, vagos, pordioseros y mujeres con el rostro cubierto por el chador, que recogían agua en cántaros de barro cocido.

Me acerqué a la fuente tratando de orientarme, sin reparar en un grupo de árabes que rodeaban cantando a un encantador de serpientes. Este espectáculo es muy común en Egipto por lo que no me hubiera llamado la atención, a no ser por el hecho inusual de que al verme, los árabes fueron bajando el tono del canto hasta callar por completo. Al principio no me percaté de esto pues el encantador continuaba tocando la flauta en tanto los ojos verdes de la cobra, hipnotizada por la música, parecían mirarme sólo a mí. De pronto el flautista se sumó también al grupo de silenciosos árabes y Yo, comprendiendo que algo anormal ocurría, uno tras otro daba prudentes pasos atrás.
El hechizo se rompió cuando uno de ellos, dando un alarido espantoso, gritó en árabe –¡El Signo! mientras me señalaba torpemente. Fue como una señal. Todos a la vez gritaban exaltados y corrían hacia mí con la descubierta intención de capturarme.

Se produjo un terrible revuelo pues siendo Yo un niño, corría entre la muchedumbre con mayor velocidad, en tanto que mis perseguidores se veían entorpecidos por diversos obstáculos, los que eliminaban por el expeditivo sistema de arrojar al suelo cuanto se les cruzara en sus caminos. Por suerte era grande el gentío y muchos testigos del episodio pudieron informar luego a la Policía.

La persecución no duró mucho pues el fanatismo frenético que animaba a aquellos hombres multiplicaba sus fuerzas, en tanto que las mías se consumían rápidamente.

Inicialmente tomé por una calle pletórica de mercaderes, escapando en sentido contrario al empleado para llegar a la plaza, pero a las pocas cuadras, intentando esquivar una multitud de vendedores y clientes, me introduje en un callejón. Este no era recto, sino que seguía estrechándose cada vez más, hasta convertirse en un camino de un metro de ancho entre las paredes de dos Barrios que habían avanzado desde direcciones distintas, sin respetar la calle.

A medida que corría, el callejón parecía más limpio de obstáculos y, por consiguiente, mis perseguidores ganaron terreno, hasta que una piedra saliente del desparejo suelo me hizo rodar derrotado. Inmediatamente fui rodeado por los excitados árabes que no tardaron un instante en envolverme con una de sus capas y cargarme aprisionado entre poderosos brazos. La impresión fue grande y desagradable y, por más que gritaba y lloraba, nada parecía afectar a mis captores que corrían ahora, más rápido que antes.

Un rato después llegamos a destino. Aunque Yo no podía ver, entendía perfectamente el árabe y comprendí entonces que los fanáticos llamaban a grandes voces a alguien a quien denominaban Maestro Naaseno.

Al fin me liberaron del envoltorio en capuchón que me cegaba, depositándome sobre un suave almohadón de seda, de regular tamaño. Cuando acostumbré la vista a la penumbra del lugar, comprobé que estaba en una amplia estancia, tenuemente iluminada con lámparas de aceite. El piso, cubierto de ricas alfombras y almohadones, contaba con la presencia de una docena de hombres arrodillados, con la frente en el suelo, los que de tanto en tanto levantaban la vista hacia mí y luego, juntando las manos sobre sus cabezas, elevaban sus ojos extraviados hacia el cielo clamando ¡Ophis! ¡Ophis!
Por supuesto que todo esto me atemorizó pues, aunque no había sufrido daño, el recuerdo de mis padres, y el hecho de estar prisionero, me producían una gran congoja.

Sentado en el almohadón, rodeado de tantos hombres, era imposible pensar en fugar y esta certeza me arrancaba dolorosos sollozos. De pronto, una voz bondadosa brotó a mis espaldas trayendo momentánea esperanza y consuelo a mis sufrimientos. Me di vuelta y vi que un anciano de barba blanca, tocado con turbante, se llegaba hacia mí.
–No temas hijo –dijo en árabe el anciano a quien llamaban Naaseno–. Nadie te hará daño aquí. Tú eres un enviado del Dios Serpiente, Ophis-Lúcifer a quien nosotros servimos. Lo prueba el Signo que traes marcado para Su Gloria.

Me indicó en gesto afectuoso que permitiera ser tomado en brazos por él, para poder así “enseñarme la imagen de Dios”. Realmente estaba necesitando un trato afectuoso pues aquellos fanáticos no reparaban en que Yo era un niño. Abracé al anciano y éste echó a andar hasta un extremo de la sala –que resultó ser un sótano– adonde se elevaba una columna en cuyo pedestal brillaba una pequeña escultura de piedra muy pulida. Tenía la forma de una cobra alzada sobre sí misma con ojos refulgentes, debido quizá a la incrustación de piedras de un verde más intenso. La imagen me fascinó y la hubiese tocado si el anciano no retrocede a tiempo.

–¿Te ha gustado la imagen de Dios, “pequeño enviado”? –dijo el Maestro.
–Sí –respondí sin saber porqué.
–Tú tienes derecho a poseer la joya de la Orden. –Continuó el Maestro mientras hurgaba en una bolsita de fino cuero que llevaba colgada al cuello.
–¡Aquí está! –exclamó el Maestro Naaseno– es la imagen consagrada del Dios Serpiente.

Para obtenerla los hombres pasan duras pruebas que a veces les llevan toda la vida. Tú en cambio no necesitas pasar ninguna prueba porque eres portador del signo.

Con un afilado puñal que extrajo del cinto, cortó un cordón verde de un manojo que colgaba en la pared y, ensartando la réplica de plata en un lazo, la colocó en mi cuello. A continuación me miró a los ojos, de una forma tan intensa que no he podido olvidarlo nunca. Tampoco olvidé sus palabras, las que pronunció con voz muy fuerte, ritualmente. Me tenía agarrado con su brazo izquierdo y me elevaba para que fuese visto por todos, mientras con el índice de la mano derecha señalaba al Dios Serpiente. Dijo esto: –¡Iniciados de la Serpiente Liberadora! ¡Seguidores de la Serpiente de Luz Increada! ¡Adoradores de la Serpiente Vengadora! ¡He aquí al Portador del Signo del Origen! ¡Al que puede comprender con Su Signo a la Serpiente; al que puede obtener la Más Alta Sabiduría que le es dado conocer al Hombre de Barro! En el interior de este niño Divino, en el seno del Espíritu eterno, está presente la Señal del Enemigo del Creador y de la Creación, el Símbolo del Origen de nuestro Dios y de todos los Espíritus prisioneros de la Materia. Y ese Símbolo del Origen se ha manifestado en el Signo que nosotros, y nadie más, hemos sido capaces de ver: ¡niño Divino; él podrá comprender a la Serpiente desde adentro ! ¡pero nosotros, gracias a él, a su Signo liberador, la hemos comprendido afuera, y ya nada podrá detenernos!

–Sí, Sí ¡Ya podemos partir! –gritaban a coro los desenfrenados Iniciados Ofitas.

Pasaron los minutos y todo se fue calmando en el refugio de la Orden Ofita. Los árabes estaban entregados a alguna clase de preparativo, y Yo, entusiasmado con el serpentino obsequio y tranquilizado por el buen trato del Maestro Naaseno, no desconfié cuando éste me acercó un vaso de refrescante menta. Pocos minutos después caía presa de profundo sopor, seguramente a causa de un narcótico echado en la bebida.

Cuando desperté estaba con mis padres, en el Sanatorio Británico de El Cairo, junto a un médico, de blanco guardapolvo, que trataba inútilmente de convencerlos de que Yo simplemente dormía.

Con el paso de los años, fui reconstruyendo las acciones que llevaron a mi liberación. Al parecer el Jefe de Policía se movió rápidamente, temiendo que el secuestro de un miembro de la rica e influyente familia Von Sübermann, concluyera con una purga en el Departamento de Policía cuya cabeza –sería la primera en rodar– era él. Por intermedio de confidentes, mendigos, vagos o simples testigos, se enteraron sin lugar a dudas que los autores del secuestro eran los fanáticos miembros de la milenaria Orden gnóstica “Ofita”, considerados como inofensivos e incluso muy sabios.

Esto desconcertó en un comienzo a los policías, que no alcanzaban a vislumbrar el móvil del secuestro pero, siguiendo algunas pistas, llegaron a la casa del Maestro Naaseno. Los árabes, en la euforia por transportarme hasta allí, se habían comportado imprudentemente, penetrando todos juntos en medio de gritos y exclamaciones. Un mendigo, testigo presencial de la extraña procesión, tan deseoso de ganar la recompensa que mi familia había ofrecido, como de evitar las porras policiales, dio los datos de la casa donde entraron los raptores. Esta fue rodeada por las autoridades, pero, como nadie respondía a los llamados, se procedió a forzar la puerta, encontrándose con una humilde vivienda, totalmente vacía de gente. Luego de una prolija inspección, se descubrió, disimulada bajo una alfombra, la puerta trampa que conducía, mediante una mohosa escalera de piedra, al soterrado templo del Dios Serpiente.

Un espectáculo macabro sorprendió a los presentes pues, tendido sobre un almohadón de seda, yacia mi cuerpo exánime rodeado de cadáveres con expresión convulsa que, como último gesto, dirigían los rígidos brazos hacia mí.

Todos los secuestradores habían muerto con veneno de cobra. El Maestro Naaseno y el ídolo se habían esfumado.

La impresión que recibieron los recién llegados fue muy mala pues pensaron que Yo también estaba muerto, pero salieron de inmediato de su error y fui transportado al Sanatorio Británico junto con mis padres.

Aún conservaba colgada del cuello la serpiente de plata, siendo ésta guardada celosamente por Papá, aunque a veces, años después, me la solía mostrar cuando recordábamos aquella aventura.

En aquel momento, mientras escuchaba a Papá y Rudolph Hess hablar de los Ofitas, todos estos sucesos se agolpaban en mi mente.»

Procedamos entonces a develar algunos aspectos ocultos, a la luz de la gnosis ofídica hiperbórea.

En su deambular por las calles del Cairo, Kurt arriba a una plaza empedrada, con fuente de surtidor, rodeada de la convergencia de múltiples callejuelas ,lo que en términos gnósticos induce la idea/imagen de un sitio fortificado o sostenido en su configuración por la piedra, a la vez que una plaza liberada, en medio del laberinto, y en la cual se halla precisamente el centro gnóstico referente del origen, representado por el carismático grupo gnóstico de los Ofitas.

Los árabes ofitas se hallan rodeando al conductor del grupo, el maestro Naaseno, que encarna aqui la figura del líder carismático. La dimanación de esa mística se halla sustentada en el vinculo acausal y sincronístico con la serpiente allí presente, que representa a Lucifer.

La serpiente «parece estar encantada», al son de la flauta, mas en realidad se trata de un contacto carismático reciproco entre el maestro Naaseno y la Serpiente/Lucifer, del que participan los demás iniciados del grupo ofita.

De algún modo, en ese contexto iniciático, se advierte la poderosa presencia cercana de Kurt, por su proyección del signo del origen ,que se manifiesta simplemente por su presencia.

Tanto la serpiente, como los ofitas y su maestro Naaseno, todos, participando del mismo encuadre místico, perciben la presencia de Kurt.

Es así como el signo del origen, exteriorizado y captado por los ofitas, indujo en estos seguidores de la serpiente una comprensión noológica de la serpiente, e indicando el sendero de retorno al Origen.

La descripción de la cobra, de ojos verdes como esmeraldas , transmite y suscita asimismo la imagen luciferina y venusina del rayo verde.

Esa es de igual modo la descripción posteriormente de la escultura de la serpiente ubicada en el pedestal de una columna , que llamara la atención del niño Kurt , y la joya de la orden que el maestro Naaseno le obsequia.

La escultura es una serpiente alzada, es decir despierta y desplegada en todo su potencial., La columna sobre la que se halla, es la voluntad noológica del Yo, sostenida durante su permanencia en este mundo desde la sangre fría del reptil.

Y también resulta notorio el trayecto de Kurt, habiendo sido llevado encapuchado , es decir a oscuras, a aquel recinto subterráneo en penumbras. Es decir, tras haber «transitado el sendero oscuro suberráneo descendente» ( la «mohosa escalera de piedra»), y luego la extraña «luminosidad» o resplandor que en ese contexto llama su atención, la cual procede del verdoso fulgor de las esmeraldas de los ojos de la escultura de la cobra.

Aparecen aquí combinadas en forma velada alusiones al sol negro y el rayo verde.

El termino » Ophis», el cual claman los ofitas, asi como la mención de Ophis Lucifer, remite por un lado a la raiz «ophi» de donde deriva ofidio, y por otro lado Ophis contiene etimológicamente el mismo significado que Sophia ( nombre traducido comunmente como sabiduría), que deriva justamente de Is Ophi o » Luz de la serpiente», connotando aquí el aspecto iniciático, revelador y góstico de la sabiduría, que ha tenido siempre como emblema y referente a la serpiente: Lucifer por otro lado, como es bien sabido deriva de Lux Fer , o » El portador de la luz». La luz aquí referida no es la luz demiúrgica o la luz de este mundo, sino la luz del conocimiento prohibido, la luz de la gnosis, la luz oscura.

Así bajo el apelativo de Ophis Lucifer se evocan los aspectos iniciáticos de la gnosis, y su medio de manifestación arcaico, la serpiente.

Las sabias palabras que el maestro ofita enuncia, tales «como iniciados de la Serpiente liberadora», «Seguidores de la Serpiente de Luz increada», y «Adoradores de la serpiente vengadora», denotan claramente los aspectos de radiación luciferina o » luz increada»,(percibida en este mundo como oscuridad insondable), gnosis liberadora, y el aspecto ofídico luciferino hiperbóreo en contraposición esencial al demiurgo creador y su creación.

El termino «Naaseno» con que se designa al maestro de los Ofitas, alude a un grupo gnóstico ofita, conocido como los Naasenos. Si bien algunos han interpretado tal nombre como derivado de Naas o serpiente ( Muy similar al significado de Ofita ), otros han dado la acepción como derivada del griego Naos,o templo, señalando así los sitios de reunión, santuarios o templos y tradiciones mistéricas, que en la antiguedad eran guardianes de los secretos de la serpiente e iniciadores en sus misterios. Se puede decir que uno de estos sitios en la época actual, era aquel templo subterráneo del Dios Serpiente.

Una de las concepciones que los gnósticos Naasenos manejaban en su conocimiento del designio de la serpiente, era la de la serpiente como » la sustancia húmeda», que tras todos los objetos y fenómenos se halla oculta como elemento de cohesión.

Asoma aquí la indicación que los Naasenos ofitas tenían asimismo un conocimiento de la alquimia. Y aquí es donde aparece el vinculo con la parte final del relato.
Habiendo percibido en Kurt el símbolo del origen externamente, aquellos ofitas decidieron partir de este mundo hacia el Origen.
Es sabido que muchos gnósticos participaban en extraños ritos, en que era utilizado el veneno de serpiente, sea mediante una infusión alquímica debidamente preparada, o incluso pruebas iniciáticas en que el iniciado era efectivamente mordido por una serpiente.
Y en el caso de aquellos árabes ofitas, es evidente que la utilización del veneno de cobra, fue aplicada para abandonar definitivamente este mundo, orientados ahora al Origen.
Mas en el caso del niño Kurt, se dice allí que estaba » dormido», habiendo tomado una infusión de menta» que le había dado el maestro Naaseno.

Recordemos por otra parte que cuando fueron encontrados los cuerpos de los ofitas, yacían todos con los brazos extendidos hacia Kurt!

Es decir, aquí se extrae otro aspecto oculto. Y es que aquel brebaje que tomara Kurt, era un preparado o elixir serpentino, con propiedades psicoactivas, que debió trasladar a Kurt en plano astral, para desde alli, portando el signo del origen, mantener el norte luciferino de aquellos ofitas hacia el origen., Experiencia que luego al recobrar el sentido, Kurt en ese entonces no recordaría hasta tiempo después.

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La piel de la Serpiente

Por Christian C.

La piel mudada de la serpiente ha sido desde antaño, y en diversas culturas ,símbolo de renacimiento, inmortalidad, renovación, transformación, y transmutación.

También ha sido utilizada ,por su propio misticismo, en prácticas ritualísticas , de magia, y necromancia.

Una tradición oculta o «subterránea» refiere que en la historia del edén, la primer vestimenta que llevaron Adán y Eva luego de ser expulsados del paraíso, era precisamente confeccionada de la piel mudada de aquella antigua serpiente que les había ofrecido el fruto prohibido.

Utilizando esta piel como atuendo, Adán tenía la apariencia de un hombre reptil, así como el aroma de la serpiente primordial, su brillo, y habilidades.

Se dice que esta serpiente había deambulado previamente por todas las regiones del edén, absorbiendo en su piel toda clase de aromas, a la vez que impregnando allí su esencia ofídica. Lo que en términos gnósticos significa que la serpiente aprehendió o abarcó en si misma toda la compleja trama arquetípica en su estado potencial (en el edén) , a la vez que «sembró» o depositó en estos «campos» la semilla luciferina, que permitiría luego hallar la clave perdida para trascender todo este despliegue arquetípico.
Además esta nueva vestimenta les daba a Adán y Eva una condición invulnerable, frente a la cual nadie podía amenazarles.

Adán legó su atuendo ofídico a su hijo Caín, que protegido por el manto serpentino, nadie se atrevió nunca a vengar la muerte de su hermano Abel.

Lilith se sintió fascinada cuando se encontró con Cain, debido a su apariencia serpentina, y los aromas que emanaban de el.

De Cain la túnica de serpiente pasó a Lamec ,padre de Tubalcain, y así también llegó eventualmente al rey Nimrod, quien hizo edificar la torre de Babel.

Es notorio también que el término Babel puede derivar o enlazar con Ob-el, o el Dios serpiente.

La torre de Babel, a modo de los Ziggurats babilonios, fue construida siguiendo un patrón en forma espiralada, y las tradiciones gnósticas refieren que hubo sacerdotisas, que portando bracaletes y tobilleras serpentinas, canalizaron el flujo de las corrientes telúricas, para establecer el punto exacto de edificación de la torre.

Retomando el tema inicial de la túnica de piel de serpiente, podemos apreciar que todos los personajes polémicos, o que fueron en alguna instancia en dirección contraria a las directivas del demiurgo bíblico, portaron el manto ofídico.

Desde Adán y su rebelión inicial, luego Cain , Lamec y Tubalcain, y el rey Nimrod, quien procuró «tomar el cielo por asalto» construyendo la torre de Babel.

Esto marca justamente la contraposición entre el sendero de mano izquierda y el sendero de mano derecha.

En tanto los profetas bíblicos, santos de la Iglesia, etc, procuran obtener un «cuerpo luminoso» o «cuerpo de gloria y la «vestimenta de justicia», etc, el adepto del sendero izquierdo busca revestirse , a partir de prácticas oscuras, con el atuendo de la serpiente, para así acceder no al edén, sino a su lado inverso y oscuro, y reclamar de ese modo «Soy serpiente».

Un comentario

Los misterios serpentinos del Edén

Por Christian C.

El mensaje de la serpiente iniciadora del Edén es inaudible e incomprensible para quien no sea un seguidor de la serpiente. Como un susurro sibilante, Ssssss, el secreto, que a su vez fue preservado y transmitido en forma oculta por los Ophitas, manteniendo justamente la consigna «del secreto en susurro de la serpiente».

Aunque no hay ninguna referencia en el texto que el fruto prohibido fuese una manzana, tal vez esta tradición se base en el mito del manzano de la inmortalidad de las Hespérides, guardado también por una serpiente, de nombre Ladon.

En el mencionado mito de las Hespérides, la serpiente Ladon custodia las «manzanas doradas» de la inmortalidad, hasta que Hercules vence a Ladon y se apodera de estas frutas místicas.

Se dice que Hercules había obtenido la información de estas manzanas doradas de Prometeo, héroe luciferino, conocido por robar el «fuego» (el conocimiento oculto) a los Dioses para darlo a la humanidad.

Retomando la cuestión del fruto prohibido como una «manzana», se aprecia que en la traducción del texto bíblico al latín, se hizo un juego de palabras, en que «malus» significa tanto malo como manzana, identificando de ese modo el fruto prohibido como una manzana.

Aunque muchos opinan que fue un error de traducción, podría bien ser un guiño o alusión velada a cierto secreto ofídico en relación con la «manzana», el mismo significado que seguramente encriptaba el mito de las Hespérides.

Según algunos, esa «manzana» sería en realidad una alusión críptica a la seta psicoactiva amanita muscaria, de color rojizo con manchas blancas, tal como se puede apreciar en un fresco de la capilla de Plaincourault en Francia, donde el fruto que la serpiente ofrece a Eva es justamente una seta de amanita muscaria.

Remitimos a la excelente investigación del etnomicólogo Gordon Wasson al respecto.
Estos enteógenos, sea en forma de setas, hongos, o plantas psicoactivas, han sido utilizados desde tiempos remotos tanto por los chamanes, como en los cultos de los misterios (Eleusis, Dioniso, Delfos, etc) para acceder a los misterios ofídicos o secretos de la serpiente.

El vínculo o asociación de la «manzana» como fruto prohibido y la serpiente, posee múltiples niveles de significado.

Como trasfondo mítico-folclórico debe saberse que además de la tradición griega del jardín de las Hespérides, se hallan otras tradiciones, como la china, y también la eslava, donde aparece un manzano que confiere la inmortalidad, custodiado por una serpiente o dragón. También diferentes tradiciones, sea la mesopotámica con el árbol de la vida, o el Ygdrassil nórdico, en donde un árbol guarda el acceso a la sabiduría e inmortalidad.

En términos esotéricos sabemos que la energia serpentina (Serpiente o lagarto según el contexto en que sea trabajada) se halla enroscada en el primer chakra , el cual es representado de color rojo y asociado a la tierra. (Notemos el paralelo con la manzana).
En este nivel oblicuo y profundo de significado del mito ,la propia espina dorsal es vista como un árbol, por lo que el fruto debe hallarse necesariamente en la copa del árbol. Y en este caso, el fruto del árbol vertebral ,ubicado en el cráneo (o copa del árbol) serían las glándulas pituitaria, pineal y el tálamo, siendo estas las «manzanas doradas» de que Hercules se apropió luego de detener la corriente alterna de las energías serpentinas ( «Ladon») que circulan a modo de caduceo por la columna vertebral.
Estas glándulas se hallan asociadas a los chakras superiores, los cuales permiten «abrir los ojos» y acceder al conocimiento, parafraseando a la serpiente.

Asimismo el color rojo también es el de la sangre, y dado que fue la mujer, Eva, quien ofrece este fruto a Adán, se entiende que aquí estamos hablando de sangre menstrual, que es ofrecida como elixir alquímico.

En el mito de Adan y Eva, se entiende que Eva pudo escuchar a la serpiente debido a que ella misma portaba la esencia serpentina. Esto queda reflejado en su propio nombre, donde el nombre Havah es extensivo tanto a madre, viviente, como serpiente.

(Hevyah, raiz del nombre Eva, significa serpiente hembra)

El término árabe para serpiente, de las mismas raices etimológicas , Heyyah ,significa también enseñar o mostrar…

De modo que el «fruto rojo» ofrecido aquí a Adan a instancias de la serpiente, se trata entonces de sangre menstrual de la mujer serpiente.

Ahora bien, examinemos las palabras y respuesta de la serpiente ,cuando inicialmente Eva se niega a comer del fruto prohibido, considerando que si lo hacia iba a morir.
Fueron exactamente 5 sentencias que respondió la serpiente :

  1. No, no morirás
  2. Pero Dios sabe que el día que lo pruebes,
  3. Tus ojos se abrirán,
  4. Y serán como dioses,
  5. Conociendo el bien y el mal

Según el propio texto bíblico, Adán no murió luego de comer este fruto, sino que vivió 930 años…. Es decir que la serpiente estaba diciendo la verdad.

La respuesta colérica del Dios bíblico, cuando expulsa luego a Adan y Eva del paraíso fue : » Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.» (Gn. 3.22)

De modo que Adán y Eva no murieron tras comer el fruto prohibido, y sus ojos se abrieron adquiriendo conocimiento, tal y cual había anunciado la serpiente.

Y se aprecia por otra parte la tiránica medida del Dios bíblico, en cuanto que no fuera que ellos además del conocimiento pudieran lograr la inmortalidad!

Ahora bien, si tomamos una manzana, y la partimos por la mitad, se pueden observar sus semillas dispuestas exactamente como una estrella de 5 puntas. Una vez más, un simbolismo velado tras esta tradición de la manzana, alusivo a las 5 sentencias de la serpiente.

El punto interesante aquí es que esta forma de pentagrama es precisamente la orbita estelar de Venus cada 8 años. ( Y recordemos el símbolo de la estrella de ocho puntas de la Diosa Ishtar o Inanna, Astarte, etc.)

Esta conexión simbólica de la manzana con Venus, la hace símbolo del fruto luciferino.

Y este mismo acto de «partir» está asociado con el caos! El término caos, en griego Chaos o Khaos deriva del verbo khaíno o la variante khásko ( «abrir», o «abrir la mitad» y también: «abrir la boca, las fauces o el pico») significando justamente el caos como fuerza de separación (tan necesaria para la propia individuación).

Y tiene su imagen en un pájaro que abre su pico, o una serpiente abriendo su boca exponiendo sus colmillos, donde se aprecia su lengua bifurcada. Nuevamente la división!
Así, el comer de este fruto prohibido, permite la fragmentación de la esencia o alma demiúrgica, en aras de acceder a los misterios ofídicos, y la liberación del espíritu.

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Antiguo legado reptil en la fisiología humana

Por Christian C.

Los componentes o derivados de tipo reptil en la estructura biológica humana son más concretos y notorios de lo que se piensa.
Distintos rasgos biológicos, como la propia columna vertebral (cuya vértebra inferior del hueso sacro es un derivado de lo que en el vientre materno era una cola de reptil) , el saco amniótico natal, el sistema de capas de la piel, así como también el oído humano. Todos aspectos compartidos con los reptiles.
Por lo que pese a la teoría convencional del humano como descendiente o derivado de los primates, toda la evidencia apunta más bien a que los componentes esenciales en el homo sapiens no surgieron de los primates sino de los reptiles.
Este es el famoso «eslabón perdido» que la antropología y ciencia modernas dicen no hallar. Se debe a que ocultan un origen reptil del ser humano.
El científico que más cerca estuvo de aproximarse a esta verdad fue el neurobiólogo Paul Mc Lean, quien en los 60 elaboró la teoría del cerebro triuno, o cerebro consistente en 3 partes, la más antigua de las cuales es el cerebro reptil. Esta estructura llamada cerebro reptil está conformada por el sistema reticular, los ganglios basales, el cerebelo, y el tallo cerebral.

Resulta de lo más interesante como la propia estructura del oído es un derivado reptil. Así, observando los huesos y fibras nerviosas se advierte como los huesos yunque, estribo y martillo del oído medio surgen del articular de la estructura dental de los reptiles, en tanto el tímpano devino del angular.
Algunos lagartos, como el tuátara de Nueva Zelanda, presentan todavía un ojo medial frontal ,que luego es cubierto en el transcurso del tiempo. En el caso del cerebro humano, también se advierte ese tercer ojo, que ha devenido en la glándula pineal, a partir de la que se obtienen la mayoría de las experiencias místicas.
Esta función del tercer ojo engloba 3 componentes : La glándula pineal, la pituitaria, y el tálamo, ubicado en el medio de ambas.
Este tálamo, tiene una forma similar a un huevo o también un ojo (de allí justamente su asociación con el tercer ojo), y funciona como una válvula o filtro de información que llega al cerebro, priorizando cierta información que se mantiene en el plano consciente, y relegando el resto al inconsciente. Más, si fuera posible en los ciclos oscilatorios del tálamo, sintonizar con el punto neutro, se produciría entonces una sincronización tanto del consciente como el subconsciente, o ambos hemisferios cerebrales.
De allí que el tálamo es clave en cuanto a la experiencia mística en que armoniza tanto a la pineal como a la pituitaria, a cada lado de este huevo talámico, y justamente una de las definiciones de tálamo, o thalamus, es «dormitorio» o «lecho nupcial», sugiriendo así la fusión de los principios masculino y femenino (representados respectivamente por la pineal y la pituitaria), y sincronización de ambos hemisferios del cerebro. (las dos alas del caduceo)
Esta es la razón de porque en el arte alquímico aparecen tantas pinturas y representaciones de unión sexual entre hombre y mujer, representando precisamente este proceso.
La espina dorsal a través de la cual se dice asciende esta poderosa shakti reptiloide mediante los conductos de Ida y Pingala (como las dos serpientes enroscadas en el caduceo) , incide mediante estos dos polos energético-serpentinos en la pituitaria y la pineal. Más en su ascenso, ambos polos convergen luego sincronizados en el tercer conducto ,o Shushumna (la vara central del caduceo), que comunica con el tallo cerebral (cerebro reptil) culminando en el tálamo, o «huevo» dentro del cerebro, que es «fecundado» y activado por este flujo, de un modo similar a como los espermatozoides arriban al óvulo para fecundarlo. Cabe acotar, que en el caso de los iniciados luciferinos, el despliegue, ascenso y plena manifestación del poder reptil, asume las características o aspecto de un lagarto, que es después de todo ( «una serpiente con patas»), un aspecto ofidico más completo.
Recordemos la maldición demiurgica a la serpiente, que en adelante debería arrastrarse y reptar… Lo cual implica y alude a una condición reptil más compleja, con miembros para desplazarse ( como el lagarto), e incluso quizá alas ( como Quetzalcoatl, » la serpiente emplumada»).
Este poder serpentino/ofidico , está asociado aquí con la espina dorsal, y el canal Shushumna, el tallo cerebral, y el tálamo, que aquí representa la cabeza del ofidio en el cerebro.
En el lenguaje de los mitos, este poder ha sido aludido por ej con la espada Excalibur de la saga artúrica, etc. .
Se dice que el hueso sacro o cóccix, en la base de la columna, es la fuente o base de esta energía, que yace dormida como una serpiente enroscada. Y así, desde el hueso sacro en ascenso, las primeras 8 vertebras representan aquí la cola de la serpiente.
Paradójicamente también si lo vemos alrevez, la propia columna se ve como una serpiente, y el cóccix semeja la cabeza.
Todo esto sugiere y remarca que el poder serpentino tiene su marca o impronta en la propia biología humana, como un legado oculto que se ha perdido, o permanece dormido en la mayoría.
En el caso de los faraones egipcios, la serpiente Ureo en la corona, sugería que la visión mística asociada al tercer ojo (pituitaria, pineal y tálamo) estaba activada.
La propia ubicación de la serpiente Ureo extendiéndose desde la frente, indica una correlación con la glándula pineal.
Por otra parte, en el arte egipcio la representación del ojo de Horus parece exactamente ser un diagrama de donde se halla la pineal.
En ocasiones la corona portaba dos serpientes, que se dicen representaban el alto y bajo Egipto. Más en términos esotéricos eran representativas de Ida y Pingala, así como de ambos hemisferios del cerebro, y también la glándulas pineal y pituitaria.
El tálamo visto desde arriba semeja también un escarabajo, y así ha sido representado por los antiguos egipcios, siendo sus dos alas los lóbulos temporales del cerebro. El escarabajo ,o Khepri, era para los egipcios un símbolo de inmortalidad y renacimiento, todo lo cual está conectado.

También puede establecerse el paralelo con otra tradición mítica, como la del manzano dorado de las Hespérides que confería la inmortalidad.
Así, en el árbol espinal, estos 3 componentes ya mencionados (pineal, pituitaria y tálamo) serían el fruto del árbol, o las «manzanas doradas», que se dice tenían como guardián a la serpiente/dragón Ladon.
Y del mismo modo, en cierto nivel de significado, los cabellos serpentinos de la Gorgona son también extensiones del cerebro reptil en su plena activación.
Bajo esta perspectiva se comprende mucho mejor el significado de antiguas representaciones similares en culturas distanciadas entre si, como por ej el egipcio Osiris o la Diosa azteca Chalchiutlicue sosteniendo un cono de pino .
Este cono o piña que siempre aparece, es indicativo de la glándula pineal.

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Tantra Kaula : La vía húmeda – Segunda parte

Por Christian C.

En época de ancestrales cultos ofídicos ,la sacerdotisa serpiente iniciadora activaba los sentidos ocultos del adepto mediante la unción alquímica con su propia sangre menstrual, y el contacto íntimo.
Así como antiguas razas de aspecto humanoide presentan extrañas anomalías como la falta de pupilas en los ojos, similar a los reptiles, de igual modo las pupilas de los ojos de la sacerdotisa parecía como si se adaptaran cambiando de forma, al proyectar desde su ojo imágenes ofídicas del origen, que a su vez eran captadas a través del ojo del adepto, activando así su tercer ojo, percibiendo el ultra de las cosas. Este tercer ojo, vinculado directamente al ajña chakra frontal, todavía es visible en algunos reptiles como los lagartos Tuátaras de Nueva Zelanda, aunque con un propósito y funcionalidad ya olvidado.
Una increíble mutación hizo derivar este ojo medial frontal en la glándula pineal…..
También a veces se percibía formas espiraladas en movimiento en los ojos de la sacerdotisa, y el iniciado podía viajar a través de múltiples dimensiones espacio/temporales.
Una forma serpentina en la estructura orgánica del oído comenzaba también a reverberar, percibiendo así acústicamente sonidos de otros planos dimensionales. Y particularmente, dado que la sangre menstrual de la sacerdotisa había ungido la frente (activando la glándula pineal) y otras zonas del cuerpo, esa sangre de la mujer serpiente activaba el recuerdo o memoria de sangre del iniciado, pudiendo entonces entender la lengua de la serpiente.
El signo de la serpiente marcaba así la frente del iniciado, que la sacerdotisa trazaba con su sangre.
El contacto con el cuerpo de la mujer serpiente se traducía en el propio cuerpo como una fuerza eléctrica reverberante, serpentina, recorriendo el cuerpo en todas sus extremidades.
Si a este punto la sacerdotisa mordía con sus colmillos ofídicos al adepto, este experimentaba como un rapto místico, sumiéndose en un estado de conciencia profundo y extradimensional.
La sacerdotisa era percibida como de piel escamosa, por momentos desprendiéndose de alguna capa de piel, para relucir otra más radiante debajo. Sus ojos adquirían un tono verdozo, o negro como cuencas profundas al infinito, y una extraña piedra esmeralda relucía en su frente.
El propio ADN, del adepto, en su forma de doble hélice o caduceo, activaba su parte oculta, referente a memorias y poder ofídico, con capacidades psíquicas mucho más allá de lo humano conocido en la actualidad.
En este viaje dimensional de conciencia, la sacerdotisa a veces dejaba de percibirse como una mujer, y en su lugar se experimentaba una gran serpiente enroscada alrededor del cuerpo, que se deslizaba siseando y recorriendo todo el cuerpo del iniciado.
Por momentos apretándolo entre sus anillos, o lamiéndole , e incluso mordiéndole, experimentando con cada mordida un nivel de trance místico chamánico ofídico cada vez más profundo.
Enroscada a su alrededor, por momentos susurraba en su oído, fonemas en la lengua de la serpiente incomprensibles para cualquier no iniciado ofídico, y así los secretos y misterios más profundos le eran revelados.
Más en otras instancias, se tornaba nuevamente una mujer, que se percibía en un túnel espiralado , expresando una danza ondulante,con mudras ofídicos secretos, mudras que eran expresiones de runas, revelando al iniciado en forma a la vez críptica y consciente, la salida del laberinto de maya….
En medio de esta danza, se desprendía de un tul rojo transparente con muchos pliegues, exactamente igual como una serpiente se desprende de su piel, que dejaban rastros de la ruta o sendero oculto que debía seguirse.
Aunque este tipo de prácticas dejó un rastro en la memoria colectiva bajo la denominación de «prostitución sagrada», su sentido original ofídico se ha perdido o cubierto, y la propia definición de «prostituta sagrada» tampoco es entendida apropiadamente en la actualidad.
La sacerdotisa, como «prostituta sagrada» encarnaba a la Diosa serpiente durante el rito sexual, y como Diosa del adepto, era su Venus personal, o norte luciferino. En tal sentido, «prostituta» remite etimológicamente no a prostituere como se dice habitualmente, significando «exhibir o mostrar», sino que es un término latinizado derivado de Pro-Ishtar, o «la que está delante de Isthar» (Inanna, Ishtar, Astarte, Venus…).
En Babilonia recibían en cambio en la antigüedad, en lengua acadia, el término Kadishtu.
De igual modo la Diosa romana Puta, que regía la poda de árboles, en relación con un antiguo culto agrario del mediterráneo, en su significado esotérico, esta poda era respecto a la estructura ilusoria, que era podada o destruida, mediante los ritos sexuales serpentinos.

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Tantra Kaula: La vía húmeda – Primera parte

Por Christian C.

La práctica serpentina tántrica, que se retrotrae a los antiguos cultos de la serpiente atlantes, es realizada entre el adepto y la «mujer Kali!, conocida a veces como mujer Lilith.
El cabello suelto de la sacerdotisa, en forma de largos mechones que semejan a serpientes, así como la esencia o perfume alquímico-serpentino (kalas vegetal) , propician el estímulo necesario en el adepto, la shakti o poder serpentino que es transmitida desde la sacerdotisa , que en esa instancia canaliza o encarna el poder oscuro de la Diosa serpiente, al adepto, siempre en la posición de Viparita rati, en que la mujer Kali se halla sobre el cuerpo del iniciado.
A tal efecto la sacerdotisa realiza invocaciones en la lengua de la serpiente, y puede ser administrado al aspirante a los misterios serpentinos, un enteógeno o incluso elixir o brebaje ,que contenga entre otros componentes alquímicos, sangre menstrual de la sacerdotisa.
El adepto también pudo ser previamente ungido por la sacerdotisa ,en ciertas zonas o puntos del cuerpo, con «esencias serpentinas». o preparados alquímicos, también consagrados a la Gran Serpiente.
Esta postura o posición en que la mujer Kali se halla sobre el iniciado, además de contravenir el coito convencional, y por tanto ser prohibida por la tradición religiosa convencional, permite el empoderamiento a través de la shakti ,así como despertar o activar memorias atávicas del origen, tanto respecto al principio femenino como conducto del poder serpentino primordial, como el reflejo de la propia pareja original perdida.
El movimiento ondulante de la sacerdotisa sobre el cuerpo masculino, es similar a la ondulación o movimiento en zig zag de la serpiente, a la vez que la serpiente fálica penetra en la gruta serpentina, o el nido de serpientes.
El proceso que esta práctica genera es una movilización energética que serpentea a través de los nadis o canales internos, así como el movimiento del rio de sangre astral, que serpentea ahora en sentido inverso, hacia el origen del gran antepasado. En las manifestaciones visibles de este proceso, el cabello de la sacerdotisa es apreciado por el adepto como erizándose, en una clara representación de Medusa, siendo aquí las guedejas serpentinas del cabello, representaciones de las runas, que permiten resignar el contexto axiológico mayásico, y conectar con el lado trascendente del espíritu.
De igual modo estas runas también pueden expresar su poder, expresándose en el vello púbico de la sacerdotisa, siendo aquí las «serpientes» guardianas de la gruta serpentina, hallándose en el umbral de la vagina, puerta de entrada al mundo de los Dioses.
El iris en los ojos de la sacerdotisa presenta una como linea negra, dado que la pupila se dilata en la proyección de su shakti, y esta «linea negra» remite al registro lagarto de los orígenes, deviniendo posteriormente en «cuencas negras», auténticos portales de negrura inmensurable, que conducen al Infinito.
Con distintas variantes, este era el objetivo en algunos cultos gnóstico-tántrico-ofitas, así como en la escuela tántrica Kaula, en que se procuraba transmutar al individuo, de «Shava» o un «cadáver» en un Shiva, o Dios viviente.

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El secreto del vampiro

Por Christian C.

El poder de la sangre del vampiro (descendiente legendario de Cain -hijo de la serpiente- y Lilith -la mujer serpiente) posee un poder transmutador, que se dice que quien haya sido mordido por un vampiro (el beso de la serpiente), y luego beba de la propia sangre del vampiro, se alquimiza tornándose al igual que el vampiro en un ser inmortal.
Esta condición del vampiro de «muerto-viviente» implica un dominio o poder de la vida y la muerte, cuyo referente mítico, simbólico y de culto, a lo largo del tiempo y en todas partes del mundo, siempre ha sido la serpiente!
Ese mismo poder de transmutación e inmortalidad se refleja en la mujer Kali , cuya capacidad mística la hace portadora de un elixir vivificante y restaurador en su propia sangre menstrual!
Esto tiene también su correspondencia en antiguos cultos ofídicos de corte tántrico y alquimico, en que la sacerdotisa era portadora de un Kalas transmutador, y por tanto la sangre que manaba de su cueva grialiana, un elixir capaz de transformar al iniciado o adepto.
De allí la asociación simbòlica entre la «rosa» o símbolo del órgano femenino, con la serpiente, portando tanto «espinas como flores» o el veneno y sangre de la serpiente.
Esta clase de mujer es portadora de un veneno, que puede tanto ser mortífero para algunos, como tornarse en antídoto y elixir para los más afortunados. Y el «veneno» se halla precisamente en la sangre menstrual.
Su sangre menstrual , llamada también rocio de luna en la alquimia, en ocasiones era ingerida en una copa ritual, con la capacidad energética de transformar al adepto.
En la misma conformación del vello púbico, entorno de la vagina como puerta de entrada al mundo de los Dioses, se aprecian, en forma a veces un tanto velada, las formas de las runas del origen.
Dicha sangre de la mujer serpiente posee la capacidad de suscitar el despertar de la propia serpiente ignea, así como también, dado que es una sangre que en ese lapso confiere a la mujer una condición de infecunda, es sangre portadora de un signo de muerte, que de ser asimilado por el adepto, es capaz de producir un Caput niger, o un hijo de la muerte, lo que equivale a un hombre de piedra.
De allí también el efecto petrificador que ocasiona la mujer serpiente cual Medusa, petrificando y congelando la vida cálida, y suscitando en la memoria de sangre los argumentos matriciales reptilianos del origen.
Su mirada petrifica, vislumbrándose en sus ojos el abismo oscuro insondable de la muerte., Y su kalas menstrual es un tónico que simultáneamente enfría la «sangre caliente», y mata la vida cálida, a la vez que despierta y vivifica el espíritu.
Así, puede apreciarse un secreto enlace que víncula a Lilith, la serpiente, el vampirismo y el tantra alquímico , en una vía conducente a la transmutación y liberación del espíritu

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Reflexiones de la Sabiduría Hiperbórea

Por Christian C.

El demiurgo ha «creado» el mundo, organizando el despliegue de su propia substancia, en una expansión que dio lugar a todo este mundo fenoménico.
-Tal expansión aconteció desde un despliegue o giro dextrógiro (Proyectado hacia el futuro entelequial).
-La creación del fracasado homínido hacia su entelequia (Del Pasú al Manú), lo llevó a idear otro plan.
-Tal plan era factible mutando la estructura psíquica del Pasú, para lo cual recibió la asistencia de los «Siddhas traidores».
-Inicialmente los Siddhas, antes de separarse en dos grupos, entran a este mundo, debido a un llamado de atención respecto a lo que se proponía el demiurgo con su creación.
-Más entran ,en forma cerrada, protegida, dando «la espalda» al mundo ,lo que significa sin proyectar sentido en lo fenoménico, y manteniendo la focalización en su propia gnosis del Yo absoluto.
-Esta condición orientada y adversa al mundo demiúrgico, fue explicada por Nimrod mediante el modelo analógico del «espíritu esfera».
-Desde esta condición, el Vril era la propia pareja del Origen, la Dama hiperbórea, runa pura, que conformaba una unidad en la polaridad con el espíritu hiperbóreo.
-Tras entrar a este mundo, los Siddhas, antes incluso de su división, adoptaron un medio reptil para su manifestación con el medio circundante, efectuando un relevamiento de toda la obra del demiurgo.De allí el «hombre lagarto» y la «Mujer serpiente».
-Unos Siddhas convinieron con el plan del demiurgo, en cuanto a modificar genéticamente al Pasú, para llevar esta creación a su entelequia, en un intento de recrear en un mundo de formas, lo increado del incognoscible., Tales fueron los Siddhas traidores.

Otros Siddhas consideraron este proyecto una afrenta al Incognoscible, y una aberración, ya que el mundo del espíritu no puede ser replicado.
-Más, lo que motivó la indignación de los Siddhas leales, era que este plan podía efectuarse utilizando Vril ajeno, de otros espíritus hiperbóreos.

El «Engaño» se consumó, buscando un flanco débil en el «Espíritu esfera»., Ese punto fue el espacio o única abertura, por donde el Yo absoluto podía proyectar su mirada externamente hacia Ella, su Dama del origen.
-Desde esa abertura, los Siddhas traidores desplegaron frente al espíritu esfera o Yo absoluto, una imagen de Ella, que no obstante no era Ella., Tal era el símbolo del origen.
-El espíritu esfera creyendo ver a Ella, fue a su encuentro, con la consecuente exteriorización de sus miradas gnósticas, que previamente convergían en el Yo absoluto, síntesis de todas ellas.,, Surgió así la reversión de las miradas gnósticas , exteriorizadas ahora en forma divergente, trascendiendo el mundo de los entes finitos, hacia «el polo infinito», deviniendo así el Yo infinito.

La estructura hostil o «de espalda» del espíritu esfera se mantuvo, con lo que también se opuso a su propio Yo infinito exteriorizado, no advirtiendo la reversión.

El Yo infinito mantenía como obstáculo de su propio Yo absoluto el mundo demiúrgico que se interponía entre ambos, el mundo de Maya, la ilusión.
-Los Siddhas traidores se revistieron de cuerpos entelequiales de aspecto reptil, conocidos como Manús, y copularon con la entonces raza del homínido Pasú.
-En esa cópula, mediante la pasión del Maithuna, plasmaron una imagen del origen del espíritu hiperbóreo en este mundo., Una imagen que ineludiblemente remitía a Ella, la pareja del origen, denominada genéricamente Lilith.

Una de las miradas gnósticas del Yo infinito exteriorizado y confuso, advirtiendo el símbolo del origen en la sangre del Pasú, la imagen de Ella, miró hacia allí, reflejándose, y deviniendo en Yo perdido.

Tal el misterio de Amor-t, el misterio del símbolo del origen, el misterio de Ella, y tal la razón del odio del demiurgo a lo femenino, ya que podría hacer recuperar en la Minne nuevamente el recuerdo de Ella.
-En el aislamiento del Yo del sujeto anímico debe recuperarse el aspecto reptil ,alojado y oculto en el cerebro ancestral primordial, cerebro reptil o Arquicéfalo.
-La orientación desde el Yo aislado en el Arquemona Odal mediante la escalera caracol hacia el punto Tau, el origen, o el primer tetrarque en que se reflejó el Yo perdido, implica que en ese origen, dada la imagen allí reflejada de Ella, remite al contexto venusino reptil, en que los Siddhas se manifestaron tras entrar a este mundo.
-La escalera infinita desde el punto Tau (Origen o primer tetrarque) hacia el Selbst (El Si mismo del Yo infinito, nucleado en la esfera Ehre de voluntad egóica) implica que el aspecto reptil ha adquirido «alas» para acceder a esa instancia infinita..,
Ya no es solamente un hombre lagarto, sino un caballero Dragón, un Siddha, como en el origen.
-Desde esa instancia, o bien el espíritu puede revertirse nuevamente a la normalidad, o suscita mediante el Vril, la mutación del microcosmos en cuerpo de Vraja, robando al demiurgo su propia substancia, ahora devenida en cuerpo/estructura reptil, para la estancia estratégica en este mundo. (Sangre fría, corazón de piedra, hostilidad esencial…)

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Lo Dextrógiro y lo Levógiro

Por Christian C.

El Vril , poder rúnico del espíritu hiperbóreo, puede expresarse en dos movimientos, conforme a la voluntad de cada Siddha. En un caso se trata del movimiento dextrógiro, y en otro caso el movimiento levógiro.
El Vril no desplegado, en forma potencial, se halla representado por la Esvástica oblicua, en tanto las esvásticas dextrógira y levógira representan estos dos movimientos respectivamente,
El Vril respecto al Virya ha sido definido como «posibilidad pura», dado que el Yo es una manifestación refleja del Yo infinito., Más si efectivamente es alcanzado el Yo infinito en el Selbst, el Vril ya no es meramente «posibilidad pura», sino «acto puro».
En el mundo del espíritu, más allá del Origen, el movimiento del Vril en uno u otro sentido, es en función de la interacción del Siddha y su Dama consorte., Es una consumación mística entre El y Ella, o El Dios y la Diosa.
Toda realidad concebida o proyectada por el Siddha, es reflejada en Ella, y manifestada.
Más, en este mundo demiúrgico, se concibió el infame plan, de propulsar y acelerar el movimiento entelequial (dextrógiro) de los entes, utilizando Vril ajeno., De otros Siddhas. Lo cual ocasionó ,percibiendo lo que se avecinaba, el acercamiento de los Siddhas a este mundo, para constatar que se proponía el demiurgo. (Ya incluso antes de su división en dos grupos).
Este Vril «robado» ha sido capitalizado por el Demiurgo, utilizando la fuerza volitiva del Yo (expresada en su movimiento en el laberíntico Labrelix) en su desorientada búsqueda de Ella, para acelerar la entelequia del sujeto anímico que discurre en el canal Elix.
Es así que la estrategia de los Siddhas hiperbóreos, en cuanto despertar y orientar a los espíritus encadenados (Estrategia O de los Siddhas), genera un movimiento del Vril levógiro, en oposición al dextrógiro demiúrgico. No se busca propiciar la entelequia, sino todo lo contrario., Retrotraerse en sentido inverso nuevamente al Origen.
Hasta aquí tenemos un movimiento dextrógiro demiúrgico, en que se busca, proyectando lo increado en lo creado, destacar el aspecto «belleza» así suscitado.
Y en oposición estratégica a este proceso, el movimiento levógiro luciferino, que procura liberar o rescatar lo increado de lo creado, afirmando la belleza increada fuera y más allá de la materia.

Cabe destacar, que en el caso de los Siddhas traidores, no han sido «revertidos» , y aún así mantienen su Vril, lo cual es otro misterio.

Hasta aquí se han señalado el movimiento levógiro luciférico y el movimiento dextrógiro demiúrgico., Empero, una categorización más elaborada permite apreciar que en distintos contextos, tanto lo levógiro como lo dextrógiro pueden ser utilizados por el Demiurgo, y por los Siddhas y Viryas hiperbóreos.

Se ha mencionado ya, que el proceso entelequial, proyectado en el tiempo hacia el futuro entelequial (Del Pasú al Manú) es un movimiento dextrógiro., No obstante, este proceso dextrógiro tiene su expresión durante el Kalpa de manifestación cósmica., Cuando llega la disolusión del Pralaya, todo esto es replegado en el demiurgo, quien absorbe fagocitando su propia substancia emanada y desplegada., Y en este repliegue, el movimiento necesariamente es levógiro, ya que es opuesto al dextrógiro entelequial previo del fluir del tiempo trascendente. Sin embargo, es un movimiento levógiro demiúrgico, que no conduce al Origen, sino al Pralaya o devastación al final del Maha Kalpa.
Asimismo cabe acotarse, que en el proceso entelequial dextrógiro, durante la manifestación de los Sephirot, se generan por contraste como efecto sombra, los Qliphot, que serían el reverso de los Sephirot. Los Qliphot serían así un, llamémosle «lado izquierdo» del demiurgo.,Pero aún así, y por ser justamente una expresión demiúrgica, también parte de la gran ilusión de este mundo.
Como reflejo opuesto de los Sephirot que se despliegan en el proceso dextrógiro, los Qliphot mantienen aquí un sentido levógiro., (Y no obstante, demiúrgico).
Cuando se menciona al demiurgo como Jehová Satanás, es precisa aquí la distinción, que el aspecto «Jehová» rige en los Sephirot, y el aspecto Satanás de la misma entidad, rige los Qliphot.
Resulta así que muchos ocultistas pretenden ir a la trascendencia o liberación a través de los Qliphot, encontrando en la mayoría de los casos la trampa de ser fagocitados por ese lado oscuro del demiurgo.
No obstante esto, el ámbito oscuro de los Qliphot conforma una clase de «inconsciente» del demiurgo, ya que por no ser el aspecto visible de manifestación cósmica luminosa, su logos no está allí proyectado en forma consciente.
De modo que puede en cierta instancia resultar estratégico abordar, infiltrar o atacar al demiurgo desde los Qliphot., Y esta sería una de las razones de porque se dice que la Dama obscura Lilith tiene allí también su morada.
Es decir, desde la visión hiperbórea, Lilith se halla allí infiltrada en territorio enemigo.
Similarmente, el Yiggdrassil nórdico tiene también una contrapartida oscura, el árbol Heldrassil.,(En el mito nórdico, Hela es la Diosa de la muerte) Y según cierta exploración profunda en el registro de este Mythos, Wotan pendió durante 9 días del Yggdrassil, y 9 nueve noches del Heldrassil.

En cualquier caso, el conocimiento de la serpiente desde el símbolo del origen, abarca tanto el ámbito luminoso o sephirótico, como el oscuro o qliphótico, y aún más, lo luciférico que está más allá de ambos árboles (sephirótico/qliphótico), y con lo que se resigna la tríada cúspide del árbol de los Sephirot (Kether-Hokmah y Binah), y la tríada del árbol de la muerte de los Qliphot ( Thaumiel, Satariel y Gaghiel).
En medio de éste árbol qliphotico, se halla la Qlipha conocida como Thagirion, que es la contraparte oscura del aspecto «sol» de Tipheret en el árbol de la vida. Es así que Thagirion viene a ser una clase de «sol negro», como imitación arquetípica del sol negro increado.
Tipheret es el aspecto belleza demipurgico, que genera el fascinosum que atrapa en los argumentos arquetípicos al Virya, haciendo que éste los afirme como reales. Y Thiperet es el signo de poder conferido por el demiurgo a los Siddhas traidores, operando entre la Tierra y el sol, en la llamada llave Kalachacra.
Más, dominando este aspecto de Thagirion , la «sombra de Tipheret», resignándolo con el signo del Origen, se resigna entonces también el aspecto Tipheret (su contrapartida luminosa en los Sephirot), quitándole el poder a los Siddhas traidores, debilitando la kalachacra, con la consecuente liberación de los espíritus cautivos. Esto equivale exactamente a «tomar el cielo Shambálico por asalto».
Esto es así, debido a que el sol negro neutraliza el sol blanco/dorado de Shamballah., Más el ataque al demiurgo procedió en este caso desde su lado oscuro, dado que su atención no está allí focalizada, y resulta de este modo más estratégico ir desde el árbol de la muerte.
Más luego deben resignarse asimismo las fuerzas daemónicas que emergen del árbol del terror.
Luego de haber resignado Tipheret con el signo del origen, puede cruzarse Daath, el abismo ( Esfera común a ambos árboles), con lo que el demiurgo se halla en desguarnición o desventaja estratégica, y el Virya o Siddha, tal como Lúcifer que está en la muerte y a la vez más allá de la muerte,con armas en la mano (runas) puede desestabilizar completamente la tríada demiúrgica superior (Kether, Hokmah y Binah).

Retomando el análisis de lo dextrógiro y lo levógiro, también desde el lado hiperbóreo es posible afrontar ambos aspectos, ya que las estrategias de los Siddhas y Viryas despiertos, insertas en el contexto axiológico de la superestructura, dentro de hechos culturales, o como emergencia de hechos culturales autónomos controlados y regidos por los Siddhas, denotan allí una expresión del Vril dextrógira, proyectada en el tiempo.
Por otra parte, la canción de A-mort de los Siddhas , procura despertar y orientar a los Viryas, para efectuar una retroyección de la Minne hacia el Origen, en un movimiento claramente levógiro.
Así, debe distinguirse entre lo dextrógiro y lo levógiro, tanto demiúrgico como hiperbóreo.
Y desde la perspectiva hiperbórea luciferina, puede apreciarse como el símbolo del sol negro está conformado por 3 esvásticas levógiras o sinistrógiras

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Los Hombres Lagarto

Extracto de Disertación Hiperbórea tomado de los escritos de Luis Felipe Moyano sobre Mitología Hiperbórea, referido a los hombres lagarto. Esto es todo lo que hay sobre el tema en esos escritos de Luis Felipe Moyano. Obsérvese que al final del extracto el autor da por terminado el tema. Tema que ahora continúa en los escritos de Christian C. La información que actualmente se está bajando, proviene de la misma fuente hiperbórea.

El presente concepto, será descripto solo lo necesario para aclarar la condición que “las plumas” le confieren a otros designios tornándolos activos determinantes de los argumentos iniciáticos.

Al momento de la TRAICION BLANCA los Espíritus Hiperbóreos, habiendo entrado por “LA PUERTA DE VENUS”, se encontraban a un nivel de cuantificación universal signado por la sulfurosa atmósfera de Venus, y por tanto, ligada a las matrices funcionales del designio serpiente, que conforman las particulares estructuras orgánicas de las únicas criaturas que soportan el más elevado porcentaje de emanaciones volcánicas en su hábitat; LOS LAGARTOS.

Es lógico entonces, que la realidad de los mismos refiera al Origen del Espíritu, que a los efectos de que esta idea del “ORIGEN DIVINO” y su poderosa presencia en el recuerdo de la sangre del virya, no interfiera con el “sublime” origen anímico de la Mónada transmigrante, las líneas orgánicas o especies más comprometidas de los saurios, AL MOMENTO DE LA CONSTITUCIÓN DE LA KALACHACRA FUERON SOMETIDOS A UNA ALUCINANTE MUTACIÓN QUE LOS CONVIRTIÓ EN PÁJAROS, dando lugar a la discutida extinción de los dinosaurios hace 60 millones de años; de esta forma quedo asegurada la vía iniciática solar propuesta por el Manú a través de las angelicales formas aladas que pomposamente los Siddhas Traidores gustan portar, para consumo de las arrobadas almas adoratrices de tanta luz, en realidad esas alas solo son la prueba de aquella increíble mutación que aun ellos sostienen… un “sagrado” disfraz.

En la leyenda nórdica de Sigfrido se narra que al sacar la espada del cuerpo del dragón Fafner, Siegfried se mancha con la sangre del dragón y al llevarse la mano a la boca, se da cuenta de que al chupar la sangre del dragón puede entender el LENGUAJE DE LOS PÁJAROS; la sangre del dragón Fafner, ACTUALIZA EL RECUERDO DE LA SANGRE Y ESTE ENTIENDE SU LENGUA NATAL DE LOS LAGARTOS DEVENIDA EN LENGUA DE LOS PAJAROS POR EFECTO DE LA ACCIÓN MUTADORA DE LA KALACHACRA.

Los aztecas y los mayas representaron la tierra como un monstruo en forma de reptil o lagarto. La criatura llamada Cipactli tiene la forma de un lagarto o cocodrilo, cuya piel hecha de placas y estrías semejaba las rugosidades de la superficie terrestre. Los mitos cosmogónicos representan este gran lagarto flotando en el mar primordial, figurando la tierra en formación en los días maravillosos del amanecer del mundo. Si observamos nuevamente la representación de Capricornio en el inciso: “El aspecto quimérico Cabra”, podemos interpretar ahora qué, en su parte inferior, el niño pisando un lagarto a la izquierda, y un hombre pisando una serpiente a la derecha, son respectivamente el principio y fin del tiempo de la evolución microcósmica. Era un símbolo de la creación, el principio y lo antiguo.

Los Mixtecos tienen una leyenda en la que dicen que cuando los dioses crearon el mundo tomaron un lagarto y lo partieron en dos, una mitad formó el cielo y la otra, la tierra. Su lomo era la corteza terrestre, donde crecieron todos los árboles y hierbas, flores y frutos. De sus espinas se formaron los valles y las montañas; sus narices eran cuevas y de sus ojos brotaron los pozos y las fuentes; de su boca salían los ríos y sus fauces abiertas eran la gran caverna, la entrada al inframundo o al mundo de los muertos.

La carta número 22, según el tarot; Marsellés o Egipcio, figura como; EL LOCO o EL REGRESO respectivamente, la ambigüedad de la carta se debe a que el individuo puede protagonizar “EL REGRESO INICIÁTICO AL PRINCIPIO DEL TIEMPO”, pisando simbólicamente el lagarto del principio o protagonizar “LA REGRESIÓN EVOLUTIVA DE LA MISERIA DEL ALMA ENFERMA DE RABIA” a las convulsionadas aguas primordiales del inconsciente, donde habita de hecho, el lagarto, como podemos observar en la imagen de la carta 22 en su variante de “El Loco”, descripta en el artículo; “El aspecto Quimérico Serpiente”.

Se desprende de estos relatos mitológicos la presencia del lagarto en EL PRINCIPIO DEL MUNDO… DEL MUNDO RECARGADO, POSTERIOR A LA KALACHACRA.

No conviene decir más al respecto, y el misterio que engloba este concepto solo puede ser resuelto en el mundo de los HOMBRES LAGARTO, LOS HIPERBOREOS DE VENUS.

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