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Categoría: Artículos

Arte objetivo y arte degenerado

Es fácil distinguirlos.

Sobre el concepto de arte objetivo puede consultarse «Fragmentos de una enseñanza desconocida», de Ouspensky.

Arte Objetivo

Arte objetivo es el arte que nos recuerda que más allá del mundo de las formas, más allá del cuerpo y del alma, existe el espíritu y su mundo eterno.

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Arte Degenerado

Arte degenerado es el arte que promueve la perversidad y el encadenamiento del espíritu en todas sus formas. Este arte pretende confundir, degradar, adormecer y esclavizar al hombre.

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René Guénon contra Blavatsky

Para seguir profundizando sobre los engaños y horrores de Madame Blavatsky, hemos tomado como muestra dos capítulos del genial y bien fundamentado libro de René Guénon titulado «El Teosofismo». Comprueben ahora cuan eficazmente desenmascara René Guénon a la charlatana rusa.

Mme. BLAVATSKY Y SOLOVIOFF

Luego de su regreso a Europa se instaló Mme. Blavatsky primeramente en Alemania, en Wurtzbourg, donde acontecieron hechos que interesa consignar. Había invitado a Solovioff a fin de que estuviera algún tiempo a su lado, prometiéndole enseñarle todo y hacerle ver tantos fenómenos como quisiera. Pero Solovioff desconfiaba de sus poderes extraordinarios, y cada vez que Mme. Blavatsky pretendía hacer algún «fenómeno» él la sorprendía en flagrante delito de fraude, tanto más fácilmente cuanto que entonces contaba ella con la sola ayuda de Bavadji, quien la había acompañado en su viaje, del Dr. Hartmann y de una mujer llamada miss Flynes. En septiembre del año 1885, estando Bavadji de paso por París, declaró a Mme. Emilie de Morsier, secretaria en ese entonces de la rama parisiense y que pronto renunciaría, que: «Mme. Blavatsky, sabiendo que tan sólo podría ganar al Sr. Solovioff mediante el ocultismo, le prometía de continuo enseñarle nuevos misterios», y que a veces le hablaba así al mismo Bavadji: «Pero, ¿qué más puedo decirle?, Bavadji, sálveme, halle alguna cosa; ya no sé qué inventar». Mme. de Morsier escribió estas declaraciones, y poco después las envió con su firma a Solovioff. Este, a su vez, publicaría en el año 1892 todo cuanto había llegado a su conocimiento, de modo que las cartas de Mme. Blavatsky y las confidencias orales que le manifestara aparecieron en artículos que fueron recogidos muy pronto en un volumen y traducidos al inglés por el Dr. Leaf bajo el título de: A Modern Priestess of Isis (Una Moderna Sacerdotisa de Isis); esta traducción vió la luz pública bajo los auspicios de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas.

Cierto día Solovioff halló a Bavadji adormecido en estado hipnótico, y escribiendo penosamente algo en lengua rusa, idioma que ignoraba por completo. Se trataba de un supuesto mensaje dictado por un «Mahatma», pero, por desventura, deslizóse en el mensaje un burdo error: omitiéndose algunas letras, una frase que quería expresar: «Felices los que creen», se convirtió en: «Felices los que mienten»; al comprobar esto Mme. Blavatsky se sintió poseída de verdadero furor y pretendió que Bavadji había sido juguete de un «elemental». En otra oportunidad, una involuntaria torpeza de Mme. Blavatsky reveló a Solovioff el secreto de la «Campanilla Astral»: «Cierto día en que se hacía oír su famosa campanilla de plata, un objeto cayó repentinamente cerca de ella, en el parquet. Me apresuré a recogerlo: era una pequeña pieza de plata, delicadamente trabajada y modelada. Inmediatamente Elena Petrowna cambió de expresión facial y me arrebató el objeto de entre las manos. Yo tosí de un modo significativo e hice versar la conversación sobre temas indiferentes». En otra oportunidad Solovioff encontró en un armario un paquete de sobres chinos, exactamente iguales a aquellos en que llegaban habitualmente las presuntas cartas de los «Maestros».

Llegó un momento en que Solovioff concluyó por declarar a Mme. Blavatsky que ya era tiempo de concluir con toda aquella comedia, y que desde mucho antes ya estaba él convencido de la falsedad de sus fenómenos. Pero, a fin de obtener sus confidencias, añadió: «Cumplir la misión que Ud. desempeña, hacerse seguir por multitudes, interesar a los sabios, fundar sociedades en tierras lejanas, ¡crear un movimiento como éste! ¿Cómo es que me siento atraído hacia Ud. aun contra mi voluntad? En toda mi vida jamás había encontrado una mujer tan extraordinaria como Ud., y estoy seguro de que jamás encontraré otra que lo sea tanto. Sí, Elena Petrowna, la admiro a Ud. como a una verdadera fuerza». Mme. Blavatsky cayó en la red de estos halagos, y respondió: «No es por nada que nos hayamos encontrado… Olcott es útil en su puesto, pero en general se parece a un asno (sic). ¡Cuántas veces me ha dejado en el atolladero, cuántas preocupaciones me ha causado con su incurable estupidez! Bastará que Ud. quiera ayudarme y nosotros dos solos asombraremos al mundo, tendremos todas las cosas en nuestras manos». Fué entonces cuando Solovioff se hizo descifrar los verdaderos autores de las cartas de Koot Hoomi, hasta se hizo enseñar la campanilla mágica que Mme. Blavatsky disimulaba bajo su chal, pero no le permitió examinar el mecanismo a su gusto. Para concluir esta conversación ella le propuso: «Prepare el terreno a fin de que yo pueda trabajar en Rusia; creía que jamás podría regresar allá, pero ahora ya será posible. Algunas personas están haciendo allá todo lo que pueden, pero Ud. puede ahora más que ninguna de ellas. Escriba más y más, alabe a la Sociedad Teosófica, excite el interés y cree las cartas rusas de Koot Hoomi, yo le proporcionaré todos los materiales para ello». Ciertamente, Solovioff hubiera podido prestarle los servicios que ella pedía, porque siendo hijo de un historiador célebre y siendo él mismo escritor, ocupaba una posición resaltante en la corte de Rusia. Pero, lejos de aceptar, se despidió de ella dos o tres días después y salió para París, prometiéndose no tentar nada en su favor, ya fuera en los ambientes literarios y periodísticos de Rusia, ya ante la Sociedad de Investigaciones Científicas, cuyo informe estaba entonces en prensa.

Al cabo de algún tiempo Mme. Blavatsky dirigió a Solovioff la carta de la que ya hemos citado algunos pasajes y en la que, pensando que el destinatario la comunicaría a varios miembros de la Sociedad, amenazaba con proclamar públicamente la inexistencia de los «Mahatmas», extendiéndose mucho acerca de su vida privada que no competía a nadie. Varios días después escribía otra carta más suplicando a su compatriota que no la «traicionara». Por toda respuesta, el día 16 de febrero de 1886 Solovioff enviaba su renuncia a Oakley, secretario de la Sociedad de Adyar, dando como principal motivo, el siguiente: «Mme Blavatsky ha querido aprovechar mi nombre y me ha hecho firmar y publicar el relato de un fenómeno obtenido mediante el fraude en el mes de abril de 1884.» Obrar así era un hábito en Mme. Blavatsky, que pensaba retener a sus engañados mediante sus firmas; había dicho a Solovioff: «¿Creería Ud. que tanto antes como después de fundar la Sociedad, jamás encontré más de dos o tres hombres capaces de observar, de ver y notar lo que sucedía a su alrededor? Simplemente, es asombroso. Por lo menos nueve personas sobre diez carecen por completo de la capacidad de observación y de poder acordarse exactamente de lo que sucedió algunas horas antes. ¡Cuántas veces ha sucedido que, bajo mi dirección y revisión, los procesos verbales referentes a fenómenos, fueron escritos nuevamente! Las personas más inocentes y las más conscientes, incluso los escépticos, hasta los que sospechan realmente de mí, han firmado con todo su nombre como testigos, al pie de los procesos verbales, y sabiendo yo muy bien que lo sucedido no era un modo ninguno lo que se consignaba en tales procesos verbales».

Aun cuando Solovioff hubiera firmado como tantos otros, no faltaron algunas excepciones. He aquí lo que el Dr. Charles Richet escribía a Solovioff el día 12 de marzo de 1893: «Conocí a Mme. Blavatsky en París, en 1884, por intermedio de Mme. de Barran… Cuando lo vi a Ud., me dijo Ud. lo siguiente: `Reserve su juicio, ella me ha mostrado cosas que me parecen sorprendentes, mi opinión aún no se ha formado decididamente, pero creo que es una mujer extraordinaria, dotada de propiedades excepcionales. Espere y le proporcionaré las más amplias explicaciones’. Yo esperé, y sus explicaciones fueron bastante conformes a lo que había supuesto desde un principio, a saber: que era sin duda una embaucadora, muy inteligente, en verdad, pero cuya buena fe era dudosa. Sobrevinieron entonces las discusiones publicadas por la Sociedad Inglesa de Investigaciones Psíquicas, y ya no es posible duda ninguna. Esta historia me parece muy simple. Era hábil, diestra, hacía prestidigitaciones ingeniosas, y en un primer momento nos desconcertó a todos. Pero desafío a que se presente una línea mía, impresa o manuscrita, que testimonie algo más que una duda inmensa o una reserva prudente. A decir verdad, jamás creí seriamente en su poder, porque, en asuntos de experiencias, la sola verdadera comprobación que yo podría admitir, ella jamás me ha presentado algo demostrativo». Hubiera sido deseable que el Dr. Richet continuara dando siempre pruebas similares de prudencia y de perspicacia como en dicha época, pero también él, más adelante, habría de firmar procesos verbales de fenómenos mediúmnicos que valían cuanto los de Mme. Blavatsky, y de «materializaciones» comparables bajo cualquier aspecto a las de John King y a los «Mahatmas en muselina» de Babula.

Los informes de Solovioff, que confirmaban el informe de Hodgson, provocaron la renuncia de Mme. de Morsier, de Jules Baissac y de otros miembros, los más expectables de la rama parisiense Isis, que fuera organizada en el año 1884 bajo la presidencia de un ex miembro de la Comuna, Louis Dramard, amigo íntimo de Benoit Malon y colaborador del mismo en la Revue Socialiste, de modo que dicha rama no demoró mucho en verse obligada a disolverse, atribuyendo Dramard dicho resultado a las actividades de los «clericales». Poco tiempo después se formó otra rama para suplir a la de Isis, por obra de Arthur Arnould, también ex miembro de la Comuna (al igual que Edmond Bailly, editor de las publicaciones teosofistas), rama que recibió el nombre distintivo de Hermes. Entre sus miembros estuvo, ante todo, el Dr. Gérard Encausse (Papus), quien fungía de secretario, y varios ocultistas de su escuela. Mas, en el año 1890, a raíz de un diferendo cuyas causas jamás fueron completamente dilucidadas, Papus y sus seguidores renunciaron o fueron expulsados. Papus pretendió luego que, cuando ya había presentado su dimisión, se enteró de hechos singularmente graves que lo habrían determinado a pedir su expulsión. Como quiera que fuera, ese asunto provocó a su vez la disolución de la Hermes, decidida el 8 de septiembre de 1890, y casi en seguida se efectuó otra reorganización. La nueva rama se llamó Le Lotus, y fué presidida también por Arthur Arnould, «Bajo la alta dirección de Mme. Blavatsky», pero a su vez debería ser transformada, en 1892, en la «Logia Ananta». Después de esto los teosofistas acusaron repetidas veces a los ocultistas franceses de «hacer magia negra»; sus adversarios les replicaron reprochándoles su «orgullo» y su «embriaguez mental». Por lo demás, querellas de esta índole distan mucho de ser infrecuentes entre las diversas escuelas a las que se podría denominar «neoespiritualistas», y casi siempre tienen una violencia y una aspereza inauditas. Como lo hicimos notar poco antes, todas estas personas que predican la «fraternidad universal» harían bien comenzando por dar pruebas de sentimientos un poco más «fraternales» en las relaciones que mantienen entre ellos mismos.

En lo que hace especialmente a la acusación de «magia negra», es el elemento que los teosofistas emplean más habitualmente, y lo lanzan casi indistintamente contra todos aquellos a los que consideran enemigos o rivales. Ya vimos cómo se formulaba esa acusación contra los miembros de la «Orden del Rocío y de la Luz», y ya lo hemos de hallar otra vez en un caso más alejado: en una disputa entre teosofistas. Por lo demás, la misma Mme. Blavatsky fué la primera en dar el ejemplo para actitudes de esa índole, pues en sus obras alude frecuentemente a los «magos negros», a los que denomina también Dougpas y «Hermanos de la Sombra», oponiéndolos a los «Adeptos» de la «Gran Logia Blanca». En realidad, los Dougpas son en el Tibet los Lamas Rojos, es decir: los Lamas del rito primitivo, anterior a la reforma de Tsongkhapa; los Lamas Amarillos, los del rito reformado, son denominados Gelougpas, no habiendo entre ellos antagonismo ninguno. Es dable preguntarse, entonces, por qué Mme. Blavatsky profesaba tal rencor a los Dougpas. Quizás había fracasado en alguna tentativa por entrar en relaciones con ellos, sintiendo desde entonces una profunda decepción y consiguiente animosidad; ésta es, sin que nada podamos afirmar de una manera absoluta, la explicación más verosímil, y también la más conforme al carácter colérico y vindicativo que hasta sus mejores amigos han debido reconocer en la fundadora de la Sociedad Teosófica.

LAS FUENTES DE LAS OBRAS DE Mme. BLAVATSKY

Una vez conocidos suficientemente el carácter y la vida de Mme. Blavatsky, podremos hablar un poco acerca de sus obras. Si no se deben a revelaciones de ningún «Mahatma» auténtico, ¿de dónde proceden los conocimientos bastante variados de que dan prueba? Esos conocimientos habían sido adquiridos por ella, de un modo natural, en el curso de sus numerosos viajes, así como también mediante lecturas, aunque hechas sin método y bastante mal asimiladas. El mismo Sinnett ha dicho de ella que poseía: «…una cultura vasta, aunque un poco salvaje». Se narra que durante sus primeras peregrinaciones por el Levante en compañía de Metamon, estuvo en algunos monasterios del Monte Athos, y que descubrió en sus bibliotecas, entre otras cosas, la teoría alejandrina del Logos. Durante su estada en Nueva York leyó las obras de Jacob Boehme, que sin duda fueron casi todo lo que llegó a saber referente a teosofía auténtica, y también las de Eliphas Lévi, a las que tan frecuentemente cita; probablemente leyó también la Kabbala Denudata de Knorr de Rosenroth, y varios otros tratados sobre Kábala y Hermetismo. En las cartas que Olcott dirigía durante esa época a Stainton Moses se mencionan algunas obras de carácter bastante variado, por ejemplo, leemos esto: «Remito a Ud., para una interesante compilación de hechos mágicos, a los trabajos de (Gougenot) de Mousseaux, quien, aun siendo un católico ciego y creyente implícito del diabolismo, ha recogido una multitud de hechos preciosos, que el espíritu esclarecido y emancipado de Ud. estimará en su valor. También encontrará beneficioso leer los trabajos sobre las sectas orientales y las órdenes sacerdotales; hay algunas particularidades interesantes en Modern Egyptians de Lane». En otra carta siguiente a la anterior, además de mencionarse L’Etoile Flamboyante y la Magia Adamica, de las que ya hemos hablado, se trata acerca de un escrito hermético anónimo titulado The Key to the conceiled Things since the beginning of the World (La llave para las Cosas Ocultas desde el Comienzo del Mundo). En otra carta más recomienda Olcott a su corresponsal la lectura de la obra Spiritisme dans le Monde (El Espiritismo en el Mundo) de Jacolliot, y otros libros del mismo autor acerca de la India, libros que, por lo demás, no contienen absolutamente nada serio. Sin duda, todas estas lecturas eran las que el mismo Olcott hacía por ese entonces con Mme, Blavatsky, y de las que decía en esa misma carta escrita en el año 1876: «Espere a que nosotros tengamos tiempo de concluir su libro, y entonces hallará al ocultismo tratado en buen inglés; muchos misterios de Fludd y de Filaletes, de Paracelso y de Agripa, están interpretados de manera que cualquiera que lo desee puede leerlos».

Así pues, según estas frases, Olcott y otros más colaboraban en la redacción de lsis Develada, del mismo modo que, más adelante, Subba Rao y otros colaborarían en la redacción de la Doctrina Secreta. He ahí una muy simple explicación de las diversidades estilísticas que se notan en estas obras, y que los teosofistas atribuyen a la diversidad de «Maestros» que dictaban los pasajes. A este propósito se ha dicho que a veces Mme. Blavatsky hallaba al despertarse veinte o treinta páginas de una escritura diferente de la suya, páginas que eran la continuación de lo que había escrito en la víspera. No discutiremos este hecho en sí mismo, pues es perfectamente posible que en estado de sonambulismo haya escrito realmente durante la noche lo que hallaba a la mañana; los casos de esta índole son lo suficientemente comunes como para que no haya lugar a maravillarse. Y haremos notar que el sonambulismo natural y la mediumnidad frecuentemente marchan aunados, y hemos explicado precedentemente que los fraudes debidamente comprobados de Mme. Blavatsky no obligaban a negarle toda facultad mediúmnica. Así pues, podemos admitir que desempeñó a veces el papel de «médium escribiente»; mas, como sucede muy frecuentemente en tales circunstancias, lo que ella escribía entonces no era más que el reflejo de sus propios pensamientos y de los de aquellos que la rodeaban.

En lo que respecta a la procedencia de los libros utilizados por Mme. Blavatsky en Nueva York, algunos de los cuales podían ser muy raros y difíciles de hallar, sabemos por Mme. Emma Hardinge Britten, ex miembro de la primera Sociedad Teosófica y miembro también de la H. B. of L., que: «Con el dinero de la Sociedad, Mme. Blavatsky compró y guardó, en su calidad de bibliotecaria, muchos libros raros cuyo contenido apareció en Isis Develada». Además, vimos anteriormente que heredó la biblioteca del barón de Palmes, la que contenía especialmente manuscritos que fueron utilizados de un modo similar, como lo expuso el doctor Cowes, y que junto con las cartas del Swami Dayanando Saraswati tuvieron el honor de ser transformados ulteriormente en comunicaciones de «Mahatmas». Finalmente, también pudo hallar fuente en los papeles de Felt y en los libros utilizados por éste para preparar sus conferencias sobre la magia y la «Kábala Egipcia», elementos que le dejó cuando desapareció; es a Felt a quien parece deberse la primera idea de la teoría de los «elementales», y que atribuyó gratuitamente a los antiguos egipcios.

En cuanto a las doctrinas propiamente orientales, Mme. Blavatsky tan sólo supo del Brahmanismo e incluso del Budismo lo que cualquiera persona puede saber, y no lo comprendió mucho, como lo prueban las teorías que les aplica y también los contrasentidos que comete a cada instante en el empleo de términos sánscritos. Además, Leadbeater ha reconocido formalmente que: «…ella ignoraba el sánscrito», y que: «…el árabe parece ser la única lengua oriental que haya conocido» — sin duda la había aprendido durante su permanencia en Egipto —, y a esta ignorancia del sánscrito atribuye la mayoría de las dificultades de la terminología teosófica, dificultades tan notables que determinaron a Mme. Besant a substituir por equivalentes en idioma inglés la mayoría de los términos de origen oriental. Estos eran tomados muy frecuentemente en un sentido que jamás tuvieron en realidad de verdad. Vimos ya un ejemplo a propósito de la palabra «Mahatma», la que fué substituida por «Adepto», y hallaremos otro en la expresión «karma» que, a pesar de todo, fué conservada. Algunas veces Mme. Blavatsky forjaba palabras que no pueden existir en sánscrito bajo la forma que ella les da, como «Gohat»; que parece ser una corruptela de «Mahat»; en otras oportunidades, con elementos tomados de lenguas orientales diversas fabricaba sus expresiones, y así se hallan algunas compuestas mitad de sánscrito y mitad de tibetano o mogólico, como «devachan» en lugar del sánscrito «deva-loka», y también «Dhyan-Chohan» por «Dhyani-Bouddha». Además, y hablando de un modo general, esos términos orientales, empleados algo errónea y atravesadamente, casi siempre nos sirven más que para disfrazar conceptos puramente occidentales; en lo que hace al fondo de la cuestión, sirven para desempeñar un papel análogo al de los «fenómenos»; es decir, para atraer una clientela que se deja impresionar y captar fácilmente mediante las apariencias, y por ello los teosofistas jamás podrán renunciar completamente a esos recursos tanto locutivos como de hechos. En efecto, hay muchas personas que son seducidas por lo exótico, incluso por el de calidad más mediocre, y que son perfectamente incapaces de verificar el valor de ese exotismo. Un «snobismo» de esta especie no es factor extraño al éxito del teosofismo en ciertos medios.

Diremos una palabra más en lo que concierne especialmente al origen de los textos tibetanos calificados de muy secretos, y que Mme. Blavatsky citó en sus obras, de un modo especial las Estancias de Dzyan, incorporadas a la Doctrina Secreta, y la Voz del Silencio. Estos textos contienen muchos pasajes que han sido manifiestamente «interpolados» o incluso inventados en todas sus partes, y otros que han sido por lo menos «arreglados» para conformarlos a las ideas teosofistas; en cuanto a sus partes auténticas, simplemente fueron tomadas de una traducción de fragmentos del Kandjur y del Tandjur, publicada en el año 1836, en el volumen XX de la obra Asiatic Researchs — Calcuta —, por Alexandre Csoma de Köros. Este señor, de origen húngaro y que se hacía llamar Scander-Beg, era una persona original que había viajado durante mucho tiempo por el Asia Central a fin de descubrir, mediante la comparación de los idiomas, la tribu de la que procediera su nación.

Del amalgama de todos esos elementos heterogéneos que hemos indicado, procedieron las grandes obras de Mme. Blavatsky: Isis Develada y Doctrina Secreta, obras que fueron lo que debían ser consiguientemente a tales condiciones de origen, o sea: compilaciones indigestas y sin orden, verdaderos caos en los que algunos documentos interesantes se encuentran como ahogados en medio de un cúmulo de aserciones sin valor alguno. Sin duda, sería perder tiempo procurar buscar allí dentro lo que puede ser hallado mucho más fácilmente en otros sitios. Además, abundan los errores y las contradicciones, de modo tal que las opiniones más opuestas pueden hallar en esa obra su justificación. Por ejemplo: se dice sucesivamente que hay Dios y luego que no lo hay; que el «Nirvana» es aniquilación y luego que es todo lo contrario; que la metempsicosis es un hecho y después que es una ficción; que el vegetarianismo es indispensable para el «desarrollo psíquico» y más adelante que es simplemente útil, y así por lo demás. Pero todo esto se comprende sin hacer gran esfuerzo, pues, aparte de que las ideas de Mme. Blavatsky variaban en gran medida, escribía también con una rapidez prodigiosa, sin referirse ni verificar jamás las fuentes ni, probablemente, a lo que antes había ya escrito. Sin embargo, esta obra tan defectuosa es la que ha constituído siempre el fondo de la enseñanza teosofista, y a pesar de las correcciones que se le han hecho bajo el pretexto de «interpretación», goza siempre en la Sociedad de una autoridad incontestada, y si no contiene la doctrina íntegra, completa, por lo menos contiene los principios fundamentales, en tanto cuanto sea posible hablar de doctrina y de principios cuando se está frente a un conjunto tan incoherente.

Cuando hablamos de autoridad incontestada, la aplicamos sobre todo a la obra Doctrina Secreta, pues no parece deberse otro tanto a la obra Isis Develada. Así, por ejemplo, al determinar Leadbeater una especie de «plan de estudios» para el teosofismo, recomienda vivamente la primera de estas dos obras, a la que llama «El libro mejor entre todos», pero ni siquiera menciona a la segunda. Indicaremos aquí una de las razones principales de esa reserva, que se explica fácilmente: es la comparación de estas dos obras lo que hace resaltar de un modo muy especial las variaciones y contradicciones que señalamos poco antes. Entre otras cosas, escribió Mme. Blavatsky en Isis Develada: «La reencarnación, es decir, la aparición de un mismo individuo, o más bien de su mónada astral, dos veces en un mismo planeta, no es una regla en la naturaleza; es una excepción, como el fenómeno teratológico de un niño con dos cabezas. Es precedida por una violación de las leyes armónicas de la naturaleza y no sucede sino cuando esta última, procurando restablecer su equilibrio quebrado, rechaza violentamente a la vida terrestre a la mónada astral tomada del círculo de necesidad por crimen o por accidente». Es fácil reconocer en ese pasaje la influencia de la H. B. of L. Efectivamente: la enseñanza de esta Hermandad, aun cuando sea absolutamente «antireencarnacionista» en tesis general, admite sin embargo, bien erróneamente, algunos casos excepcionales, y exactamente tres: el de los niños que nacen muertos o mueren de poca edad, el de los idiotas de nacimiento y, finalmente, el de las encarnaciones «mesiánicas» voluntarias, que se producirían aproximadamente cada seiscientos años (al final de cada uno de los ciclos llamados Naros por los caldeos), pero sin que el mismo espíritu se encarne nunca más de una vez, y sin que haya consecutivamente dos encarnaciones similares en una misma raza. Los dos primeros de estos tres casos son los que Mme. Blavatsky ha podido comparar a «fenómenos teratológicos». Más adelante, cuando el teosofismo se tornó «reencarnacionista», estos dos mismos casos continuaron siendo casos de excepción, pero en el sentido de que se admite la posibilidad de una reencarnación inmediata, mientras que para los casos normales se suponía entonces, como ya lo dijimos, un intervalo de mil quinientos años. Por otra parte, Mme. Blavatsky dió en afirmar que: «…los que no han comprendido son los que acusan al autor de Isis Develada de haber hablado contra la reencarnación; cuando se escribió esa obra no había ninguno, entre los espíritus ingleses y norteamericanos, que creyera en la reencarnación, y lo que se dijo sobre este tema fué destinado a los espíritus franceses, cuya teoría es absurda y carece de filosofía… y que creen en una reencarnación inmediata y arbitraria». Sin embargo, fué a estos espíritus de la escuela de Allan Kardec, a la que perteneció anteriormente, a quienes Mme. Blavatsky pidió la idea de la reencarnación, aun cuando le hiciera algunas modificaciones o introdujera perfeccionamientos, si se quiere, para hacerla más «filosófica», cuando la retomó después de haberla abandonado temporariamente por estar bajo otras influencias. En cuanto al pasaje de Isis Develada que hemos citado, está muy claro y es de fácil comprensión: no se discute sobre las modalidades de la reencarnación, no se hace cuestión acerca de si es inmediata o si se difiere; es la reencarnación misma que, en la generalidad de los casos, se rechaza pura y simplemente. Una vez más se nota aquí, evidentemente, la mala fe de Mme. Blavatsky, y se comprueba que es ella la primera en sostener que se había comprendido mal su pensamiento cuando se descubrió en sus escritos alguna aserción molesta, o hasta alguna contradicción formal. Sus continuadores habrían de seguir ese ejemplo, empeñosamente, cada vez que fuera de su agrado introducir en la enseñanza teosofista algún cambio más o menos importante.

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Las armas parapsicológicas de la guerra futura

Por José María Herrou Aragón

Desde la más remota antiguedad se utilizan técnicas parapsicólogicas para el dominio y control de la mente humana: rezos grupales, maldiciones metodicamente ejecutadas, ritos de magia negra, etc. Aun hoy siguen practicándose, y con los mismos fines: dominar y esclavizar a la humanidad.

En tiempos modernos, tomando como ejemplo a la Segunda Guerra Mundial, se utilizaron profusamente estas antiguas técnicas, como complemento de las armas y de los ejércitos visibles. Pueden leer sobre esto las recomendaciones de Alice Bailey en su libro «La exteriorización de la Jerarquía», donde se describen los objetivos y las técnicas, en este caso al servicio de la Sinarquía Mundial. También los rosacruces de AMORC y muchísimos grupos similares hicieron idéntica tarea.

Siempre me interesé por estos temas y dediqué gran parte de mi vida a su investigación. Una vez que realicé nuevos descubrimientos en este campo de la Parapsicología Militar, y en posesión de un arsenal de eficaces nuevas técnicas que descubrí tras años de experimentación, a causa de su peligrosidad dudé por mucho tiempo en darlas a conocer, incluso cuando dicté mi conferencia «La Guerra Parapsicológica», en 1978.

En esos años estaban de moda varios libros sobre este tema, que nada aportaban y solo servían para confundir y para desviar la atención del público. Había libros sobre los experimentos parapsicológicos en los países comunistas, en los Estados Unidos, etc. Libros llenos de tonterías, como el artículo de la revista OMNI, creo que del año 1983 u 1984. Estaban las ficciones malintencionadas del agente Jacques Bergier, escrito para confundir, titulado «La guerre secrete de l’occulte». Estaba el libro de Remy Chauvin, «Les défis de la guerre future», de 1978, cuya lectura o fotocopiado estaban prohibidos en la Biblioteca Nacional de Francia. Había varios libros en inglés, de distintos autores, como «Psychic Warfare», «Mind Wars», «Psychic Warrior», etc. Recuerdo un libro serio, aparecido en Estados Unidos, que por sus revelaciones fue retirado y secretamente prohibido, hoy existente en forma expurgada y deforme, sobre la utilización de diferentes drogas para aumentar los poderes parapsicológicos. Este Libro se titulaba «Operation Mind Control» y su autor era Walter Bowart. Muchos libros corrieron la misma suerte, a causa de que las técnicas reveladas en ellos eran perfectamente aplicables al uso militar.

Estos libros e investigaciones se prohiben o se hacen desaparecer porque la sinarquía que controla el mundo no desea que sus planes y técnicas sean descubiertos. Es lógico, la sinarquía mundial no desea que cualquier persona fuera de su control pueda conocer y tal vez aplicar exitosamente estas técnicas. Por eso niegan la existencia de estas armas, niegan la realidad de las capacidades parapsicológicas humanas y niegan también a la parapsicología como ciencia. La parapsicología debe ser desprestigiada, y sus cultores tildados de locos, pero ellos la estudian, experimentan y practican en secreto, a salvo de miradas indiscretas. Una cosa es la verdad, a ser conocida por pocos, por los que están en el «secreto», y otra muy distinta lo que puede ser revelado al rebaño humano.

Cuando una persona cualquiera se percata de que posee alguna capacidad parapsicológica y se dirige a un laboratorio para ser estudiado, por todos los medios los «científicos» tratarán de desanimarlo y convencerlo de que no es así, que se trata de un error, de una fantasía. Suelen hacer entonces el aburrido e inútil experimento en que tiene que concentrarse e influir sobre un aparato donde una lucecita gira en forma circular en una u otra dirección, para que trate de alterar con su mente esos recorridos. Logicamente el resultado será negativo o dirán que es negativo, lo cual «probará» que la psicokinesis» no existe. Nada de influir sobre la conducta de seres vivos, como experimentaba yo. Nada de eso, solo influir sobre lucecitas.

Por eso revelé primero mi técnica del Telecomando Sexual, para que cualquier persona pueda comprobarlo y convencerse inmediatamente, sin ninguna duda y en forma divertida, de que las capacidades parapsicológicas existen, son un hecho, son una realidad, mal que les pese a muchos.

Por eso revelé después mis técnicas de Ataque Psíquico, para que cualquier persona pueda aplicarlas si lo necesita.

Por eso revelé a continuación mis técnicas para agrandar las células del cerebro, cargándolas de energía a través de la abstinencia orgásmica y del maithuna, pues eso es lo que aumenta grandemente el poder parapsicológico normal. Todos poseemos ese poder desde el nacimiento y podemos desarrollarlo hasta límites insospechados. Este aumento del tamaño de las neuronas fue luego corroborado cientificamente y publicado en varias revistas científicas y luego en diarios de todo el mundo.

También di a conocer técnicas de autoprogramación, utilizadas por ejércitos de todo el mundo para aumentar la eficiencia de los soldados. La autoprogramación demostró utilidad también para evitar los «lavados de cerebro» a que estamos expuestos.

Di a conocer mis técnicas parapsicológicas, los resultados de mis investigaciones, para que la humanidad dormida e inerme pueda tener a su alcance armas poderosas para defenderse mejor de quienes pretenden la esclavización mundial. Me dije «la sinarquía está, las armas en su poder están, y cada día le va mejor. Démosle pues armas también a los perdedores de esta guerra, y veamos que ocurre. Ya que no podemos evitar la guerra, hagámosla equilibrada». Y así fue como publiqué mis libros. Todas las técnicas que están allí son armas, armas parapsicológicas.

Luego di a conocer mis ideas religiosas y teológicas, por milenios brutalmente perseguidas, cuando comprobé que muchos de mi seguidores tenían dificultades para identificar debidamente al enemigo. Lo hice para que cualquier persona pueda descubrir quién es él mismo, en qué juego infernal lo han metido, quién es realmente el enemigo y qué puede hacerse. Consideré que este libro, «La religión prohibida», era necesario, para que los lectores interesados sepan hacia donde deben ser dirigidos los proyectiles.

Esta guerra por la liberación, o quizás deberíamos decir batalla, pues la Guerra es Eterna y existirá mientras exista el demiurgo, tal vez en algún momento sea librada exclusivamente en terrenos parapsicológicos, en las dimensiones de la mente o del espíritu. Haríamos bien en prepararnos para ello. Si la esclavizacion universal continúa aumentando, y todo nos hace pensar que es así, tal vez las armas parapsicológicas dejen de ser un complemento de las armas físicas para convertirse en las únicas armas que podremos usar.

Si nos quitan Internet, o la telefonía, o aumentan el control sobre estas vías de comunicación, como ya está ocurriendo, si no podemos comunicarnos entre nosotros, o si llega ese día en que nadie podrá comprar ni vender sin el chip de la Bestia, ese día tal vez debamos librar esta guerra en total soledad, solos con nosotros mismos y con los poderes parapsicológicos de nuestro Espíritu.

Si los tres pilares (militar, financiero y religioso) de la Dictadura Mundial Sinárquica, denominada Gobierno Mundial para consumo de la masa descerebrada, logran terminar de consolidarse, solo contaremos con los tres pilares de las armas de nuestro Espíritu: la Gnosis que nos despierta y nos guía, la energía acumulada que hace funcionar nuestras armas, y las técnicas o armas parapsicológicas propiamente dichas.

Y cuando la suerte esté echada, no olviden que los poderes de nuestro Espíritu son infinitamente superiores a los poderes del alma del enemigo, pues nuestro enemigo actúa con el alma, no con el Espíritu. Si actuara con el Espíritu estaría de nuestro lado, sería uno de nosotros.

Jamás olvideis, para que nada de este mundo sea salvado.

Jamás desmayeis, porque AUNQUE TODO PAREZCA PERDIDO SIN REMEDIO, LA VICTORIA FINAL ES NUESTRA.

Ejemplo de ataque psíquico en el film Scanners

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Todos los hombres despiertos son millonarios, pero no todos los millonarios son hombres despiertos

Todo hombre que despierta es un hombre despierto en un mundo de hombres dormidos, por lo tanto le resultará sumamente fácil hacer y tomar lo que le plazca (dinero, sexo, etc.).
 
Todo hombre despierto necesita mucho dinero. Para llevar a feliz término su misión. Para ejecutar mejor la guerra que libra diariamente en el Valplads, el campo de batalla de este mundo, el mundo del demiurgo, donde todo guerrero combate hasta vencer.
 
Una vez, Gurjieff, hombre despierto, les hizo una demostración a sus alumnos sobre lo facil que es para un hombre despierto ganar mucho dinero en breve tiempo: delante de sus discípulos Gurjieff ganó una pequeña fortuna en una tarde. Pueden ver ese relato en «Fragmentos de una enseñanza desconocida», de Ouspensky.
 
Pero no todos los millonarios son hombres despiertos. Existen hombres-robot que han sido programados para ganar mucho dinero. Hay muchos de ellos. Así como hay otros que han sido programados para seducir mujeres, para tener éxito en el estudio, etc., estos están programados para el dinero. Son hombres dormidos y nada más. No tienen ningún mérito, esas máquinas humanas son polvo y al polvo volverán después de muertos.
 
Hay otro tipo de millonarios: los que han hecho un pacto o alianza con el demiurgo satanás, a cambio de renunciar al Espíritu. A ellos el demiurgo les permite ganar y acumular muchísimo dinero, aunque paralelamente los llene de desgracias y sinsabores. Hay muchos de estos monstruos golem también, pero el traicionero demiurgo los desintegrará en el pralaya. ¡Menudo castigo les reserva!
 
En este sitio web están todas las ténicas para despertar y liberarse, solo deben leerlas y practicarlas cuidadosamente. Todo en este sitio web está planificado para ayudar a despertar, desde las técnicas prácticas hasta las descripciones de la ética y de las conductas de un guerrero.
 
Para un hombre despierto es facil hacerse rico rapidamente ¡Pero como podría ganar dinero un idiota que se hace porquerías con la mano! Quien no abandone la masturbación y las eyaculaciones siempre será un dormido. Un ente que no sirve ni para jugar con tierra.
 
Recuerden siempre esto: En el país de los hombres dormidos, el hombre despierto es rey.

Aquí está Gurdjieff cuando era joven y trabajaba de hipnotizador profesional. Aún no se había hecho millonario con su Orden Esotérica (Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre). Ouspensky halló esta foto y por respeto no se atrevió a revelar la profesión de Gurdjieff. Esto y otra cosa mas constituyen los dos elementos que Ouspensky, según dice en su libro «Fragmentos de una enseñanza desconocida» decidió no revelar. Nosotros la incluimos para que los lectores la conozcan, tratando de que nada permanezca secreto para ellos.

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La falsedad del Psicoanálisis.

Por M. I. García Vives

El psicoanálisis, al igual que el marxismo y demás religiones, forma parte de la sinarquía mundial y de la ancestral conspiración contra el Espíritu.

El psicoanálisis proclama que es necesario «hacer conciente lo inconciente», a fin de que el individuo pueda realizarse y ser feliz (similar postulado tiene la cientología). Una vez le preguntaron a Freud que es lo que debería hacer un hombre para realizarse y ser feliz, a lo que él respondió «amar y trabajar». Eso sí que estuvo bueno, justamente el tipo de hombre que más le agradaría al demiurgo y a un gobierno mundial sinárquico. El animal-hombre esclavo y feliz. El mejor esclavo es aquel que no sabe que es esclavo. El idiota que cree que el trabajo y el sexo son todo lo importante de la vida. El explotado servil que se cree libre. El cornudo apaleado y contento. Eso es lo que desea la sinarquía para el hombre falso y decadente de nuestro tiempo. El esclavo debe ser engañado de mil maneras siempre, para que nunca sepa quién es realmente o quiénes son sus amos. Los zombis idiotas que se creen libres, los golems que caminan por la calle. Lo que no puedan lograr el alcohol, las drogas y las religiones deberán lograrlo el marxismo y el psicoanálisis.

«Amar y trabajar», vaya consejo. Tener esposa, hijos, familia, tener buen sexo y buenos orgasmos y ser exitoso en el trabajo. Todo esto parece ser lo único que pretende el psicoanálisis para el hombre. Para hacer lo que un perro o un gato hacen naturalmente, el hombre debería pasar años de oneroso y aburrido tratamiento psicoanalítico.

Tanto el trabajo como el sexo y la familia, son propios del alma y del cuerpo (las hormonas, los instintos, los afectos). Pero el hombre es más que un alma y un cuerpo. El hombre es más que un gato o un perro. El hombre posee también un Espíritu, al que no es bueno traicionar. Pretenden satisfacer las necesidades del animal, y nada saben de las necesidades del Espíritu.

Por supuesto que Freud y su pandilla, inventores de este fraude (fraude, fraudismo, freudismo), o nacieron sin espíritu, o lo tenían casi muerto, o lo que sería peor, elucubraron a sabiendas esta trampa llamada psicoanálisis.

El psicoanálisis, como la cientología, divide a los hombres en psicoanalizados y no psicoanalizados, en normales y perversos. Nunca se pusieron de acuerdo los psicoanalistas sobre qué es una perversión sexual. Para Freud es una cosa, para Reich otra, etc. Cada uno lo interpreta a su manera, es decir, todo perverso llama perversos a los que no son como él. El es sano, él es normal.

Cuando a un animal-hombre le llega la muerte, su cuerpo es destruido y su alma es tomada por el demiurgo, solo su Espíritu intocable y eterno permanece a salvo. Cuando sobreviene la muerte, tanto el cuerpo como el alma son tomados y vaciados por el demiurgo, no importa si están «psicoanalizados» o no. Bien lo dice el refrán: «a aquel que no bebe ni fuma tabaco, el diablo se lo lleva por otro buraco». Sabemos que ese diablo es el demiurgo.

Igualmente, cuando un Espíritu logra liberarse y tomar control de su microcosmos arrebatándoselo al demiurgo, poco importa el grado de «realización» o «felicidad» alcanzados por el alma y el cuerpo. El Espíritu los tomará para sí usándolos como herramientas, estén «psicoanalizados» o no. Ya se trate de un hombre «normal» o de un «perverso», los falsos contenidos del cuerpo y del alma serán borrados, reducidos a polvo, siendo luego llenados y transformadas sus materias por el Espíritu.

Si bien los psicoanalistas no saben bien qué es lo perverso, nosotros sí lo sabemos. El demiurgo, sus creaciones y sus leyes son lo perverso. Negar la existencia del Espíritu Eterno es lo perverso. Evitar que los hombres se despierten y liberen es lo perverso. Las pérdidas de las energías seminales durante el «buen sexo» son lo perverso. Las mutilaciones sexuales de los niños, la pedofilia ritual, los millones de abortos por año ofrendados al demiurgo jehová, eso, todo eso es lo perverso.

No se dejen engañar con la trampa del psicoanálisis ni con otras similares. No busquen la felicidad de los perros y los gatos. Busquen la felicidad de los guerreros luego del deber cumplido. No pierdan tiempo tratando de «perfeccionar» el alma y el cuerpo. El alma y el cuerpo no les pertenecen a ustedes, son mortales, no son eternas. Esas son cosas del demiurgo. No le hagan favores al demiurgo. El cuerpo se destruye en cada encarnación y el alma se destruye cuando se fusiona con el demiurgo o en el pralaya. Dedíquense a lo único que les pertenece a ustedes: el Espíritu. Lo único que poseen es el Espíritu. Sólo el Espíritu es eterno. Dediquen el tiempo a liberarlo del demiurgo. No dejen que el demiurgo ese siga encadenando y usando Espíritus para su provecho. La única tarea valiosa y digna para un hombre en su vida es procurar la liberación de su Espíritu enjaulado por el demiurgo. No pierdan tiempo, no desperdicien esta oportunidad que les brinda estar encarnados en el infierno del demiurgo.

Tampoco se dejen engañar por los demonios de la sinarquía. Dediquen su vida a lograr cosas imperecederas, cosas importantes, cosas que duren toda la eternidad. No se dediquen a lo efímero. No se dediquen a la mierda.

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Las mentiras de Blavatsky

H. P. Blavatsky. H. de horrenda. P. de plagiadora. ¿Bla de blasfema? ¿O Bla de bla bla bla? Blavatsky no era su verdadero apellido. ¡Hasta su apellido plagió!

En el demoledor libro de Solovioff, «A Modern Priestess of Isis», ocultado durante decenas de años, su autor incluye un no menos demoledor artículo de Emmette Coleman, sobre el verdadero origen de los libros de Blavatsky. Según Blavatsky todos sus conocimientos los había aprendido en Oriente y también de unos supuestos maestros del plano astral. Aquí está la prueba de los miserables plagios de Blavatsky. Era rusa, vivía en Estados Unidos, trabajaba para el servicio secreto inglés y se hacía llamar «Madame», en francés. Fundó la Sociedad Teosófica para ayudar a extender las garras del imperio masónico inglés en el mundo.

En honor a la verdad hemos traducido el artículo de Coleman para Uds.

Vean como las pruebas desenmascaran y desintegran a la timadora rusa.

LA FUENTE DE LOS ESCRITOS DE MADAME BLAVATSKY

De W.M. EMMETTE COLEMAN.*

Durante los últimos tres años he hecho un análisis bastante exhaustivo de los contenidos de los escritos de Madame H. P. Blavatsky, y he examinado las fuentes de donde los obtuvo, sin dar, por lo general, los créditos correspondientes a los autores y a sus obras. La presentación en detalle de las evidencias de dichas fuentes constituiría un volumen, pero las limitaciones de este artículo solo admiten un breve resumen de los resultados por mí alcanzados. Las pruebas detalladas y la evidencia de cada aserción ya están en parte impresas y en parte, en manuscrito; y serán plasmadas en su totalidad en una obra que estoy preparando para publicar, un exposé de la teosofía como un todo.  Ya hace dos años que las pruebas del plagio en gran escala realizado en Isis sin velo, el primer trabajo de Madame Blavatsky, están en circulación y a disponibilidad, y no se ha hecho ningún intento de negar o desautorizar la información allí presentada. En esa parte de mi obra que ya he mencionado, he presentado numerosos pasajes comparativos de los dos conjuntos de escritos: las obras de Madame Blavatsky, y los libros de los cuales ella copió los pasajes. También contiene listas completas de pasajes plagiados, indicando en cada caso la página de la obra de Madame Blavatsky en la que se encuentra el pasaje copiado y la página y nombre del libro del cual se lo copió. De esta manera, cualquiera puede comprobar por sí mismo la exactitud de mis afirmaciones.

En Isis sin Velo, publicado en 1877, descubrí unos 2000 párrafos copiados de otros libros sin el debido reconocimiento de autor. Luego de un cuidadoso análisis encontré que en la compilación de Isis fueron usados alrededor de 100 libros. En la obra se citan y se mencionan alrededor de 1400 libros; pero la autora copió todo de los 100 libros que poseía, que a su vez, citaban o mencionaban los otros 1300. En Isis hay alrededor de 2100 citas y referencias a libros que fueron copiados de segunda mano, es decir, de otros libros y no de los originales, y de las 2100 sólo alrededor de 140 se le atribuyen a los libros de los cuales  la autora copió las citas, de segunda mano. Los demás son citados de tal manera que inducen al lector a pensar que Madame Blavatsky ha leído y utilizado las obras originales, y que las ha citado de primera mano, y la verdad es que ella nunca leyó esos libros. De esta manera, muchos lectores de Isis, y por lo tanto, también los lectores de La Doctrina Secreta y el Glosario Teosófico, han sido subrepticiamente llevados a pensar que Madame Blavatsky era una lectora extraordinaria, poseedora de una vasta erudición; cuando en realidad su lectura era muy limitada y su ignorancia, profunda en todas las ramas del saber.
Los libros utilizados para compilar Isis, en su mayoría, eran literatura corriente del siglo diecinueve. Sólo uno de los libros raros y antiguos nombrados y citados estaba en posesión de Madame Blavatsky, Inmortality of the Soul, de Henry More, publicado en el siglo diecisiete. Uno o dos más eran de la 1º parte del presente siglo, y todo el resto pertenecen a la mitad o última parte del mismo. Nuestra autora hace grandes pretensiones de conocimiento cabalístico, pero cada cita y cada alusión sobre la Cábala, en Isis y en sus libros posteriores fueron copiadas de segunda mano de libros que contenían algunas citas sobre escritos cabalísticos, entre ellos, Masonic Cyclopaedia de Mackenzies, Gnostics de King y las obras de S.F. Dunlap, L.Jacolliot, y Eliphas Levi. Ni sola una línea de las citas en Isis de los antiguos místicos, Paracelso, Van Helmont, Cardan, Robert Fludd, Philalethes, Gaffarel, y otros, fueron tomadas de los libros originales, todas ellas fueron tomadas de libros que contenían algunas citas de esos autores. Los mismo sucede cuando ella cita a Josephus, Philo, y los Padres de la Iglesia, como Justin Martyr, Origenes, Clement, Ireneo, Tertuliano, Esusebius, y todo el resto. También, con los autores clásicos Homero, Ovid, Horacio, Virgilio, Platón, Pliny, y muchos otros. Las citas pertenecientes a todos estos libros fueron copiadas de segunda mano de algunos de los 100 libros usados para la compilación de Isis.
En varias instancias Madame Blavatsky, en Isis, dice tener, o haber leído ciertos libros de los que se habrían extraídos citas, siendo evidente que ni los poseía ni los había leído. En Isis, I, 369-377, hay una serie de citas de un libro de Figuier, que ella dice haber extraído del libro original, que  “está frente a nosotros”* (I., 369). Como cada palabra de Figuier en Isis fue copiada de Magie au Dix-neuvieme Siecle, pp. 451-457 de Des Mousseaux, la palabra “lies”* que ella usa en esa oración es muy oportuna. En Isis, I, 353, 354, et seq., asegura citar un texto que está en su posesión cuando todo lo citado fue copiado de Demonologia, pp. 224-259. En II., 8, ella alega haber leído una obra de Bellarmin, pero todo lo que dice sobre él, y todo lo que cita de dicha obra, está copiado de Demonologia, pp. 294. 295. En II., 71 afirma tener un tratado de De Nogen; todo lo que ella sabe de él y de su tratado fue tomado de Demonologia, p. 431. En II, 74, 75, se le hace creer al lector que ciertas citas de The Golden Legend fueron copiadas del original, y la verdad es que fueron tomadas de Demonologia, 420-427. En II, 59, ella da una descripción de un estandarte de la Inquisición, extraído, dice, “de una fotografía, del original procurado en el Escorial de Madrid que está en nuestra posesión”; pero la descripción fue copiada de Demonologia, p. 300.
En Isis, I, pp. XII a XXII, hay un informe sobre la filosofía de Platón y de sus sucesores. Estas diez páginas fueron copiadas casi en su totalidad de dos libros, Christianity and Greek Philosophy de Cocker y  Plato and the Old Academy de Zeller. Hay 25 pasajes de Cocker y 35 de Zeller; y sólo se da el reconocimiento de autor por una cita de Cocker y por casi una docena de líneas de Zeller. En Isis, II, 344, 345, se han copiado 9 pasajes de Zeller y se dan créditos por sólo uno.

*Nota del traductor: Juego de palabras: “lies” en “lies before us”” significa estar, hallarse; y como sustantivo, mentira.

A continuación, presento una lista de otros grandes plagios en Isis. Incluye los nombres de los libros que han sido plagiados y la cantidad de pasajes que han sido plagiados.

Entre otros libros plagiados, pueden mencionarse Dogme et Rituel de la Haute Magie, de Eliphas Levi y su La Science des Esprits, La Clef des Grands Mysteres, y Histoire de la Magie; Analysis of Religious Belief, de Amberley; Ser Marco Polo, de Yule; Chips, de Max Muller Vol I y II, Monumental Christianity, de Lundy; Eleusinian and Bacchic Mysteries, de Taylor (1875 ed.); Christ of Paul, de Reber; Rosicrucians, de Jenning; Anacalypsis, de Higgins; Ancient Faiths in Ancient Names, de Inman; Ancient Pagan and Modern Christian Symbolism, de Inman; Ancient Faiths and Modern, de Inman;  Sorcery and Witchcraft, de Wright; Egypt, de Bunsen;  Symbolical Language of Ancient Art and Mythology, de Payne Knight; Ancient Symbol Worship, de Westropp and Wake; India in Greece, de Pococke; History of Freemasonry, The Unseen Universe, de Findel; A Physician’s Problems, de Elam; Modern American Spiritualism, de Emma Hardinge; Immortality of the Soul, de More; Conflict between Religion and Science, de Draper; Pre-Adamite Man, de Randolph;  Jesus: Myth, Man, or God, de Peebles; Around the World, Principles of the Jesuits (1893), Septenary Institutions (1850), de Peebles;  Science and Spiritualism, Report on Spiritualism of the London Dialectical Society (1873), de Gasparin; Miracles and Modern Spiritualism, de Wallace;  y Body and Mind, de Maudsley.
Hace dos años publiqué la declaración en la que afirmaba que todo Isis era la compilación de algo más de 100 libros y revistas. En Theosophist, Abril, 1983, pp. 387, 388, el Coronel Olcott asevera que cuando Isis fue escrita, la biblioteca de la autora tenía alrededor de 100 libros y que durante su composición, varios amigos le prestaron unos pocos más. Estos, junto con sus propios libros suman algo más de 100, lo que concuerda perfectamente con el resultado de mi análisis crítico sobre cada cita y plagio en Isis.

La Doctrina Secreta, publicada en 1888, tiene las mismas características que Isis. Está llena de plagios y partes recicladas tomadas de otros libros. Hay dos libros en los que se basa esta obra: La traducción de Wilson de Vishnu Purana y Word Life del Prof. Winchell. La Doctrina Secreta está saturada de terminología hindú y sánscrita, que en su gran mayoría, ha sido copiada de Vishnu Purana de Wilson. Gran parte del libro está dedicado a la discusión acerca de varios puntos de la ciencia moderna, y la obra más usada por Madame Blavatsky en estas ocasiones fue World Life, de Winchell. Un ejemplo del plagio indiscriminado aparece en el Vol. II, pp. 599-603. Casi cuatro páginas enteras fueron copiadas de Pythagorean Triangle de Oliver y sólo se les ha dado el debido reconocimiento a unas pocas líneas. Gran cantidad de material de la Doctrina Secreta fue copiada de la obra de Oliver, sin dar el crédito correspondiente. Atlantis, de Donnelly, también fue ampliamente plagiada. Madame Blavatsky no sólo tomó de este escritor la idea general del origen de la civilización oriental, la mitología, etc. expresadas en Atlantis, sino que además se apropió con total frialdad de un número de las presuntas evidencias detalladas sobre dicho origen sin darle a Donnelly los créditos correspondientes. El Vol. II, pp. 790-793 contiene una cantidad de hechos, numerados sucesivamente  que prueban que Atlantis es la fuente, ya que fueron copiados casi en su totalidad del libro de Donnell, Cap. IV, manteniendo la misma numeración. Sin embargo, no hay la más mínima sugerencia en la Doctrina Secreta de que su autora tomó del libro de Donnelly este material. Además de los pasajes a los que se les ha dado el crédito correspondiente, hay otros 130 pasajes copiados del  Vishnu Purana de Wilson sin reconocimiento alguno y hay cerca de 70 pasajes extraídos de World Life de Winkel en la misma situación. De  Hindu Classical Dictionary, de Dowson hay 123 pasajes plagiados. De  Mythologie de la Grece Antique, de Decharme alrededor de 60 pasajes fueron plagiados; y de Qabbala, de Myer, 34. Estos son otros de los libros plagiados: Book of God, de Kenealy; Cabiri, de Faber; Great Pyramid, de Wake; Mythical Monsters, de Gould; Man before Metals, de Joly;  Modern Physics, de Stallo; Natural Genesis, de Massey;  Mythological Astronomy, de Mackey; Descent and Darwinism, de Schmidt; Human Species, de Quatrefages;  Modern Science and Modern Thought, de Laing; Cabbala Unveiled, de Mather; Musee de Boulaq, de Maspero; Maconnerie Occulte, de Ragon; Philosophy, de Lefevre; y  Force and Matter, de Buchner.
La Doctrina Secreta está basada ostensiblemente en ciertas estanzas, que se dice han sido traducidas por Madame Blavatsky de Book of Dzyan, el libro más antiguo del mundo  escrito en un lenguaje desconocido para la filología. Este libro, es una compilación hecha por Madame Blavatsky en su propio lenguaje, de una variedad de fuentes, que abraza los principios generales de las doctrinas y dogmas enseñados en la Doctrina Secreta. Yo encontré en este “libro más antiguo del mundo” afirmaciones copiadas de libros del siglo diecinueve, con la usual torpeza de Madame Blavatsky. Cartas y otros escritos de los adeptos se encuentran en la Doctrina Secreta. En estas producciones de los mahatmas he encontrado pasajes plagiados de  Vishnu Purana de Wilson y  de World Life de Winchell, del mismo carácter de los escritos atribuidos a la autoría de Madame Blavatsky. Presentaré pruebas detalladas sobre esto en mi libro. También he descubierto la fuente de la que ella tomó la palabra Dzyan.
El Glosario Teosófico, publicado en 1892, contiene palabras y términos del ocultismo y la teosofía ordenados alfabéticamente, con las correspondientes definiciones y explicaciones. Todo el libro, excepto por las confusiones, distorsiones, e inventos de Madame Blavatsky esparcidos aquí y allá, fue copiado de otros libros. Las explicaciones y definiciones de 425 nombres y términos fueron copiadas de Hindu Classical Dictionary de Dowson. De Vishnu Purana se copiaron 242 términos; de Handbook of Chinese Buddhism, Eitel, 179 y de Masonic Cyclopaedia, de Mackenzie, 164. A estos cuatro libros, se les dio un pequeñísimo crédito en el prefacio. A lo largo del Glosario, se da crédito de tanto en tanto a estos libros por algunos pocos párrafos extraídos de ellos, y los lectores son llevados a creer, que el comentario en el prefacio sobre estos cuatro libros, cubre solamente los pasajes en el Glosario en el que estos libros son mencionados como fuente, y lo ciertos es que comprenden todo el tema de los volúmenes de los cuales fueron sacados y no sólo una pequeña parte de la inmensa colección de material transferida en masse al Glosario. Pero no sólo fueron utilizados así los cuatro libros mencionados en el prefacio. Un glosario de sánscrito y términos ocultistas fue agregado a una obra llamada Five Years of Theosophy, publicada por Mohini M. Chatterji en 1885. Al menos 229 de esos términos y sus definiciones están copiados en el Glosario de Blavatsky, casi textualmente en cada instancia; y no se dieron los créditos por esta apropiación en gran escala de la obra de otro. No hay ni una referencia sobre el glosario de Chatterji en ningún lugar del Glosario de Blavatsky. Casi todo el material acerca de la mitología egipcia, etc., fue copiada de  Egyptian Belief and Modern Thought de Bonwick. Sólo una pequeña parte recibió el crédito correspondiente, pero más de 100 pasajes de Bonwick no fueron reconocidos. Prácticamente cada palabra acerca de la mitología Nórdica y Teutónica fue copiada de  Asgard and the Gods, de Wagner, una pequeña parte recibió los créditos correspondientes pero no así alrededor de 100 pasajes. Casi todo el asunto Tibetano fue tomado de  Buddhism in Thibet de Schlagintweit, una parte con el debido reconocimiento y 50 pasajes, sin el mismo. Mucho del material concerniente al Budismo del Sur fue copiado de Eastern Monachism de Spence Hardy, casi 50 pasajes sin dar los créditos correspondientes. La mayor parte del material de Babilonia y Caldea, fue extraído de  Chaldean Account of Genesis, de Smith con casi 50 pasajes sin mención de las fuentes. El material sobre Parsi y el zoroastrianismo fue tomado de la traducción de Darmesteter de Zend-Avesta, y la traducción de West del Bundahish en el Sacred Books of the East, la mayoría sin expresar los correspondientes créditos. Entre otros libros utilizados en la compilación del Glosario y que no han recibido créditos están: Hibbert Lectures , de Sayce;  Qabbala, de Myer,  Paracelsus, de Hartmann; la traducción de Crawford de Kalevala;  Gnostics, de King; Cabiri, de Faber; Catena of Buddhist Scriptures, de Beal; Buddhism, de Rhys Davids; Chinese Buddhism, de Edkins;  Guide au Musee de Boulaq de Maspero;  Notes on the Bhagavad Gita de Subba Row; Book of God de Kenealy; Works de Eliphas Levi  y muchos otros.

La Voz del Silencio, publicada en 1889 aparenta ser una traducción de Helena Petrovna Blavatsky de un libro tibetano. Se dice que pertenecen a la misma serie de Book of Dzyan, lo cual es cierto, ya que como esa obra, esta es una compilación de ideas y terminología de varios libros del siglo diecinueve, siendo de Madame Blavatsky la elección de las palabras y la fraseología. He examinado las fuentes de donde proviene, y se trata de una mezcla desorganizada de libros brahmánicos sobre Yoga y otros escritos hindúes; libros de los Budistas del Sur, en pali y singalés y los escritos de los Budistas del Norte, en chino y tibetano, todos tomados por Helena Petrovna Blavatsky de traducciones y escritos de europeos y otros orientalistas de hoy en día. En esta obra está mezclado el sánscrito, pali, tibetano, chino y términos singaleses, manifiesto disparate en una obra tibetana. He examinado los libros de los cuales estos términos han sido extraídos. Encontré insertadas en el texto de esta supuesta antigua obra tibetana, citas, frases y términos copiados de la literatura oriental actual. Los libros más usados para esta compilación son: Buddhism in Thibet, de Schlagintweit; Chinese Buddhism, de Edkins; Eastern Monachism, de Hardy; Buddhism, de  Rhys Davids; Raja Yoga y  Raja Yoga Philosophy (1888), de Dvivedi; también un artículo, “The Dream of Ravan” publicado en Dublin University Magazine, enero, 1854, del cual se tomaron extractos que aparecieron en Theosophist de enero 1880. Pasajes de este artículo y de los libros arriba mencionados están esparcidos en el texto de La voz del Silencio y en los comentarios, los cuales se admiten como obra de Blavatsky. Pruebas completas de esto, incluidos los fragmentos comparados, serán presentados en mi obra sobre la teosofía; incluyendo evidencia que demuestra que este antiguo libro tibetano contiene no sólo párrafos de libros hindúes citados en el artículo de Dublin Magazine sino también ideas y frases robadas del autor del siglo diecinueve de dicho artículo. Daré un ejemplo de la incongruencia de los elementos que compone el conglomerado de mezcla de términos e ideas en la Voz del Silencio. En la p. 87, se dice que los narjols de los budistas del norte son “versados en Gotrabhu-gnyana y gnyana-dassana-suddhi”. Helena Petrovna Blavatsky copió estos dos términos de Eastern Monachism, p. 281 de Hardi. Los términos usados en el Budismo del Norte son usualmente sánscrito o vienen del sánscrito; los términos usados en el Budismo del Sur, son usualmente pali o vienen del pali. La obra de Hardi, devoto del budismo Singalés, está compuesta de traducciones de libros singaleses y sus términos y frases son en gran parte, corrupciones singalesas del pali. Los términos singaleses son desconocidos para el budismo del norte. Los dos términos en Voice of the Silence, que describen la sabiduría de los Narjols, son corrupciones del singalés-pali, y por lo tanto desconocidas en el Tibet.  Narjol es una palabra inventada por Helena Petrovna Blavatsky, del tibetano Nal-jor, que encontró en la obra de Schlagintweit, p. 138, la r y la l transpuesta por ella.

El Budismo Esotérico, de A. P. Sinnett está basado en las afirmaciones hechas en las cartas recibidas por el Sr. Sinnett y el Sr. A. O. Hume, a través de Madame Blavatsky, supuestamente escritos por los Mahatmas Koot Hoomi y Morya, principalmente el primero. El Sr. Richard Hodgson amablemente me ha prestado un número considerable de las cartas originales de los Mahatmas que llevó a la producción de El Budismo Esotérico. Encontré en ellas, pruebas abrumadoras de que fueron escritas por Madame Blavatsky, evidencia que presentaré en su totalidad en mi libro. En estas cartas hay una cantidad de extractos de libros budistas presentados como traducciones de los originales hechas por los mismos escritores de las cartas. Ahí se demanda de los adeptos conocimientos de sánscrito, tibetano, pali y chino. He seguido hasta la fuente cada cita sobre las escrituras budistas en las cartas, y fueron todas copiadas de traducciones al inglés actuales, incluyendo hasta las notas y explicaciones de los traductores ingleses; principalmente de  Catena of Buddhist Scriptures from the Chinese de Beal. En otras partes en las que el adepto (?) usa su propio idioma para la explicación de ideas y términos budistas, encuentro que este supuesto idioma original fue copiado casi palabra por palabra de Buddhism de Rhys Davids, y otros libros. He examinado cada idea budista en estas cartas y en Esoteric Buddhism, y cada término budista, como Devachan, Avitchi, etc., hasta llegar a los libros de los cuales Helena Petrova Blavatsky los obtuvo.
Aunque se dice ella que posee dominio del sánscrito y del tibetano, las palabras y los términos en esos idiomas en las cartas de los adeptos fueron casi todos usados de una manera ridículamente absurda y errónea. El escritor de esas cartas era un ignorante del sánscrito y del tibetano. Los errores y torpezas en las mismas en lo que respecta a esos idiomas, concuerdan exactamente con la sabida ignorancia de Madame Blavatsky en los mismos. Esoteric Buddhism, como todas las obras de Madame Blavatsky está basada indiscriminadamente en plagios e ignorancia.
El Coronel Olcott admitió en Theosophist, enero, 1893, pp. 245, 246, que From the Caves and Jungles of Hindostan, aunque publicado en cartas a un diario ruso, como relatos veraces de experiencias reales de Madame Blavatsky en India, se trata prácticamente de una obra de ficción; y esto ha sido parcialmente concedido en el prefacio. Como todos sus otros libros, este es un enjambre de equivocaciones, inexactitudes, falsedades y tergiversaciones. Presentaré una completa descripción sobre este punto en mi obra.
En La Llave de la Teosofía, de Helena Petrovna Blavatsky al tratarse de un compendio de doctrinas, el plagio es de ideas y enseñanzas más que de fragmentos de otros libros. Además del plagio indiscriminado, estas son otras marcadas características de los escritos de Madame Blavatsky: (1) tergiversación en gran escala, distorsión y adulteración literaria, de los cuales, particularmente en Isis hay muchos ejemplos. Las cartas de Koot Hoomi a Hume y Sinnet contienen citas tergiversadas y adulteradas de libros budistas sagrados, fabricadas por el autor para dar forma a sus peculiares ideas, bajo el disfraz ficticio de budismo genuino. (2) Profusión de inexactitudes y errores en todas las ramas del conocimiento que ella trata; Por ej.: en Isis hay más de 600 aseveraciones falsas sobre el hinduismo, budismo, judaísmo, cristianismo, asiriología, egiptología, etc. (3) Equivocaciones y desatinos de varias clases – en los nombres de los libros y autores, en palabras y números, etc.; aproximadamente 700 sólo en Isis. (4) Grandes contradicciones e inconsistencias, tanto en puntos fundamentales y esenciales como en detalles y asuntos menores. Hay probablemente más de miles de contradicciones en todo el recorrido de sus escritos.
Las doctrinas, enseñanzas, dogmas, etc. de teosofía, publicadas por Helena Petrovna Blavatsky y de las que se afirma que tienen su origen en los cuasi- infalibles Mahatmas del Tibet fueron tomados prestados de filosofías y religiones del pasado y del presente, con ingredientes de la ciencia moderna. No hay nada original en este «Sabiduría de los Dioses” o «Sabiduría Religión”, salvo el trabajo de compilación. Madame Blavatsky reunió una gran cantidad de materiales de muchas y diferentes fuentes y junto con las tergiversaciones, distorsiones e invenciones que se que se le ocurrieron armó una masa heterogénea en la preparación del sistema de pensamiento llamado teosofía. Un cuidadoso análisis de sus enseñanzas muestra que los mismos fueron extraídos de las fuentes mencionadas más abajo. (1) Madame Blavatsky fue una médium espiritista muchos años antes de que se volviera teosófica. En sus comienzos la teosofía era un retoño del espiritismo; y de esta fuente ella tomó gran parte de su teosofía. Más de 267 puntos en sus enseñanzas fueron copiados de las enseñanzas del espiritismo. (2) El Hinduismo, en su última forma, constituye una de las mayores porciones de la teosofía. No he intentado realizar una exhaustiva clasificación de los puntos menores tomados de esta fuente, pero he notado 281 de gran importancia. (3) Del Budismo, he notado 63. (4) En los comienzos de la teosofía, los fundamentos de la mayoría de sus enseñanzas derivan de las obras de Eliphas Levi, y he contabilizado 102 puntos de ahí tomados. (5) De las obras de Paracelso fueron tomados 49. (6) De Jacob Bohme, 81. (7) De la Cabbala, 86. (8) De Platón, los platonistas, los neo-platonistas y Hermes, 80. (9) Del Gnosticismo, 61. (10) de la filosofía y ciencia moderna, 75. (11) Del Zoroastrianismo, 26. (12) De Perfect Way; Kingsford y Maitland, 24. (13) De mitología general, 20. (14) De Egiptología, 17. (15) De los Rosacruces, 16. (16) De otros místicos medievales y modernos, 20. (17) De una variedad de escritores clásicos, 16. (18) De asiriología, 14. (19) Del cristianismo y de la Biblia, 10. Además, en menor cantidad, se extrajeron doctrinas e información, de las siguientes fuentes: Los escritos de Gerald Massey, John Yarker, Subba Row, Ragon, J. Ralston Skinner, Inman, Keeley, Godfrey Higgins, Jacolliot, Wilford, Oliver, Donnelly, Mackenzie, Bulwer-Lytton, Kenealy, y varios otros; también de mitología china, japonesa, fenicia y quiche.

No hay un solo dogma o principio en teosofía, ni ningún detalle en la múltiple y compleja concatenación de supuestas revelaciones de verdad oculta en las enseñanzas de Madame Blavatsky y de sus pretendidos adeptos que no pueda ser señalada en la literatura mundial. Desde el principio al fin, sus escritos están dominados por un plagio doble, plagio de ideas y plagio de lenguaje.

San Francisco, California, U.S.A.
2 de agosto de 1893.

Nota
(*) Miembro, American Oriental Society, Royal Asiatic Society of Great Britain and Ireland, Pali Text Society, Egypt Exploration Fund, Geographical Society of California; Corresponding Member, Brooklyn Ethical Association; y Miembro, Advisory Council, Psychic Science Congress, Chicago, Illinois.

Un comentario

Alquimia Mineral

En la búsqueda incansable del hombre por despertar y trasmutarse, la utilización de sustancias minerales constituye la Alquimia Mineral.

La más importante de las sustancias es el oro alquímico. Ni la plata, ni el azufre, ni el cinabrio, etc. Estos últimos fueron investigados por quienes carecían del secreto del verdadero oro alquímico. Ninguna otra sustancia mineral tiene el poder del oro alquímico para producir una correcta trasmutación.

Tres etapas en el descubrimiento y confección del Oro Alquímico:

1. Antiguo Egipto
La fabricación de objetos de oro para el faraón era llevada a cabo en hornos adaptados a ese fin. Durante el proceso de fundido y fabricación siempre había residuos y restos de oro que quedaban dentro del horno. Estos restos sufrían el proceso continuo de fundido y solidificación, de enfriado y calentado, puesto que no eran retirados del horno. Con el correr del tiempo, los artesanos descubrieron pequeñas cantidades de un polvo blanco en los lugares donde había residuos acumulados. A través del proceso alternado y continuo de fundición y enfriado, el oro común se había convertido en un extraño polvo blanco.

Fieles a los impulsos de exploración y experimento propios del ser humano, a algunos artesanos se les ocurrió comerlo. Y allí ocurrió un milagro. Se hallaban ante la sustancia más poderosa del mundo para alterar la conciencia y la fisiología humana. Sus poderosos efectos permanecían por varios días en quienes los habían consumido y pasado este tiempo estas personas nunca volverían a ser como antes. Se transformaban en «dioses vivientes». En la actualidad se han hallado varias momias que poseen este polvo blanco sobre distintas áreas de su superficie.

2. India Medieval
En el medioevo de India encontramos nuevamente la fórmula y la fabricación del oro alquímico. Llevaba años elaborarlo y era realizado a veces por familias enteras. Una vez obtenido, era ingerido periódicamente en pequeñas cantidades por algunos miembros eminentes de la familia, y luego era heredado por las generaciones siguientes para su consumo. Para obtenerlo, se envolvían cuidadosamente determinadas cantidades de oro común y se introducían en una hoguera que producía su fundición. Luego se lo enfriaba rápidamente, para volver a fundirlo a continuación, y así sucesivamente, a lo largo de muchos años, hasta obtener el preciado polvo blanco. Los alquimistas hindúes denominan «Puttah» a este procedimiento.

3. Experimentos actuales
La ciencia actual no ha podido elaborar a través de sus sofisticados medios modernos lo que los egipcios e hindúes realizaban sin problemas hace cientos y miles de años: el Oro Alquímico Verdadero. David Hudson descubrió que el oro común, que posee dos átomos, se transforma en un polvo blanco de extraordinarias características físicas si se lo priva de uno de ellos. El oro trasnformado en polvo blanco alquímico sería un oro monoatómico. David Hudson construyó un laboratorio especial y logró fabricarlo, aunque hasta hoy no ha podido eliminar del polvo blanco una cierta toxicidad. El oro común es tóxico, pero el oro monoatómico, si está bien elaborado, no lo es. David Hudson está dedicado en la actualidad a lograr el oro blanco alquímico sin ningún grado de toxicidad. Por supuesto que a partir de los descubrimientos de David Hudson han surgido miles de timadores y farsantes que pretenden poseer el oro alquímico verdadero y hasta lo venden por correo.

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La falsedad del cristianismo. Querían pruebas, aquí están las pruebas

Fragmentos del libro «Los misterios de Jesús. El origen oculto de la religión cristiana» de T. Freke y P. Gandy. Libro «misteriosamente» desaparecido de librerías y bibliotecas.

1. Hemos quedado convencidos de que la historia de Jesús no es la biografía de un mesías histórico, sino un mito que se basa en leyendas paganas imperecederas. El cristianismo no fue una revelación nueva y excepcional, sino que en realidad fue una adaptación judía de la antigua religión mistérica de los paganos.

2. A medida que íbamos estudiando las diversas versiones del mito de Osiris-Dioniso, resultaba evidente que la historia de Jesús tenía las mismas características. Los sucesivos episodios nos permitieron comprobar que era posible construir la supuesta biografía de Jesús partiendo de temas míticos que antes se relacionaban con Osiris-Dioniso:
– Osiris-Dioniso es Dios hecho carne, el salvador e «Hijo de Dios».
– Su padre es Dios y su madre es una virgen mortal.
– Nace en una cueva o en un humilde establo el 25 de diciembre ante tres pastores.
– Ofrece a sus seguidores la oportunidad de nacer de nuevo por medio de los ritos del bautismo.
– Convierte de forma milagrosa el agua en vino en una ceremonia nupcial.
– Entra triunfalmente en la ciudad montado en un pollino mientras la gente agita palmas en su honor.
– Muere en tiempo de Pascua como sacrificio por los pecados del mundo.
– Después de morir desciende al infierno y luego, al tercer día, resucita de entre los muertos y asciende glorioso al cielo.
– Sus seguidores esperan que regrese para juzgar a los hombres en el fin de los tiempos.
– Su muerte y su resurrección se celebran con un ágape ritual consistente en pan y vino que simbolizan su cuerpo y su sangre.
Éstos son sólo algunos de los temas que tienen en común los relatos sobre Osiris-Dioniso y la «biografía» de Jesús. ¿Por qué no todo el mundo conoce estas notables semejanzas? Porque, como descubriríamos más adelante, la primitiva Iglesia romana hizo cuanto pudo para ocultarlas. Destruyó sistemáticamente la literatura sagrada de los paganos como parte de un brutal programa cuyo objetivo era erradicar los misterios: tarea qué llevó a cabo de forma tan rigurosa que en la actualidad el paganismo se considera una religión «muerta».
Aunque ahora nos sorprendan, estas coincidencias entre la nueva religión cristiana y los misterios antiguos resultaban sumamente obvios para los autores de los primeros siglos de nuestra era. Los críticos paganos del cristianismo, tales como el satírico Celso, se quejaban de que la nueva religión no era más que un reflejo pálido de sus propias enseñanzas antiguas. Como es natural, estas críticas llenaron de inquietud a los primeros Padres de la Iglesia, como Justino Mártir, Tertuliano e Ireneo, y los empujaron a recurrir a remedios extremos, entre ellos la afirmación de que las semejanzas eran fruto de la «imitación diabólica». Utilizando uno de los argumentos más absurdos de todos los tiempos, acusaron al diablo de ¡«plagio por anticipado», de copiar arteramente la verdadera historia de Jesús antes de que sucediese en realidad en un intento de engañar a los crédulos! Nos pareció que estos Padres de la Iglesia no eran menos arteros que el diablo al que pretendían incriminar.

3. El paganismo es una religión «muerta», o, para ser más exactos, una religión «exterminada». No se apagó poco a poco hasta caer en el olvido. Fue suprimida y aniquilada activamente, sus templos y santuarios fueron profanados y demolidos, y sus grandes libros sagrados fueron arrojados a la hoguera.

4. Aunque, por regla general, hoy día se desconocen las notables semejanzas que existen entre los mitos de Osiris-Dioniso y la supuesta «biografía» de Jesucristo, en los primeros siglos de nuestra era resultaban obvias tanto para los paganos como para los cristianos. El filósofo y satírico pagano Celso criticó a los cristianos porque pretendían hacer pasar la historia de Jesús como una nueva revelación cuando en realidad era una imitación inferior de mitos paganos.

5. Jesús se rodea de doce discípulos, lo cual suele interpretarse como símbolo de las doce tribus de Israel. Sin embargo, las doce tribus son una referencia simbólica a los doce signos del zodíaco de la astrología babilónica, que los judíos adoptaron durante su exilio en Babilonia.

6. El Nuevo Testamento era nuevo para los judíos, pero no para los paganos, que tenían aquellas doctrinas desde hacía cientos de años.

7. De la misma manera que Platón había atacado la tradicional imagen griega de Dios como Zeus dominante, también los gnósticos atacaban esta imagen tradicional de Dios que tenían los judíos, y afirmaban que Jehová era en realidad sólo la imagen del Dios verdadero. El sabio gnóstico Valentín utilizaba el término platónico «demiurgo» para referirse a Jehová, al que representaban como un ser divino subordinado que hace de instrumento del Dios verdadero. Decían que Jehová era una deidad menor presuntuosa cuya ignorancia le hace creer que es el Dios único y verdadero. En el Antiguo Testamento, Jehová proclama: «Yo, Yahvéh, tu Dios, soy un Dios celoso. No habrá para ti otros dioses delante de mí». Con todo, la obra gnóstica titulada Libro secreto de Juan dice que esto es una «locura» y comenta: «Al pronunciar estas palabras, indicó a los ángeles que existe otro Dios; porque si no existiese ningún otro, ¿de quién tendría celos?».

8. El Jesús gnóstico no era un profeta de Jehová, el dios menor de los judíos, sino del Dios verdadero e inefable de Platón y los misterios paganos. El maestro gnóstico Cerdo explica: «El Dios que proclaman la ley y los profetas no es el Padre de Nuestro Señor Jesucristo. El Dios del Antiguo Testamento es conocido, pero el Padre de Jesucristo es desconocido».

9. Los gnósticos afirmaban que eran «redimidos» o «liberados» del poder del Jehová tiránico y de todas las reglas y ordenanzas que había impuesto a los judíos. En el proceso de iniciación de los gnósticos, el iniciado declaraba ritualmente su independencia respecto del dios falso. Según el sabio gnóstico Simón Mago, los iniciados que se habían escapado del poder de Jehová y habían acudido a conocer al Padre verdadero eran «libres de vivir como quisieran».

10. En un momento u otro, casi todos los pueblos que vivían a orillas del Mediterráneo habían hecho suyos los misterios paganos y los habían adaptado a su propio gusto nacional. En algún momento de los primeros siglos antes de nuestra era, un grupo de judíos había hecho lo mismo y había producido una versión judía de los místerios. Los iniciados judíos adaptaron los mitos de Osiris-Dioniso para crear la historia de un dios hombre judío que moría y resucitaba, Jesús el Mesías. Con el tiempo este mito pasó a interpretarse como hecho histórico y el resultado fue el cristianismo literalista.

11. Escribe Josefo:
Alrededor de aquel tiempo vivía Jesús, un hombre sabio, si en verdad se le podía llamar hombre. Porque era uno que llevaba a cabo proezas sorprendentes y era maestro de esa gente que ansía ver novedades. Se ganó a muchos de los judíos y a muchos de los griegos. Era el Mesías. Cuando Pilato, a raíz de una acusación que formularon los hombres principales entre nosotros, le condenó a la cruz, los que le habían amado desde el principio siguieron apegados a él. Al tercer día se les apareció devuelto a la vida, porque los santos profetas habían predicho esto y miles de otras maravillas relacionadas con él. Y la tribu de los cristianos, llamados así por él, hasta el día de hoy no ha desaparecido.

12. Durante cientos de años los historiadores cristianos aprovecharon estos pasajes de Josefo como pruebas concluyentes de que Jesús existió. Así fue hasta que los estudiosos empezaron a examinar el texto de forma un poco más crítica. Ningún estudioso serio cree ahora que estos pasajes los escribiera realmente Josefo. Se han identificado claramente como añadiduras muy posteriores. Están escritos en un estilo que no es el de Josefo y si se eliminan del texto, el argumento original de Josefo sigue la secuencia apropiada. A principios del siglo III, Orígenes, a quien las actuales autoridades en la materia consideran uno de los estudiosos más concienzudos de la Iglesia antigua, nos dice que no hay ninguna mención de Jesús en la obra de Josefo.

13. Los primitivos cristianos que, al igual que nosotros, buscaban testimonios históricos de la existencia de Jesús hubieran aprovechado cualquier cosa escrita por Josefo como prueba concluyente. Sin embargo, no lo mencionan en absoluto. No fue hasta comienzos del siglo IV cuando el obispo Eusebio, el propagandista de la Iglesia de Roma, presentó de pronto una versión de Josefo que contenía estos pasajes. A partir de entonces, Josefo se convirtió en el fundamento de la autenticidad histórica de Jesús.

14. En Mateo afirma Jesús:
Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su reino. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
No obstante, dos mil años después, cuando todos sus discípulos están más que muertos y enterrados, ninguna de estas cosas ha acontecido y Jesús no ha vuelto.
El momento más revelador de los evangelios, sin embargo, es cuando Marcos presenta a Jesús citando el Antiguo Testamento en sus argumentos contra los fariseos. Nada extraño hay en ello, excepto que Jesús cita la versión griega mal traducida del Antiguo Testamento, que se ajusta exactamente a su propósito, en vez de citar el texto hebreo original, que dice algo muy diferente y que no le sirve para su argumento. Que Jesús el judío cite una mala traducción griega de la Sagrada Escritura judía para impresionar a fariseos judíos ortodoxos es sencillamente impensable. Pero sí tiene sentido si todo el incidente lo inventó uno de los muchos cientos de miles de judíos que hablaban griego en lugar de su lengua materna y que no podían leer las Escrituras a menos que estuvieran traducidas, con lo cual atribuían a Jesús sus propios errores de comprensión.

15. Los evangelios siguen siendo contradictorios y discordantes, como hemos visto. Durante siglos, la Iglesia católica impidió que nadie salvo los sacerdotes leyera el Nuevo Testamento por cuenta propia, de modo que pocas personas tenían la oportunidad de descubrir hasta qué punto son confusos los evangelios.

16. Al igual que el Evangelio de Marcos, el libro de los Hechos de los Apóstoles también se equivoca al citar el Antiguo Testamento hebreo. Para presentar a Pedro exponiendo sus argumentos a los judíos de Jerusalén, utiliza un pasaje mal traducido de la versión griega del Antiguo Testamento que en el hebreo original tiene un significado totalmente distinto. Hechos también presenta a Santiago apelando a los judíos de Jerusalén, para lo cual cita un pasaje del Antiguo Testamento en griego que tergiversa el original hebreo.

17. Pero el Evangelio de Marcos no es el testimonio más antiguo de la historia de Jesús que tenemos. Este testimonio se encuentra en las epístolas de Pablo. Aunque estas epístolas se escribieron antes que los evangelios, e incluso cien años antes que los Hechos de los Apóstoles, en el Nuevo Testamento aparecen después de estos libros. Esto crea la falsa impresión de que Pablo es la consecuencia de los evangelios y de los Hechos de los Apóstoles, en lugar de ser al revés.

18. La versión original del Evangelio de Marcos, que es la crónica más antigua de la historia de Jesús, no decía nada en absoluto de la resurrección. Lo referente a este episodio se añadió después. Antes de ello, el Evangelio de Marcos terminaba cuando las mujeres encuentran el sepulcro vacío, y sólo se insinuaba que Jesús había resucitado según lo prometido. Curiosamente, los evangelios gnósticos empiezan donde termina el evangelio original de Marcos. No nos cuentan la vida de Jesús, sino las enseñanzas secretas de Cristo después de la resurrección.
Esto hace pensar que la historia original del Jesús casi histórico que se relata en el Evangelio de Marcos era, como afirmaban los gnósticos, la expresión de los misterios exteriores cuyo objeto era atraer a los principiantes espirituales. Estos misterios exteriores podían llevar a un iniciado hasta el sepulcro vacío y a la insinuación de la vida eterna, pero solo las enseñanzas secretas de los gnósticos revelaban las palabras del Cristo resucitado. Esto conducía a los iniciados más allá de la historia literal, hasta el misterio verdadero, hasta la experiencia mística de su propia muerte y resurrección y el reconocimiento de su identidad más profunda como el Cristo, el eterno daemon universal.

19. El libro del Apocalipsis, que también se atribuye a Juan, es una versión cristiana de un apocalipsis judío tardío que se escribió bajo seudónimo.

20. En el siglo II se expresaron dudas sobre Marcos, Lucas y Juan: Marcos porque simplemente era secretario de Pedro; Lucas porque se decía que había sido ayudante de Pablo (que no había visto personalmente a Jesús); Juan porque era bien sabido que ese evangelio era obra del gnóstico Cerinto.

21. Muchos grupos gnósticos afirmaban que Pablo era su padre fundador y los gnósticos que se llamaban a sí mismos «paulinos» continuaron floreciendo, a pesar de la incesante persecución de que eran objeto por parte de la Iglesia romana, hasta finales del siglo X. Pablo escribió sus epístolas a las iglesias de siete ciudades, que hoy sabemos que fueron centros de cristianismo gnóstico durante el siglo II. A la cabeza de estas comunidades cristianas se encontraba el sabio gnóstico Marción, que consideraba a Pablo el único apóstol verdadero.

22. Pablo es un judío que ha abrazado la cultura griega, a la sazón omnipresente. Escribe en griego, su primera lengua. Sus citas proceden exclusivamente de la versión griega del Antiguo Testamento. Su ministerio va dirigido a las ciudades paganas dominadas por la cultura griega. Una de éstas, Antioquía, era un centro de los misterios de Adonis; Efeso, de los de Atis y Corinto, de los de Dioniso. Pablo era natural de Tarso, en Asia Menor, que en aquel entonces ya había superado incluso a Atenas y Alejandría y era el centro principal de la filosofía pagana. Era en Tarso donde los misterios de Mitra tenían su origen, así que hubiera sido impensable que Pablo no se percatase de las notables semejanzas, que ya hemos examinado, entre las doctrinas cristianas y las enseñanzas del mitraísmo.

23. Hasta se atreve Pablo a declarar que la ley tradicionalmente sagrada de Jehová, la base misma de la religión judía, es una maldición, y escribe: «Porque todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición», y «Cristo nos rescató de la maldición de la ley». Para Pablo, como para los gnósticos, el iniciado cristiano puede ser redimido de la ley y liberado compartiendo el sufrimiento y la resurreción de Cristo: «Mas, al presente, hemos quedado emancipados de la ley, muertos a aquello que nos tenía aprisionados».
Pablo afirma que la ley es el fruto del «mediador». ¿Qué pretende al llamar «mediador» a Jehová, que es supuestamente el único Dios y creador de todas las cosas? ¿Mediador entre qué y qué? Los literalistas no tienen respuesta para esta pregunta, pero los gnósticos reconocen inmediatamente que lo que hace Pablo es enseñar la doctrina gnóstica según la cual Jehová es el «demiurgo», un dios menor que media entre el inefable Dios supremo y la creación. Ciertamente, Pablo no considera que Jehová sea el Dios verdadero, porque continua diciendo: «Cuando hay uno solo no hay mediador, y Dios es uno solo».
Según Pablo, las personas que no comprenden el evangelio que él predica son «incrédulos, cuyo entendimiento cegó el dios de este mundo». En muchas traducciones de sus epístolas, el encargado de la edición añade aquí una pequeña nota que explica las misteriosas palabras «el dios de este mundo». Generalmente, la interpretación ortodoxa de estas palabras dice que Pablo se refiere al diablo, ¡pero no explica por qué llama «dios» a un ángel perverso! Para los gnósticos lo que quería decir Pablo resultaba obvio. Se refería a Jehová, el dios menor de los judíos.

24. La sabiduría mística de los misterios estaba cifrada en el mito de Osiris-Dioniso. No cabe duda de que, después de crear una forma específicamente judía de los misterios, resultaría difícil resistir la tentación de adaptar también este gran mito antiguo. Los judíos helenizados habían reescrito el Éxodo como una obra de teatro parecida a las de Eurípides. ¿Por qué no iban a reescribir también Las bacantes de Eurípides, en la cual Dioniso llega a Tebas, como una tragedia judía en la que el dios hombre llega a Jerusalén?

25. El Mesías no se concebía como alguien que salvaría por medio de su propia muerte en sacrificio. Éste es el papel de Osiris-Dioniso. En su muerte y resurrección, por tanto, Jesús se revela no como el Mesías judío destinado a traer la victoria militar y la salvación nacional, sino como el dios hombre de los misterios que trae la victoria espiritual y la salvación mística.

26. Lo que había empezado como un mito intemporal que encerraba enseñanzas eternas aparecía ahora como una crónica histórica de un acontecimiento único en el tiempo. A partir de ahí fue inevitable que antes o después se interpretara como hecho histórico. Al interpretarse así, nació un tipo de religión totalmente nuevo: una religión basada en la historia y no en el mito, en la fe ciega en supuestos acontecimientos en vez de en la comprensión mística de alegorías míticas, una religión de misterios exteriores sin misterios interiores, de forma sin contenido, de creencia sin Conocimiento.

27. Tanto Mateo 3,17 como Lucas 3,21 dejan constancia de las palabras de Dios que se oyeron en el bautismo de Jesús: «Éste es mi hijo amado, en quien me complazco». La primera inscripción de los Textos de las pirámides, escritos dos milenios antes, cita las palabras de Dios en la ceremonia de la coronación del faraón: «El rey es mi primogénito que abrió mi vientre, es mi hijo amado, en quien me complazco».

28. Los Salmos se derivan de la poesía religiosa egipcia de las dinastías XIX y XX (c. 1000-750 a.n.e.), véase M. A. Murray, 1949, p. 50. Proverbios se basa en las instrucciones del egipcio Amenhotep, y Moisés, el autor de los primeros cinco libros, nació en Egipto y se crió como sacerdote egipcio. Muchos de sus milagros también se encuentran en textos egipcios.

29. Debido a que interpretaban el mito de Jesús como hecho histórico, los literalistas abandonaron finalmente la doctrina gnóstica de la reencarnación. Creían que el dios hombre había muerto y resucitado una sola vez y esto les hacía concebir la vida humana como un acontecimiento que también sucedía una sola vez. Por tanto, el premio o el castigo en la otra vida era para siempre, en lugar de ser algo temporal que precedía a otra vida humana. De aquí nació la doctrina, que el pagano Celso califica de «ofensiva», según la cual un Dios bueno podía tolerar que quienes no superaban las pruebas fuesen abandonados a una eternidad de sufrimiento.

30. Los gnósticos ofrecían a los iniciados la gnosis, una experiencia espiritual, en este mundo y este momento, de una verdad que está más allá de este mundo ilusorio. Los literalistas ofrecían la esperanza de otra vida en el cielo para quienes creyeran en la autenticidad histórica de lo que cuentan los evangelios.

31. El Tratado tripartito compara a los gnósticos, que son hijos del Dios Padre verdadero, con los literalistas, que son vástagos de Jehová, el dios falso de los judíos.

32. Los valentinianos incluso reconocían que los obispos literalistas, al igual que Jehová el demiurgo, podían ejercer legítimamente la autoridad sobre los cristianos psíquicos. Pero las exigencias, las advertencias y las amenazas de los obispos, como las del propio Jehová, no significaban nada para los cristianos iniciados en los misterios interiores que habían sido redimidos y liberados por medio de la experiencia mística de la gnosis.

33. De hecho, algunos de los más grandes portavoces del literalismo se pasaron al gnosticismo al final de su vida, entre ellos Taciano, protegido de Justino Mártir, ¡e incluso el fanático perseguidor de herejías Tertuliano! Este se unió a un grupo de gnósticos inspirado por Montano, ¡que antes había sido sacerdote de los misterios del dios hombre pagano Atis! Con la misma malevolencia con la que antes había atacado a los herejes, Tertuliano condenó ahora a la Iglesia «ortodoxa» por ser una Iglesia de meros cristianos psíquicos, una organización de «un número de obispos» en lugar de «una Iglesia espiritual para el pueblo espiritual». Resulta especialmente irónico, si tenemos en cuenta la anterior misoginia de Tertuliano, que los montanistas fueran famosos ¡por sus sacerdotisas extáticas! Una autoridad de hoy escribe: «Si Montano hubiese triunfado, la doctrina cristiana se hubiera formulado bajo la supervisión de mujeres alocadas y excitables». Más adelante, Tertuliano se separó de los montanistas y fundó su propia secta cristiana: ¡los tertulianistas!

34. La mayoría de los gnósticos quería rechazar por completo el dios judío Jehová en favor de una concepción más mística de Dios como unicidad suprema, idéntica al dios de Platón y los misterios paganos. El influyente maestro gnóstico Marción abogó por la separación total del cristianismo y el judaismo. Produjo un texto titulado Antítesis, en el cual yuxtaponía citas del Antiguo y del Nuevo Testamento para demostrar cómo se contradecían mutuamente. Marción opinaba que Jehová era un «bárbaro comprometido» y que el Antiguo Testamento no era más que un catálogo de sus crímenes contra la humanidad. El cristianismo era una nueva revelación del buen Dios, una doctrina universal que no tenía nada que ver con el credo imperfecto de una pequeña nación.

35. Para combatir la creciente fragmentación y apoyar su aspiración a «un imperio, un emperador», los emperadores romanos necesitaban «una fe», es decir, una religión universal o «católica». Todos los cultos mistéricos fueron propuestos en diferentes momentos, pero sin éxito.
En la primera mitad del siglo IV el emperador Constantino probó con el cristianismo, que era ideal para cumplir aquella función. Los romanos necesitaban una religión mistérica porque las religiones de este tipo siempre eran populares entre el pueblo. Pero al frente de las religiones mistéricas había místicos y filósofos que tenían la osadía de poner en tela de juicio y debilitar la autoridad del estado. Pero el cristianismo literalista era una religión mistérica que se había desembarazado de todos sus molestos intelectuales. Era ya una religión autoritaria que alentaba a los fieles a tener fe ciega en los que ocupaban puestos de poder. Era exactamente lo que querían las autoridades romanas: una religión sin místicos, misterios exteriores sin misterios interiores, forma sin contenido.

36. Como la mayoría de los emperadores romanos, Constantino era un hombre malévolo y despiadado. Hay constancia de que durante sus guerras en la Galia (306-312): «Hasta los paganos se horrorizaron cuando arrojó a los reyes bárbaros a las fieras, junto con sus seguidores, miles de ellos a la vez». Es evidente que Constantino no se volvió más compasivo a raíz de su conversión al cristianismo. Casi inmediatamente después de presidir el Concilio cristiano de Nicea en 325 hizo asesinar tanto a su hijo Crispo como a su madrastra, Fausta. De hecho, aplazó deliberadamente el momento de bautizarse hasta que estuvo en su lecho de muerte para poder seguir pecando y, a pesar de ello, tener asegurada una vida celestial después de morir. La reputación de Constantino era tal que ni siquiera la Iglesia romana se sintió capaz de santificarlo.

37. En las postrimerías del siglo II se interpolaron las epístolas originales de Pablo al tiempo que se inventaban otras para situar al apóstol entre los cristianos literalistas y distanciarlo de los gnósticos.

38. Los cristianos hicieron torpes añadiduras a las obras del pitagórico judío Filón, ¡y se inventaron leyendas absurdas que decían que Filón había sostenido debates sobre la ley con el discípulo Juan y había conocido a Pedro en Roma! También el historiador judío Josefo fue transformado en cristiano ¡e incluso se le equiparó con la figura del Nuevo Testamento llamada José de Arimatea! Como ya hemos comentado, se añadieron a sus obras cosas que atestiguan de forma reverencial la existencia histórica de Jesús.
También se dijo que era obra de Josefo un documento falso titulado Sobre la esencia de Dios cuyo fin era reforzar la anterior falsificación atribuyendo doctrinas cristianas a Josefo. Por medio de meticulosos estudios lingüísticos, los eruditos han comprobado «más allá de toda duda» que el autor de este texto falso ¡fue nada menos que Hipólito (c. 222), el archiperseguidor de herejías y protegido de Ireneo! Los eruditos también han demostrado las semejanzas entre el lenguaje y el estilo de este documento falso y los de la Segunda Epístola de Pablo a los Tesalonicenses, que se escribió para poner en tela de juicio la autenticidad de la primera epístola (auténtica). Así pues, es muy posible que Hipólito también fuera el autor de esta falsa epístola de Pablo.

39. Toda la historia ficticia del cristianismo fue organizada y recopilada de forma definitiva en el siglo IV por el obispo Eusebio, al que se llama «padre de la historia de la Iglesia». Fue uno de los obispos que cambiaron por completo de postura teológica en el Concilio de Nicea para ganarse el favor del emperador Constantino. Más adelante escribió la biografía de Constantino, cuyos asesinatos soslayó con obsequiosa adulación. Eusebio explicó a los fieles que del mismo modo que la Palabra de Dios guía y gobierna los cielos, el emperador romano expresa la voluntad de Dios en el gobierno del mundo civilizado. ¡El emperador era la voz de Cristo en la Tierra!

40. En su «historia» Eusebio repite todas las acusaciones habituales contra los gnósticos. Para justificar la pretensión de los obispos literalistas de representar la tradición cristiana original, Eusebio muestra líneas de sucesión apostólicas que los vinculan con los discípulos de Jesús. Estos supuestos linajes fueron inventados antes, probablemente por Ireneo, pero Eusebio añade cosas de su propia cosecha.

41. Después de que el imperio romano adoptase el cristianismo como religión del estado, la Iglesia literalista aterrorizó a los paganos con inexorable brutalidad. Los profetas paganos eran detenidos y torturados hasta que reconocían la falsedad de sus dioses. Los sacerdotes eran encadenados a sus santuarios y abandonados para que muriesen de inanición. Sin ninguna prueba que respaldara las acusaciones, los paganos eran condenados por sacrificar niños y rociar con su sangre los altares consagrados a los dioses y hacer cuerdas para guitarra con sus tripas: crímenes fantásticos que ellos confesaban debidamente despues de sufrir atroces torturas. Muchos eran luego quemados vivos.
Algunos santuarios antiguos fueron profanados y arrasados mientras otros fueron requisados y transformados por la fuerza en iglesias cristianas. Las grandes obras de la espiritualidad pagana eran arrojadas a enormes hogueras y se perdían para siempre.

42. El 16 de junio de 391, el emperador Teodosio publicó un edicto que ordenaba la clausura de todos los templos paganos. Una chusma cristiana en seguida aprovechó la oportunidad para destruir el maravilloso templo de Serapis en Alejandría, del cual sólo quedaron los cimientos. Un decreto imperial exigió: «Quemad todos los libros hostiles al cristianismo para evitar que despierten la ira de Dios y escandalicen a los piadosos», y la chusma analfabeta respondió destruyendo, como si fueran supersticiones paganas, la sabiduría y el conocimiento científico acumulados durante miles de años.
El autor pagano Eunapio, que habla de «monjes que parecen hombres pero viven como cerdos», escribe con desánimo que: «Cualquiera que tuviese una sotana negra tenía poder despótico». En 415 el arzobispo Cirilo de Alejandría ordenó a sus monjes que incitaran a la chusma cristiana a asesinar al último científico pagano de la biblioteca de Alejandría, una mujer notable llamada Hipatia. Le arrancaron los miembros de uno en uno y Cirilo fue santificado.

43. En 381 Teodosio declaró finalmente que la herejía era un crimen contra el estado. Los escritos gnósticos fueron condenados por ser un «semillero de múltiples perversidades» que «no sólo deberían prohibirse, sino destruirse por completo y quemarse con fuego». Los debates filosóficos fueron suprimidos en su totalidad. Una proclamación declara: «No habrá ninguna oportunidad para que un hombre se dirija al público y discuta de religión o la comente o delibere».

44. Agustín, el gran portavoz del cristianismo católico, expresó de forma perfecta el clima de la época al explicar que la coacción era necesaria en vista de que era tanta la gente que sólo respondía al miedo. La fuerza militar era «indispensable» para suprimir a los herejes, por su propio bien, desde luego. Agustín proclama: «Lleno yo mismo de miedo, os lleno de miedo a vosotros». La espiritualidad de amor y gnosis de san Pablo se había convertido en la religión de obediencia y terror de la Iglesia católica.

45. Al examinar los datos, nos pareció que la «historia» tradicional del cristianismo era nada menos que el mayor encubrimiento de todos los tiempos. Las primitivas doctrinas gnósticas del cristianismo y sus verdaderos orígenes en los misterios paganos se habían suprimido de forma despiadada mediante la destrucción en masa de los testimonios y la creación de una historia falsa que se ajustara a los propósitos políticos de la Iglesia romana. Todos los que ponían en entredicho la historia oficial eran sencillamente perseguidos y eliminados hasta que no quedó nadie que pudiera discutirla.
Los paralelismos con la historia más reciente nos ayudaron a comprender lo que había sucedido. A principios del siglo xx un reducido grupo de comunistas se hizo con el poder en Rusia. Sin embargo, al cabo de unos cuantos años, numerosísimas personas, entre ellas muchos de los funcionarios que habían administrado el régimen anterior, se habían afiliado al partido comunista. ¿Por qué? Porque si querías medrar, ahora tenías que ser miembro del partido, y si te asociaban de algún modo con el régimen anterior, eras tachado de enemigo del pueblo. De forma parecida, al convertirse el cristianismo en la religión del imperio romano, el número de cristianos creció enormemente. ¿Por qué? Porque los cristianos recibían un trato preferente. ¡Al clero ni siquiera se le exigía que pagase impuestos! Si aspirabas a llevar una vida tranquila y próspera, te hacías cristiano. En caso contrario, te arriesgabas a ser tachado de «disidente» pagano: enemigo de Dios. Del mismo modo que la maquinaria propagandística de Stalin falsificó de forma inescrupulosa la historia para disimular su tiranía y demostrar que sus dogmas eran verdaderos y buenos, también la maquinaria propagandística cristiana alimentaba a los fieles con sus mentiras.
Al igual que el comunismo, el cristianismo empezó con un mensaje de libertad e igualdad, pero terminó creando un régimen autoritario y despótico. En años recientes, la intolerancia dogmática empujó a jóvenes y fanáticos comunistas de China y Camboya a llevar a cabo desastrosas revoluciones culturales cuyos resultados fueron la destrucción de las antiguas riquezas de sus civilizaciones y el exterminio de gran número de intelectuales, lo cual sumió a sus respectivas sociedades en una crisis profunda. Del mismo modo, quince siglos antes, fanáticos monjes cristianos llevaron a cabo una revolución cultural que arrasó las maravillas y los logros antiguos del paganismo e hizo que la civilización occidental retrocediera mil años.
La absurda destrucción de nuestro acervo pagano es la mayor tragedia de la historia del mundo occidental. Es difícil de comprender la magnitud de la pérdida. El misticismo pagano y la investigación científica se vieron desbancados por el autoritarismo dogmático. La Iglesia romana se valió de las amenazas y la violencia para imponer su credo, y negó a generaciones de seres humanos el derecho a pensar de forma independiente y a encontrar su camino personal para alcanzar la salvación espiritual. Mientras las grandes obras literarias de la antigüedad eran arrojadas a las llamas, san Agustín anunció así el triunfo del fundamentalismo literalista: «Nada debe aceptarse si no es basándose en la autoridad de las Escrituras, pues esta autoridad es mayor que todos los poderes de la mente humana».

46. Para avanzar con seguridad hacia el futuro es necesario aceptar el pasado, así que es conveniente examinar de forma crítica el cristianismo literalista que ha dominado los últimos dos mil años de nuestra cultura.
En el plano espiritual, ésta ha sido verdaderamente una «Edad de las Tinieblas» que se ha caracterizado por la religión autoritaria, el fanatismo y las guerras de religión. Al asumir el papel de única fe verdadera, el cristianismo literalista creó un abismo insalvable entre él y todas las demás tradiciones espirituales. Su autoproclamada superioridad se usó para justificar la destrucción violenta de las sociedades de otras partes del mundo. Incluso persiguió cruelmente a sus propios místicos y librepensadores. Al adoptar a Jehová, el dios padre judío, como única faz aceptable de Dios, subyugó a la divinidad femenina y utilizó esta perspectiva teológica para legitimar la subordinación de las mujeres. Su insistencia en la necesidad de tener una fe ciega en el dogma y su oposición a la investigación intelectual hicieron que muchos rechazaran todas las formas de espiritualidad por considerarlas meras supersticiones. Hoy son cada vez más las personas que piensan que la religión es, en el mejor de los casos, un chiste y, en el peor, una fuente de prejuicios, de intolerancia y de conflictos.

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Sexo y poder

El orgasmo es malo

Nada importante puede llevarse acabo en la vida sin abstinencia sexual. Pero no una abstinencia sexual como la de los curas, es necesaria una abstinencia sexual especial y superior. El sexo no es malo, el acto sexual no es malo, lo destructivo es el orgasmo.

Es necesario reducir al máximo el número de orgasmos, para que toda la energía sexual no se pierda y pueda acumularse. Solo con esta abstinencia orgásmica pueden comprenderse los libros de la Verdadera Gnosis. Es necesario poseer una gran energía sexual para despertar, liberarse y ejecutar con éxito la Gran Obra Alquímica. Sin abstinencia orgásmica el espíritu del hombre no puede liberarse ni manifestarse.

También para ganar dinero esta abstinencia es fundamental. Cuanto más se acumulen las energías sexuales en el cuerpo, más se acumulará el dinero en la cuenta bancaria.

La abstinencia orgásmica es la clave de los poderes parapsicológicos. Cuanto más se concentren las energías sexuales en el cerebro, mayor será la capacidad de concentración de la mente.

Sin energía sexual acumulada no pueden utilizarse con éxito las armas parapsicológicas. Y menos aún desafiar y vencer al demiurgo.

Con este tipo de abstinencia el hombre se transforma en una roca, en un Hombre de Piedra capaz de recuperar la libertad y el poder que le fueron robados.

La trampa del demiurgo

El demiurgo ha creado el sexo en el hombre por dos razones:

1. Para producir su reproducción y superpoblación sin límites. Cuanto más población, más confusión y comunismo.

2. Para que el hombre no pueda despertar. Con cada orgasmo el hombre se duerme y se esclaviza un poco más. Así lo quiere el demiurgo: un esclavo que no sepa que es esclavo, un manso sirviente agradecido de su amo y admirador de su obra adefésica. El demiurgo goza con cada emanación orgásmica del hombre.

El orgasmo es la mayor trampa con que el demiurgo mantiene esclavizados a los hombres.

La sexualidad de los esclavos

A un esclavo del demiurgo le horroriza acumular energías, pues por temor no quiere despertar. El demiurgo también siente horror por la abstinencia orgásmica, pues sus esclavos podrían despertar y rebelarse. Cuanto más demiúrgica es una religión, más se horroriza con la abstinencia sexual. También hay religiones que prescriben como obligación tener orgasmos.

Tomemos el ejemplo de Onán, un buen esclavo. Fue obligado a casarse con la viuda de su hermano como lo ordenaba la ley. No quiso tener sexo con su esposa por respeto a su hermano fallecido. La solución que encontró fue la de masturbarse todas las noches para evitar de esta forma el sexo con ella. U orgasmo con la esposa, u orgasmo con la masturbación. Este sirviente imbécil del demiurgo jamás hubiera llegado a una solución diferente.

La sexualidad del guerrero

El demiurgo puso el sexo en el hombre para mantenerlo esclavizado, pero el guerrero utilizará la misma trampa perversa del demiurgo para despertar, liberarse de él y oponérsele. Utilizará la sexualidad para su desarrollo y liberación y no para seguir siendo una nada, un zombie.

He aquí las tres técnicas sexuales de un guerrero:

1. El Asaj: los amantes permanecen desnudos en la cama, pero sin tocarse.

2. El Karezza: los amantes desnudos se prodigan besos y caricias solamente, sin penetración ni orgasmo.

3. El Maithuna: es el coito común pero desprovisto de orgasmo.

Cada caso es diferente y cada guerrero deberá explorar e investigar hasta encontrar su propio camino.

Vean el fenómeno de sincronicidad en este video, entre el payaso y los truenos. Para producir fenómenos de sincronicidad a voluntad es necesaria una acumulación inmensa de energía sexual.

Film: Arlequin

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